viernes 15 de julio de 2011
ANÁLISIS: ¿El milagro de P.?: paro, impuestos y votos
Carlos RODRÍGUEZ BRAUN La Razón 10 Julio 2011
¿Alguien creía que Alfred l’Écoutant tenía la solución al paro? Era obviamente mentira. Un Gobierno sectario e intervencionista, que ha subido los impuestos y ha contribuido a crear multitud de parados, ¿cómo iba a generar medidas que se tradujeran en empleo y prosperidad para una sociedad de mujeres y hombres libres? No podía ser. Y no fue. La supuesta novedad es más de lo mismo: ante el fracaso de las recetas intervencionistas propuso… más intervencionismo. Su populismo abarcó desde el fin de los paraísos fiscales hasta la tasa Tobin, que es un impuesto sobre los ciudadanos, no sobre los banqueros.
- EMPLEO Y BANCA
Se comprometió a buscar «una vía rápida para crear empleo» y garantizó que «habrá dinero», porque «pronto» será el momento de pedir a las cajas y a los bancos que dejen parte de sus beneficios para crear empleo. Es puro humo, o directamente una nueva violación de la libertad, porque no cabe creer que un socialista se limite a «pedir» y no a obligar, que es lo suyo.
- IMPUESTOS
En su discurso defendió «políticas redistributivas» y planteó recuperar el impuesto sobre el patrimonio sin gravar a las «clases medias». Esto significaría más impuestos, pero, claro, sólo sobre los ricos: mentira, no hay socialismo capaz de financiar sus sueños colectivistas usurpando sólo la propiedad de los ricos, y por eso acaba descargando su propensión expropiadora sobre la mayoría. Si usted es de clase media, prepárese: vienen a por usted.
- EMPRESARIOS
Abogó por «incentivar el contrato parcial, con más flexibilidad como piden los empresarios y más seguridad como piden los trabajadores». Por supuesto, igual que el PP, no tocarán el Estado del Bienestar, y por eso nunca bajarán los impuestos. Repitió el discurso a favor de los «emprendedores», porque «empresario» ya se sabe que es una mala palabra.
- EDUCACIÓN
Anunció que no quiere cambiar ninguna ley educativa y apuesta por el «MIR» para profesores. Miente. El socialismo no puede vivir sin propaganda, y por lo tanto cambiará las leyes que no le favorezcan. Que lo tenga en cuenta el PP: todo lo que quiera hacer Barbie en este terreno será modificado por los socialistas cuando recuperen el poder.
- LEY ELECTORAL
Apostó por un sistema electoral más proporcional siguiendo el modelo alemán, como piden sus amigos del 15-M. Habrá que verlo, porque no queda claro que PP y PSOE pacten una reforma del sistema que les perjudique a favor de IU o UPyD. Puede que sea, como todo este discurso populista, otros brindis al sol. El alemán se basa en un modelo mixto compuesto por dos votos, uno a los partidos y otro a los candidatos directos. Las circunscripciones electorales son unipersonales, de modo que el candidato que obtiene la mayoría simple en su circunscripción consigue un escaño parlamentario. Estos candidatos conforman la mitad de los escaños parlamentarios, independientemente de cuál sea el resultado de sus partidos.El segundo voto, a un partido, decide sobre la composición proporcional en el Parlamento.
- CORRUPCIÓN
La mentira, condición irrenunciable de los líderes izquierdistas, llegó a cotas increíbles de temeridad. Alfred l’Écoutant, que supo bien de Filesa y los GAL, sabe de faisanes y otras aves elusivas, y ahora es el candidato del partido de los EREs de Andalucía, aseguró que será «inflexible» con la corrupción. Siendo esta corrupción siempre derivada del poder, no se le ha ocurrido, por supuesto, limitar el poder sino cambiarlo de lugar: quiere que los planes urbanísticos sean más controlados por el Estado, como si la corrupción dependiera de la sede del poderoso.
Tenemos, pues, la demagogia de siempre. ¿Dónde está el milagro? No en que el PSOE vaya a ganar. Eso parece que no es posible. Pero va a haber un milagro: ese partido, el partido del paro y los impuestos, el partido del sectarismo y la Memoria histórica, del aborto y la muerte digna, de los controles, las multas y las prohibiciones, va a obtener en las próximas elecciones, gracias o a pesar de Alfred l’Écoutant, millones de votos de otras tantas personas de bien.
Carlos Rodríguez Braun. Catedrático de Economía
R. cifra su suerte en el voto antisistema
EDITORIAL Libertad Digital 10 Julio 2011
El legado político de Alfredo Pérez Rubalcaba en esta última etapa en el Gobierno de España no difiere en demasía del que dejó tras su paso por los distintos Ejecutivos de Felipe González Márquez. Rubalcaba ha sido siempre un elemento dañino para España, por más que una cierta leyenda de gestor eficaz y político brillante, fabricada por la izquierda y asumida por la derecha, le acompañe como aval para haberse convertido en el candidato otoñal de un partido sumido en el más profundo de los descréditos.
La reforma educativa que acabó con los más mínimos estándares de calidad en la enseñanza pública española, el intento de desactivar por todos los medios el escándalo monumental del terrorismo de Estado del felipismo (por el que un ministro del Interior y su secretario de seguridad fueron a prisión) y más recientemente la política de concesiones al terrorismo etarra con el chivatazo del bar Faisán, como el epítome de la vesania política, son los principales "pasivos" del personaje con que el PSOE pretende ilusionar a sus todavía votantes para ganar las próximas elecciones generales.
El discurso con el que ha inaugurado su candidatura al frente del PSOE agrava aún más la sensación de que Rubalcaba está dispuesto a acabar con los restos de un país ya desvencijado a poco que los electores se lo permitan. El candidato R. se ha revelado como un político incapaz de realizar la menor autocrítica, de ahí su insistencia, por ejemplo, en mantener el actual sistema educativo, culpable de un desastre generacional sin precedentes del que él fue directísimo responsable o un sistema sanitario público de cuya ruina insondable se muestra extraordinariamente orgulloso.
No contento con defender la situación actual de las dos instituciones que exigen a gritos una reforma en profundidad, Rubalcaba ha convertido el resto de su discurso en una rendición genuflexa hacia los grupúsculos radicales del llamado movimiento 15-M, cuyas propuestas más estrafalarias ha hecho propias, corrigiéndolas para aumentarlas.
A ningún político serio del Occidente civilizado se le ocurriría amenazar a las entidades financieras con expropiarles parte de sus beneficios legítimos para que el Estado los dedique a "crear empleo", acaso con la muy socialista fórmula de su reparto a sindicatos y patronal para acciones formativas con el resultado por todos conocido. A R. sí, señal de que es consciente de la tremenda derrota electoral que le espera a su partido, del que los votantes más moderados huyen como de la peste con toda lógica y cuya confianza ya da por completamente perdida.
Esa es la única clave que parece explicar este giro a la izquierda, alabado por los medios afines al Gobierno, que rápidamente han alzado en hombros a Rubalcaba para darle el paseíllo triunfal hasta que hablen las urnas. Unos y otro han fiado su suerte futura en la respuesta del izquierdismo más radical. Sólo cabe esperar que la sociedad española les devuelva electoralmente el premio que todos ellos merecen.
No se asombren: Rubalcaba lo hace bien
Carlos Dávila www.gaceta.es 10 Julio 2011
“Estoy seguro de que las víctimas de sus recientes diatribas fueron avisadas por él de lo que se les venía encima. Se dedica a todo lo más oscuro, a ir colocando piececitas, topos en las nuevas Administraciones”
¡Y aún decían los antiguos que en julio nunca pasaba nada! En sólo una semana de este tórrido estío, han acaecido, sin ánimo de ser exhaustivos que diría César Vidal, los siguientes acontecimientos: se ha marchado el veterano Oliart tras una gestión pésima en la que ha entregado el poder al PSOE y ha dado estúpidamente bagatelas a su familia; Rubalcaba, el candidato del felipismo más rancio y más irregular, se ha dado el pisto de anunciar que él sí que sabe cómo crear empleo, y les ha propinado un zarpazo de indignado ilegal a los banqueros, a los mismos a los que ha estado festejando durante años y a los que su partido, el PSOE, les ha debido tradicionalmente –lo ha denunciado el Tribunal de Cuentas– ingentes cantidades de dinero; Caamaño, la voz ultralaicista, sectaria y logista del Gobierno, ha anunciado que se va a cargar literalmente el Derecho colocando a sus fiscales y los de Conde-Pumpido en el trance de instruir las causas e impidiendo que la acción popular pueda personarse en los procedimientos; la repugnante Sociedad General de Autores, un monopolio vergonzoso que ha estado robando años a los españoles, ha saltado por los aires entre la complacencia general que ha visto cómo los palmeros cantores de la zeja gubernamental ya se van a quedar sin su juguetito pingüe; Bildu-ETAestá colocando en los puestos de mayor rango a todos los etarras que desea, arría las banderas españolas allí donde todavía estaban colocadas y anuncia “movimientos” si alguno de sus jefes, por ejemplo Usabiaga (siempre jefe de la banda) es condenado por un “tribunal español” (dixit). Bildu, la marca actual de ETA, ha recibido en estos días la colaboración ignominiosa de Radio Nacional de España, que ha cedido micrófonos al abyecto Garitano Larrañaga para que se despache a gusto sobre cómo va a provocar la ira de los españoles decentes.
Las martingalas más abyectas
Esta es la normalidad actual del país. Para colmo, y según hemos publicado también en esta semana, el Gobierno agónico, pútrido ya de lo mal que huele, de Zapatero, prepara una estrategia para perdurar hasta el próximo mes de marzo con la intención de atar alguna de las fechorías que arriba les he comentado. La principal de ellas, desde luego, es el dominio absoluto de la Justicia, con un proyecto procesal que dejará en manos del Gobierno y –lo que es aún peor, mirando al futuro– de los jueces y fiscales que, antes de irse con viento fresco, colocará el PSOE para que, como algunos policías del 11-M, le rindan en su momento los mejores servicios. La estrategia de Pérez, apellido de su padre, y ese “comité de sabios” que, por lo visto, le aconsejan es cómo regresar al felipismo de los fondos reservados, el GAL o las escuchas del Cesid sin que nadie pague por tales atropellos. La martingala parece encaminada –lo hemos escrito en La Gaceta– a que Zapatero allá por octubre, bien morenito tras su última estancia en Doñana (¿se librará el parque natural de su gen destructivo?), presente en el Congreso de los Diputados una constitucional –lo es– “cuestión de confianza”. Sólo una vez en los treinta y pico años de democracia, se utilizó este procedimiento. Fue en septiembre de 1980 y tiró mano de ella Adolfo Suárez por ver si, a la desesperada, podía recomponer el Gobierno, su partido y el caos reinante por entonces en España, menor, mucho menor desde luego, del que ahora mismo tiene armado Zapatero.
Rubalcaba lo hace bien
A Suárez el ardid no le valió para nada. UCD ya estaba descompuesta y en ella moraban tipos que ya se habían literalmente vendido; unos al PSOE (los ejemplos de Francisco Fernández Ordóñez y Javier Moscoso fueron tan repulsivos como paradigmáticos) y otros, como Miguel Herrero, a Fraga. En el octubre próximo Zapatero quiere repetir la jugada con dos o tres intenciones. Veamos si las averiguo: la primera, con contratar de nuevo los servicios de los nacionalistas vascos y catalanes (los canarios son sólo unos burdos mercaderes) para que le aprueben los Presupuestos y pueda así llegar hasta el marzo soñado. ¿Qué costará eso? ¡Qué importa!: “al precio que sea”, que es una de las recetas mágicas del todavía presidente; la segunda es entregar en ese acto todo el poder a Rubalcaba, solidificado, creen los gestores de ingenio, después de una confianza apoyada por puro interés, diga Duran i Lleida lo que diga (¿o es que cree que los demás, en el resto de España, somos unos perfectos idiotas?), por estos nacionalistas que se aprovechan de la extrema debilidad de Zapatero y de la necesidad que tiene Rubalcaba de acreditar sus piruetas –con o sin consejo de sabios– antes del mes de marzo.
Y a propósito: Rubalcaba lo está haciendo francamente bien. Me explico, lo está haciendo bien a su manera: el enredo, la siembra de incompatibilidades entre unos y otros, la intención permanente de introducir desconfianza sobre todo en los próximos... en fin, sus armas conocidas. Hace muchos, pero que muchos años, un miembro del Gobierno de Felipe González me dijo textualmente: “Si quieres permanecer virgen, crúzate de acera cuando pase ese”. Ese era el ahora candidato Pérez. Quizá precise añadir que el concepto “virginidad” que este compañero de Gabinete aplicaba al entonces portavoz tenía únicamente esta pretensión: advertir de cuáles eran los peligros que encerraba cualquier relación, incluso de amistad, con el citado colega. Por eso aseguro que lo está haciendo bien; es más, estoy prácticamente seguro de que alguna de las víctimas de sus recientes diatribas fueron avisadas por él mismo de lo que se les venía encima. Esta es una técnica muy empleada en política; se trata de decir: “¡Bah!, no hagas caso a esto, ya sabes cómo son estas cosas”. Lo hace bien este aspirante: se dedica a estas cosas y también a ir colocando piececitas, auténticos topos, en las nuevas Administraciones. Desde policías a políticos, pasando por periodistas. Y claro está, cuenta con colaboraciones varias. Se lo contaré más abajo. A todos les va vendiendo la trilogía de sus monsergas: escuchar, hacer, explicar. No sé cuál de las tres causa más miedo. Seguramente hacer. El jueves, un político en la reserva del que ya hablé en El día de hoy comentaba con periodistas: “Nada de lo que vaya a hacer en campaña será bueno; lo que puede estar preparando Rubalcaba debe producir pánico”. Avisados estamos todos.
A colocarse tocan
Y esto del candidato Pérez (no le llamo “P”, no le vayamos a confundir con Penélope Cruz, ella tan agarrada a la zeja de los Bardenes) no ha hecho más que empezar. Lo peor que le puede suceder con las siguientes invectivas que fabrique es que nadie le haga caso. Que dice que él es el Bálsamo de Fierabrás para curar definitivamente el paro, pues a pasar; que vuelve con la monserga del madrastrismo bancario que una vez le proporcionó un engañoso resultado a Suárez, que vuelva. Que lo entendamos todos: es un provocador y aunque no se reconozca así, marxista lo es en grado sumo. Su táctica, a medio camino entre el horror goebbelsiano y el agit-prop del comunismo es introducir entre propios y ajenos las tópicas y eficaces “contradicciones objetivas”. Eso no lo resiste nadie. Aunque bien pensado, sí; este país adormecido e inane lo resiste todo. ¿Conocen ustedes el espectáculo que se está produciendo estos días para colocar, así, sin ambages, a gentes que han servido sin pudor alguno al PSOE en puestos de relevancia en las nuevas autonomías del PSOE? En el espectáculo están participando incluso altos ejecutivos de medios que pretenden asegurarse así canonjías para lo que se viene encima. El PSOE y sus conmilitones, los que durante años han presentado a Zapatero como un hombre bueno metido a estadista universal, no descansan. El candidato Pérez menos aún. Quiero suponer que el PP algo aprendió en las trágicas jornadas del 11-M. ¿O es que olvida que uno de los jefes policiales de aquel enorme embuste es ahora secretario regional de Organización del PSOE?
Rubalcaba, ¿candidato para el suicidio socialista?
Francisco Rubiales Periodista Digital 10 Julio 2011
Es calvo, viejo, feo y conspirador y dirige la mal llamada "democracia española" sin que nadie le haya votado. Su biografía está cargada de elementos inquietantes y turbios. Para colmo, su candidatura está "tutelada" por un Zapatero que ha desertado, que es el reverso del rey Midas y que todo lo que toca lo destruye. Nadie puede entender que Rubalcaba sea el candidato socialista para las próximas elecciones, salvo que sea un candidato para el suicidio, el enterrador del PSOE, un tipo elegido para cavar la tumba del socialismo en España. Lo lógico sería que el PSOE presentara como candidato a un demócrata decente y veraz, justo lo contrario de lo que ha sido ZP, pero la decisión ha sido otra: introducir en la cúspide más bruma, inquietud, sospecha y zozobra.
Mintió y defendió lo indefendible cuando era portavoz de aquel gobierno de Felipe González que se impregno de corrupción y que practicó el terrorismo de Estado, manchándose las manos de sangre. Desde entonces, siempre ha estado vinculado a las cloacas, rodeado de policías corruptos, de matones, de espias y de aparatos de vigilancia. Se jazta de saberlo todo sobre los demás y los políticos, que por lo visto están cargados de secretos inconfesables, le temen más que a un potro de tortura. Uno de ellos le puso como mote "El malvado Rubalcaba, que si puede te la clava".
Pero el PSOE, hundido y desmoralizado tras el mandato de Zapatero, que casi ha destruido a España y la ha sembrado de desempleados, nuevos pobres y gente aterrorizada ante el presente y el futuro, quiere presentar como candidato a alguien que quizás lo supere y lo haga bueno. Quizás esa sea la única explicación racional del extraño misterio Rubalcaba.
Consciente del drama que arrastra como cómplice de Zapatero y coautor de la destrucción de España, Rubalcaba intenta distanciarse desesperadamente del Zapaterismo, lanzando a los españoles un mensaje que, aunque falso, es el único que puede salvarle del desastre: "Yo no tengo nada que ver con los errores de Zapatero".
Para lograrlo, está realizando gestos elocuentes, que son los que cuentan en política: golpea a la SGAE, protegida por el mismo Zapatero, restablece la velocidad de 120 en las carreteras, le dice a Felipe González que se ahorre sus consejos y da la sensación de que ha borrado del mapa al presidente, que está como desaparecido y sumido en la depresión. Esa obsesión por distanciarse de Zapatero le ha llevado a dimitir ante si mismo, a realizar guiños a la izquierda, como plantear subidas de impuestos a los ricos y a meter la pata al afirmar que él sí tiene la receta para acabar con el paro, provocando la indignación de media España, que le reclama por qué no la ha empleado entonces cuando era vicepresidente.
Sin embargo, la verdad pesa como una losa de plomo sobre el candidato Alfredo: Ningún partido político de ningún país democrático moderno se atrevería a presentar como candidato y a elevar hasta la secretaria general del partido gobernante a un tipo como Rubalcaba, salvo que hubiera algo desconocido detrás o que la podredumbre hubiera llegado hasta lo más profundo de la estretegia colectiva y del cerebro del grupo.
Hombres como Rubalcaba existen en todas partes, pero jamás son exhibidos. Lo sucio tiende a ocultarse en política. El gran Charles de Gaulle decía que los hombres de las cloacas del Estado son necesarios, pero que nadie les vea jamás el rostro. Sin embargo, en España, los socialistas han convertido en su candidato al mejor experto en cloacas y operaciones encubiertas del país. La única explicación posible es que el PSOE tenga las cosas más claras que nadie y considere a España una inmensa cloaca, poblada de ratas y de lodo pestilente, algo que, por desgracia, quizás esté más cerca de la realidad que considerar a la España destruida por Zapatero como un auténtico país. Si España es una gran cloaca, entonces nadie mejor que Rubalcaba para moverse como capitán de los excrementos en sus entrañas putrefactas.
Voto en Blanco
Aguirre pide, con mucha cordura, un gran acuerdo
JOSÉ ANTONIO PORTERO MOLINA La Voz 10 Julio 2011
ES CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL DE LA UNIVERSIDAD DE A CORUÑA JOSÉ ANTONIO PORTERO MOLINA La doctrina especializada acuñó el término federalizar opuesto al de federar. Se federan, del latino foedus, vínculo, pacto, los estados que, compartiendo rasgos e intereses, se unen y crean un sujeto distinto a ellos cediéndole soberanía: el estado federal nuevo titular de las competencias que definen al soberano. La defensa, las relaciones internacionales, la acuñación de moneda y otras imprescindibles para conservar la unidad de poder. Se federaliza el estado centralizado que distribuye su poder entre diversas unidades territoriales, provincias, regiones, autonomías, para que ejerzan el grado de autogobierno que consienta la constitución y acuerden el estado y los miembros. El resultado de la federación y el de la federalización se parecen tanto que la doctrina incluye nuestro estado autonómico en la familia federal, que alberga modelos tan distintos como México, Alemania, Bélgica o la Federación malaya.
En España se pretendió una federalización selectiva con regiones de primera y de segunda pero, queriendo estas ascender y aquellas también pero a la luna, el mapa actual es de una variedad notable. Esa variedad complica la gestión jurídica, económica, administrativa, política o social del conjunto, sin duda alguna. Casi nadie pretende resolver los problemas borrando las autonomías, pero se piden rectificaciones en el sistema. Atención a las que apunta el PP porque gobierna en once comunidades, de momento, es una fuerza útil en el País Vasco, lo empieza a ser en Cataluña y Rajoy puede gobernar en unos meses con una mayoría cómoda. Aguirre, por ejemplo, acaba de pedir un acuerdo con el PSOE y dice que Madrid devolvería al Estado las competencias en justicia porque después de gastar en ellas mucho dinero, los servicios no son eficientes. Y en esa línea hay más voces principales del PP. El vertiginoso y profundo proceso de federalización español se ha impulsado principalmente desde las élites regionales de derechas y de izquierdas, porque el deseo de expansión del poder es siempre compartido por quien lo posee. Las izquierdas dijeron que autogobierno y democracia iban de la mano y casi desbancaron a los nacionalismos en sus demandas contra el Estado. Visto el panorama asombra que insistan en la idea. ¡Un éxito! Las derechas, que ya con Franco ensayaron encantadas la descentralización administrativa, están hoy eufóricas. Lo interesante del asunto, sin embargo, es la posición de los ciudadanos. Hasta ahora se dejaron conducir porque durante tres décadas el proceso tuvo un buen respaldo económico, europeo principalmente. Con la crisis, el entusiasmo por lo propio ha mudado en incomprensión hacia muchas diferencias autonómicas que no responden a necesidades u objetivos exclusivos e imprescindibles y más parecen afanes caprichosos de los dirigentes.
Reglamentaciones diferentes en turismo, vivienda, acceso a la docencia, a los servicios sanitarios y farmacéuticos, impuestos, actividades empresariales o recreativas y muchas otras irritan a un ciudadano que no es aquel inmovilizado de la cuna a la tumba en su patria chica, sin más escapada que a la mili o a la emigración. Si los partidos escuchasen más atentamente a los ciudadanos, seguro que pactarían rectificaciones que eviten duplicaciones, gasto innecesario y confusiones que acaban en conflictos ante el TC, como poco. Son más urgentes e importantes que las de las listas abiertas y otras demandas imposibles de los indignados. Un gran acuerdo entre los grandes sería una contribución a la calma general y una consecuencia positiva de la crisis. Si Rajoy lo consigue y además, como no deja de asegurar, crea empleo y aumenta la productividad, se corona. Porque lo del ascenso del Deportivo ya no es cosa suya.
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Regreso a la demagogia
Editorial www.gaceta.es 10 Julio 2011
Parece una broma que vaya a regenerar la política el portavoz del Gobierno de los GAL. Rubalcaba omitió el terrorismo en su discurso, sin una mención para Bildu.
Convertido en un modesto telonero, en apenas una sombra política, hace pocos días se presentaba el todavía presidente Rodríguez Zapatero para afirmar que habría un antes y un después del discurso de Rubalcaba, casi como si tuviésemos que esperar un nuevo acontecimiento planetario.
Sin embargo, si algo ha quedado absolutamente claro en la exposición de Rubalcaba ha sido la ausencia de cualquier novedad. Largo, previsible y aburrrido, durante más de una hora el recién proclamado candidato se reestrenó ante España con un tono profesoral, casi condescendiente, en una nueva versión de la charlatanería de feria, eficaz sólo con los incautos o con los desmemoriados, porque ese discurso ya lo hemos oído en España, se llama felipismo.
Se presenta Alfredo como el candidato de las “erres” y, con total desparpajo, se pega en su nueva chaqueta etiquetas como “regenerador” o “renovador”, aunque al hacerlo se retuerzan de risa y de miedo las hemerotecas. Y es que casi parece una broma que se ofrezca para regenerar la política el portavoz del Gobierno de los GAL, el mismo que no se cansó de repetir su confianza absoluta en la inocencia de los que luego fueron condenados por la guerra sucia.
Otra de las virtudes que se autoconcede –con el único argumento de que comparten la letra inicial con su segundo apellido– es la de “responsabilidad”, y atónito debió quedarse el diputado popular Gil Lázaro al escucharle, porque hace ya mucho tiempo que le exige al vicepresidente precisamente eso, que asuma sus responsabilidades en el caso Faisán, que no pretenda enterrar uno de los grandes escándalos de la democracia, la colaboración con ETA de funcionarios del Ministerio del Interior, cuando al frente de esta cartera, es decir el máximo responsable, era el ahora candidato socialista. Quizá para eludir estos recuerdos, o para no molestar a futuros aliados, Rubalcaba omitió deliberadamente el terrorismo en su discurso, sin ni siquiera una mención para el hecho terrible de ver a Bildu en las instituciones.
Sí que habló de economía, con argumentos más de indignado de esos que acamparon en la Puerta del Sol de Madrid que de quien ha sido miembro del Gobierno durante todo el desarrollo de la crisis. En este terreno se desplegaron las líneas más demagógicas de su propuesta, apostando definitivamente por esa línea –insinuada estos días– que pasa por criminalizar a la banca, sin otro objetivo que el de desviar la atención sobre el propio desastre de las políticas económicas del Gobierno. También está dispuesto a demonizar a los buenos gestores, “quienes no han sufrido en la crisis colaborarán para que todos salgamos”, dijo, en un enunciado casi soviético, pues ese es el adjetivo apropiado de quienes pretenden “democratizar el sufrimiento” por decreto.
Alcanzó las cotas más altas de cinismo al tocar el tema de la educación, porque por un lado reconoce el desastre del sistema, innegable por los resultados, pero a la vez pretende la validez de todas las leyes educativas, de hecho hasta se comprometió a no tocarlas. También aquí vertió sus gotitas de demagogia, señalando que no le gustaba el término “fracaso escolar”, porque “¿quién puede llamar fracasado a un chico de 14 años?”. Si es que nadie se lo llama, que cuando se habla de fracaso escolar se está hablando del fracaso de las políticas educativas, del fracaso de los ministros de educación que, como Rubalcaba, han aplicado sus criterios ideológicos en escuelas y universidades, con el conocido resultado.
También ha fracasado la política social del socialismo y, sin embargo, el ex vicepresidente del Ejecutivo socialista no duda en presentarse como adalid de las causas sociales, como si el día en que su Gobierno aprobó el mayor recorte social de la historia él hubiese estado de viaje o de vacaciones. Y lo mismo cuando habla de desterrar la crispación y el sectarismo, que su sangre gélida hace que no le aparezca el más mínimo rubor en las mejillas, a pesar de haber dedicado tanto esfuerzo como dinero en recuperar odios de otro siglo –Ley de Memoria Histórica– perpetuando la división y el enfrentamiento.
Parecido, por desvergonzado, su enfoque de la corrupción, expuesto con semblante preocupado, apostando por la transparencia en la política, mientras recibe los aplausos entregados de Bono –el empresario hípico–, Chaves o de Griñán, que estaría pensando si tanto insistir en eso de la “erre” no haría demasiado fácil el fabricar chistes sobre los “eres” andaluces.
El Rubalcaba más auténtico, el más maquinador, apareció cuando quiso explicar que no todos los políticos son iguales y lo hizo con odiosas comparaciones: Olof Palme y Le Pen, Margaret Thatcher y Lula o –la más aplaudida– Felipe y George W. Bush. En ese párrafo se resume todo el proyecto socialista, toda la estrategia del químico, que es la de siempre: ahondar en la pretendida superioridad moral de la izquierda, reducir la realidad a silogismos tramposos, demonizar al adversario y, por supuesto, reivindicar el nombre de Felipe, porque en el PSOE van a llamar regeneración al regreso de sus más viejos líderes, los que ante la perspectiva de la derrota total sienten nostalgia del tiempo en que convirtieron a España en su cortijo.
Test de estrés en Interior
No estaría mal una auditoría general del ministerio encargado de velar por la seguridad nacional. El departamento, dirigido hasta ahora por Rubalcaba, jamás ha acumulado tanto poder. El cántabro sigue empecinado en una negociación con ETA que culmine antes de las elecciones.
Manuel Cerdán www.gaceta.es 10 Julio 2011
Los test de estrés es el sistema que utilizan las autoridades monetarias europeas para auscultar el estado de salud de nuestras instituciones financieras. Se trata de una prueba de resistencia que pretende averiguar la solvencia del sector financiero. Un método sobre el que recaen muchas dudas y protestas pero que, al menos, ha servido como prueba del algodón para detectar numerosas anomalías en los bancos y cajas. Sabemos que no es perfecto pero ya me gustaría a mí un sistema similar que pudiera utilizarse para monitorizar otras instituciones del Estado, como la Justicia, la Fiscalía y el Ministerio del Interior, por las que, al margen de las cuestiones económicas, pasan la mayoría de las preocupaciones de los españoles: seguridad ciudadana, embargos, desahucios, apología del terrorismo, estafas, fraudes, despidos, acosos, multas, sanciones y hurtos, entre otras. Me colegirán ustedes que para esa función fiscalizadora nuestro sistema ya dispone del Parlamento, del Consejo del Poder Judicial y de una panoplia de leyes que conforman nuestro Estado de derecho. Nadie lo dude pero, a la vista de los acontecimientos, algunos hemos llegado a la conclusión de que resultan insuficientes y que un poco de tres en uno no les vendría nada mal.
Ante los cambios que se avecinan en el Ministerio del Interior no estaría de más un test de estrés en ese departamento para proyectar un poco de luz en sus interioridades. Una especie de auditoría como las que elaboran para las sociedades las firmas especializadas. En las últimas semanas muchos profesionales de la Seguridad del Estado me comentan su perplejidad ante algunas de las actuaciones de la cúpula de Interior. Si no, no se entiende la impunidad con la que actúan algunos seguidores del denominado movimiento 15-M, de los indignados o los concejales y diputados forales de Bildu. Un día acorralan a la Policía para evitar el desahucio de un ciudadano o la detención de un seguidor de ETA y, al día siguiente, retiran la enseña española de la fachada de un ayuntamiento vasco o se hacen proclamas desde el poder municipal a favor de los reos de ETA, a quienes se les llaman presos políticos y se les comparan con las víctimas de la banda terrorista. Algo falla en el sistema. Alguien está cumpliendo con sus obligaciones e incurre en una dejación de funciones.
Es cierto que ETA en la actualidad está bajo mínimos y no representa una de las preocupaciones más acuciantes de los españoles, a tenor de los resultados del último barómetro del CIS del mes de junio. La banda terrorista aparece como la octava preocupación de los españoles muy por detrás del paro, la crisis económica, la clase política y los partidos políticos, la inseguridad ciudadana, la inmigración, la vivienda, la corrupción y el fraude. Pero eso no impide que el Gobierno, los jueces, los fiscales y, principalmente, el Ministerio del Interior, de quien depende la Policía y la Guardia Civil, velen para que todos lo españoles cumplan las leyes. Y, sobre todo, cuando tenemos un departamento de Interior que jamás, desde el nacimiento de la democracia, ha acumulado tanto poder como el dirigido hasta ahora por Alfredo Pérez Rubalcaba. ¿Por qué? Porque su titular ha reunido, el verbo en pasado porque ya ha anunciado su retirada para presentarse a las elecciones, en una misma persona toda la capacidad de mando que le confería la bicefalia de ministro y vicepresidente del Gobierno: además de la Policía y la Guardia Civil, el control sobre los servicios secretos del CNI y de las Fuerzas Armadas. Y no digamos el uso y disfrute de la máquina Sitel donde estamos todos fichados a través de nuestros teléfonos. Un sistema que, como denuncian numerosos expertos y varias sentencias del Tribunal Supremo, vulnera algunos de los derechos fundamentales de los españoles y no garantiza su uso de manera correcta. Disponemos de ejemplos que refrendan esa afirmación: el caso Gürtel, posiblemente es el más escandaloso. Los policías tiraron de Sitel, indiscriminadamente, para detectar el círculo de amistades y socios de Francisco Correa, el cabecilla de la trama corrupta y así prepararle un traje, que nada tenía que ver con los de Camps. Desconozco a estas horas quién puede ser el sustituto de Rubalcaba en Interior pero, para el tiempo que queda de legislatura, no me extrañaría que premiaran al secretario de Estado, Antonio Camacho. Es poco probable, pero supondría para todos ellos una garantía de continuidad y de blindaje del caso Faisán. Ahora bien, creo que a Rubalcaba le interesa más un titular con otro perfil más partidista porque, sin duda alguna, va a ser él y no ZP quien lo va a decidir. Si se trae a Madrid a un dirigente socialista del País Vasco o se inclina por Madina o Hernando, dos de los jóvenes diputados más emergentes del PSOE, queda claro que el cántabro sigue empecinado en una negociación con ETA que culmine antes de las elecciones generales. No obstante, el candidato socialista a la Presidencia anda equivocado si piensa que un anuncio precipitado del final de ETA puede acarrearle un puñado de votos.
Pero insisto en la idea de que Rubalcaba ha sido el ministro del Interior que más poder ha amasado durante sus cinco años de mandato porque, además de las tareas propias de ese departamento, ha sido el responsable máximo de su partido y del Gobierno en la conducción de las negociaciones secretas con ETA. Ese privilegio jamás lo disfrutaron ni Barrionuevo ni Corcuera ni Asunción ni Belloch ni Alonso. Todo lo contrario. Por ejemplo, siendo Alonso titular de Interior se daba la circunstancia de que Rubalcaba era el muñidor de la estrategia antiterrorista desde su puesto de portavoz del Congreso, muy por encima del ministro. Quien pactaba con el PNV o conectaba con los dirigentes del PSE era el candidato socialista. Zapatero no dudó en situarlo en 2006 en el primer plano de la lucha antiterrorista porque ya lo venía haciendo desde la sombra. Incluso, ZP cedió a las presiones del cántabro para que se desprendiera de María Teresa Fernández de la Vega y le colocara a él y a una de sus protegidas, Elena Salgado, en dos vicepresidencias. En aquel año de 2006, para ZP, ya no tenía sentido mantenerlo tapado porque la negociación con ETA se iba a escenificar públicamente. También es cierto, y sería estúpido no reconocerlo, que Rubalcaba es la cabeza mejor amueblada del socialismo zapaterista en asuntos relacionados con la Seguridad del Estado. Y también del socialismo felipista, muy por encima de Rafael Vera, Andrés Cassinello, Rodríguez Galindo, Luis Roldán o Julián Sancristóbal. Ha superado a todos sus compañeros de partido en algo tan importante como es la estrategia política en torno a la Seguridad y la agitprop.
Lo demostró entre el 11 y el 14-M de 2004 y en la Comisión de Investigación parlamentaria sobre el atentado yihadista en Madrid. También durante los primeros brotes del 15-M y en las negociaciones con ETA, siempre buscando el aislamiento del PP. Ahora, vivo con ojo avizor para ver qué se saca Rubalcaba de la chistera de cara a las próximas elecciones. Miedo me da el 75 Aniversario del 18 de julio de 1936. ¿Más ración de Memoria Histórica? ¿Colará? ¿O la mayoría de los españoles, nacidos después de la Guerra Civil, está en otras batallitas como las de llenar el estómago y el depósito del coche?
Tiempo de claridad
EMILIO GUEVARA El País 10 Julio 2011
Me temo que solicitar a los concejales de Bildu en los Ayuntamientos que condenen a ETA y toda su historia de crímenes, no solo es una pérdida de tiempo, sino también de energía en un empeño que ni ataca la raíz del problema político más grave e insidioso que padecemos, ni sirve de mucho para clarificar la situación política que estamos viviendo. Estaría muy bien que de repente se hiciera la luz y aquellos que han sido parte de ETA, o han seguido sus órdenes, y les han jaleado y apoyado, abjuraran de su propio pasado. Pero, ¿cambiarían en algo las cosas si este milagro ocurre, que no va a ocurrir?. ¿Bastaría para conseguir no ya la paz, sino la libertad para todos y cada uno?. Si de verdad queremos una profunda y auténtica normalización de nuestra dividida sociedad, más importante y decisivo sería, en palabras de Martin Luther King, que nuestra generación se arrepintiese, no tanto de las odiosas palabras y acciones de las malas personas, como del clamoroso silencio de la buena gente.
Yo sí me creo que la creación de Sortu, y entre tanto se produce su legalización la de Bildu, representa el fin de ETA como vanguardia del movimiento independentista y la emancipación de quienes habían sido su brazo político. La piraña se ha quedado sin agua en la pecera y por tanto su muerte es inexorable. Hemos pasado décadas desando que ETA perdiera el liderazgo férreo del mundo batasuno y apoyo social, pero cuando cada día aparecen signos de que esta pérdida se está produciendo, nos resistimos a reconocer que lo hemos conseguido, y seguimos como hipnotizados por la serpiente, atribuyéndole una capacidad política y una influencia sobre la izquierda radical que ya no tiene y que nunca probablemente podrá recuperar.
En cuanto organización terrorista ETA está derrotada, marginada y condenada a desaparecer, por más que pueda en el futuro cometer algunos atentados, que serán rechazados también por Sortu y por Bildu. Hoy más que nunca ETA es una banda criminal y un problema meramente policial. Hoy, el que ETA anuncie que se disuelve definitivamente sería algo deseable, pero no resolvería el problema real de muchos ciudadanos vascos: la falta de libertad.
El verdadero mal radica en la herencia de ETA: la forma en que ha pervertido el sistema de valores en Euskadi, el mantenimiento de unos fines independentistas incompatibles con el pluralismo de esta sociedad, la manipulación del lenguaje y el uso de una simbología al servicio de un proyecto totalitario, impuesto y excluyente. Pero esta herencia tampoco existiría si no fuera porque coincide con la simbología, los mitos, el lenguaje y los fines del nacionalismo. Yo sí creo que al nacionalismo, y dentro del mismo a los que se consideran patriotas de izquierda, le estorba hoy ETA, no por un escrúpulo moral o por convicción democrática, sino porque han percibido que sin ETA pueden acumular su fuerza para conducirnos a una Euskadi independiente y euskaldún. Por eso hablan ahora de paz, pero olvidan lo más importante: la libertad de todos los individuos.
Esta sociedad no necesita a un mesías que nos traiga la paz, entendida como la ausencia de pistoleros y matones. Necesitamos estadistas, líderes y partidos que nos devuelvan la libertad, sin la que la paz es solo una apariencia o sucedáneo de tal concepto. Necesitamos ser libres para vivir, expresarnos y votar sin miedo. Ser libres para utilizar la lengua que queramos para adquirir conocimientos y relacionarnos con los otros. Poder elegir cómo, dónde y en qué idioma educamos a nuestros hijos. Tener las mismas oportunidades para acceder a la función pública y al trabajo, sin que razones lingüísticas o ideológicas discriminen a nadie. Que se perciba una voluntad común de acabar con el fanatismo, con la estigmatización social de los que no comulgan con la ideología y el sentimiento de identidad nacionalista. Si no se logra todo esto, de nada o muy poco servirá una apariencia de tranquilidad social.
No es cierto que en Euskadi estemos ante un nuevo tiempo. Sigue estando en juego la batalla entre quienes buscan cambiar las fronteras exteriores y los que nos resistimos a que ello se consiga a costa de crear de barreras y fronteras interiores entre vascos. Entre los que hablan de derechos colectivos de un sujeto inventado, y los que defendemos que los únicos titulares de los derechos fundamentales, que prevalecen sobre cualquier otro derecho, interés o pretensión, son cada uno de los ciudadanos. Ahora bien, tampoco podemos ignorar que se han producido cambios en el campo de batalla, y que, si bien la partida es la misma, tenemos que jugarla con nuevos planteamientos. Estamos ante un rebrote evidente del independentismo, precisamente porque el terrorismo está en vía de extinción. Y en esta coyuntura no cabe jugar a defender. Hay que tomar la iniciativa, sin que sean los adversarios los que nos impongan los tiempos, el lenguaje y el relato. Hay que saber explicar claramente a los ciudadanos las consecuencias políticas, sociales y económicas que podemos sufrir si no sabemos reducir una fractura social que no tiene ninguna justificación democrática y nos empeñamos en obtener un Estado propio que sólo con la fuerza y sobre la división podría nacer. Esta es la partida a jugar. Y no podemos enredarnos en discusiones estériles, y malgastar la fuerza atacando a los señuelos. Es tiempo de claridad.
«Euskalgae», la trama del euskera
Un profesor denuncia una mafia relacionada con la enseñanza de la lengua
En el último eslabón del presunto fraude societario estuvo la venta a un precio irrisorio de acciones del café Antzokia
Iñaki Ezkerra La Razón 10 Julio 2011
MADRID- El escándalo se inició cuando hace dos años un profesor de euskera denunció la existencia de una mafia familiar amparada bajo la enseñanza de la lengua vasca. El docente se llama Iñaki Aramaio y, en la querella que interpuso el 30 de octubre de 2009 en el Juzgado de Instrucción número 10 de Bilbao, acusaba a Teodoro Etxaburu de apropiación indebida de los bienes pertenecientes a una cooperativa destinada a la enseñanza de la que ambos son accionistas. El caso se reactiva ahora con el recurso que Aramaio interpuso el pasado 20 de abril en el mismo Juzgado bilbaíno para que la investigación contemple la revisión del libro de actas que –según él– pueden estar falsificadas y en el que no figura su firma.
La comparación es inevitable. Lo que hoy se está investigando en la SGAE es si su cúpula directiva ha incurrido en el tradicional delito de desvío de fondos hacia una red de sociedades interpuestas de constitución fraudulenta para así hacerlos suyos. Básicamente, éste es el patrón de lo que ahora podemos llamar «el caso Euskalgae», un presunto fraude societario con txapela en el que el último eslabón sería la venta de las acciones a un precio irrisorio (120.00 euros) del café Antzokia, un negocio de copas y conciertos que es una referencia de la noche bilbaína. El objetivo de esta operación sería desposeer de este bien inmueble a varios de sus propietarios, entre los que se encuentra el propio Aramaio. Se puede constatar que los antiguos gestores del café han vendido éste a una sociedad desconocida de la que sólo consta que está participada por familiares de Teo Etxaburu, más concretamente su hijo Axular y su mujer Maria Jesús.
El proyecto de un euskaltegi
Iñaki Aramaio pertenece a un grupo de docentes que, en los años ochenta, se unieron al proyecto de crear un euskaltegi llamado Gabriel Aresti en unos inmuebles de la Gran Vía bilbaína. Al poco tiempo de ponerse en marcha el propietario de los cinco pisos que componían el centro de enseñanza manifestó su deseo de venderlos; hecho que amenazaba con la extinción del euskaltegi por lo que los profesores crearon una nueva sociedad llamada Toiti S.L. que pudiera comprar esos inmuebles y de la que Aramaio es propietario en un 9,31 por ciento. En 1995, Toiti S.L. amplia su capital y procede a la compra de un bello caserío del siglo XIX ubicado en el pueblo navarro de Bakaiku que se empleará como barnetegi, es decir cómo centro de enseñanza de euskera en régimen de internado. Con el negocio bien asentado se tramita también con el Obispado de Bilbao el alquiler a largo plazo del citado café Antzokia y se abren locales similares en Bermeo y Ondarroa. En menos de 5 años, se crea un verdadero emporio y una de las preguntas que despierta este caso es por qué una iniciativa idealista, pero a fin de cuentas privada, que se convierte en un negocio próspero debe recibir subvenciones oficiales cuando se supone que éstas deben estar destinadas a las entidades deficitarias o sin ánimo de lucro.
A la vertiente económica del escándalo se añade la ideológica porque el grupo excluido de la gestión es el de aquellos profesores que en algún momento se han enfrentado al «guru Etxaburu», quien representa el «alma abertzale» del proyecto. Y es que, según Aramaio, Etxaburu posee una personalidad entre temida y carismática en la que reside la explicación de que sus actividades irregulares no hayan sido denunciadas. Al parecer, el negocio ha funcionado más como una secta que como una cooperativa porque el «jefe» dictaba las líneas ideológicas y místicas a las que debían ser fieles los socios llegando en un momento incluso a prohibirles que tuvieran hijos. La descapitalización de la cooperativa se habría producido a través de un proceso de creación de diferentes siglas empresariales y traspasos que constituyen una tupida maraña donde se le pierde la pista al dinero, a las propiedades y a la propia titularidad de los inversores. Cualquiera que trate de averiguar algo sobre el entramado descrito con lo que se topa es con una irritante telaraña de silencios, insinuaciones, sobreentendidos, caras de póker y guiños de mus que no huelen a otra cosa que a pura omertá. Se da la circunstancia de que el abogado de Etxaburu, que trata de llevar a cabo una negociación que calme a la parte denunciante, es Txema Montero, hombre del PNV que en su día fue miembro de la Mesa Nacional de Batasuna.
España
Tres profesores abandonan un instituto de Mallorca ante las amenazas e insultos por dar sus clases en español
En vez de investigar lo sucedido, la inspectora educativa, Carme Martorell, amenazó a los profesores acosados con la apertura de un expediente si no daban las clases en catalán, apelando al proyecto lingüístico del centro.
Redacción http://www.vozbcn.com 10 Julio 2011
Tres profesores del IES Porreras de Mallorca se han visto obligados a abandonar el centro ante los insultos, amenazas y presiones recibidas por impartir las clases en español. Según ha publicado El Mundo, los afectados (la profesora de Lengua Castellana, la de Tecnología y el de Filosofía, que también ejercía de jefe de Estudios) informaron repetidamente de lo que ocurría a la Consejería de Educación, pero esta lo ignoró, por lo que han denunciado los hechos por la vía penal.
Todo comenzó el curso pasado, con la llegada de un nuevo equipo directivo que se puso por objetivo mejorar los resultados académicos del instituto, uno de los peores de Baleares según el informe PISA. El centro impartía todas sus asignaturas en catalán desde su inauguración en 2005, pero el profesor de Filosofía y la profesora de Tecnología, con el visto bueno de la dirección, empezaron a dar sus clases en castellano.
Recital de glosas contra los profesores afectados
A partir de ese momento se inició una campaña de carteles, amenazas anónimas, pintadas en las paredes del instituto y publicaciones en la prensa local en contra de que se impartiesen algunas clases en castellano en el centro. Incluso el sindicato de profesores STEI-i y el alcalde de Porreras, Bernat Bauçà (UM, ahora Convergència per les Illes), se unieron a la campaña.
Destaca la situación que se produjo durante un recital de glosas organizado por el departamento de Lengua Catalana, cuando algunos alumnos amparados por una profesora de catalán cargaron contra el equipo directivo en sus intervenciones, llamando “cabrón” al director y calificando de “forasteros” y “desconocidos” a los profesores que daban sus clases en español. “Por eso os decimos bien claro, ya os podéis marchar”, señalaba uno de los alumnos en su glosa. “Los mismos profesores que debían supervisar el contenido de las glosas jaleaban a los alumnos cuando éstos se mostraban más beligerantes en sus manifestaciones verbales”, denuncia uno de los afectados, que califica aquel acto de promoción “del odio, el racismo, la xenofobia y la discriminación”.
La inspectora, contra los profesores acosados
El ambiente en el centro se hizo irrespirable, hasta el punto de que en los pasillos aparecieron carteles en catalán con el lema ‘Luchemos por nuestra lengua’ junto a un artículo-decálogo del director del diario Ara, Carles Capdevila, titulado Gente normal y problemas reales en el que anima a ‘desconfiar siempre de quien no respete mi lengua’, de ‘quien me niegue la lengua’, y a ‘plantar cara ante las amenazas que considere reales’.
Algunas de las amenazas recibidas por los profesores que impartían sus clases en castellano (foto: 'El Mundo').
La profesora de Lengua Castellana también recibió amenazas anónimas calificándola de ‘inapreciada’ e instándola a ir ‘con cuidado con lo que hace y dice, o podría pasarle algo a su querido coche’. En el reverso del escrito aparecía dibujada una estelada independentista y la frase ‘Países catalanes siempre. Tu peor pesadilla jajajaj’. El autor, un niño de 14 años, confesó los hechos a la Guardia Civil y pidió perdón a la profesora amenazada, sin embargo, le aseguró que seguía pensando que se lo merecía. Aún así, solo fue expulsado cinco días. Esta docente también asegura que la profesora de Lengua Catalana profería continuamente “injurias” y “calumnias” sobre ella ante sus alumnos -corroborado por varios de ellos- y ofreció a una alumna quitarle un examen a cambio de votar contra la dirección en el consejo escolar.
En vez de investigar los insultos y amenazas, la inspectora educativa, Carme Martorell, amenazó a los profesores acosados con la apertura de un expediente si no daban las clases en catalán, apelando al proyecto lingüístico del centro. Dos de ellos, los que tenían plaza fija, se negaron poniendo sobre la mesa las sentencias del Tribunal Supremo que amparan la posibilidad de utilizar el castellano como lengua de enseñanza en España. Sin embargo, otra profesora cedió a las presiones por miedo a ser despedida y acabó de baja por ansiedad y depresión. El director del instituto también ha acabado harto y ha presentado su renuncia a continuar.
http://www.libertadidioma.com/20110710.htm
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