miércoles, agosto 06, 2008

Alberto Acereca, Obama, de la mentira a la inmoralidad

miercoles 6 de agosto de 2008
Obama: de la mentira a la inmoralidad

Alberto Acereda

L AS largas semanas de campaña van poniendo a cada candidato en su lugar. El otrora enérgico y novedoso Barack Obama va mostrando ya su cara más real y menos amable cada día. La bien disimulada farsa del “cambio” y el nuevo estilo conciliador de diálogo y buenismo de los primeros días de campaña –ahora ya hace casi un año- se sustituye ya, caretas caídas, por el verdadero rostro de Obama. Hoy sabemos y a que su calificación de “senador más progresista” del Senado de los Estados Unidos no resultó ni exagerada ni gratuita, sino real. Porque Obama está todavía más a la izquierda ideológica que la Clinton, que ya es decir, en esta tierra de Lincoln salpicada este 2008 de candidatos presidenciales de baratija.

Las mentiras que ha ido lanzando Obama dan para componer ya una biblioteca de la farsa y el disparate más abyecto. Que Obama supere en esto de mentir hasta a la misma Hillary es todo un logro, a pesar de la barbaridad del bombardeo de Bosnia con lo que nos mintió hace unos días la ex-primera damita…. El caso es que Obama miente todavía más. Y miente más que habla. Dice, por ejemplo, que el episodio segregacionista de la ciudad de Selma le hizo nacer: mentira, porque Obama es de 1961 y lo de Selma data de 1965. Obama dice que su padre era un pastor de cabras, cuando en realidad fue un keniata privilegiado y bien educado y asistido que trabajó para el más que corrupto Gobierno de Kenya; Obama dice que su abuela siempre fue cristiana cuando ella misma lo ha negado, aparte de ser una de las catorce mujeres compartidas por el mismo hombre…

Obama dice que su nombre (Barack) es de origen africano-swahili cuando en realidad es de origen árabe (Baraka), como su segundo nombre –Hussein-. Obama miente también al decir que nunca practicó el islam cuando resulta que estuvo 31 años de su vida como musulmán y lo practicó en su escuela. Si hizo que se salía del islam fue para ir adelante con su carrera política. En eso le ayudó el Reverendo Jeremiah Wright, al que negó tres veces estos días mintiendo sobre lo que dice no conocer de la historia del pastor racista Wright, su guía espiritual. Obama dice que su escuela era cristiana, cuando estaba registrada como musulmana, según está ya probado.

Obama afirma que hablaba el indonesio, algo rebatido por los mismos maestros del joven Obama. El caso es que hablaba el tetun y nadie lo entendía, vaya ud. a saber... El caso es que este negro mágico (citando el calificativo del LA Times) afirma lo que le da la gana, como que por haber vivido en Indonesia de niño entre los 6 y los 10 años, tiene ya más experiencia internacional que sus oponentes en campaña.

De la mentira, Obama pasa a la inmoralidad, como hizo este pasado fin de semana al hablar de la educación sexual. Entre boliches, Obama afirmó sin rubor en Pennsylvania lo siguiente: “Miren, tengo dos hijas – una de 9 y otra de 6 años-. Voy a enseñarles valores y moral, pero si cometen un error, no quiero que sean culpadas con un bebé. No quiero que sean culpadas con una enfermedad de transmisión sexual a los 16 años, así que no tiene sentido no darles información”. O sea, que para Obama, la llegada de un bebé inesperado es un error, una culpa con la que cargar. Para Obama, además, un bebé es equiparable a una enfermedad de transmisión sexual. Obama ha dicho esto en un estado con gran número de votantes católicos, pero le da igual. Al fin y al cabo, su campaña se apoya en la mentira y la inmoralidad. Sólo así se obtiene el voto del ala que hoy domina y controla el Partido Demócrata.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?Id=4556

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