Provocación sin respuesta
Lunes, 11-08-08
LA manifestación convocada por la izquierda proetarra el pasado sábado en San Sebastián contra «el estado de excepción» que, a su juicio, vive el País Vasco no produjo incidentes, ni tuvo la asistencia -fue más bien escasa- de años anteriores. Los asistentes, en cambio, sí lanzaron consignas explícitas de apoyo a la independencia, aunque evitaron referencias directas a ETA -más allá de quejarse por el «linchamiento mediático» del asesino múltiple Juan Ignacio de Juana Chaos- porque, de haberse producido, les habría supuesto, al menos según la advertencia de la Consejería de Interior vasca, la disolución por parte de la Policía autonómica y, probablemente, una investigación judicial por enaltecimiento del terrorismo. Aun así, los prolegómenos de esta manifestación pusieron de manifiesto los problemas que aún existen en varios frentes de la lucha antiterrorista. Por un lado, el Gobierno vasco renunció de antemano a plantearse la denegación del permiso para la realización del acto, lo que, de haberse acordado, tampoco habría sido exceso alguno, porque la manifestación tenía un claro propósito de propaganda proetarra, al margen de que sus convocantes y asistentes midieran el contenido de sus eslóganes.
Por otro lado, el Gobierno central abdicó también de su responsabilidad de velar por el cumplimiento de la ley, con la pobre excusa de que la competencia era del Ejecutivo vasco. Este argumento, empleado a miles de kilómetros de distancia por la vicepresidenta primera del Gobierno -como si nadie del Ejecutivo socialista estuviera disponible en Madrid para asumir la condición de portavoz- es incompatible con las suspensiones cautelares que han sido acordadas por el magistrado Baltasar Garzón contra el Partido Comunista de las Tierras Vascas y Acción Nacionalista Vasca. Precisamente, representantes de esta formación -como el candidato a la alcaldía de San Sebastián, cuya lista fue anulada por el Tribunal Supremo- tuvieron un protagonismo activo en la manifestación, incurriendo en lo que, a simple vista, podía constituir una vulneración de la prohibición a ANV de realizar actividades políticas. Para asegurar la eficacia de estas medidas judiciales sí es competente el Gobierno, a través del Ministerio Fiscal, institución que, atendiendo a los datos que eran de dominio público antes de la manifestación, pudo y, por tanto, debió haber planteado al juzgado la prohibición del acto. Nadie puede exigir al Gobierno ni a la Fiscalía que los Tribunales de Justicia siempre les dén la razón, pero sí es exigible que, al menos, lo intenten con un poco más de empeño y convicción.
Es probable que, ante la convocatoria de la manifestación proetarra, una opción meramente política del Gobierno fuera la de no darle mayor importancia con una actuación judicial, pero no es el momento de actuar con prevenciones tácticas, sino conforme a los principios del Estado de Derecho. De lo primero anduvo sobrada la anterior legislatura y sus consecuencias nefastas siguen aún vigentes, aunque aminoradas, bien es cierto, por la sobresaliente actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado contra los terroristas etarras. A la izquierda proetarra no le hacen falta coartadas para justificar su victimismo y amparar la violencia de ETA. En todo caso, no deben ser los juicios de valor de los proetarras los que decidan la política antiterrorista del Gobierno ni el alcance de la respuesta judicial a sus desafíos. Por los vicios del pasado más reciente aún no se ha alcanzado el mismo nivel de eficacia y contundencia policial en el plano político, donde la izquierda proetarra sigue gobernando ayuntamientos y actuando como plataforma logística de la estrategia de ETA. La inoperancia de los Gobiernos vasco y central ante la manifestación del pasado sábado es una demostración de que aún queda trecho por recorrer para poner al Estado de Derecho en la velocidad de crucero que tenía hasta 2004 y con la que, con toda seguridad, se llegará a la derrota del terrorismo.
http://www.abc.es/20080811/opinion-editorial/provocacion-respuesta-20080811.html
lunes, agosto 11, 2008
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