jueves, agosto 14, 2008

Mas humo contra la crisis

Más humo contra la crisis

Jueves, 14-08-08

LAS cifras económicas continúan sin dar un respiro a los españoles. Las muestras de recuperación que el Gobierno sigue pronosticando no asoman por ningún lado, y así lo acredita, por ejemplo, el dato de la inflación: en julio, el IPC descendió cinco décimas respecto a junio, pero la tasa interanual repuntó tres décimas hasta alcanzar el 5,3 por ciento, su valor más alto y preocupante en los últimos dieciséis años. Tampoco hay indicios de que el avance de la tasa de crecimiento del PIB en el segundo trimestre del año vaya a ser favorable. Y cifras como las ofrecidas ayer por ABC, según las cuales las potentes empresas norteamericanas en España -que aportan el 7 por ciento del PIB- están ya reduciendo sus inversiones por el impacto de la crisis, siguen configurando un escenario oscuro, incierto y generador de más desconfianza aún sobre la evolución de nuestra economía.
No es realista el Gobierno cuando se ampara en la moderación del precio del crudo para anunciar un cambio de tendencia en la evolución de los precios durante agosto y, aunque fuera así, difícilmente permitiría cerrar el año con una tasa de inflación por debajo del 4 por ciento. De hecho, Zapatero, Solbes y el equipo económico de Moncloa siguen sin escarmentar. Se niegan a aprender las lecciones del pasado y continúan mostrándose tan imprudentes como cuando, hace ahora un año, el Gobierno infravaloraba el calado de la crisis que se avecinaba con la inegunidad propia de quien confía su gestión al buenismo y a la demagogia, o de quien llamaba antipatriotas a quienes alertaban de lo que se avecinaba sencillamente por el hecho de que estos sí percibían lo que el Ejecutivo, con una mezcla de negligencia, imprevisión y engaño a la opinión pública, se negaba a ver. Pretender tranquilizar a la sociedad fingiendo dar una imagen de control de la situación no es realista ni eficaz porque el bolsillo no miente. Recurrir a una política de búsqueda permanente de excusas para tratar de justificar una inflación tan alarmante no es lo que necesita y exige el ciudadano, hastiado de recibir buenas palabras y explicaciones vacías de contenido cuando se perpetúa la caída del consumo, cuando la tasa de desempleo abruma, cuando se desboca el gasto público, o cuando crecen los impagos de familias y empresas y el aumento de la tasa de morosidad empieza a escamar a los bancos.
La mejor muestra de que Zapatero es consciente de su profunda crisis de credibilidad es el gesto de interrumpir ayer sus vacaciones para presidir por primera vez la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, preparatoria de un Consejo de Ministros que se celebrará hoy con carácter extraordinario y con un contenido netamente económico. Sin embargo, la inacción, la pasividad, no se pueden maquillar con meros impulsos aparentes o con rudimentarias operaciones de propaganda política. Es absurdo combatir la crisis aireando una y otra vez las supuestas bondades de las 54 medidas puestas en marcha por el Gobierno meses atrás o reiterando hasta el hartazgo propuestas para reanimar nuestra economía que nunca terminan de fructificar. Los del Gobierno son argumentos manidos -y muchos de ellos trucados- que ya no sólo no contribuyen a insuflar oxígeno a nuestra maltrecha economía, sino que tampoco generan un mínimo de confianza en los ciudadanos. Que el Gobierno repita hasta la saciedad que suprimirá el impuesto de patrimonio -una medida afortunada que, por cierto, el PSOE censuró a las Comunidades del PP que se adelantaron- no deja de ser cansino y oportunista. Tanto como airear, como si fuese una solución infalible e inmediata, la trasposición de la directiva europea de servicios para liberalizar algunos sectores económicos. De hecho, Epaña dispone de más de un año para modificar cientos de normas y adaptarlas a las exigencias europeas en un proceso de extraordinaria complejidad que más merece un estudio exigente y responsable sobre sus futuras consecuencias que una simple operación cosmética de venta de humo. El Gobierno sigue sin combatir la crisis económica con eficacia y los ciudadanos lo saben.

http://www.abc.es/20080814/opinion-editorial/humo-contra-crisis-20080814.html

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