'Los desagües del Estado'
González y Rubalcaba, unidos por el GAL
Manuel Cerdán www.gaceta.es 7 Noviembre 2011
Sus palabras les delatan. Un repaso a la hemeroteca muestra cómo se las gastaban González y Rubalcaba en los años noventa para negar y ocultar los escándalos que socarraban el felipismo. El hoy candidato del PSOE hacía el papel de perdonavidas de la Presidencia.
Era una tarde calurosa de julio de 1995. El candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, no la habrá olvidado porque, sin duda alguna, fue uno de los momentos más difíciles de su tórrida carrera política. Rubalcaba, entonces con sus galones de ministro de la Presidencia, daba la cara una vez más para desviar las responsabilidades de su Gobierno en la guerra sucia contra ETA y para acallar a quienes señalaban a su jefe como la X de los GAL. El portavoz del Ejecutivo, cargo en el que Rubalcaba se mantuvo durante todo el trienio 1993-96, en el que le tocó asumir situaciones verdaderamente patéticas a costa de los casos GAL, Filesa, Fondos Reservados, escuchas ilegales, Roldán y papeles secretos del Cesid, entre otros, se enfrentaba aquel día de verano a uno de los momentos más angustiosos de su tarea de prestidigitador de La Moncloa. El ex secretario general de los socialistas vascos Ricardo García Damborenea acusaba a Felipe González en sede judicial de estar al tanto de la creación de los GAL. El dirigente vasco había sido interrogado por el juez Garzón a raíz del secuestro de Segundo Marey y señalaba a González como la cabeza de los escuadrones de la muerte. Al entonces portavoz Rubalcaba le tocaba desempeñar el papel de perdonavidas de la Presidencia, como lo hizo en cientos de ocasiones. Y así se pronunciaba Alfredo el 28 de julio de 1995: “El Gobierno entiende que hay motivo para una querella (contra Damborenea) y por eso elevamos al fiscal general del Estado un escrito para una querella que, por una parte, tiene que ver con desacato al presidente del Gobierno y, por otra parte, con un delito de apología del terrorismo”.
¡Sorprendente y delirante! El portavoz del Gobierno acusaba a Damborenea de “apología de terrorismo” cuando, como muy bien él sabía, había participado en el nacimiento de los GAL y colaborado durante años en su encubrimiento, como también lo hicieron el presidente y varios miembros de su Gabinete. ¿Apología de terrorismo, cuando un magistrado de la Audiencia Nacional lo sentaba en el banquillo por un delito de secuestro? Un juego de cintura para entretener a los periodistas y confundir a la opinión pública, lo que era la tónica en aquellos tres años de Gobierno felipista. Como si alguien acusara al etarra Henry Parot por saltarse un semáforo en rojo y obviara sus 82 asesinatos. Y ni que decir tiene que, posteriormente, ni Rubalcaba ni González propiciaron la anunciada querella. Todo era una farsa como las demás explicaciones del Gobierno sobre los GAL.
Quizás quien mejor ha sabido esbozar ese momento de la política felipista de la confusión y del engaño ha sido el policía José Amedo cuando denunció en un juzgado al ex portavoz del Gobierno: “Si yo fui delincuente por participar en las acciones de los GAL, también lo fue Rubalcaba que formaba parte del Gobierno que me lo pidió”. El subcomisario de Bilbao no se conformó con querellarse contra el candidato socialista en un juzgado de Pozuelo de Alarcón sino que, en una ampliación de la querella, acusa a Rubalcaba de reunirse con su abogado para “negociar la ocultación de la creación de los GAL por el Gobierno de González”. Amedo piensa entregar en el juzgado una cinta magnetofónica con unas grabaciones que dan crédito a sus palabras. Asimismo, solicita la declaración de una serie de personas que participaron en las negociaciones, entre quienes se halla el dirigente socialista Txiki Benegas.
Ahora 16 años después, como salidos del túnel del tiempo, González y Rubalcaba se presentan juntos en varios mítines electorales para decirles a los votantes que ellos son el futuro de España. Como me decía el magistrado Javier Gómez de Liaño, difícilmente podremos apostar por el futuro si antes no hemos escrito lo acaecido en el pasado. En cuanto a los GAL, permanecen muchas páginas escritas en blanco. Y otras muchas con borrones, como esta antología de manifestaciones de Felipe González sobre los GAL y la guerra sucia:
-“Las acciones de los GAL son un terrorismo de respuesta” (07-05-1984)
-“El Estado de Derecho se defiende en las tribunas y en los salones y también en los desagües” (29-05-88)
-“Nunca autoricé, ni nunca encubrí …) Yo no soy el señor X, eso es falso, radicalmente falso… Es imposible que algún día se pueda demostrar…” (09-01-95)
-“Los atentados de los GAL se realizaron entre 1975 y 1986, se iniciaron pues antes de nuestra llegada al Gobierno con el que acabaron” (08-02-95)
-“Yo creo que la Justicia tiene que determinar la responsabilidad de cada cual” (20-07-95)
-“El Gobierno no comete ilegalidad... Yo confío en la acción de la Justicia, la apoyaré y la respaldaré…” (27-07-1995)
-“Esa mezcla extraña entre Gobierno y Sindicato del Crimen pues resulta que algunos expedientes aparecen en algunos medios del glorioso periodismo de investigación (…) En España el secreto profesional se respeta, pero no el secreto de Estado (…) Ningún problema de tipo personal como estos pequeños miserables creen, a mí me preocupa mi país y no me gusta esa combinación fatídica entre Poder Ejecutivo, Sindicato del Crimen y un Legislativo...” (12-05-97)
-“Siempre hay que afirmar el acatamiento a cualquier resolución del Tribunal Supremo, pero afirmado ese acatamiento, me parece radicalmente injusta porque condena sin pruebas a dos personas inocentes (Barrionuevo y Vera). El Tribunal Supremo es en parte víctima de una operación política …, encaminada a criminalizar un Gobierno democrático...” (31-07-1998)
Afortunadamente, con respecto a la guerra sucia contra ETA, los españoles tienen muy pocas dudas de quién fue la X de los GAL. Lo sorprendente es que los mismos que se sentaron con ETA en Argel en 1986 y llegaron a un principio de acuerdo con Domingo Iturbe Txomin para conceder indultos a terroristas etarras y cabecillas políticos de los GAL se presenten ahora en plena campaña electoral como catalizadores políticos y apuestas de futuro. Ahí sí hace daño la Memoria Histórica. Y en el caso de Felipe González y Pérez Rubalcaba les une la letra X.
http://www.libertadidioma.com/20111107.htm
miércoles, noviembre 09, 2011
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