12/07/2011
El fracaso de la “Segunda Flotilla” desnudó su verdadera intencionalidad política
por: Eli Cohen (Desde Madrid)
Si echamos la vista atrás, hace un año y un mes exactamente, en España vivíamos la resaca informativa que habían dejado los sucesos ocurridos durante la confrontación entre la primera autodenominada Flotilla de la Libertad y el ejército israelí. Las dos semanas siguientes a los hechos, en los que las fuerzas de defensa israelíes detuvieron una flota de siete barcos que se dirigían a Gaza para romper el bloqueo marítimo que Israel mantiene por razones de seguridad, en España se vivieron situaciones que provocaron un auténtico escalofrío. En esta oportunidad, el segundo intento por deslegitimar las políticas soberanas israelíes de defensa, demostró a la opinión pública mundial, su verdadera intención política.
Pese a la intencionada poca memoria colectiva, cuando el recuerdo no interesa o no obedece a los cánones morales imperantes, muchos no olvidaremos como empresarios israelíes -no ostentaban ningún cargo público alguno- que acudían a unas jornadas de innovación con emprendedores españoles, fueron agredidos por una turba encolerizada en la Universidad Autónoma de Madrid y gracias a que la policía llegó a tiempo no sufrieron un linchamiento en toda regla. Y tampoco olvidaremos, no sólo los judíos o los que estamos interesados en Oriente Medio, sino también los que luchan por los derechos civiles, cómo se vetó en el desfile del día del Orgullo Gay de la ciudad de Madrid a la carreta israelí que estaba invitada. La autodenominada "Flotilla de la Libertad", también tuvo repercusiones políticas, estableciendo algo poco frecuente en los últimos años en la política española: una postura común de todos los partidos, condenando, algunos como el conservador PP con menos intensidad, el asalto por parte del ejército israelí a la Flotilla que dejó nueve activistas turcos muertos y varios soldados israelíes heridos.
La gestación de la "Segunda Flotilla" en España
En cambio, y contra todo pronóstico, conforme ha ido acercándose el momento de zarpar de, esta vez, la "Segunda Flotilla", que ha reunido a 50 barcos, incluyendo uno español, el Guernika -localidad del País Vasco bombardeada por la división nazi enviada por Hitler en apoyo al bando nacional en la Guerra Civil española, la Legión Cóndor, y que Picasso representó en uno de sus cuadros más famosos e inquietantes titulado con el mismo nombre- su repercusión social y mediática, no digamos ya política, se ha ido mermando, aparentemente, sin razones apreciables. La curiosidad se hace evidente, ¿por qué si el año pasado la flotilla tuvo tanto eco y sobreexposición en toda España, este año no ha gozado de mucha cobertura en los medios? Ni siquiera ha sido Trending Topic en Twitter -hay que reconocer que es un buen medidor, sin querer arruinar a las empresas que se dedican a las estadísticas y a las mediciones- y tampoco ha estado en la arena política como sí lo ha sucedido con el conflicto entre israelíes y palestinos durante los mandatos de Zapatero.
Esto no se debe a la carencia de medios por parte de los organizadores españoles ni a falta de iniciativas. De hecho, Manuel Tapial, uno de los tres españoles que viajaba en el barco Mavi Marmara, el único que fue abordado por la marina israelí con sus trágicos resultados, desde que volvió de su arresto de tres días en Israel, ha llevado a cabo varias campañas de promoción, publicidad y recaudación bajo el paraguas de la iniciativa Rumbo a Gaza. Por ejemplo, a principios de este año, Rumbo a Gaza publicó un video en televisión y en Internet, en el cual aparecían famosos actores y personajes del mundo de la cultura apoyando la iniciativa de una Segunda Flotilla a Gaza -entre ellos el argentino Juan Diego Botto- y afirmando que Gaza era un "campo de concentración", sin mencionar que la franja está gobernada por el movimiento radical Hamas, responsable de atentados terroristas en Israel en los años más negros de la Segunda Intifada y de lanzamiento de cohetes a las ciudades israelíes colindantes con Gaza. A continuación, Rumbo a Gaza llevó a cabo una campaña en colegios de toda España y sobre todo de la Comunidad Autónoma de Madrid -posteriormente el gobierno regional vetó dicha campaña tras las quejas de varios colectivos como el Grupo Maimonides contra la Difamación- llamada Un lápiz, un cuaderno y un euro para Gaza por la cual recolectaban dinero y material educativo para llevar a Gaza.
Paralelamente, Rumbo a Gaza no cesó en su empeño de obtener protección del Gobierno español. Así, en repetidas comunicaciones y llamamientos para con el Ministerio de Exteriores, pedían que la marina española les protegiera. El Ministerio, educadamente, se negó en repetidas ocasiones y recordó a los miembros de la iniciativa que hasta Ban Ki Moon, secretario general de la ONU, desaconsejó iniciativas como la flotilla para llevar ayuda humanitaria a Gaza, ya que existen medios pacíficos y posibles, como hacerla llegar mediante el personal de la ONU en la zona pasando por el puerto israelí de Ashdod.
Otro factor que hizo disminuir la pegada de Rumbo a Gaza, aunque se unieran políticos como el eurodiputado de Izquierda Unida, Willy Meyer, fue el constante aplazamiento de la salida de la Segunda Flotilla. Por temas logísticos sobre todo, ya que se unían más de 50 barcos y les era difícil encontrar un puerto de salida conjunta. Finalmente, se decidió por el puerto de Atenas y la fecha el 2 de julio.
De Flotilla a "Floptilla"
Un fallo de estrategia fundamental, como se han percatado los participantes de esta ya fallida Segunda Flotilla. No habían contado con que -como ya analizamos en Horizonte- Israel y Grecia están, en palabras de Sal Emergui, corresponsal de El Mundo en Oriente Medio, en una luna de miel política, en cuanto a relaciones bilaterales se refiere. Tras el deterioro meteórico que sufrieron los lazos de Israel con Turquía tras la primera Flotilla, Israel buscó un nuevo aliado en el Mediterráneo y optó por el país heleno, que tradicionalmente siempre fue poco proclive a aliarse con Israel. El movimiento diplomático trajo sus frutos y la marina griega ha impedido salir a la Flotilla, ofertando al mismo tiempo hacer llegar el material humanitario a Gaza mediante las autoridades de las Naciones Unidas en la zona.
Después de unos días retenidos en el puerto de Atenas, la mayoría de los participantes han regresado a sus países de origen, y la mayoría de los activistas de la iniciativa española Rumbo a Gaza, decidieron seguir el mismo ejemplo, quedándose siete para custodiar el Guernika y otros cuatro se han quedado en la Embajada de España en Atenas como interlocutores con el embajador Miguel Fuertes, que según Europa Press les ha hecho una buena oferta pero no ha querido adelantar detalles sobre la misma.
Poco eco en los medios y en la sociedad
Toda esta cronología de sucesos ha pasado de puntillas por los medios de comunicación españoles. Quizás es debido a que otros temas con más interés para los españoles están colmando los medios, como la crisis económica, el movimiento 15M, o el reciente escándalo de la Sociedad General de Autores. Pero, es seguro también, que muchos ciudadanos se habrán preguntado por qué estas iniciativas no han surgido ante las crisis en Libia o Siria -como se preguntaba el periodista Carlos Herrera en su programa de radio cuando el régimen de Gadafi comenzó a aplastar a la oposición- o por qué no han dirigido la ayuda humanitaria a, por ejemplo, el cuerno de África, donde la ONU ha declarado una crisis humanitaria sin paliativos, mientras en Gaza la Cruz Roja ha declarado lo contrario.
Conclusión
De esta manera, la "Segunda Flotilla" se ha convertido, tal como hemos leído en redes sociales, en la Segunda Floptilla (juego de palabras en inglés, flop significa fracaso). Hay muchas formas de ayudar al pueblo palestino, y para hacerles llegar ayuda humanitaria existen cauces legales y pacíficos, pero provocando a Israel y buscando resultados trágicos para deslegitimar al Estado Judío solo traerá el anquilosamiento perpetuo del conflicto.
http://www.revistahorizonte.org/leeart.asp?art=33216
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