domingo, julio 10, 2011

Pio Moa, La enfermedad del antifranquismo / Historia y mentira /Carrero Blanco y el 11-m

La enfermedad del antifranquismo / Historia y mentira /Carrero Blanco y el 11-m

8 de Julio de 2011 - 17:31:44 - Pío Moa

Compartir:Menéame Tuenti Otra de la tuna de Pamplona (parece que la anterior salió sin sonido):http://www.youtube.com/watch?v=u2CvKIqY5mE

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En mi opinión, la base de los defectos de la transición hasta llegar a la situación actual se encuentra en el antifranquismo retrospectivo. Ya poco después de Franco empezó la falsificación de las biografías y las piruetas para presentar un currículo de lucha u oposición a la dictadura. Fue solo el comienzo de una verdadera mitomanía: el antifranquismo se convirtió en patente de corso para mentir de la manera más atroz y justificar cualquier desvirtuación de la realidad histórica, en una carrera salvaje que desde Zapo se ha vuelto frenética, con pretensiones, a lo “Gran Hermano”, de borrar las huellas del pasado. No es nuevo en nuestra izquierda, horra de pensamiento e hinchada de mesianismo trivial: ya durante la guerra civil se empeñó en borrar la herencia cristiana en España (ahora sigue con su anticruzada para relegar la cruz a la vida privada exclusivamente, y ocupar el espacio público con sus sandeces). Es una verdadera enfermedad intelectual, política y ética, que ha permitido a los de los “cien años de honradez” presentarse como fiscales cuando debían estar en el banquillo de la historia y la política. Con la anuencia de una derecha mucho menos acomplejada que falta de principios, desde Suárez. En La Transición de cristal trazo los rasgos generales de ese antifranquismo, pero el tema es tan rico y sugerente que merecería un libro por sí solo. Lo sugiero a quienes tengan el tiempo y el interés necesarios, porque no es en absoluto una cuestión menor.

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P.- ¿Cómo valora usted su "Nueva historia de España"?

R.- Yo no puedo valorarla, claro. Sí puedo explicar algo de su enfoque. En sentido negativo es en parte una reacción contra dos influencias, a mi juicio nefastas, que han hecho estragos en la historiografía y la política españolas. Me refiero a las interpretaciones marxistas y las de Américo Castro, que no son opuestas sino complementarias, y han sido adoptadas más o menos por otras corrientes. Lo que se extrae de ellas es la impresión de que España ha sido en la historia una fuerza retardataria o “reaccionaria”. Siempre se habrían impuesto aquí los elementos más brutales y oscurantistas sobre los más esclarecidos y progresistas, ya desde los visigodos, no digamos en la llamada, toscamente, Edad Media, cuando los finos y tolerantes islámicos y judíos fueron desplazados por los bárbaros cristianos. Y, por supuesto, posteriormente: un individuo mitómano y evidentísimamente falsario como Bartolomé de las Casas queda como el definidor de lo que fue el descubrimiento, conquista y colonización de América. Y así hasta ahora mismo, cuando el triunfo de Franco sobre el Frente Popular se asimila a la derrota de la libertad, de la modernidad, etc. La pretensión es realmente estúpida, no encuentro otro calificativo para ella, y cualquier persona no ya con conocimientos de historia sino con sentido de la lógica la rechaza. Pero en la polémica entre Sánchez Albornoz y Américo Castro no hay duda de que el primero llevaba la razón en lo fundamental y conocía mucho mejor la historia, y sin embargo quien se ha impuesto es Castro. ¿Por qué? En parte porque su posición se ha presentado con la consigna de la tolerancia, la libertad, etc. Pasa como con la izquierda española en el siglo XX, que ha sido increíblemente estéril en lo intelectual, ha quemado bibliotecas, obras de arte y centros de enseñanza y se ha presentado como abanderada de la cultura; ha sido extraordinariamente corrupta y ha medrado bajo el lema de “Cien años de honradez”; ha sido antidemocrática y totalitaria y ha sabido unir la bandera del GULAG a la de la libertad; ha mostrado una intolerancia feroz, hasta intentar borrar el pasado cristiano de España y pasa por tolerante, ha sido violenta en extremo y se presenta como pacifista… Si bien se mira, es algo casi imposible de creer, y sin embargo ocurre.

--¿Y en sentido positivo?

--Trato de establecer un relato histórico de síntesis, lo menos ideológico posible y que sea coherente con los datos conocidos. En que los hechos entren con lógica, sin necesidad de forzarlos para adaptarlos a prejuicios y teorías prefabricadas.

-- Pero su obra ha sido calificada de reaccionaria

--Que yo sepa, no lo ha sido, propiamente. Más bien se la ha rodeado de silencio, en parte por la dificultad de rebatirla, que se ha mostrado ya con otros libros míos, en parte como táctica deliberada y típicamente antidemocrática. Observe usted que en ningún medio importante de masas se ha dicho una palabra sobre el libro, mientras se presta constante atención a otros que mañana mismo quedarán olvidados, por lo común merecidamente. Y esto ocurre tanto con los medios de izquierda como con los de derecha: casi ninguno se ha ocupado de mi Historia de España, menos todavía de intentar un debate en serio. Por otra parte, la mayor parte de la historiografía de derecha, sea liberal o conservadora, tampoco ha acertado con el tono y la clave para rebatir o desarticular el “Himalaya de mentiras” de que hablaba Besteiro refiriéndose a otras cuestiones, pero que es aplicable a estas. Otro problema de la historiografía de derechas es que, aunque mucho más fiable que la contraria en cuanto a la veracidad histórica, y capaz de proporcionar una información muy amplia, suele tener poca agudeza en el análisis y en el establecimiento de relaciones entre los hechos, y sus conclusiones suelen resultar pobres y tímidas, de poco alcance. Esta es otra razón por la que las osadas distorsiones de la historiografía de izquierda han llegado a tener tanta circulación, sobre todo en el gran público.

--Pero esos libros que usted critica, de Castro, marxistas, etc., han tenido siempre poco público

--Es cierto, pero sus ideas se han difundido por dos vías. En primer lugar por la universidad, en la que lograron imponerse durante muchos años; y, a través de la universidad, sobre una multitud de periodistas, comentaristas, escritores, etc., que han llenado la televisión y otros medios con sus embrollos. El público general no lee libros algo densos, que juzga aburridos de entrada, pero digiere fácilmente las “píldoras” que se le suministran desde muchas direcciones. El desprecio a España, a la España real e histórica, es un fenómeno extendidísimo, y está en la base de las políticas socialistas, separatistas y terroristas, y no es casual. También en la derecha se observa mucho de ese desprecio, aunque algo más disimulado.

--¿Optimista ante el éxito de sus libros?

--A medias. Se leen y circulan, pero no pueden competir con la influencia de los medios, donde, ya le he dicho, se les hace el vacío. No obstante, percibo que algo está cambiando, poco a poco.

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**** Retiran la palabra a Rivera por recordar el pasado terrorista de miembros de ERC Pasado terrorista que nunca han explicado y criticado, más bien se han jactado de él. Como el PSOE, por ejemplo, o Carrillo. En fin, ¿ha creído Albert Rivera que ese parlamento es un lugar para decir verdades?

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Carrero y el 11-m



¿El KGB?, ¿se puede comparar la presencia y operatividad de las agencias americanas de inteligencia en la España de Franco con las del KGB?...si es que disparata tanto como Vidal hablando de Franco. Por supuesto que se puede. Desde un supuesto conspiranoico, el KGB manejaba al PCE y también a la ETA, la autora material del atentado. Los dos grupos, pero sobre todo el PCE, se habían infiltrado en muchas instituciones del estado.



Cómo interpretar el testimonio de José María Álvarez de Sotomayor, ministro consejero de la Embajada de España en París? Que mantiene que al día siguiente del asesinato de Carrero recibió la llamada de un comisario francés que, en una reunión en la Embajada, le comunicó que Francia estaba dispuesta a entregar los tres cerebros de la operación a la policía española. El ministro consejero, como es lógico, se lo comunicó inmediatamente a su embajador y éste, ante su asombro, no quiso hacer nada, diciéndole que le «dejase en paz». La consecuencia fue que no se detuvo a los tres terroristas vascos, por un lado, y, por otro, que ese embajador, Areilza, fue nombrado días después ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Arias Navarro"

Es decir, que el gobierno francés, que protegía y siguió protegiendo a la ETA durante muchos años, estaba empeñada en colaborar con el gobierno español y era este, o al menos el embajador, quien no quería. Y que Areilza también estaba en la conspiración para asesinar a Carrero. No suena muy creíble. ¿Y qué tiene que ver con la CIA y la embajada useña? Por lo demás, Areilza había dejado de ser embajador en París muchos años antes. Los “datos” ofrecidos por la conspiranoia suelen estar llenos de cosas así, de frases pronunciadas supuestamente o difíciles de confirmar, etc.



“Que no me jodan, que saco hasta lo de Carrero Blanco», dijo el comandante Cortina en el juicio por el 23 –f. La amenaza de Cortina a su interlocutor se produjo después de que el comandante de los servicios secretos tuviera que aguantar, durante unas dos horas, 87 incisivas preguntas del fiscal del 23-F. Poco después, durante el receso entre la sesión de la mañana y la de la tarde, fue cuando el jefe de la Aome, según la versión de López Montero, Cortina habló por teléfono con un tercero en una especie de locutorio que había junto al comedor del Servicio Geográfico del Ejército, más conocido en el juicio por Campamento. [...] Esa tarde, siempre según la versión de algunos de los abogados presentes en el juicio, la presión del fiscal Claver sobre Cortina bajó varios grados."

Es decir, que Cortina sabía lo de Carrero Blanco, y los jueces también lo sabían, y por supuesto los que estuvieran por encima de los jueces. Por lo que, atemorizados, absolvieron a Cortina. Al parecer estaba todo el mundo al corriente de lo de Carrero, estuviesen dentro de la conspiración o no. ¿Y por qué ninguno ha hablado con pruebas y detalles, o al menos ha dejado anónimamente en algún periódico un informe fidedigno? Esto sería algo, lo demás son puras lucubraciones sobre una frase interpretable de muchas formas. Si es que realmente se dijo.

Del atentado de Carrero se sabe quiénes lo realizaron, qué motivos tenían para ello y qué posibilidades. Pudieron hacerlo y lo hicieron. En realidad no era tan difícil, dada la escasa protección y vigilancia de la época, muchísimo menor que la actual. ¿Hubo, además, una conspiración de la CIA, el KGB, el Mosad o los servicios franceses? Pues vaya usted a saber. Mientras no se den pruebas concretas, la mayoría de las lucubraciones no pasan de eso, aparte de ser contradictorias. Si hiciésemos caso de todos los “indicios”, en el asesinato de Carrero estarían pringados, por acción u omisión, Arias, Torcuato, Areilza, Cortina, la CIA, los servicios franceses, los jefes de la policía y muchos más. Como conspiración, no está mal.

Diferencias con el 11-m: ausencia de actor intelectual y de motivación clara (según la sentencia, no tuvo que ver con la guerra de Irak); presencia (aquí sí) de colaboradores y confidentes de la policía en el supuesto grupo terrorista; destrucción y manipulación de pruebas, que la juez está investigando; presentación de pruebas falsas; falsificación de documentos por la versión oficial. Etc.: ver el blog de Luis del Pino al respecto.

Este artículo tiene interés: http://historia.libertaddigital.com/un-magnicidio-inutil-1276238891.html

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/la-enfermedad-del-antifranquismo-historia-y-mentira-carrero-blanco-y-el-11m-9955/

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