domingo, noviembre 26, 2006
Dignidad bajo la lluvia
CRÓNICA DEL 25-N
domingo 26 de noviembre de 2006
DIGNIDAD BAJO LA LLUVIA, por Sergio Pérez
(Libertad Digital - Sergio Pérez) A las cuatro de la tarde, a falta de sólo una hora para el comienzo de la manifestación convocada por la AVT, han tenido que ser un centenar de manifestantes los que cortaran la calle Velázquez en la esquina con Alcalá, ante la inactividad de la policía desplegada que aún dejaba pasar al tráfico rodado con el consiguiente riesgo para las ya cientos de personas congregadas. Quince minutos más tarde era la policía quien hacía lo propio con todas las calles que desembocan en Velázquez. Para esa hora ya se contaban por miles las personas que enarbolaban banderas de España y pancartas en el centro de Madrid.
No sólo se ha podido ver insignias nacionales, sino también regionales, destacando la Ikurriña. La AVT ha cifrado en unos 200 los autobuses llegados desde todos los rincones del país para gritar un mensaje inequívoco y rotundo, “No a la negociación con ETA” Los manifestantes, sin embargo, convencidos ya de esto, gritaban también: ¡Gobierno Dimisión! y ¡Zapatero embustero! Estos precisamente han sido los mensajes más coreados por los manifestantes y los que más se repetían en sus pancartas. En éstas también podían leerse mensajes como Zapatero en mi nombre no negocies con asesinos = ETA o Rendición en mi nombre NO.
Otras pancartas exigían Memoria, dignidad y justicia o Cumplimiento íntegro de las penas, porque eso es lo que exigen principalmente las víctimas del terrorismo en esta manifestación, que el Gobierno no ceda ante los asesinos y haga prevalecer el Estado de Derecho ante quienes han asesinado a sus familiares. Así lo expresaba una joven con el nombre de Máximo escrito en la frente y una condecoración de la Policía Armada colgada del cuello. Se trata de la hija del Policía Nacional Máximo Díaz Barderas asesinado por ETA el 21 de mayo de 1985 en Guipúzcoa cuando ella tenía apenas 8 años.
Conforme las calles se iban llenando de miles de personas, la organización repartía unas varitas fluorescentes con las que iluminar las calles de Madrid en una noche grisácea y lluviosa. Pese a las inclemencias del tiempo, de la persistente lluvia y del frío que es previsible a finales de noviembre en Madrid, más de un millón de personas se han dado cita en la sexta marcha de las víctimas del terrorismo que se sienten abandonadas y traicionadas por el Gobierno.
No obstante, aseguran no estar solas sino arropadas por millones de españoles que no aceptan una claudicación ante los asesinos de ETA. Muchos políticos y caras conocidas han querido estar allí para expresar su respaldo a quienes han sufrido el zarpazo del terror. Este era el lema de la segunda cabecera en la que se podía leer Comprometidos con las víctimas del terrorismo. Tras ella, numerosos políticos como el presidente del PP, Mariano Rajoy, junto a toda la cúpula de su partido. Rajoy llegaba a las 16:35 horas entre aplausos y vítores de ¡Mariano Presidente! acompañado, entre otros, de la presidenta de los populares vascos, María San Gil, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón o Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad.
Pero no sólo había políticos, sino también muchas caras conocidas de los medios de comunicación, como la periodista Curry Valenzuela o Cristina López Schlichting que, circunspecta como requiere la ocasión, incide en que no se puede ceder a ETA aspectos como la territorialidad porque supondría la desaparición de España.
A las cinco en punto, con la calle Velázquez y sus perpendiculares atestadas de un público que crecía por minutos, comenzaba lentamente la manifestación en dirección a la Plaza Carlos María de Castro. Una generosa cuesta arriba, de esas de pendiente suave pero constante tan típicas de Madrid, es la que han tenido que remontar los manifestantes con el suelo húmedo, negro azabache el asfalto y los pasos de cebra convertidos en improvisados espejos.
Las víctimas del terrorismo no sólo se vienen mostrando preocupadas por las decisiones que está tomando el presidente Zapatero en materia de lucha antiterrorista con la apertura del mal llamado proceso de paz, sino también ante la futura remodelación del Código Penal anunciado por el Gobierno. Rajoy en este sentido ha manifestado que su partido se mostrará en contra de la anunciada reforma, porque “yo no estoy, -dice-, para apoyar un código penal que vaya a beneficiar a ETA, sino sería un señor disparatado, y de momento, mantengo el sentido común, otros no lo sé”.
La presencia de políticos del PP en las marcha de las víctimas del terrorismo ha ocasionado desde el Gobierno descalificaciones hacia la AVT, a la que acusan de estar politizada. Una mujer que muestra la fotografía de su hijo, un guardia civil asesinado por los terroristas etarras, exclama que ella no viene convocada por ningún partido político, sino “para recordar la memoria de mi hijo que murió sólo por ser español”. Además, añade, “vengo también para defender el derecho a la vida, un derecho que nadie tiene licencia para quitar”.
En la mente de todos los allí presentes estaba el robo de armas en Francia, robo que el Gobierno galo ha confirmado que fue perpetrado por la banda. Para Ángel Acebes, secretario general del PP, esto confirma lo que vienen denunciando: “esta tregua trampa está sirviendo para que ETA se rearme, consiga más dinero y capte a más personas”. Ante la confirmación Zapatero ha asegurado que hay que “extremar las verificaciones”. Jaime Mayor Oreja asegura que lo que se debería verificar es hasta dónde está dispuesto Zapatero a ceder. Por su parte, María San Gil califica de tomadura de pelo que el presidente quiera verificarlo “ocho meses después de que comenzara este mal llamado proceso de paz”. Esperanza Aguirre, por su parte, apunta que de que lo único que debe hablar Zapatero con ETA es cuándo y dónde van a dejar las armas y no “hablar de contrapartidas políticas para que nos dejen de matar”.
La marcha avanza y la lluvia se hace cada vez más intensa en el momento exacto en que comienza la lectura del manifiesto. Aplausos, sentidos vivas a España y el suelo más mojado que al principio. Al filo de las siete de la tarde, riadas de gente inundan las calles en damero del barrio de Salamanca en todas direcciones. Un océano de paraguas se disemina por el barrio apelotonándose en los pasos de peatones. Las bocas de Metro engullen a la multitud. Casi todos tienen aún un camino largo que recorrer antes de llegar a casa, algunos hasta la otra punta de la ciudad, algunos hasta el más remoto confín de nuestro país. La mayoría se muestra poco esperanzada en que Zapatero retome la lucha antiterrorista junto al PP. Por ello, “seguiremos manifestándonos para que el Gobierno no claudique ante asesinos”. La dignidad no se moja.
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