lunes 3 de marzo de 2008
Los males del presente
Germán Yanke
Bueno, pues ya estamos preparados para el espectáculo del último debate entre Rodríguez Zapatero y Rajoy. Se ha vuelto todo tan vacío que cualquier cosa —algún fuego artificial, alguna puya, cualquier cosa— nos compensará la espera. Desde luego, el fin de semana ha sido decepcionante. Lo más destacado del líder de la oposición ha sido revelar que el presidente tiene una “sorpresa” para el debate y que él la conoce, por lo que estará preparado. Es decir, no nos la cuenta y la desactiva, si es verdad que tiene esa habilidad o esa información, para hablar de otras cosas, sino que la aprovechará. A Rodríguez Zapatero le ha dado por el “voto alegre”, que se contrapone, al parecer, a la abstención, que sería “el voto más triste”, aunque uno piense a veces que ese escepticismo es más inteligente que entusiasmarse con el vacío imperante.
Como se ve, mucha profundidad y mucho esfuerzo para explicar una propuesta política para los próximos años. Si alguien piensa que lo ocultan porque no lo tienen claro se equivoca, si me permiten la broma, porque también nos hemos enterado de que la gran solución del PP para enfrentar la crisis económica (o las turbulencias, o la amenaza de crisis) no está escrita en papel alguno, sino en la necesidad de un acuerdo entre el próximo Gobierno, la patronal y los sindicatos.
Siendo decepcionante, entiendo mejor la vaciedad socialista que la del PP, con un Rajoy más emocionado por la compañía de Aznar que por las ideas. Al fin y al cabo, ya a menos de una semana de las elecciones, las encuestas siguen dando el triunfo al PSOE. Este domingo, la publicada en El País da una diferencia a favor de los socialistas de 4,1 puntos que, en el caso de Abc, serían dos, aunque en otros periódicos de Vocento, como El Correo, no son dos sino al menos 2,6. Sea una cosa o la otra, lo que parece evidente es que, por decirlo llanamente, el PSOE tiene las de ganar, al menos de acuerdo con la totalidad de las encuestas hasta ahora publicadas. Si el PP ha reducido la distancia (en algunas), no lo suficiente como para cambiar las tornas.
Tendría que ser el PP el que, en estas circunstancias, arriesgara, Y no estaría de más, por poco tiempo que falte, que ensayara lo que hasta el momento no ha hecho: tratar de remover las voluntades a su favor con el fundamento político de su alternativa en vez de sólo diagnosticarnos los males del presente.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=03/03/2008&name=german
lunes, marzo 03, 2008
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