martes 22 de noviembre de 2011
Lo que Rajoy debería hacer en diez días y no sabemos si hará
Roberto Centeno El Confidencial 21 Noviembre 2011
Como apuntaban todas las encuestas, Rajoy ha conseguido una victoria aplastante sobre los socialistas. El hundimiento del socialismo más sectario, ignorante y radical de Occidente era condición necesaria pero no suficiente para la recuperación política, moral, económica y social de España. Pero se necesita infinitamente más, porque el problema de fondo no son solo el PP o el PSOE. Camps no es menos inepto ni menos tonto que Zapatero, y el grado de ruina de Valencia, Cataluña, Andalucía, Madrid capital y muchas otras no es menor, sino mayor, que el del Estado. El problema de fondo es un modelo de Estado inviable e intrínsecamente corrupto, que ni España ni nadie pueden financiar. Sin autonomías, España volvería a crecer como un tiro.
Ignoro qué piensa hacer Rajoy, pero el mensaje del viernes del Consejo de la Unión Europea, es claro e inequívoco: “Que España se ayude a sí misma”. Algo que tiene toda la lógica del mundo, ya que el modelo de Estado impuesto en la Transición por la dictadura partitocrática para repartirse España como si fuera un solar, ha permitido colocar a dedo a entre 1,6 y 1,8 millones de parientes, amigos y correligionarios, no solo para no hacer nada, sino para dividir la nación en 17 mercados diferentes. La vuelta a la tribu ha permitido que políticos irresponsables y venales despilfarren decenas de miles de millones en obras inútiles o suntuarias, cuyo mantenimiento posterior es ruinoso. Ni Zapatero, ni los barones, ni los alcaldes consultaron a nadie para endeudarse hasta las cejas. Ni Europa ni nadie van a seguir financiando esta barbarie. Y estamos hablando, tomen ustedes nota de la cifra, de un despilfarro anual de 120.000 millones de euros.
Pero el problema es mucho peor, porque esto lleva funcionando años, demasiados años, y hemos acumulado una deuda que ya no podemos devolver. La semana pasada superamos el punto de no retorno, la prima de riesgo ha desbordado el límite fijado por la Cámara de Compensación de Londres, donde los bancos europeos y españoles obtienen el grueso de su financiación, y que si antes facilitaba el 85% de liquidez a cambio de la deuda española, ahora es el 70%. Esto significa, de un lado, tipos de interés insostenibles, y de otro, menos financiación y posibilidades de crédito. Cuando en 2012 hay que refinanciar 378.000 millones de deuda, incluida la autonómica y local, más 100.000 millones de deuda nueva que necesitan las AAPP, porque no hay un euro para devolver, no es que la tarea sea difícil, es que es imposible. El rescate es inevitable.
Un Gobierno de emergencia nacional
Hay decisiones que no pueden demorarse ni una sola semana si se quiere evitar el hundimiento. Por ello, es esencial nombrar un Gobierno de urgencia esta misma semana. Y permítanme resumir las decisiones inaplazables a un brillante ex alumno mío en la Universidad Autónoma de Madrid, y que después obtendría la Cátedra de Hacienda Pública, por oposición y no a dedo como se hace ahora. Me refiero a Cristóbal Montoro, posible vicepresidente económico. Si menciono este hecho, es solo porque él me lo recordó públicamente hace unas semanas en un debate en Veo 7 en el que coincidimos, algo que me mueve a realizar las reflexiones siguientes, que valen, en el caso de que Montoro no sea elegido, para cualquiera.
Reflexiones a un antiguo alumno: ‘vis et honor’
Estimado Cristóbal, si efectivamente se confirma tu nombramiento, no voy a felicitarte. Sería un sarcasmo, porque lo que tienes encima no se le puede desear a nadie: sacar a España de la mayor catástrofe económica y social jamás ocurrida en tiempos de paz. Nada que ver con el 96, porque entonces la economía crecía, hoy no. Familias y empresas disponían en aquellos tiempos de financiación ilimitada, hoy de ninguna. El sistema financiero no tenía problemas, hoy está quebrado. La deuda externa era irrelevante, hoy es brutal. Teníamos las joyas de la corona para vender, hoy han desaparecido.
En la conversación en Veo 7, ante y fuera de cámara, me resultó obvio que tienes dos virtudes esenciales, y la gente debe conocerlas. La primera, una formación y unos conocimientos mayores que ningún vicepresidente económico desde la muerte de Franco, si exceptuamos a Enrique Fuentes Quintana. Segunda, tenías clara la urgencia, el hecho de que no se puede perder un solo minuto, y la dirección de las medidas a tomar, que unido a lo primero es más que suficiente para darte un voto de confianza. Solo discrepé contigo en una cosa: la intensidad de las mismas. En concreto, tu no creías necesario acabar con el sistema autonómico y yo sí; tu creías que el sistema financiero podía salvarse y yo no. Los hechos en las semanas transcurridas van, desgraciadamente, a favor de mis tesis. En todo caso, creo que no podrás estar en desacuerdo con las tres medidas esenciales a tomar.
No deberían tocarse el gasto en Educación y Sanidad, que suponen el 45% del gasto total -y no el 80%, como dicen muchos-. Primero, por justicia, pero sobre todo porque es innecesario, dado que antes hay infinidad de gastos inútiles donde recortar. La única medida es el acabar con los liberados sindicales y el absentismo, que llega al 20%
Gasto público. No hay nada tan urgente como equilibrar las cuentas públicas, y ello es imposible si no empiezas imponiendo la prohibición a todas las AAPP de gastar un solo céntimo más de lo que ingresan desde 2012, sin excepción alguna. Asimismo, dar un plazo hasta Navidad a CCAA y Ayuntamientos del PP para presentar Presupuestos 2012 con déficit cero, y al resto, obligarles a lo mismo. Tienes mecanismos de sobra para ello.
No deberían tocarse el gasto en Educación y Sanidad, que suponen el 45% del gasto total -y no el 80%, como dicen muchos-. Primero, por justicia, pero sobre todo porque es innecesario, dado que antes hay infinidad de gastos inútiles donde recortar. La única medida es el acabar con los liberados sindicales y el absentismo, que llega al 20% (220.000 empleados públicos que en estos sectores no van a trabajar y siguen cobrando). Pero el grueso de la reducción de gasto tiene que venir del 55% restante: cierre del 90% de las empresas públicas inútiles, reducciones de sueldos (no pueden ganar un 30% más que la media del sector privado que son quienes les mantienen), reducción de personal (empezando por los 1,6/1,8 millones nombrados a dedo), televisiones, embajadas, oficinas de lujo, coches, viajes (Sinde, con una desvergüenza pasmosa, está dando la vuelta al mundo a nuestra costa).
El ahorro estimado sería el siguiente: en Educación y Sanidad, en las que 10.000 liberados se pondrían a trabajar, 450 millones; absentismo reducido a la media europea del 5%, 6.500 millones. En el resto, prohibición de que los gastos superen a los ingresos, 80.000 millones (unos 30.000 el Estado y 50.000 de AAPP). Lo principal, Comunidades y Ayuntamientos, donde el despilfarro es máximo, 50.000 millones, de los que unos 35.000 son duplicidades a eliminar. Finalmente, fin de las subvenciones a sindicatos, patronal, partidos políticos y SGAE, inexistentes en el resto de Europa, lo que supondría otros 3.000 millones los primeros, incluyendo el robo de las políticas activas de empleo que pueden realizar mejor funcionarios que sobran a cientos de miles.
El establecer la intensidad y las prioridades en los recortes será tu primer problema, pero tienes un ahorro potencial de 90.000 millones de euros. Si, por el contrario, el ahorro se limita a solo 20.000 millones, una cantidad ridícula que es la que se está barajando, será el final. Eso supone una necesidad de deuda nueva de 70.000 millones más los 378.000 millones de refinanciaciones. Es decir, el 44% del PIB, algo metafísicamente imposible que hará inevitable el rescate, e incluso un nuevo gobierno de gestión. Y en 2013, lo sabes bien, habrá que gastar menos de lo que se ingresa para amortizar y reducir la ruina de los intereses.
Sistema financiero. Es necesaria la sustitución inmediata del Gobernador del Banco de España por “grave incumplimiento de sus obligaciones”. Fernández Ordóñez no puede estar ni un segundo más al frente de la principal institución económica. Y abordar de inmediato, y de una vez por todas, la reestructuración del sistema, cerrando todo lo inviable, que es mucho. El famoso “banco malo” donde el sistema colocaría toda la ruina para que la pagaran los españoles, no solo sería un robo, es que ya no hay dinero para ello. Por último, acabar con escándalos como el de Bankia, donde los primeros ejecutivos, todos ellos políticos, se ponían sueldos de escándalo con dinero público (10 millones de euros, de los que cinco fueron a parar a Rato, el doble que Botín y el triple que Fainé) mientras obligaban a sus clientes a suscribir la salida a bolsa, de dudosa viabilidad, aunque ellos compraban cantidades ridículas.
Mercado laboral. Tres aspectos son esenciales: cambiar la última reforma laboral para que las negociaciones a nivel de empresa tengan prioridad sobre las sectoriales y autonómicas; contrato único para acabar con la dualidad entre indefinidos y temporales y eliminación de la ultraactividad.
No obstante, Montoro, debes tener claras las prioridades. La reforma laboral no sirve de nada si no hay crédito, y no lo habrá con el actual sistema financiero. No sirve de nada si seguimos gastando más de lo que ingresamos. Y no sirve de nada si tenemos los precios energéticos más caros de Europa.
Después viene todo lo demás. La reforma del sector energético, donde los monopolios petrolero, gasista y eléctrico están abusando de los consumidores como jamás había ocurrido en el pasado. Y por supuesto, la derogación del Concierto Vasco, un robo inaceptable de 9.000 millones anuales al resto de los españoles. Solo me queda desearte suerte, porque tienes por delante la tarea sin duda más difícil de la historia económica de España. Y como decían los oficiales de las legiones romanas antes de entrar en batallas imposibles de ganar, pero que sí ganaban: Vis et honor. Fuerza y honor.
http://www.libertadidioma.com/20111121.htm
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario