Justicia nada poética
JOSÉ MARÍA CARRASCAL
Lunes, 11-08-08
LAS letras giradas por Zapatero en su primer mandato empiezan a llegar a cobro. Sin que haya fondos para pagarlas. No me refiero a la economía, sino a la política. Que son a la postre lo mismo.
¿Recuerdan el «Pascual, te daré lo que pidas», de Zapatero, que los catalanes se apresuraron a plasmar en su nuevo estatuto? Pues el sucesor de Maragall exige que se cumpla al pie de la letra, lo que incluye una financiación especial para Cataluña, que no puede hacerse por principio y por no haber dinero para ella. Pero en caso de que no se haga, ese sucesor, que es socialista y nacido en Andalucía, amenaza con plantar batalla abierta al Gobierno de la nación. Me refiero a la nación española, pues el término se aplica también en el nuevo estatut a Cataluña.
¿Y recuerdan la oferta que en el otoño de 2006 los representantes de Zapatero hicieron a los de ETA en Loyola, que incluía el «reconocimiento de la identidad nacional vasca» y «la celebración de un referéndum sobre los acuerdos a que se llegase»? Pues es lo que exige el lehendakari Ibarretxe, amenazando con realizar la consulta por su cuenta si no se le autoriza. De aquellos polvos vienen estos lodos.
El problema es que tanto Montilla como Ibarretxe tienen su parte de razón, aunque ni mucho menos toda. El nuevo estatuto catalán fue aprobado por aquel parlamento y, luego, por el español, lo que le confiere el rango de Ley Orgánica, de obligado cumplimiento. Y en él se fijaba un plazo de dos años para que los Gobiernos central y catalán llegasen a un acuerdo sobre la nueva financiación catalana. Plazo que expiró el pasado sábado sin que el acuerdo llegase, lo que ha puesto en pie de guerra al entero nacionalismo catalán, socialistas incluidos, contra el Gobierno, que intenta diluir la cosa en una negociación conjunta con todas las autonomías, tal como está prescrito. ¿Qué se creía Zapatero, que los nacionalistas iban a olvidarse de las ventajas adquiridas en el nuevo estatuto? Eso es no conocerlos. ¿Que Montilla iba a ser más socialista que catalanista? Eso es no conocer la mentalidad del charnego. Quienes advertimos que el nuevo estatut era una bomba de relojería no nos alegramos de que los hechos nos hayan dado la razón porque esa bomba puede desarticular España aún más de lo que está, en vez de articularla definitivamente, como Zapatero prometía.
En el «caso Ibarretxe» hay también que reconocerle cierta razón al pedir que se le ofrezca lo mismo que a ETA. El problema es que lo que se ofreció a ETA era anticonstitucional, como ha venido a admitir el propio Gobierno.
Pero la culpa no es sólo de éste. Es de todos. El nuevo estatut fue aprobado por las Cortes Generales. Como las negociaciones con ETA. A quienes se oponían se les acusó de sembrar la alarma y la crispación. Hoy nos llegan las consecuencias. Con altos intereses, pues mientras Zapatero se entretenía con tan peligrosos e inútiles ejercicios, la economía se deterioraba. Es lo que suele llamarse «justicia poética». Aunque en este caso, no tiene nada de poesía.
http://www.abc.es/20080811/opinion-firmas/justicia-nada-poetica-20080811.html
lunes, agosto 11, 2008
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