La herencia de Flandes
Honorio Feito
E SCRIBO este artículo cuando aún suenan los últimos estertores socialistas del equipo de Zapatero, en las horas finales de la campaña electoral. Tal vez cuando vea la luz, y si Dios no lo remedia, España habrá experimentado un cambio en la dirección política, al menos en lo que respecta a los nombres y las siglas. Porque tal y como están las cosas, es probable que esta nave llamada España necesite de un práctico capaz de llevarla a puerto seguro (en este caso, el mérito de la gestión económica habría que apuntársela a Bruselas).
Apuro, en estas horas finales de la campaña, algunas lecturas relacionadas, precisamente, con Bruselas. La otrora capital de Flandes me viene ocupando parte de mi tiempo al haber sido invitado, por los Amigos del Camino Español de los Tercios, a participar en las primeras jornadas que organizan, en la sede del actual Museo del Ejército, en el Alcázar de Toledo, a una de las dos mesas redondas que han convocado. Se celebrarán estas primeras jornadas, los días 22 y 23 de noviembre, con sendas conferencias a cargo del Almirante D. José María Treviño Ruiz, que hablará de “La Acción marítima en Flandes. Batalla de las Dunas; y La Logística de los Tercios en el S. XVII, que correrá a cargo del teniente coronel, Profesor de la Academia de Logística D. Víctor Sánchez Tarradellas. Paralelamente al desarrollo de estas conferencias, tendrán lugar dos mesas redondas que tratarán sobre “La Leyenda Negra” y “España-Flandes, la herencia”, en la que formo parte de una terna de lujo, como diría un taurino, pues me acompañarán el periodista don Ramón Castillo Meseguer, que fue agregado de prensa en Bruselas, y el coronel e historiador don Juan Batista González. Actuará como moderador el coronel Elices, en la segunda, y el periodista y escritor, autor de numerosos y apetecibles libros don Fernando Martínez Laínez, en la primera.
Pues, sin ánimo de buscar las cosquillas a la situación económica y política que nos embarga, me parece que lo vivido en estos últimos tiempos podría conceptuarse la herencia de las relaciones España-Flandes: Nosotros, como entonces, contamos con Bruselas pero Alemania, como entonces, lo que quiere es meternos en cintura (también a los italianos que, como entonces, formaban parte de los Tercios). Y Francia, como entonces, no está por la labor de dejarnos medrar.
Aquí lo que hace falta es un duque de Alba en condiciones, capaz de someter a los mercaderes de las agencias para que no levanten las primas de riesgo.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=6301
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