martes, noviembre 15, 2011

20111109, Rubalcaba, de humo a costes

AGLI

Miércoles 9 Noviembre 2011

La campaña del cambio: el análisis de las propuestas

Rubalcaba: de humo a costes

Carlos Rodríguez Braun

Una forma de analizar las ideas económicas del candidato socialista es permanecer a nivel del bochorno, y observar cómo presumen de garantes del Estado del Bienestar y el empleo los que han congelado las pensiones y alcanzado el mojón progresista de los cinco millones de parados.

Sugiero, no obstante, una dimensión complementaria: el coste. Los socialistas no son sólo pícaros buhoneros que pasean sus carromatos de pueblo en pueblo en busca de incautos a los que colocar pócimas inanes. Son más letales. No se limitan a vender humo abstracto sino que imponen costes concretos. No es que vendan tramposos crecepelos: es que depilan a la fuerza al personal.

Retrasar el ajuste. Las propuestas del líder socialista, así, no son puras fantasías sino que representan onerosos costes para los sufridos ciudadanos. Su apariencia es agraciada y sugestiva. ¿Cómo negar la hermosura de retrasar el ajuste de la economía española dos años, inundar Europa con un nuevo Plan Marshall, reducir el tipo de interés del BCE y convertir al ICO en suministrador de dádivas crediticias?

Más crédito. Como siempre, los socialistas engañan presentándose como gratuitos Reyes Magos. Es decir, suponen que la declaración política de prolongar la insostenibilidad, o de incrementar aún más el gasto público, o de expandir a la fuerza el crédito, son bienes puros sin mezcla de mal alguno, como si la confianza de los inversores extranjeros fuera manipulable a placer, o como si un tipo de interés virtualmente nulo no pudiese coincidir con una década de estancamiento, véase Japón. O como si la ayuda exterior, y no el trabajo de millones de personas hubiese protagonizado la prosperidad europea, o como si la banca pública fuera el motor de la prosperidad, véanse nuestras cajas de ahorros en manos de políticos y sindicalistas.

Que paguen los ricos. Pero a la hora de los costes, los socialistas extraen de sus chisteras el más vistoso de los conejos: sólo pagarán más los ricos y los banqueros. Lo dijo seriamente Alfred l’ Écoutant en el primer bloque del debate del lunes: sólo aumentará la recaudación mediante el impuesto a las grandes fortunas y a los banqueros. A primera vista, parecía una clara mentira: no hay forma de ampliar apreciablemente el gasto público cobrándoles más dinero a una minoría de multimillonarios y a un puñado de financieros. Otra cosa es hacer lo que hacen siempre los socialistas, a saber, descargar el castigo fiscal sobre los trabajadores y las clases medias, pero Alfred l’ Écoutant no dijo ni una palabra sobre ellos.

Impuesto a fumadores. Mentía, obviamente, y él mismo lo confesó en el bloque siguiente, cuando prometió financiar la sanidad pública subiéndoles los impuestos a los fumadores y a los bebedores, como si sólo fumaran los ricos y los banqueros. Aclaró, eso sí, que sólo subirá los impuestos de las bebidas con más graduación alcohólica que la cerveza y el vino. ¿De verdad pretende que nos creamos que sólo los opulentos toman orujo y pacharán?

De ganas y ganadores
Alfredo Pérez Rubalcaba va a perder las elecciones, pero ganó el debate
Carlos Alsina La Razón 9 Noviembre 2011

Discrepo de la opinión mayoritaria y de la conclusión a la que ayer llegaba este diario. Rajoy no «sentenció a Rubalcaba» porque éste venía ya sentenciado de casa. Va a perder las elecciones, pero ganó el debate. Lo ganó –si quieren– como líder de la oposición, pero el conocimiento que demostró de los asuntos que planteaba me pareció muy superior al de un Rajoy esquivo y rutinario. Es más sólido aquel que se estudia los temas hasta entenderlos (para ser capaz de explicarlos) que quien se aferra a un argumentario trufado de cifras pero se muestra incapaz de descender con precisión a la letra pequeña de las cosas. Admito que la pericia que ha alcanzado Rajoy como sorteador de preguntas pertinentes le permitió zafarse con displicencia cada vez que Rubalcaba le apretaba. Si el uno resultó arrogante en su insistencia, el otro me pareció excesivo en la indiferencia; si el uno incurrió en regodeo al sorprender a su rival en falta, el otro vino a confirmar que ya todo le resbala.

Rajoy va a gobernar y Rubalcaba, no. El candidato socialista despachó su programa en media línea porque con tres palabras está desactivado: «Haberlo hecho ya». Resultó burda la forma de taparse, pero conjuró el ensañamiento. Rajoy tiene propuestas y es capaz de recitarlas con imbatible memoria de opositor, pero si de verdad las conoce (y las entiende) perdió la oportunidad de demostrarlo. Me pareció decepcionante su falta de soltura en el manejo de conceptos clave. La facilidad con la que se extendió al hablar de las diputaciones o los colegios revela cuáles son los temas que domina (aquéllos que ya ha gestionado) y cuáles, por el contrario, los que no. En el debate sobre cobertura al desempleo, coste de la contratación-despido o sistemas de pensiones, se apaña con cuatro generalidades. A una semana y media de convertirse en presidente electo, ya va tocando bajar al detalle. Una cosa es que todo el mundo entienda la táctica del hombre invisible y otra, que se jalee.

Va siendo hora también de que el marianismo haga autocrítica y admita sus cambios de criterio, que también los tiene. Se desmelenó contra la subida del IVA y ahora asume que el impuesto está bien como está (no va a bajarlo). Negó su apoyo al Gobierno para retrasar la jubilación y ahora ni siquiera menciona la posibilidad de deshacerlo. Combatió la ley de matrimonio homosexual y ahora cruza los dedos para que el Tribunal Constitucional la avale. Rajoy porfió contra esa ley porque no compartía su esencia (no sólo su constitucionalidad); dado que ahora sí la comparte, le honraría declarar que el criterio correcto fue el de Rodríguez Zapatero.

La sesión de control del lunes la ganó la oposición entrante. No me sorprende que las encuestas den vencedor a quien va a ganar las elecciones porque el espectador tiene presente todo lo que los candidatos representan. Lo que perdió Rubalcaba no fue el debate, sino la legislatura. Rajoy, a la inversa, la ha ganado por desmoronamiento.

El debate
Por supuesto, inútil
José Antonio Martínez-Abarca Libertad Digital 9 Noviembre 2011

Lo preocupante no es que un debate televisivo en la España que deja Zapatero no sirva para cambiar el voto, sino precisamente que por esto cambie algún voto. Muy alienada debe de estar la gente para no ver por sí misma la situación en que nos encontramos, y necesite que la tele le convenza de cómo deber mirar adecuadamente la realidad cuando salga a la calle. En las actuales circunstancias de urgencia nacional, no tiene sentido hablar, como hacen algunos periodistas con retintín (con "rintintin", dicen en mi tierra), de los que nunca cambiarían su voto tras ver a Rubalcaba y a Rajoy porque están "previamente convencidos", como si fuéramos forofos. Si tras dos legislaturas de Zapatero aún hay quien no está "previamente convencido", es que quizás nos merezcamos el lenitivo de una tercera. ¿Fue un debate inútil? Por supuesto. O eso espero. Si alguien ha aguardado al "cara a cara" del lunes porque tenía alguna duda sobre lo que necesita el país, mejor que nos revele en qué envidiable balneario alejado del mundanal ruido y sin cobertura de ningún tipo ha estado recluido durante los últimos ocho años.

Cualquiera diría que se gastaron medio millón de euros en preparar hasta el último detalle. ¿Iría incluida la minuta de algún embalsamador? Rubalcaba aparecía céreo, y Rajoy algo espiritado. En Estados Unidos, donde tanto se aprecia el aspecto de ir a durar en buenas condiciones al menos el período del mandato, hubiesen dudado entre votar a alguno de los candidatos o ingresarlos a ambos. Rubalcaba, para parecer igual de alto que Rajoy, abusó de la palanca elevadora de su sillón, dejándole la mesa justo a la altura de la ingle, lo que, unido al traje con holguras y hombreras años ochenta que llevaba y su afición a subir los antebrazos como tirados por un hilo desde arriba, le hacían parecer un espantapájaros en medio del sembrado. Rajoy se ha excedido visiblemente con la dieta, o con las caminatas, dándole ese aspecto un poco necesitado del que miraba a Rubalcaba como Carpanta el famoso muslo de pollo. Quizás por la falta de nutrición (no quiero creer que sean los nervios tan pronto, ahora que necesitamos al registrador impasible) se le ha puesto un desagradable "tic" en la boca, la cual gira hacia la derecha. Es el único giro en ese sentido que le hemos visto desde antes del Congreso de Valencia. Antes no lo tenía. Debería hacérselo mirar.

En la exhortación final a los españoles, Rajoy volvió a echar mano de sus lecturas del Marca y Rubalcaba hubiese ahorrado minutaje si en lugar de abrir la boca hubiese sacado otro de sus cartelitos, ésta vez uno hurtado a cualquier pobre de la esquina relatando su angustiosa situación personal y familiar para que le "echasen algo". Rubalcaba no pretendía, como han dicho de la encuesta cocinada del CIS, "dar pena" a los electores abstencionistas por lo desmedrado del porcentaje de su partido, sino directamente suscitar la caridad. Nunca he visto una cara de lástima pareja. Nada me había dado tantas ganas de llorar como esta pedigüeñería postrer de Rubalcaba, al menos desde aquella escena en que Meryl Streep recibe las pertenencias del difunto personaje de Clint Eastwood en Los puentes de Madison. Por su parte Rajoy, en su alocución final a los españoles, se notó que ha metabolizado a medias las dos o tres últimas semanas de editoriales dedicados al nuevo modelo de juego del Real Madrid. La épica no le va demasiado con la cara. Eso de que España es "una gran nación que no se rinde, nunca" antes lo hubiesen reputado despectivamente de "prosa imperial" franquista, pero ya se sabe que Mariano se inspira más en los lugares comunes salidos de la Ciudad Deportiva que en las declamaciones romanizantes de Rafael Sánchez-Mazas. Desde que en la Ser tararearon el himno español tras el gol de Iniesta en la final mundialista, no hay peligro de que por estas cosas lo sitúen en la caverna
abarca@libertaddigital.tv

España
¿Cultura española?
Agapito Maestre Libertad Digital 9 Noviembre 2011

Resulta casi grotesco que tengamos que defender la cultura de España. Es un caso inédito entre los países civilizados. Es difícil hallar un país en el mundo que odie su propia cultura tanto como España; los españoles, especialmente sus "elites" políticas y culturales, no se inmutan ante este drama. Sí, sí, los españoles desconocen su propia cultura por el odio que han impuesto sobre ellas sus elites políticas sin distinción de partidos e ideologías; políticos nacionalistas y no nacionalistas, cultos e incultos, listillos o botarates, han coincidido en decir que este asunto carece de importancia... O, sencillamente, resuelven el asunto dándoles a sus amigos un espacio para un programita cultural en una de las cientos de televisiones que tienen a su disposición. ¡Salvajes!

Ya sé, ya sé, que esta generalización es arbitraria; ya sé que hay gente que vive por y para esa cultura española; claro que conozco todo ese tipo de tópicos y lugares comunes. Pero yo hablo de otra cosa más seria. Trágica. Lo que digo es que la cultura española como tradición e idea, costumbre y pensamiento, creencia y conocimiento, no tiene vigencia alguna en la España actual. El famoso Estado de las Autonomías tiene el dudoso honor de haberse cargado la noción de cultura española. Ha dejado sin vigencia alguna esa noción. Precisamente, por eso, para intentar remediar algunas de las perversidades derivadas de esa tragedia es hoy más necesario que nunca defender un Ministerio de Cultura o una Secretaría de Estado con fuerza política similar. En esta circunstancia, me han parecido acertadas, cómo no reconocerlo, las declaraciones de un político, José María Lasalle, diciendo que "será bueno que el futuro presidente del Gobierno viaje con la cultura española en la maleta."

En efecto, un Estado sin política cultural es un Estado-nacional muerto. No estoy hablando de dirigismo, tampoco de recomendaciones estatales para la labor de creación, ni mucho menos de fomento de un determinado tipo creación artística, etcétera... No, hombre, yo no hablo de nada de eso, sino de algo más sencillo de ver, a saber, la cultura española ha sido eliminada de comunidades enteras, cuando no ha sido estigmatizada para resaltar "culturas" locales o regionales. Cervantes no es estudiado en Cataluña y, por supuesto, Baroja, Unamuno o Maeztu, en el País Vasco, son los enemigos de los niños que asisten a las ikastolas. No crean que el resto de Autonomías se salvan de esta deriva salvaje: en Canarias, por ejemplo, Galdós, puede ser fácilmente sustituido por Caballero Bonald y, en Andalucía, Bécquer por Alfonso Groso. La catástrofe, en fin, es muy conocida.

Pero, en mi opinión, de nada sirve cerrar los ojos; es preferible reconocer que mil batallas hemos perdido los defensores de la cultura española. Tantas son las embestidas recibidas por la cultura española que ya no se pueden contabilizar, porque ni siquiera son percibidas como derrotas. Ya no existe, en verdad, para un par de generaciones la cultura española. A la derecha y a la izquierda, en los centros educativos y en las redacciones de los periódicos, tendremos dificultades para hallar personas que sean conscientes del problema. No saben ni les interesa por qué es una tragedia cultural que los niños y adolescentes españoles no estudien a Jorge Manrique o a Cervantes, les importa una higa que nuestros niños no sepan quién es Espronceda o Galdós. Y así en la arquitectura, la pintura, el teatro y otras tantas manifestaciones culturales que componen eso que, en otro tiempo, llamamos cultura española. La reducción, el encanijamiento y la ocultación de la cultura española son de tal calibre que me parece un soplo de aire fresco, un signo de esperanza, que alguien defienda la necesidad urgente de un Ministerio de Cultura o similar.

Cataluña, Portugal y Galicia
andrés freire ABC Galicia 9 Noviembre 2011

AÚN se prolongan las reacciones al exabrupto de Peces-Barba, aquel en que comentaba que a España le hubiera ido mejor con Portugal que con Cataluña.

En esta era de libertad de expresión, somos conscientes de cuáles son sus límites: puedes opinar lo que quieras, siempre que no molestes a nadie. Algo difícil de conseguir cuando existe una muchedumbre de gentes que vive de estar constantemente cabreada. Nuestros amigos los catalanes son en ello líderes. Ellos pueden decir cualquier cosa (Chacón el otro día: la derecha española odia a Cataluña porque ésta va a la vanguardia), pero que nadie se atreva a impugnar los tópicos catalanistas, que se convierte en enemigo de lesa patria.

Peces-Barba ha recibido, sin embargo, alguna respuesta inteligente: España nunca escogió entre Portugal y Cataluña; sólo fue capaz de retener en la unión a la segunda. Alguien hubiera podido añadir que, en caso de escisión catalana, Cataluña se hubiera convertido en lo que hoy es Portugal: nuestro querido país hermano. Personalmente lo dudo, pero a lo mejor cuela. Sin embargo, la Cataluña oficial ha preferido ser fiel a sus costumbres de exaltada indignación e insultos unánimes.

Dicho esto, recordemos la obviedad: nada hay más imposible que la contrahistoria. Es más, si hemos de señalar en qué momento la España mediterránea (con el Levante) venció a la atlántica (con Portugal), quizás habría que retrotraerse a la batalla de Toro (1476), cuando los portugueses, defendiendo a Juana la Beltraneja, fueron incapaces de derrotar a los Reyes Católicos. Poco después, Portugal creaba su propio imperio y ya era tarde para asimilarla sin problemas.

Uno ha echado en falta comentarios desde Galicia que fueran más allá del tópico de la España cerril. Al cabo, la escisión portuguesa la sintió nuestra tierra más que ningún otro territorio, al quedar aislada en la cornisa y malamente comunicada con la meseta. La guerra portuguesa tuvo además aquí uno de sus frentes más terribles. Plazas que cambiaban de manos, soldadesca más peligrosa que el enemigo, y una invasión lusa a sangre y fuego, cruzando el Miño en Goyán, que apenas pudo ser contenida a las afueras de Vigo.

Por cierto, ¿dónde estaban mientras tanto las afamadas tropas gallegas? ¿Acaso defendían nuestras tierras e intereses sojuzgando a los portugueses? Ni mucho menos, estaban llevando a cabo sus hazañas allá en Flandes. Y en el fondo, este dato nos da una de las claves del famoso «Problema de España». Tal como afirmaba la historiografía liberal del XIX, los reyes Austrias no defendieron los intereses de la nación española, sino los de su imperio. Les importaban más Flandes y Nápoles que Portugal. Ese es el pecado original que nunca nos hemos sacado de encima.

Publica ‘Mártires de Paracuellos’
Ricardo de la Cierva: “Carrillo no ha dicho nunca la verdad y por eso al final se ha quedado solo”
Santiago Mata. Madrid www.gaceta.es 9 Noviembre 2011

Hoy cumple 85 años Ricardo de la Cierva y Hoces, ministro de Cultura con la UCD en 1980, prolífico historiador, nieto de un ministro de Alfonso XIII y sobrino del inventor del autogiro. Su padre fue asesinado en noviembre de 1936 en Paracuellos del Jarama. A estas matanzas ha dedicado su último libro, Mártires de Paracuellos (Fénix).

-¿Dice que hay consenso entre los historiadores?
-Se ha pasado de la controversia a la unanimidad. Carrillo no ha dicho nunca la verdad y por eso se ha quedado solo.

-¿Cuántas personas fueron asesinadas en el Madrid republicano?
-En Paracuellos, 4.000. Para todo Madrid, Salas Larrazábal da la cifra de 16.000, basándose en las muertes violentas anotadas en el Registro Civil. El general Casas de la Vega, poco antes de morir, me dijo que tenía ya listas con 10.000 nombres. José Manuel Ezpeleta, de la Asociación de los Mártires de Paracuellos, habla de 26.000. Entre esas cifras andamos.

-Con la Memoria Histórica, se supone que el bando republicano defendía la democracia...
-Decir que en la zona roja había democracia es de carcajada. Yo he vivido en la zona roja ocho meses.

-Se habla del ‘Gobierno legítimo’...
-Pero es que el Gobierno no era legítimo. Eso no era una democracia. Un Gobierno que permite el asesinato del jefe de la oposición no es un Gobierno legítimo. No hay por qué conceder a unos señores, porque hayan perdido la guerra, que por eso tengan razón. Suele ser al revés.

-Incluso el PP votó a favor de dar la nacionalidad española a los brigadistas internacionales.
-Fue un disparate.

-Pero no se la dan a los marroquíes e ‘internacionales’ de Franco.
-La Guerra Civil la ganaron los nacionales porque la hicieron mejor, en todos los sentidos: cívico, militar. El problema es que los rojos, los republicanos como se quieren llamar ellos, aunque no lo eran, perdieron la guerra y ahora la quieren ganar. El señor Zapatero está convencido de que los rojos ganaron la Guerra Civil. Es terrible que un Gobierno formado por gente seria, con educación y con experiencia política, esté convencido de que ganaron la guerra y de que la Memoria Histórica les favorece a ellos, que en la zona nacional éramos todos unos asesinos y que ellos eran buenísimos y demócratas puros.

-La guerra se reduce a un golpe de Estado.
-Ellos no quieren hablar de la revolución porque fue un caos. La República se levanta contra los militares, sí, porque se habían sublevado antes algunos. El problema en julio del 36 es que de ahí no se salía más que con guerra civil. Estoy completamente convencido de que no podíamos convivir. Qué le vamos a hacer. Gil-Robles dijo la frase famosa el 15 de mayo: “Media nación no se resigna a morir”. Y el 18 de julio nos alegramos muchísimo de que viniera la guerra. La reacción unánime de los dos bandos fue: menos mal, ahora lo vamos a dirimir.

-Payne dice que la politización de la guerra es obra de Felipe González.
-A Zapatero se lo dijo alguien, yo no sé quién sería, porque él es incapaz de concebir nada. Es un hombre corto de inteligencia, muy cerrado.

-¿Tiene que ver con la incapacidad del socialismo de mostrar logros?
-El socialismo español ha sido generalmente moderado y con políticos importantes en su nómina. Pero siempre han escogido al peor. En la lucha Prieto-Caballero escogieron a este, y por eso hubo Guerra Civil.

-¿Por qué han roto el pacto de no manipular la historia?
-Entre ellos no había cabezas como para dar ese giro. Zapatero no era capaz de un movimiento estratégico de esa envergadura. Como no ha sido capaz de nombrar a Rubalcaba, un nombramiento muy acertado. La prueba es que el follón de ETA lo ha montado él. ¿Quién les dice a los socialistas que vayan por ahí? No lo sé. No sé si será el propio Rubalcaba.

Franco. “No lo sacarán del Valle”Preguntado sobre si antes del 20-N el Gobierno sacará a Franco del Valle de los Caídos, Ricardo de la Cierva dice: “No, no creo. Querrán hacerlo, pero posiblemente habría un movimiento militar. Está el ejército muy desmoralizado, pero ante que saquen a Franco del Valle de los Caídos, están demasiado hundidos ellos (PSOE) como para hacer algo así. Han apostado todo a lo de ETA. Está muy bien hecho, tratar con ETA, aunque son unos cafres... Pero yo creo que a Franco no lo sacan, no es que no quieran, claro que quieren”.

191 personas fueron fusiladas
Santiago Mata ofrece las claves del "mayor fusilamiento público de la Guerra Civil"
www.gaceta.es 9 Noviembre 2011

El autor de 'El tren de la muerte' ha dedicado dos años a reconstruir estos hechos y para ello ha ahondado en los documentos que dan cuenta de lo ocurrido.

El periodista e historiador Santiago Mata (Valladolid, 1965) ha investigado en su último libro, El tren de la muerte (La Esfera de los Libros) lo que él mismo califica como "el mayor fusilamiento público de la Guerra Civil", una masacre que tuvo lugar el 12 de agosto de 1936 cuando un tren procedente de Jaén era inmovilizado por grupos de milicianos en un apeadero cercano a Vallecas. De las 240 personas que viajaban en él 191 fueron fusiladas.

Los pasajeros de este tren fueron detenidos en la provincia andaluza por su filiación política de derechas o su catolicismo y en él viajaba el obispo de Jaén junto a su hermana. Todos ellos eran conducidos a la cárcel de Alcalá de Henares pero ante la presión de los milicianos, el Gobierno accedió a que los presos fueran fusilados. Sólo lograron escapar unos pocos, entre ellos Leocadio Moreno, un joven de 19 años que Santiago Mata ha conseguido localizar y que a sus 94 años recuerda vívidamente lo que ocurrió, aunque confiesa no haberlo contado más que "tres o cuatro veces" en su vida y nunca a sus padres, señala Mata.

El autor ha dedicado dos años a reconstruir estos hechos y para ello ha ahondado en los documentos que dan cuenta de lo ocurrido, si bien apenas existen datos poco más allá de los nombres de las víctimas y la identificación de los verdugos sobre los que hubo una escueta investigación policial. Curiosamente, y por diferentes motivos que expone en el libro, ni el bando republicano ni, sobre todo, el franquista quisieron profundizar en lo sucedido.

"Por curiosidad"Para Santiago Mata esta investigación empezó inicialmente "por curiosidad" pues le "chocaba" que apenas se explicara lo ocurrido. En el libro, el historiador descubre el lugar exacto donde fueron fusilados los 191 presos que llegaban a Madrid procedentes de Jaén.

El tren de la muerte está dividido en tres partes. En la primera se reconstruyen, a la luz de los documentos, los sucesos de los días 11 y 12 de agosto de 1936: las matanzas de cientos de presos que llegaban a Madrid procedentes de las provincias de Jaén y Córdoba (ese día 11 el intento no tuvo el éxito esperado pues viajaban más de 300 personas de las que fusilaron a 11, pero en la jornada siguiente sí se logró el objetivo).

La principal evidencia obtenida al respecto es que estas matanzas según Mata, fueron autorizadas por el Gobierno de la República con el consentimiento muy probablemente del presidente del Gobierno (José Giral), casi con certeza del ministro de Gobernación (Sebastián Pozas) y sin ningún género de dudas del director general de Seguridad (Manuel Muñoz).

Según explica, el anuncio del envío de los presos en trenes, hecho desde Jaén por diputados socialistas, llevó al asalto en Atocha del primero de los trenes, y tras el fracaso parcial de este asalto, a la preparación concienzuda de la segunda y más mortífera matanza. En esta preparación intervinieron fuerzas militares comunistas, socialistas y anarquistas.

Consecuencias internacionalesEn la segunda parte, Mata narra las "consecuencias internacionales" de esta acción. La documentación diplomática ha revelado que, al día siguiente de producirse la masacre, los embajadores extranjeros comunicaron al Gobierno republicano que admitirían en sus sedes diplomáticas a ciudadanos españoles. "Todos los Gobiernos, excepto México, Turquía y Argentina, autorizaron a sus embajadores a marcharse de España, si bien finalmente no lo hicieron pensando en la protección que debían a sus súbditos", explica.

Así, en su opinión, los otros países dejaban claro que consideraban que La República había dejado de ser un Estado de Derecho que pudiera reclamar la solidaridad de las democracias occidentales.

Por último, en la tercera parte, Santiago Mata analiza los motivos por los que especialmente el régimen franquista no dio a la masacre la relevancia que tenía. Su teoría es que estos sucesos podían "poner en entredicho" algunos mitos del franquismo. Por ejemplo, el papel heroico que en la posguerra se asignó a la Guardia Civil (invocando para ello la gesta del Santuario de Santa María de la Cabeza) podía quedar en duda si se conocía la conducta de dudosa adhesión al alzamiento, o abierta cobardía, de algunos mandos de la Benemérita en Jaén.

Asimismo, tampoco salían bien paradas muchas familias adineradas de la provincia, que habían evitado la cárcel, la deportación y la muerte pagando un rescate. El autor apunta que, en realidad, la colaboración con las autoridades revolucionarias había sido mucho más habitual de lo que pudiera pensarse a primera vista.

A la vista de todo esto, Santiago Mata señala que las personas que viajaban en ese tren "fueron las víctimas más olvidadas". Todas ellas, perfectamente identificadas, fueron enterradas inicialmente en el cementerio de Vallecas pero en los años 40 se les trasladó a la cripta de la catedral de Jaén.

Testimonio definitivoEl libro también incluye el testimonio de Leocadio Moreno, que tenía 19 años en el momento de la masacre y que es el último superviviente de esa masacre. En su opinión, "las más de 200 víctimas de los trenes de Jaén han sido las grandes perdedoras de aquella tragedia".

Las peripecias tremendas que sufrió Moreno, quien logró escapar de aquellos fusilamientos mostrando un carnet de estudiante y alegando que pertenecía a los socialistas universitarios, le han dado al autor el "impulso decisivo" para escribir este libro. "Paradójicamente Leocadio Moreno logró, diez días después de aquellos hechos, volver a burlar a la muerte durante su estancia en la Cárcel Modelo haciéndose pasar por un preso común para no ser ajusticiado. Y, durante la guerra, a pesar de ser de derechas, le tocó defender el bando republicano y también sobrevivió", narra Mata.

En conjunto, El tren de la muerte pone en evidencia cómo las dos partes implicadas en la Guerra Civil estuvieron interesadas, aunque por causas distintas, en ocultar las dimensiones reales de la estructura de poder y del cambio social que se produjo en la retaguardia republicana.

Santiago Mata se licenció en Historia en 1988 y en Periodismo dos años más tarde. Entre 1996 y 2004, vivió en Eslovaquia y Austria, trabajando para diversos medios de comunicación. Es redactor de cultura y sociedad en La Gaceta. Entre sus publicaciones de divulgación histórica destacan U-Boote. Submarinos alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Mito y realidad de un trágico destino, el especial sobre Bombardeo estratégico en la Segunda Guerra Mundial y la biografía El hombre que demostró el cristianismo. Ramon Llull.

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ETA-PSOE: Conexión venezolana
Enrique de Diego Estrella Digital 9 Noviembre 2011

En la última semana de julio, el "comité ejecutivo" de la banda terrorista socialista ETA se reunió en un chalet de la ciudad venezolana de Valencia, estado de Carabobo, para debatir y analizar sus propuestas de cara a la negociación con el partido socialista. Asistieron ocho pistoleros, entre ellos, Antonio Troitiño, oportunamente soltado para la ocasión por el Gobierno con la aquiescencia de la Audiencia Nacional. Troitiño lo hizo en representación de los presos.

La reunión de los matones fue auspiciada y sufragada por el Gobierno de Hugo Chávez, lo que marca la existencia de una conexión venezolana en la negociación-cesión que pretende desestabilizar a España.

No espero, por supuesto, que este Gobierno de inútiles e incompetentes, al que ya le quedan pocos días, lacayo de los terroristas, a los que ha devuelto a las instituciones, con lo que ello implica de financiación, tome medida alguna contra el ejecutivo chavista. Aunque esta conexión venezolana debería ser muy tenida en cuenta por el futuro Gobierno del Partido Popular; entre otras cosas, por lo que implica de injerencia en los asuntos internos de España. Lo cual es intolerable.

Como es bien sabido, esta conexión venezolana está coordinada por el etarra, Arturo Cubillas, que forma parte, junto con su esposa, del entramado gubernamental de Chávez, al más alto nivel: director general él, y ella, jefa de gabinete de la vicepresidencia. Cubillas satisface su odio a España siendo el encargado directo de las expropiaciones de bienes a españoles. Lo que perpetra con sañudo celo.

La plataforma de reivindicaciones que los matones aprobaron en su reunión de la ciudad venezolana de Valencia incluía la salida a la calle de los terroristas encarcelados en el plazo máximo de 10 años, la escandalosa concesión de una especie de sueldo de 1.500 euros mensuales a los terroristas fugados que volvieran a España y el establecimiento de líneas de crédito blando para que pueda rehacer su vida. Créditos que, por cierto, ahora, no están al alcance de empresarios y autónomos.

Los terroristas acordaron exigir la suelta del etarra Arnaldo Otegi de forma que pudiera encabezar la candidatura a la Presidencia del gobierno autónomo vasco en 2013.

No estoy en condiciones de indicar si el Gobierno español ha aceptado este cúmulo de cesiones y despropósitos, pero la lógica induce a pensar que sí lo ha hecho.

Otrosí: El PSOE en el día de la marmota: mitin de Felipe González y Alfonso Guerra con Rubalcaba. ¡Olé la renovación, la modernidad y las momias!

Otrosí: Mi libro Para salvar a España, carta a Rajoy ya se encuentra a la venta en todos los centros de El Corte Inglés y Casa del Libro.

Otrosí: Me alegro de que el PSOE, que tanto daño ha hecho, se esté hundiendo, con el mediocre de Rubalcaba y la marisabidilla de Elena Valenciano. No van a llegar ni a los cien diputados.

Un pelo en la sopa
Maite Nolla www.gaceta.es 9 Noviembre 2011

Hace unos años el maestro Alejo Vidal-Quadras escribió un soberbio artículo describiendo la persecución que estaba sufriendo el grupo de rock Sopa de Cabra. Sopa de Cabra era uno de los grupos pertenecientes a una movida propia que nació a finales de los ochenta y que se conoció como el “rock català”. A diferencia de otros, Sopa de Cabra era uno de los pocos grupos realmente buenos que hubiera triunfado igual al margen de etiquetas. De hecho, una servidora tiene todos sus discos. El caso es que en pleno éxito, los integrantes del grupo tuvieron la nefasta idea de grabar un disco en castellano, motivo por el cual muchos de los actuales dirigentes de CiU, con los hijos de Pujol a la cabeza, decidieron boicotear sus conciertos. De eso hablaba el artículo de don Alejo, del infierno por Mundo infierno, que así se llamaba el disco.

Pese a aquello, el líder de Sopa de Cabra se convirtió al independentismo sincero y anda estos días envuelto en una polémica de esas que tanto nos excita aquí en Cataluña. Una entrevista en TV3 ha destapado que Gerard Quintana habla castellano con sus hijos. ¡Córcholis! Ante tan dramático hecho, el nacionalismo ha reaccionado de forma desigual. Algunos, los más radicales –y los más coherentes– han pedido un poquito de seriedad al artista con la causa. Hay que ser independentista las 24 horas. En caso contrario nos convertimos en Lluís Llach, que ya saben ustedes que denuncia el expolio fiscal español, pero que domicilia sus fundaciones en Madrid para pagar menos. Otros han recordado que los nacionalistas son como los de Bilbao: que pueden nacer donde quieran y hablar lo que les dé la gana. Un nacionalista, aunque no sea catalán, siempre será mejor catalán que un catalán no nacionalista; y con el idioma pasa lo mismo: recuerden a Montilla.

El problema moral es de primer orden: ¿se puede ser independentista y hablar castellano, pero no comerciante o funcionario y no proceder en catalán? El nacionalismo ha encontrado un pelo en su sopa.

*Maite Nolla es abogada.

Agujeros negros
El sesgo ideológico que toman las televisiones autonómicas cuando mudan los parlamentos justifica por sí mismo un cambio de modelo
juan granados ABC Galicia 9 Noviembre 2011

Les sanglots longs
Des violons
De l'automne
Blessent mon coeur
D'une langueur
Monotone.
(Paul Verlaine, Chanson d'automne)

EL endeudamiento secular al que nos abocan los pactos para la capitalización de los bancos españoles que viene de firmar Rodríguez Zapatero obligará al partido que gane las elecciones a efectuar ajustes realmente drásticos si se quiere evitar que cada uno de nosotros se vea abocado a portar una cartilla de racionamiento más pronto que tarde.

No extraña, entonces, que se puedan leer en el programa del PP afirmaciones como la que sigue: «Impulsaremos las reformas legislativas necesarias para que las administraciones autonómicas y locales tengan libertad para adoptar nuevos modelos de gestión de las televisiones públicas que permitan la entrada a la participación privada». Es decir, que se plantea, nada menos, si debe desaparecer el modelo de televisión pública gratis-total como ahora la entendemos.

Con el andar del tiempo, unos y otros han convertido a estos «entes públicos» en inmensos agujeros negros que todo lo engullen a cambio de casi nada. El muy keynesiano argumento que sostiene, ya es sostener, que la televisión pública ofrece contenidos minoritarios que las cadenas privadas se niegan a difundir por poco rentables, ya no vale: para eso ya tenemos Internet, aparte, claro es, de que muchos contenidos minoritarios se ganen a pulso el serlo.

Naturalmente, esto no es lo peor. El evidente sesgo ideológico que toman las televisiones públicas en cuanto mudan sus patrones en los parlamentos autonómicos justificaría por sí mismo un cambio de modelo. En según qué autonomías, el intento de adoctrinamiento público es ya general, algunas sienten tal desprecio por la vinculación al resto del país que más parecen emisoras gibraltareñas. Por ejemplo, un concurso musical de TV3 que otorga un 10 a un cantante «charneguito» por «hacer el esfuerzo» de cantar en catalá. Cosas, en fin, de mucha chufla y mucha befa a costa del contribuyente y del propio que se presta a tales desmanes coloniales.

Claro que lo público no tiene que ser necesariamente así, en tiempos más dignos, emisoras como la BBC se ganaron a pulso su existencia desde el rigor y el servicio al común. No puedo olvidar aquellos versos de Verlaine, los mismos que presiden este artículo, que fueron emitidos el 5 de junio de 1944 para alertar a la resistencia francesa de la inminencia de la operación «Overlord» de desembarco en Normandía. Había entonces más romanticismo y menos, mucha menos, injerencia en el bolsillo del procomún, que es de lo que finalmente se trata. Pues si se nos ha de adoctrinar, al menos que lo paguen otros.

40 boticas, en concurso de acreedores
Las farmacias catalanas, en crisis por los recortes de la Generalitat
Julia Urgel. Barcelona www.gaceta.es 9 Noviembre 2011

El 9% de las boticas está en una situación económica “comprometida” .

Mil farmacéuticos sin trabajo, 40 boticas que han presentado concurso de acreedores porque no pueden hacer frente a los compromisos económicos con los proveedores, más otras 260 –un 9% del total que hay en Cataluña– que viven una situación de viabilidad económica “comprometida”.

Las medidas de contención y los recortes que desde el mes de septiembre aplica la Generalitat a la Sanidad catalana han dejado a las farmacias temblando. Los retrasos de los pagos, agravados desde septiembre por el Gobierno de Artur Mas, que liquida a 80 días de promedio, no dejan dormir a los boticarios. Menos aún a aquellos que adquirieron su negocio entre 2007 y 2008, o a otros que facturan menos por estar ubicados en zonas rurales o barrios más pequeños, que son los más perjudicados.

Todas estas conclusiones se recogen en un informe que presentó ayer el Colegio de Farmacéuticos de Cataluña, del que se desprende que el importe de los pagos atrasados por la Administración catalana asciende a 41,7 millones de euros al mes.

Además, informa de que el boticario asalariado no llega al sueldo mínimo de 1.500 euros al mes y que 600 farmacéuticos adjuntos han tenido que convertirse en auxiliares técnicos por la crisis en el sector. En señal de protesta, las 3.000 boticas catalanas han iniciado hoy una campaña de concienciación “Enciende la luz de alarma”, que consistirá en mantener la luz de guardia encendida durante las 24 horas del día.

http://www.libertadidioma.com/20111109.htm

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