jueves, julio 28, 2011

20110725, El triunfo de la bestia

Lunes 25 Julio 2011

El triunfo de la bestia

Carlos Sánchez. El Confidencial 25 Julio 2011

Robert Skidelsky, probablemente el economista vivo que mejor conoce la obra de Keynes, ha escrito recientemente un delicioso artículo en el que dice cosas de perogrullo, pero que a menudo olvidan los hacedores de política económica. Recuerda Skidelsky que durante mucho tiempo se relacionó el endeudamiento con la vida despilfarradora y la apatía; y si una persona se endeudaba, se consideraba un timbre de honor saldar la obligación vendiendo activos, reduciendo el consumo, trabajando más o mediante una combinación de las tres cosas. De hecho, las deudas no satisfechas solían pagarse con la cárcel. No mediante concursos de acreedores en los que las dos partes se ponen de acuerdo sobre la cantidad a devolver.

La misma regla regía para las instituciones. Los bancos nacieron de un procedimiento mediante el cual los orfebres de oro y plata aceptaban depósitos para su custodia a cambio de una pequeña cantidad. Cuando pasaron a ser entidades crediticias, su regla más antigua consistía en mantener reservas líquidas equivalentes a prácticamente el 100% de sus depósitos. Los banqueros, de esta manera, evitaban verse sin fondos en el hipotético caso de que sus clientes retiraran de golpe su dinero. Para nada acudían al endeudamiento masivo (ahora se llama apalancamiento).

Esas prácticas, como se sabe, cayeron en desuso hace ya algún tiempo; pero ya Locke en sus Escritos Monetarios advertía que sólo hay dos maneras de enriquecer a un país sin recursos naturales (él decía ‘sin minas’): mediante la conquista de territorios o a través del comercio. Como lo primero no siempre es posible (afortunadamente, habría que añadir), el pensador inglés recomendaba la segunda opción. Desgraciadamente, sin embargo, sigue habiendo políticos que piensan que hay una tercera elección, que no es otra que elevar la riqueza aparente de los ciudadanos aumentando el endeudamiento hasta límites insoportables.

Se trata, con diferencia, de la peor de las decisiones. Y no por razones estrictamente económicas, sino que tiene que ver con la propia calidad del sistema democrático. Cuando un gobernante endeuda a su país más allá de lo razonable (sería absurdo pensar que toda deuda es mala) lo que en realidad hace es diferir en el tiempo el pago de impuestos. Pero no sólo eso. Oculta la naturaleza del gasto público, lo cual es profundamente antidemocrático.

Mediante el recurso al endeudamiento, no hay un verdadero debate sobre la cantidad de impuestos que hay que pagar al Estado en cada momento para financiar los gastos necesarios para satisfacer los servicios públicos que reclama la comunidad. Se puede dar la paradoja, incluso, de que un gobernante decida bajar los impuestos para ganar las elecciones creando un efecto riqueza entre los ciudadanos y, al mismo tiempo, y por la puerta de atrás, aumente el endeudamiento, lo que en la práctica significa una subida de la presión fiscal, aunque no se note.

El endeudamiento es, en este sentido, un recurso indoloro para la generación que disfruta de un nivel de vida que no le corresponde, y que se beneficia de un volumen de prestaciones no proporcional a la cantidad de impuestos que está dispuesta a pagar. Todo el mundo sabe que alguien tendrá que devolver esas deudas, pero se oculta esa realidad para ganar elecciones. La historia se complica todavía más cuando un gobernante en lugar de acudir a los mercados de capitales para financiarse -lo que obliga a una cierta disciplina fiscal- pide dinero directamente al banco o a la caja de ahorros correspondiente, preferentemente si es del mismo signo político. Las regiones españolas saben mucho de esta ventanilla de último recurso.

Las proteínas del mercado
Lo más sorprendente, sin embargo, es que estas verdades se esconden al debate público, lo cual socava el sistema democrático. Es curioso que quienes critican con mayor dureza el comportamiento ‘especulativo’ de los mercados sean, precisamente, quienes los alimentan con las proteínas que proporciona el endeudamiento público.

Estamos, por lo tanto, ante un sinsentido que conduce inexorablemente a un neocolonialismo económico. Y que si nada lo remedia, acabará siendo político

Figuras como Krugman son, en este sentido, patéticas. Y no digamos algunos de sus malos imitadores en España. En los últimos años, el premio Nobel no se ha cansado de atacar a los mercados por su carácter arrogante y especulativo, pero al mismo tiempo exige mayor gasto público para afrontar la caída de la demanda y de la actividad económica, lo cual ha acabado por crear un monstruo que ahora devora las economías de los países periféricos. Los mercados son, y como diría Herman Melville, el fantasma de horrible mugido que se sitúa entre el gruñido del Leviatán y el eructo del Vesubio.

Dominan, como todo el mundo sabe, la escena política. Hasta el punto de que el acuerdo del Eurogrupo sobre la restructuración de la deuda griega no es más que un puntapié a los fundamentos democráticos de la propia Unión Europea. Grecia es hoy un país intervenido (una figura que no aparece en ninguno de los textos fundamentales de la UE) por un Gobierno no democrático que no se presenta a las elecciones. Y lo mismo sucede con Portugal, Irlanda e incluso España, cuya capacidad de maniobra en política económica es irrelevante.

Lo chocante del caso, sin embargo, es que la medicina que le han suministrado a Grecia los países acreedores es, precisamente, la misma que ha llevado al país a la ruina. El Consejo Europeo ha probado nuevas ayudas equivalentes a 109.000 millones de euros. Sin embargo, si Grecia no está en condiciones de devolver los 328.588 millones de euros que hoy debe a sus acreedores (sin contar el endeudamiento privado), no parece razonable pensar que añadiendo otros cien mil millones a la cuenta se pueda resolver el problema.

Estamos, por lo tanto, ante un sinsentido que conduce inexorablemente a un neocolonialismo económico. Y que si nada lo remedia, acabará siendo político. Precisamente, y aquí está la contradicción, por culpa de quienes creen que aumentando el endeudamiento público se solucionarán los problemas. El problema no son los mercados, sino los gobiernos y el propio banco central europeo que han alimentado a la bestia con dinero barato y en cantidad suficiente para hacer temblar los cimientos del euro.

Parece evidente, sin embargo, que la supervivencia de la moneda única sólo podrá articularse mediante la integración de los sistemas fiscales de la eurozona. Sin coordinación de las políticas presupuestarias no hay nada que hacer. Pero no es menos evidente que ese proceso de construcción (incluso la creación de un Ministerio de Hacienda paneuropeo) debe hacerse mediante procedimientos democráticos. De lo contrario, la UE corre el peligro de acabar siendo justo lo contrario para lo que nació. Un espacio de libertad en el que todos sus miembros sean iguales. No es un asunto baladí. Es la esencia de la propia democracia. El euro, como alguien ha dicho, es y será una moneda sin Estado, pero hay que evitar que sea también una divisa sin democracia.

El sentido del ridículo de Zapatero
Pedro de Hoyos Periodista Digital 25 Julio 2011

Tengo ya demasiada edad para haber atravesado la vida sin haber hecho el ridículo en considerable número de veces, creo que ya lo he escrito antes. El que esté libre de culpa que me arroje la primera piedra. Pero la sensación de ridículo es algo interno, íntimo, relativo y más propio de unas personas que de otras. No todo el que hace el ridículo lo sabe.

Zapatero debe saberlo, sin duda lo sabe. España le trasmitió en las pasadas elecciones regionales y locales que había hecho el ridículo, que él y su política eran el hazmerreír general. Los avisos de políticos internacionales, llamándole al orden para que recapacitara en su absurda política, deben haberle hecho pensar. Pero que un miembro de su partido tan elevado e influyente como Felipe González retire públicamente las simpatías hacia el partido zapateril debería haberle llevado hacia el harakiri político, la dimisión inmediata.

No sólo tiene en contra a tres cuartas partes de España, cabe pensar que el otro cuarto le apoya o pasa a partes iguales, sino a socialistas españoles tan dignos y elevados como él pero más considerados internacionalmente. No sólo España le ha levantado en mayo el dedo corazón, sino que la burla se ha generalizado dentro de su propio partido, sólo la discreción y la formalidad debidas ante la clientela electoral que está detrás de cámaras y micrófonos impiden más manifestaciones como la de González. Si medio mundo le acusa de su desgracia, si medio mundo le llama incapaz, si medio mundo le abuchea clamorosamente… ¿no se siente ridiculizado? ¿No le dan ganas de no salir a la calle, de poner a otro, tal vez un teleñeco, en su lugar cada vez que hay que hacer alguna declaración?

Cuando me encuentro por la calle con alguien que me vio en situación comprometida o cuando me saluda alguien con quien no supe estar a la altura de las circunstancias me encuentro apurado, saludo disimulando prisa y siento deseos, según lo comprometido de la situación, de que la tierra me trague. ¿No siente Zapatero deseos de meterse debajo de la mesa cada vez que se cruza con un periodista, no siente deseos de mirar a otro lado cada vez que se cruza con un ciudadano, cada vez que lee las estadísticas de paro, cada vez que un titular de periódico deja en desnudo su incapacidad? ¿No le da vergüenza ser como es y haber hecho lo que ha hecho? ¿No es consciente del ridículo pasmoso que amontona sobre su cabeza?
paroo
Cuando le veo sonreír indiferente en las ruedas de prensa, cuando le veo efusivo con algún dignatario extranjero o cuando le veo con actitudes desenfadas en las reuniones de su partido me pregunto si no se da cuenta o disimula. Si es consciente de lo que todos o casi todos, incluidos miles de militantes de su partido, estamos pensando de él y de su capacidad política.

La crisis adelgaza el derroche autonómico
«Todos sabíamos que el modelode café para todos nos había llevado hasta un sistema insostenible»
curri valenzuela ABC 25 Julio 2011

El PP de Rajoy ha tomado la bandera de la austeridad como base de su programa electoral

La crisis económica ha conseguido lo que la mayoría de los españoles llevaban años demandando, lo que la mayor parte de la clase política obviaba y lo que los preocupados por el futuro de este país no se cansaban de advertir: la necesidad de que España se replantee su modelo autonómico para evitar la duplicidad de competencias, con el consiguiente descontrol de altos cargos, oficinas y funcionarios. En resumen, gasto y más gasto superfluo para desempeñar las mismas funciones y ofrecer servicios idénticos a los ciudadanos.

Era de sentido común que el modelo de café para todos desarrollado a partir de la Constitución de 1978 nos había llevado hasta un sistema que no podría mantenerse en pie por mucho tiempo. Para muchos constitucionalistas, porque el rebasamiento de hecho del sistema federal de gobierno estaba poniendo en peligro la unidad de la nación; para demasiados economistas, porque la falta de unidad del mercado se estaba convirtiendo en una rémora para el crecimiento económico; para la gente de la calle, porque nadie puede comprender que cuando acudes a un centro de salud en tu lugar de veraneo te traten como «desplazado» porque careces de la tarjeta sanitaria de esa comunidad, o que un peligroso delincuente escape de la Justicia mudándose a otra parte porque los sistemas informáticos de sus juzgados son incompatibles.

Y, para colmo, el despilfarro. Los coches oficiales, las visas oro, los teléfonos móviles de última generación, los gastos desmesurados en publicidad por parte de los altos cargos, especialmente de los autonómicos, fueron tolerados en la época dorada de nuestro crecimiento económico, cuando este era el país del mundo —como tan gráficamente dijo aquel ministro socialista de Economía— donde era más fácil que cualquiera pudiera convertirse en rico más rápidamente. De vez en cuando saltaba algún escándalo a los medios de comunicación, casi siempre protagonizado por algún político de izquierdas bruscamente aficionado a las grandes mariscadas, el avión oficial, los áticos como escenario imprescindible para el veraneo o las hípicas para fomentar la afición de sus hijos al caballo.
A la segunda división

El último Estatuto de Cataluña y la llegada de la crisis que hizo bajar a España a la segunda división económica —hechos ambos acaecidos casi simultáneamente y, no por casualidad, durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero— resultaron ser los detonantes de que se encendieran las alarmas por los excesos en el desarrollo del modelo autonómico. Para los preocupados por el futuro de España, por lo que representó abrir en canal un debate sobre el concepto de Nación para dar gusto a los nacionalistas más extremos; para los españoles de a pie, porque cuando a uno le rebajan el sueldo si es que tiene la suerte de librarse del paro, empieza a fastidiar ver a los concejales circulando en coches de lujo con chófer por las avenidas de su ciudad, o a los consejeros autonómicos entrando en restaurantes en los que la factura de un almuerzo supera al presupuesto familiar de un mes para el «súper».

Si el refrán de que no hay mal que por bien no venga no existiera, habría que inventarlo para explicar cómo la crisis económica está poniendo fin a esos excesos. La clase política ha comprendido, al fin, que el electorado no tolera más despilfarro oficial. Y en particular el PP ha tomado la bandera de la austeridad como base de su programa, adoptando una serie de medidas en comunidades y ayuntamientos donde gobierna que sirva como señuelo de lo que pretende hacer si Rajoy ocupa La Moncloa. De tal forma que su vicesecretaría de Política Autonómica y Local, que preside Javier Arenas, autora de todos estos documentos, ha establecido un sistema de seguimiento para llamar la atención de cualquiera de sus gobiernos autonómicos o municipales que se salte alguna de estas directrices.
A dos velas

No parece que vayan a necesitarlo. Quizás no tanto porque no haya algún alcalde por ahí que aún se compre un coche de dimensiones innecesarias, sino porque comunidades y ayuntamientos están a dos velas por la caída de a recaudación del IVA en el primer caso y de las licencias urbanísticas en el segundo. O, como dijo gráficamente hace poco en uno de esos momentos en los que se le queda el micrófono abierto la presidente madrileña, Esperanza Aguirre, «no tenemos ni un p... duro».

En Aranjuez no hay para regar jardines, en Coín han cortado la luz al Ayuntamiento, en Castilla-La Mancha se cifran en 3.700 el número de teléfonos móviles oficiales… No hay día sin noticia de este tipo, detrás de la cual en la sede central del PP, donde cada semana se reunen un par de grupos de consejeros y alcaldes a estudiar sus respectivas situaciones de ruina por sectores, se buscan medidas para coordinar políticas e intercambiar ideas. Dicen que más que reuniones son terapias de grupo donde se escuchan lamentos. Pero si de todo ello se obtiene un mejor sistema de gestión de recursos públicos y un adelgazamiento de los excesos de nuestro sistema autonómico, el resultado será para celebrar.

El programa del PP, para no cumplir
Nota del Editor 25 Julio 2011

Soy un optimista y aún tengo esperanzas de que alguien en el PP pegue un puñetazo en la mesa y empiecen a trabajar como servidores a la sociedad y no como políticos profesionales, por esta razón, aún me permito criticarles, no así al PSOE que no tiene remedio y cuanto más tiempo pasa, peores cosas salen a la luz, por lo que deberían pedir perdón, jurar que nunca más vivirán del cuento, devolver lo afanado y disolverse .

Por eso, cuando el PP dice que la bandera de su programa electoral va a ser la austeridad, yo me acuerdo de su familia, pues tengo alguna relación con el ayuntamiento de Madrid, o sea, Gallardonia, y lsu famosa pirámide Cibeles. También me acuerdo de la Comunidad, esa de la que dicen que no tienen un puto duro (y a los confiados no dejan sin subvención para ahorro energético y con el Iva al aire). Y no quiero ni acordarme del tal Núñez que prometió algo sobre la libertad para de elección para los castellanohablantes que viven en Galicia y que nunca cumplirá, aunque yo no me fiaba y no puse mi inservible voto a su disposición.

En resumen, promesas para no cumplir.

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Por qué Bauza es presidente y Camps no
Matías Vallés. El Confidencial 25 Julio 2011

Balears cambia de president con tanta facilidad como Camps muda de traje (no será la última mención, lo siento). Con siete relevos en los últimos tres lustros, el archipiélago es la comunidad autónoma con el gobierno regional más volátil. Este año no ha sido excepción, y el comienzo de estas crónicas y del verano –por orden de importancia– viene enmarcado por un nuevo inquilino en el Consolat de la Mar, sede del Govern.

Se trata del popular José Ramón Bauzá y, dado que este detalle podría pasar desapercibido a un contingente de lectores, se trata del primer ocupante de ese cargo que utiliza su nombre y apellidos en castellano, después de Gabriel, Cristòfol, Jaume y Francesc. El dato se hace relevante en una comunidad donde el catalán goza del carácter de idioma cooficial y había copado hasta la fecha el mensaje autonómico. Las elecciones del 22-M fueron ganadas por el PP castellanobalear.

La primera sorpresa radica en la feliz y rápida convalecencia del PP. Durante los últimos veranos, estas crónicas parecían escritas desde mi celda, y no sólo desde mi isla. Una retahíla de detenidos, condenados y encarcelados por corrupción. Hoy mismo, en la prisión de Palma hay cuatro políticos cumpliendo penas por sus hazañas corruptas durante el último Govern conservador. Sin olvidar que el susodicho ejecutivo de Matas –en libertad bajo fianza– ha alcanzado la marca de seis consejeros imputados, sin parangón en cualquier otra geografía.

Bauzá adoptó una medida que él mismo considera clave en el desenlace electoral, y que consistió en desembarazarse de todos los imputados

En vísperas de las últimas elecciones, y ante el fácil pronóstico de una victoria de la derecha, un ilustre y avispado veraneante madrileño se preguntaba, "¿los mallorquines olvidan tan deprisa?". El interrogante menosprecia la versatilidad de tácticas que ha desarrollado la izquierda balear para defraudar a sus votantes. Su aquilatada pasividad, unida al infalible 'efecto Zapatero', liquidaron el segundo Pacto de Progreso y allanaron el regreso del PP.

Pero antes, Bauzá adoptó una medida que él mismo considera clave en el desenlace electoral, y que consistió en desembarazarse de todos los imputados. Ni un solo político con esa condición figuraba en las listas del PP. La propia Dolores de Cospedal había comentado por lo bajinis en Palma que se trataba de una utopía, porque la cuidadosa extirpación de las manzanas podridas dejaría huecos irrellenables, ante la abrumadora evidencia de un centenar de cargos populares incursos en instrucciones penales. El ya president persistió y triunfó. De paso, se liberaba de jerarcas que compartían la presunción de inocencia con una vertiente nacionalista alejada de las inclinaciones de Bauzá.

El síndrome Tarantino
En docenas de ocasiones se le preguntó si el PP debería haber adoptado el mismo criterio de pureza en otras comunidades –o sea, en Valencia–, y el candidato se ajustaba a la singularidad balear. Hoy puede aportar una respuesta más concreta. Bauzá reina en verano en las islas, Camps ya no preside la comunidad tendida a la otra orilla del Mediterráneo.

A propósito, quienes cantan equivocadamente las alabanzas de la sangre fría de Rajoy –dispuesto a que un condenado por corrupción gobernara una comunidad–, deberían remontarse al verano mallorquín de 1995, cuando Aznar descabalgó de la presidencia de Balears al Gabriel Cañellas todavía no imputado, mientras el líder del PP nacional se fumaba un habano en un bautizo madrileño. Diferencias de liderazgo. Y saltando a la inevitable economía, la situación es tan desesperada que el nuevo president está reunido ahora mismo con Harvey Keitel. Sí, el actor de Reservoir dogs y Pulp fiction, para quien la pistola está integrada en su anatomía como un apéndice más. Se necesitará una cirugía drástica al estilo Tarantino para desembarrancar la crisis. La brutalidad para hombres inteligentes.

Las Universidades se llenan
Francisco Muro de Iscar Estrella Digital 25 Julio 2011

En las Universidades públicas catalanas se han presentado ya 50.650 solicitudes para el próximo curso, 1.000 más que el año pasado, y 10.700 más que hace diez años. Lo mismo sucede en las privadas. En la Universidad de Málaga se superarán los 8.000 nuevos alumnos, algunos cientos más que el curso pasado y 1.300 más que hace cuatro años. La Universidad de León ha admitido a 2.933 alumnos en la primera fase de inscripción, un 27 por ciento más que el curso pasado. Podemos seguir el recorrido por la geografía de las setenta y tantas Universidades públicas y privadas y los datos serán idénticos. Crece la matrícula universitaria casi al mismo tiempo que el paro de los jóvenes.

Posiblemente por dos motivos: no hay trabajo, luego hay que ocuparse en algo, aunque no garantice un buen empleo futuro y, en segundo lugar, el paro entre los titulados universitarios es de inferior al diez por ciento, es decir, la mitad que el desempleo general y la cuarta parte que el juvenil. Lo que me gustaría saber es las condiciones de ese empleo, o subempleo, universitario y su precariedad. Invertir en un licenciado en Derecho para tener un oficinista o un conserje es un enorme desperdicio. Carecer de estudiantes de Formación Profesional y de especialistas de grado medio es una tragedia por la que venimos pagando un precio muy alto desde hace muchas décadas.

Al mismo tiempo, numerosos grados en todas las Universidades apenas tienen demanda. Y hay titulaciones con escasos alumnos que se cursan en Universidades de la misma ciudad o de ciudades diferentes con un coste -profesores, instalaciones, equipos administrativos, etc.- subvencionado por nuestros impuestos, que representa un verdadero despilfarro. Mientras las carreras de Ciencias de la Salud -Medicina, Fisioterapia, Enfermería- están saturadas y tienen una gran demanda y una salida, en España y fuera de España, muy elevada, hay carreras en las que se precisa sólo una nota de 5 sobre 14 para acceder y aún así, nadie se apunta. En la Universidad de Vic sólo un alumno se ha apuntado a Trabajo Social; en la Autónoma de Barcelona, sólo tres para Estudios de Francés y Catalán; y en la de LLeida, cinco a Estudios Catalanes y Occitanos. Una curiosidad: 103 alumnos matriculados en Fisioterapia en la Universidad de Gerona son franceses. Seguramente les será más caro, más lejano o más difícil estudiar en su país.

Sumen otro dato importante: en España hubo el curso pasado 2.429 másters o estudios postgrado diferentes con casi 100.000 alumnos matriculados. ¿Cuál es su calidad media, para qué sirven, realmente todos o la mayoría otorgan un plus de preparación o una oportunidad más para encontrar un trabajo digno? El Ministerio de Educación prepara un sello de calidad para diferenciar a los mejores de los peores, pero habría que hacer algo más para que no haya engaños. Se llenan las Universidades y crecen los estudios de postgrado. ¿Es siempre bueno?

Bildu cumple las órdenes de ETA y 'toma las calles' del País Vasco y Navarra
Conciertos de grupos proetarras copan los programas festivos
HSF www.lavozlibre.com 25 Julio 2011

Madrid.- El paso de la Vuelta Ciclista a España, un partido de fútbol, el nombramiento como Capital Europea de la Cultura 2016, un festival internacional de cine o las fiestas populares de verano. Cualquier acontecimiento es aprovechable para jalear y homenajear a los presos de ETA. Con Bildu dentro de las instituciones el fomento, apoyo y financiación de este tipo de acciones ha vuelto a cobrar un protagonismo que parecía perdido en las calles del País Vasco y de Navarra.

“Volver a tomar las calles”, es la consigna, según fuentes antiterroristas, que se ha marcado la izquierda abertzale para este verano. Los resultados obtenidos por la coalición independentista Bildu en las pasadas elecciones municipales del 22 de mayo hacen que el objetivo proetarra sea fácil de conseguir.

En el último comunicado de ETA, los terroristas pedían expresamente a la izquierda abertzale “continuar el trabajo emprendido con la ilusión y el nuevo aliento de lo que ya se ha avanzado”. La respuesta de Bildu no se ha hecho esperar. En cada fiesta popular o acontecimiento que tiene lugar en los municipios vascos las fotos de presos de la banda terrorista ETA y las habituales consignas borrokas son las protagonistas absolutas de la cita.

El municipio guipuzcoano de Astigarraga, en el que Bildu cuenta con siete concejales, fue el primero en proponer en su programa festivo dos homenajes a presos de ETA, según los abertzales para “recordar a los que por luchar por este pueblo no estarán junto a nosotros”. La localidad de Ordicia también es un ejemplo de la actuación marcada por la banda.

GRUPOS MUSICALES PROETARRAS
La Semana Grande de San Sebastián ya tenía, antes de las elecciones municipales, cerrado su cartel de conciertos. Un cartel que fue rechazado por Bildu el pasado 12 de julio y modificado, según la coalición, para “reforzar la presencia de cultura vasca”. Los asistentes a los festejos, entre los que se encuentran gran cantidad de ciudadanos extranjeros, no podrán presenciar la actuación de grupos nacionales consolidados como ‘La Mala Rodríguez’ o ‘Melocos’. Sus sustitutos, grupos de música independentistas como ‘Su ta Gar’ o ‘Berri Txarrak’.

El grupo ‘Su ta Gar’ recibió una denuncia de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) por incluir en sus canciones frases del tipo “lo que habéis hecho lo tendréis que pagar”, en referencia a lo que ellos denominan “Estado opresor español”. Al cantante del grupo, Aitor Gorosabel, le unen estrechos lazos con Bildu. Gorosabel fue el autor de la canción ‘Bildu gara Bildu’ (Nos hemos reunido), que presentó en compañía del ahora diputado general de Guipúzcoa Martín Garitano.

Las actuaciones de Bildu son idénticas a las realizadas durante los años ochenta y noventa por la ilegalizada Herri Batasuna. La consigna de ETA para sus pupilos era clara: “Volver a tomar la calle”. Las calles vuelven a estar tomadas, los ayuntamientos también.



http://www.libertadidioma.com/20110725.htm

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