La hora del Tribunal Constitucional
JOSÉ MARÍA CARRASCAL
Miércoles, 06-08-08
LA galopante crisis económica ha relegado la crisis constitucional, no menos grave por afectar a los mimbres del Estado, a un segundo término. Nos hallamos ante la abierta rebeldía de varias de las comunidades más ricas y poderosas frente al Gobierno central y la propia Constitución.
En el País Vasco, el lendakari ha echado un pulso a ambos al anunciar un referéndum sin tener el poder ni el derecho de convocarlo. Las medidas tomadas para impedirlo no le han hecho cambiar de plan. Dos trenes marchando por la misma vía en direcciones opuestas es la mejor imagen del escenario.
En Cataluña, el Gobierno de la Generalitat impone una norma educativa que no respeta el español como lengua común en su territorio, rebajándolo al nivel de lengua extranjera. No contento con ello, incumple el decreto ley que establece una tercera hora semanal de español en las comunidades bilingües. Y para completar la faena, ignora la sentencia de su propio Tribunal Superior al respecto.
Su excusa, si excusa puede haber para tan flagrante y reiterativa violación de la normativa legal, es que lo dispuesto en su nuevo estatuto tiene mayor validez jurídica que todo lo que pueda venir del ordenamiento constitucional, del gobierno de la nación y de sus propios tribunales. No hace falta ser un jurista para darse cuenta de la barbaridad, no exenta de chulería, que encierra tal actitud. Pero es el resultado de la luz verde de Zapatero a las Comunidades Autónomas en los nuevos estatutos, algo así como dar a un alcohólico la llave de la bodega. El desafío catalán es incluso más peligroso que el vasco, al estar acaudillado por un socialista, que ya advirtió al presidente que, entre él y Cataluña, preferiría Cataluña, lo que, aparte de una amenaza, es otra barbaridad, pues Cataluña es España, o al menos eso creemos millones de españoles, no pocos catalanes entre ellos. Pero a tal extremo de confrontación y desmadre nos ha llevado la nueva ordenación territorial en marcha.
Que el gobierno Zapatero es incapaz de detener esta conversión del Estado de las Autonomías en un Estado de las Soberanías está a la vista. Sólo el Tribunal Constitucional puede hacerlo, reconduciendo ambos casos a los cauces legales, al tiempo que se reivindica a sí mismo de su nada brillante trayectoria como garante de que la misma ley rija en todo el territorio nacional y de que todos los españoles tengamos los mismos derechos y los mismos deberes. ¿Restituirá el TC la primacía de la Constitución y de las disposiciones gubernamentales sobre cualquier norma que pueda emerger de los estatutos autonómicos, eliminando en estos lo que no se ajuste a aquéllas? Eso espero, pero, triste es decirlo, no estoy totalmente seguro, tan avanzado está el proceso degenerativo, iniciado y conducido por el actual gobierno.
Como les decía al principio, la crisis constitucional es mayor que la económica. Lo que ocurre es que no afecta al bolsillo. Pero afectará. ¡Vaya si afectará!
http://www.abc.es/20080806/opinion-firmas/hora-tribunal-constitucional-20080806.html
miércoles, agosto 06, 2008
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