viernes 4 de noviembre de 2011
No es una crisis, es un drama
Wifredo Espina
N O es una crisis, es un drama. Es distinta de las otras, más que una crisis Y más que un drama para millones de personas, una tragedia.
Pero la seguimos llamando crisis, porque no hemos adaptado el nombre a la realidad. No es un típico movimiento cíclico de la economía, de desajuste de oferta y demanda o de fallida de un sector o de varios. Es un cambio profundo, un corrimiento de tierras en el mapa político-económico global.
Se ha desplazado el centro de gravedad económico y político. Y la riqueza y la pobreza se están intercambiando de lugar. Y a los países de occidente, los hasta ahora ricos y poderosos, por ahora les toca el papel de perdedores. Esto no estaba previsto, a corto plazo.
Unos, como Francia, intentan aplicar las medidas tradicionales a los cambios de ciclo: progreso y depresión. Austeridad y estímulo de la demanda para animar el mercado y la producción. Pero producción y mercado están lejos: en China, India, Brasil...Allí está la oferta masiva y barata, y también el poder de compra.
Otros, como Alemania, iniciaron antes la austeridad y mejoraron la producción con talento innovador y la oferta con más productividad. Se están resistiendo a los efectos de los desplazamientos de los centros de gravedad. Por esto mandan y lideran, aún, en nuestras latitudes.
Pero las previsiones siguen siendo malas. La economía española, dicen los expertos, está estancada. Y la Organización Internacional de Trabajo nos advierte que, pese la las cinco millones de parados, la desocupación en España aún no ha tocado fondo. La crisis es mucho más que una crisis, y en cada unos de estos cinco millones de parados hay una tragedia.
Reconocer esta realidad comporta aplicar soluciones distintas a las de siempre. A una situación radicalmente diferente, medidas radicalmente diferentes. Ya no podremos vivir como ricos, y trabajaremos como pobres. Solo la capacidad de adaptación y la inteligencia innovadora nos salvarán
en un mundo cambiante a toda velocidad.
A una crisis –económica y social- distinta, soluciones nuevas para un mundo globalizado. Producir cosa nuevas y distintas, de forma diferente y a precios competitivos. Y evitar, con una equilibrada justicia distributiva, que haya sectores sociales que se hundan en la miseria.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=6282
viernes, noviembre 04, 2011
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