miércoles, diciembre 03, 2008

Ignacio Camacho, El estrambote

El estrambote

IGNACIO CAMACHO

Jueves, 04-12-08
EN Azpeitia, como en Hernani, Mondragón o Pasajes, entre otros municipios gobernados por los concejales de ANV, los amigos de ETA van a distribuir a su gusto la derrama que a su población le corresponde en el nuevo plan de empleo urgente del Gobierno. Varios millones de euros -hasta seis en algún caso- de libre asignación van a ir a parar a disposición de los cómplices de los asesinos para que los administren a su antojo, porque el Gobierno no se decide a dar el paso de disolver unas corporaciones regidas por un partido declarado ilegal. Hay elecciones en el horizonte vasco y no conviene agitar a la fiera. El asunto, ya de por sí escandaloso, se convierte en ofensivo después del asesinato de Ignacio Uría, cuyas solemnes condenas -a las que ni siquiera se ha sumado por decencia ANV- se disolverán pronto en el habitual marasmo de inacción política. Los portavoces gubernamentales ahuecan la voz para proclamar muy contritos su voluntad de trabajar por la inmediata detención de los criminales. Sólo faltaría, aunque hay que reconocer que algo hemos avanzado: no hace mucho tiempo que ni siquiera este extremo quedaba demasiado claro.
Pero ni entre las repulsas existe una sencilla unanimidad de pura hombría de bien. Algunos aprovechan siempre para añadir su coletilla diferenciadora, la cuña oportunista que singularice su discurso. No les basta con unas simples palabras de dolor por la víctima y de indignación por el crimen, ni con una escueta declaración política de unidad frente al terrorismo. Así Ibarretxe, ayer, tras deplorar el atentado: «Hay que perseguir a los culpables pero hay que mantener un compromiso por la paz». ¿Y eso a quién se lo dice, lendakari, y qué significa? ¿Qué casuismo jesuítico, qué carlistona hipocresía, qué ambigua doblez, qué retorcida acepción moral implica semejante estrambote? ¿Qué compromiso por la paz está en duda detrás de la necesidad democrática de combatir a los terroristas? ¿Qué clase de paz es la que se construye asesinando a empresarios?
Probablemente ni siquiera Ibarretxe esté tan ciego para no ver a quién y a qué amenaza este asesinato, además de al conjunto de la democracia y del Estado que él representa quizás a pesar suyo. Es el progreso vasco lo que está en el punto de mira. El desarrollo del ferrocarril de alta velocidad, el futuro socioeconómico del País Vasco, su integración en la red europea del transporte. Es ese símbolo de modernidad lo que ETA quiere sabotear con este desafío intimidatorio. Y dado que es el Gobierno de Ibarretxe el responsable directo del proyecto ferroviario, sólo tiene dos caminos: ganar el pulso apretando los dientes o perderlo como en Lemóniz, Itoiz o Leizarán. Porque se trata de un pulso de poder, eso que tanto le gusta y le preocupa al lendakari.
Así que él sabrá cuál es el «compromiso de paz» que desea mantener y con quién quiere hacerlo. De momento se sabe que su partido se opuso a la ilegalización de ANV y respaldó su continuidad en los ayuntamientos. Actitud muy pacífica y, sobre todo, muy comprometida. Tanto como enroscarse una serpiente al cuello.

http://www.abc.es/20081204/opinion-firmas/estrambote-20081204.html

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