jueves 28 de julio de 2011
Refundación de España
Ernesto Ladrón de Guevara
H AY quien leyendo mi anterior artículo donde reflexionaba sobre la urgente necesidad de abordar el modelo de estado, es decir: una sola administración, un solo parlamento y república unitaria (esto último no lo decía pero lo añado), consideraba que yo era un patriotero más o menos facha. Sin embargo, aparte de la evidencia científica de nuestra historia que forma los pilares irrefutables de lo que se suele llamar nación, desde una óptica hegeliana, y que hace que España lo sea y no lo puedan ser Cataluña y País Vasco, yo no soy nacionalista. Simplemente intento que los principales elementos que posibilitan una vida racional y digna, que son la seguridad, el cumplimiento con justicia de las normas jurídicas que es la condición para un transcurrir vital sin sobresaltos, y las bases del crecimiento económico y de la riqueza para una supervivencia personal y colectiva, puedan desarrollarse sin que ningún descerebrado los dinamite. Es decir, yo no soy un españolista exaltado –a decir verdad preferiría ser francés, ya que llevo mucho tiempo envidiando al país vecino- sólo pretendo que mi familia vea asegurado su futuro, de la misma manera que deseo que mi casa no se derrumbe o que después de cuarenta años de trabajo y de vida austera alguien no me diga que mis ahorros se han reducido a la mitad, como si fuera obra de magia.
Así de claro.
Me resulta especialmente indignante el enfoque que tiene el partido gobernante, y puede que también el que aspira a sustituirle, del Estado de Derecho. Hay tantos ejemplos que estoy pensando en escribir un libro sobre ello, pero lo más próximo en el tiempo es esa reforma de la ley de procesamiento judicial por la que se pretende privar a los jueces de la instrucción de las causas, dando la prerrogativa a los fiscales. A muchos ciudadanos este tema les desbordará en su entendimiento, pero eso significa que una fiscalía sometida a la decisión del Gobierno podría llevar los procesamientos por donde el partido de poder quisiera, lo que supondría acercarnos cada vez más a Venezuela o a Cuba en el modelo político. Eso es lo que yo llamo inseguridad, por la cual cada vez está menos claro que el país para el que contribuyes haciendo la mili y pagando durante décadas miles de euros en impuestos, incluso poniendo la vida en riesgo por él, no te garantiza la igualdad ante la ley, es decir las garantías constitucionales.
Y es evidente que tampoco se garantiza la seguridad económica y las prestaciones de servicios por causa de un desmadre que nadie supo prever o que, a lo peor alguien trató de llevarnos a una situación disoluta pues le interesaba un estado feudal para asentar sus posaderas reales sin contrapesos.
En el último Consejo fiscal y financiero los representantes de las autonomías lloraban amargamente porque no iban a poder pagar sus deudas al Estado y menos a los proveedores. Durante décadas se ha estado tirando la casa por la ventana (literalmente), con embajadas catalanas en el extranjero (que aún no se han cerrado), millones de euros en planes lingüísticos e ingenierías sociales para la formación del espíritu nacional (vasco, gallego, catalán y valenciano), subvenciones a afines, amigos y añadidos, superestructuras burocráticas con miles de afines, amigos y añadidos designados a dedo o con oposiciones repletas de filtros para echar al no “asimilado”, etc. Y ahora resulta que no salen las cuentas. Ni a las autonomías ni al estado que somos todos. ¿Y quién paga las deudas? Sin duda todos pero más los ciudadanos corrientes y molientes, los pensionistas y los más pobres de la sociedad, pues la inflación se va a poner por las nubes con unos tipos de interés tan altos por los activos tóxicos de este cachondeo general. Y sin duda, también, los ahorradores, que no creo que nos salvemos de alguna “quita”, que se produce, como en el caso de Grecia, cuando se entra en situación de suspensión de pagos. Y los pensionistas, que verán rebajadas sus pensiones pues de algún sitio hay que recortar para reducir el desbordamiento de la deuda. Etc.
Es muy sintomático que sea ahora cuando se reúna el Consejo de política fiscal y financiera, es decir, cuando han tomado posesión los nuevos gobiernos del PP en las comunidades autonómicas donde han ganado, que soy la casi totalidad. ¿Por qué no lo hicieron antes, señor Zapatero? ¿Por qué no lo reclamaron antes a sus congéneres que han vaciado las huchas hasta dejarlas exhaustas? Hay que reconocerles a los socialistas un arte especial para timar a los contrincantes. Me recuerdan al vecino que no paga nunca las cuotas de comunidad pero que siempre está reclamando arreglos en su casa a cargo de los demás.
Si no espabila, al PP se lo comen en dos tardes aunque gane por mayoría absoluta.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=6194
jueves, julio 28, 2011
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