jueves, diciembre 18, 2008

Desde el 17 de diciembre, ¿qué fiestas celebramos?

jueves 18 de diciembre de 2008
Desde el 17 de diciembre, ¿qué fiestas celebramos?
Eulogio López (Hispanidad.com)


E SPAÑA es diferente, a veces incluso para lo bueno. Por eso, los íberos no comenzamos celebrando la Epifanía, que no la Navidad.

Y antes de la Navidad -curioso- festejamos el Adviento. En el siglo IV, el concilio de Zaragoza, se comienza a festejar el “Marana Tha” (¡Ven, Señor Jesús!), seis semanas antes del 25 de diciembre.

Lo exportamos a Francia donde lo rebajaron a 5 y, para cuando llegó a Roma, el Papa universalizó el Adviento actual o los cuatro domingos antes del nacimiento del Dios hecho hombre. Y de ahí en adelante...

Por cierto, que en ese camino de Adviento el 17 de diciembre comienza la novena -u octavario, según prefieran- de Navidad. Hasta ahora llevamos 3 domingos con el “Marana Tha”; del 17 hasta el 25 nos volvemos empíricos y pasamos a los hechos, es decir a la narración histórica de la Encarnación del Verbo.

Es un camino de muchos siglos en los que hemos tenido una buena parte. Sin embargo, en todo el mundo hispano, se intenta secularizar la Navidad, especialmente en el mundo hispano, es decir, la mitad del catolicismo mundial. Es lo que tenemos los íberos: mientras en el mundo anglosajón, también francés, se cuida la tradición, aquí nuestro principal objetivo consiste en inventar la historia cada mañana, ya sea en moral, costumbres arquitectura o política. Así nos va, claro, porque no sólo desaprovechamos experiencia, sino que la faltamos a la tradición, que no es otra cosa que la democracia de los muertos, los que nos engendraron.

Lo cual no se concilia muy bien con el “Felices Fiestas” que recibo de partidos políticos y empresas, con la desaparición los Reyes Magos, no sólo como festividad en todo el mundo hispanoamericano, sino en cartas, iconos, figuras decorativas y demás “merchandaising” y su sustitución por Papá Noel, personaje que, aunque les cueste creerlo, no figura en el Evangelio. Tampoco concilia con la sustitución de la encarnación del Verbo -yo prefiero lo de cumpleaños de Cristo, que soy poco dado a teologías-, con la desaparición de los santorales en las agendas que se venden en estas fechas y, lo más importante, con los saludos que van despareciendo: Felices Pascuas, Feliz Navidad, etc., sustituidos por las preciadas Felices Fiestas o “Próspero año 2009”.

Es el problema de descristianizar Occidente, que le dejas sin historia y sin identidad. Porque claro, si por no decir ¡Feliz Navidad! nos vamos a la tontuna de las ‘Felices Fiestas’... ¿de qué fiestas estamos hablando?


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Villacañas, Apuntaciones sobre los crímenes de Franco y el franquismo

jueves 18 de diciembre de 2008
Apuntaciones sobre los crímenes de Franco y el franquismo: el caso de Federico García Lorca

Antonio Castro Villacañas

D ICEN que hablaba con voz de madera. Dicen que tenía el duende asomado al cielo de la frente ancha, una risa con chaqué de ronqueras, y que por donde pasaba iba dejando el yodo de una alegría con pistón de tragedia. Dicen que era un poeta de deslumbrantes intuiciones, con la gracia exacta del inesperado genio, cantor de dos razas malditas -la negra y la gitana-, un ser libre con pantalón de lino que tomó la poesía como la más alta expresión de la vida...

Sabemos que vivió en la efervescente Residencia de Estudiantes del Madrid de la segunda decena del siglo XX, entre pintores, eruditos y simples matriculados. Fue una de las mejores cabezas de la literaria "generación del 27", a la que ornó con una astronomía de romances, contracorrientes gongorinas y jadeos flamencos. Con su "Poeta en Nueva York" se desató, en su momento de máxima apertura, dentro del mundo lírico y veloz surrealista, diciendo lo aún no dicho con versos que siempre serán geniales. Conquistó la apabullante fama que siempre da el espectáculo, en su caso mediante los telones y los escenarios del teatro. Amó a muchachos ceñidos como juncos y se dejó amar por otros hombres amplios de moral y cintura. Esa fué, y no otra, la verdadera causa de su muerte.

Nadie pudo imaginar, y mucho menos él, que iba a morir de esa manera en su propia tierra a consecuencia de celos y malentendidos amorosos y políticos despertados hacía tiempo y avivados por las circunstancias del momento. En toda España, pero con mayor intensidad en Madrid, durante la primavera de aquel año, 1936, había sonado opaco el viento del pueblo. Un interrumpido y reanudado sonido de pistolas y voces amenazaba con romper la paz del verano. Federico dejó Madrid la noche del 15 de julio en la primera clase de un tren cargado de humo y de presagios. Quería celebrar con su familia la fiesta de su santo patrón. Llegó a Granada en la mañana del 16, día de la Virgen del Carmen, y en el carmen familiar encontró la alegría y la paz necesarias para festejar los santos de algunas mujeres y de algunos hombres. Entre árboles y flores, celebrando a San Federico, le llegaron las primeras noticias del alzamiento militar que treinta días después, al amanecer del 19 de agosto, le llevaría hasta el robusto olivo donde estaba esperándole la muerte...

La histérica e interesada memoria de quienes quieren justificar su actual posición política -socialdemocracia al servicio del capitalismo- se apoya en las muertes de García Lorca y de otros muchos miles de españoles, todas igualmente repudiables pero no todas equiparables, para considerarlas obra de "las escuadras negras falangistas y los militares y civiles alzados" contra la legitimidad de la República... A ese falso e insuficiente punto de vista se suman de muy buena gana, para limpiar su manchada genealogía política, los monárquicos de siempre y los recién llegados, los cristianos a medias -cautelosos o demagogos-, los pequeños burgueses que solo desean mantener en paz su siesta, y los pobres pijos que, cueste lo que cueste, sueñan con lograr de los socialistas y sus aliados una benevolente licencia democrática que les libre de disgustos y sofocos cada vez que se habla del pasado. Las injustas muertes de cuantos la encontraron en la España alzada se convierten en naipes o fichas aptas para el juego de la timba política que tarde y noche frecuentan y disfrutan los incapaces de alcanzar notoriedad en tareas que exijan normal trabajo y proporcionen menos dinero.

Puntualicemos: 1) no es verdad que García Lorca buscara la Huerta de San Vicente, el carmen de su familia, para resguardarse de los exaltados que se rebelaron en Granada el 18 de julio de 1936 contra la degenerada caída de la II República Española; 2) no es verdad que Lorca sufriera amenazas de falangistas, sí de derechistas populares, durante el corto tiempo que estuvo en la Huerta; 3) sí es verdad que Lorca se refugió en casa de su amigo Luis Rosales, hermano del jefe provincial de la Falange granadina, donde estuvo viviendo, muy a gusto y bien atendido, hasta que le sacaron de ella a la fuerza los miembros de las milicias de la CEDA gilroblista dirigidos por Ramón Ruiz Alonso, diputado de Acción Popular y tipógrafo del derechista diario "Ideal" de Granada; 4) también es cierto que Lorca fue entregado por Ruiz Alonso a José Valdés Guzmán, militar que actuaba como Gobernador Civil de la ciudad sublevada, quien no hizo caso a José Rosales cuando éste le pidió la libertad de Lorca por haber sido sacado a la fuerza de su casa aprovechando que él estaba en el frente al mando de las milicias falangistas, que no se dedicaban a la "limpieza de la retaguardia"...; 5) verdad es también que del Gobierno Civil salió en la noche del 17 al 18 de agosto, esposado con el maestro de Pulianas, don Dióscoro Galindo, y así fue conducido al cercano pueblo de Viznar, donde le encerraron en lo que se conocía como palacio del arzobispo y entonces era cuartel de las tropas sublevadas; 6) igualmente es cierto que en ese cuartel compartió prisión con el citado maestro y los banderilleros Paco Galadí y Joaquín Arcollas hasta que los cuatro fueron llevados a La Colonia, una casona dedicada en la sierra a albergar durante el verano turnos de escolares granadinos, de donde fueron sacados la madrugada siguiente -19 de agosto- y conducidos al barranco en que fueron fusilados tras cavar su propia fosa junto a uno de los más viejos troncos del gran olivar que rodea a la Fuente Grande; y 7) no es verdad, en cambio, que en ese mismo olivar estén enterrados más de 6.000 personas, ni que todas ellas fueran en vida "defensoras de", o "luchadoras por", la democracia, puesto que la mayor parte eran socialistas, comunistas o anarquistas...

Última apuntación: el crimen se cometió en Granada el 19 de agosto de 1936. El general Franco no mandaba nada ese día, ni en los siguientes, en aquella ciudad, en esa provincia, ni en la práctica totalidad de la España sublevada. Hasta el 1 de octubre Franco solamente mandaba en las fuerzas militares expedicionarias de Marruecos y en los territorios que estas ocupaban. Hasta el 19 de abril de 1937 no se hizo cargo del mando único político. Ni el asesinato de García Lorca ni cuantos se cometieron antes de esas fechas pueden por tanto atribuirse o achacarse ni a Franco ni al franquismo.


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miércoles, diciembre 17, 2008

Felix Arbolí, Amarga experiencia en los salones de baile

jueves 18 de diciembre de 2008
Amarga experiencia en los salones de baile

Félix Arbolí

E RA comienzos de los años cincuenta cuando yo “atrenicé” en la estación madrileña de Atocha dispuesto a comerme el mundo y conquistar el “Everest” del periodismo y la literatura, más lleno de ilusiones que de experiencias. Venía de una Andalucía, entonces tierra de María Santísima, donde el párroco tenía más autoridad e influencias que el propio alcalde de la localidad y los bailes eran celebrados en el casino y centros oficiales en determinadas fechas o en esas fiestas que se celebraban a favor del llamado ropero parroquial, que jamás pude averiguar a qué ropero se referían si al del párroco y coadjutores o al de los pobres de la parroquia. No obstante, como estamos en Navidad, le daré un punto de favor a lo segundo. En tales casos, los bailes eran presididos o presenciados por el cura, más atento a medir las distancias entre la pareja que a la música que salía del tocadiscos prestado para la ocasión por don Ramón el farmacéutico. Lo más normal que se oía en estos saraos y los verbeneros eran los pasodobles, sevillanas, alegrías gaditanas y las coplas de la Piquer, Estrellita Castro, Juanita Reina, Marifé de Triana, -que era una belleza-, Conchita Bautista, -mi apreciada y gran amiga-, Antonio Molina, etc. Miguel de Molina, el más excepcional de los “copleros” de la época, tuvo que exiliarse a Buenos Aires por motivos políticos, si no quería tener que ponerse dentadura postiza completa. Estas canciones eminentemente españolas, alternaban con el elegante vals, algunos tangos, rock y pop, junto a los boleros y el foxtrop, -“paso del zorro” -, que acaparaban el protagonismo en las pistas..

Eran años de escasez económica, alimenticia y libertades sentimentales. Ni los novios podían ir cogidos de la mano durante el paseo, ya que las cotillas de sacristías estaban pendientes de cualquier alteración de la “moral”, para que adulterándola a su manera, informaran sobre los réprobos al pastor de almas y de cuerpos. Hubo en la Isla de San Fernando un novio, al que yo conocía, que al preguntársele por qué iba tan separado de su novia, contestaba serio y con toda naturalidad que era para dejar ese espacio al Ángel de la Guarda y evitar las tentaciones. A los tres meses de relaciones iba ya tan encima ella de él, que los guasones de turno decían que al pobre ángel lo tendrían asfixiado.

Viniendo de ese “paraíso terrenal”, donde “to er mundo era güeno” y cualquier desliz “era pecao”, mi contacto con Madrid me causó un impacto tremendo. De golpe se derrumbaron las murallas de mi Jericó interior y me encontré ante un ambiente totalmente diferente al que había dejado. Aquí no solo no estaba mal visto ir cogido de la mano, ni del brazo de la chica que te gustaba o con la que salías, sino que la podías besar tranquilamente, sin miedo al que dirán. Eso sí, procurando que no te “cazara” en esos momentos amorosos uno de los “grises”, como se llamaba a la policía de entonces, porque podría dormir en el calabozo o reprenderte públicamente, ante el consiguiente azoramiento de la chica que sólo intentaba liberar brevemente sus sentimientos. “En esos tiempos todos se empeñaban en velar por la salvación de nuestras almas”. Hoy se empeñan en mandarnos a todos al infierno, del que hasta nos ofrecen sufrirlo por anticipado. Recuerdo que fui a pasar un domingo con una chica al río, creo que se trataba del Alberche, (aunque en este caso yo no creyera que era mocita, como la de la copla), y nos sorprendió un guarda jurado besándonos. Simplemente besándonos en ese preciso instante. Poco faltó para que nos paseara públicamente con una letra escarlata sobre el pecho. ¡Vaya filípica con tan mal humor que nos lanzó este individuo!. Como si fuera el padre de la criatura o el representante del Vaticano en esa zona. Pero comparado con el ambiente que se vivía en Andalucía, Madrid era una especie de Gomorra en pequeña escala. .

En aquella época, aunque parezca exagerado, la mujer de esta Villa y Corte tenía su propia personalidad, estilo, forma de vivir y manera de conquistar sin supeditarse a desfasadas consignas y criterios. Las distancias hacían muy difícil la vigilancia familiar. Lo más frustrante para mi era ir a una discoteca con los amigos, porque me daba cuenta que mi manera de bailar no estaba muy en consonancia con las tendencias modernas. Me gustaba mucho el baile, pero no había tenido muchas ocasiones de practicarlo adecuadamente. Aquí no había curas presidiéndolos, madres cotilleando y chicas cohibidas que aunque lo estuvieran deseando, te empujaban suavemente cuando intentabas acercarte más de lo permitido. Me convertí de momento en una especie de paleto encorbatado que pisaba más que giraba en las pistas, por lo que tuve que dejarlo para no caer en el ridículo o provocar el cabreo de mi pareja. . .

Pasando una de las veces por la calle del Príncipe la vi por casualidad. Era la academia de bailes de salón “J´Hay”, según anunciaban en su fachada. Junto a ella, en el número 14, estaba el Teatro de la Comedia donde una placa recordaba, aunque me figuro que ya habrá desaparecido, que en ese lugar, el 29 de octubre de 1933, José Antonio Primo de Rivera, pronunció el discurso fundacional de Falange Española de las JONS. Yo frecuentaba bastante esta zona, no sólo por su proximidad con la calle Echegaray, entonces pleno centro de marginados, bohemios y las llamadas “mujeres malas”, esas que fumaban y demás, sino porque en la acera de enfrente, se hallaban las Cuevas de Sésamo, un bar artístico y literario, donde convocaban un premio de cuentos, que tenía bastante relevancia. Iba con cierta frecuencia y allí conocí a la desaparecida y simpática Laly Soldevilla y a su marido y a Marisol Ayuso y su hermana, que eran dos auténticos bombones. Una rubia y otra morena, que llamaban la atención y paraban hasta la respiración. Hoy no la reconozco en la serie televisiva “Aida”, que interpreta y a veces veo.

El miedo al ridículo me impedía salir a la pista en las discotecas, como no fuera con una chica de mucha confianza y esta circunstancia me decidió a subir las estrechas escaleras de madera de esa academia de baile. Estaba en el primer piso y aunque su interior era confortable y denotaba cierto lujo, su fachada se hallaba algo deteriorada, como casi todos los edificios de esa zona en aquellos tiempos del cuplé y nunca mejor dicho esto, ya que entonces Olga Ramos iniciaba su carrera artística en el café Universal de la Puerta del Sol, donde algunas mañanas la oía mientras tomaba café y leía la prensa, acompañada por su inseparable pianista y amiga. ..

A mi llegada a la academia me atendió una señorita muy amable, bastante alta y de buena figura, -nada extraño ante el continuo ejercicio físico al que se hallaba sometida-, llamada Angelines, aunque para mí se convirtió en un auténtico ángel, tanto es así que permanecíamos más tiempo conversando y contándonos nuestras cuitas y aventuras que practicando el baile. Había otra morenita, más baja y pizpireta, facilona y alegre que se llamaba Pilar, a punto de casarse, que le gustaba lanzarme órdagos y envites con excesiva frecuencia y facilidad. Me convertí en el alumno mimado de la academia por ser el más joven, –veinte años-y caerles simpático, hasta el extremo de que su propietario, don Jorge J´Hay, -casi un calco del actor James Cagney, en físico y estatura-, me invitaba con bastante asiduidad a su sala de fiestas de igual nombre, que era una de las más punteras y selectas de la noche madrileña, situada en plena Gran Vía. En aquellos tiempos, principios de los cincuenta, me costaba una hora diaria de clase, excepto sábados y festivos, quinientas pesetas mensuales. Cantidad con la que uno podía pagar la pensión y la comida de todo el mes. El tango, con sus difíciles y vistosos pasos era uno de mis preferidos y más bailados.

Estuve unos meses en la academia, más por alternar con mis jóvenes maestras que por perfeccionar mis pasos sobre el suelo de madera. Por las tardes, en un salón grande cuyos ventanales daban a la calle, se podía bailar a base de tocadiscos con jóvenes y maduritas, mediante tickets para diez bailes que se compraban por quince pesetas. (Para que puedan hacerse una idea, el bocadillo de calamares costaba dos pesetas y los mejores eran los del bar Noviciado en la calle de San Bernardo. Esa fue mi única comida durante todo el día años más tarde). Ni que decir tiene que en esa época de restricciones, moralinas y falsas apariencias los clientes más numerosos y asiduos eran señores mayores, capaces de soportar ese gasto, buscando el posible ligue o morreo aislado de miradas inoportunas y algún que otro salido y descerebrado que se lanzaba al manoseo y apretujón hasta donde le permitían. .

Allí conocí a Teresa. Era morena, guapa a rabiar y con una figura que hasta hoy con tantas liposucciones e implantes, llamaría la atención. Era una preciosidad de criatura. Con ella intentaba bailar el mayor número de veces, aunque me costara la cena de cada día y el paquete de tabaco. Daba la impresión que ella sentía también algo especial por mí. Me lo creí y lo pagué con creces. Había un tío joven y con muy mala pinta, achulado y amigo de estrujarse con la chica hasta el no va más, que andaba como loco detrás de ella. Normal. Me contaba que la acosaba, la molestaba con sus apreturas y le resultaba insoportable oír las provocaciones que le lanzaba mientras bailaban. Dispuesto a salvarla de su acosador, procuraba acapararla al máximo, aunque me excediera del presupuesto destinado a ese fin. Un día, no pudiendo contenerme más y enamorado como un cadete de esa “diosa” humana, la invité a que pasara el domingo conmigo. Ella accedió, pero me indicó que como tendría que faltar al trabajo, para que no le riñeran o pudieran echarla, tendría que adquirir los boletos que calculaba gastaría en una jornada dominical. Ajustándolo por encima, me suponía trescientas pesetas. No queriendo privarme del placer y la ocasión de tenerla a mi lado durante todo el día, acepté y le compré los bonos domingueros.

Ese día estaba como un crío cuando amanece el día de Reyes. Deseando que llegara la hora de encontrarnos a solas fuera del salón de bailes. Al vernos me indica que quiere ir a misa y comulgar. No me opongo, todo lo contrario, me gusta y anima esa idea. La acompaño en ambas cosas, agradecido a Dios por tanta felicidad. Pasamos todo el día juntos. Durante la mañana la acompañé a dos visitas, ya que me dijo que era Practicante, (entonces no eran llamadas ATS). Mientras ella realizaba su trabajo, por cierto bastante duradero, yo la esperaba en la puerta. Comimos en un restaurante, dimos un paseo en barca por el Retiro a petición de ella, nos sentamos en una terraza para merendar y nos contamos nuestras vidas con toda clase de detalles, -al menos la mía, la de ella ahora lo pongo en dudas, así como sus paradas domiciliarias, que no sé a qué obedecerían en realidad-, y cuando le propongo que fuéramos al cine, al teatro o a bailar en algún sitio, lo que deseara, me dice que antes debe pasarse por la academia para entregar los bonos y cobrarlos ya que era obligatorio hacerlo en el día. Acepto resignado y me pide que la espere en la puerta para evitar habladurías; que bajaba enseguida. Así lo hice. Mientras ella arreglaba sus asuntos, pensaba lo mucho que debería sufrir esta chica teniendo que soportar al tipo ese tan repugnante, después de haber sido testigo de sus condiciones morales y sentimientos religiosos. Me dolía saber que estaba obligada a soportarlo, mientras no hiciera algo públicamente incorrecto u ofensivo que la permitiera negarse a bailar con él o denunciarla a la dirección. .

La espera se prolongó una media hora larga. Ya estaba algo nervioso por esta tardanza, cuando oí voces y pasos bajando las escaleras. Supuse que era ella y acerté, pero casi me da un infarto al verla aparecer feliz y sonriente acompañada por el individuo del que tanto despotricaba. Iban cogidos de la mano y al pasar ante mí él la rodeó con sus brazos y la besó. Ella ni me miró, ni se inmutó lo más mínimo. Como si no nos conociéramos de nada. No encuentro palabras para expresar lo que sentí, pensé y sufrí. Fue uno de los momentos más amargos y crueles que he pasado. Sentía un nudo en la garganta que me ahogaba e impedía que se escapara la catarata de lágrimas por la rabia, el dolor y la humillación que sentía en esos instantes. No volví más por la academia y me costó mucho volver a bailar, ya que me acordaba de esa mujer que encendió por la mañana una vela a Dios y por la noche se la ofreció al diablo, hiriéndome profundamente sin haberle dado el menor motivo para ello. Encontré el desahogo en las que dicen que son “malas”, pero me demostraron que tenían mejores sentimientos que algunas de las que frecuentaban la iglesia los domingos y se acercaban a comulgar.

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Santiago Grisolia, Ambicion desmesurada

Ambición desmesurada

SANTIAGO GRISOLÍA

Jueves, 18-12-08
EL pasado 26 de julio, por invitación del doctor Rafael Andarias Esteban, participé en la XIII edición del «Ajedrez Viviente de Jávea». Curiosamente estaba basado en una partida que ganó Santiago Ramón y Cajal, en Zaragoza en 1898, y en el famoso personaje de Galileo, recreando la historia de la ciencia. Dos científicos enteramente distintos: don Santiago, de gran humildad, y Galileo, un ambicioso, ávido de fama.
Sin duda alguna, muchos de los «famosos» son gente muy inteligente, por ejemplo los «curadores» de cáncer y los vendedores de humo, como está ocurriendo hoy en día. De todos es bien conocido el escándalo Martinsa-Fadesa, con sueldos desorbitados. Y no hablemos de los Estados Unidos. El «Herald Tribune» alertó del peligro de que los directivos reciban, en muchos casos, gratificaciones por su participación interesada en una empresa, pagadas como compensación por su incorporación en ellas o por los resultados hipotéticos de su gestión. No resulta comprensible que en España no se hayan tomado medidas para reducir las gratificaciones excesivas, como está ocurriendo en otros países. Me consta que ha generado inquietud en algunos sectores de la población. Volviendo a la ambición, quizá uno de los más recientes ejemplos paradigmáticos sea la señora Palin y otras figuras de su estilo. La constante presencia en los medios de comunicación de delincuentes, faranduleros, maleantes y personajes más propios de la novela picaresca española, no ayuda a promocionar unos valores morales que tan arraigados estuvieron en la generación española que transformó con su esfuerzo un país devastado por la guerra en la octava potencia económica mundial.
Por ello, me resulta interesante recordar a Galileo Galilei. Posiblemente fuera el científico más inteligente de su época, mas era también muy ambicioso. Aunque, naturalmente, yo acepté el desarrollo del ajedrez viviente y, además, agradezco mucho a los escolares su entusiasta participación, por lo que no les iba a presentar, ni a ellos ni a los organizadores, la imagen de Galileo tomada de un libro de 1970, The Great Innovators, de los editores de News Front/Year.
La verdad es que a nosotros, al Consell Valencià de Cultura, nos interesa mucho el reconocimiento de los científicos a través de la historia, por lo que reprodujimos el manuscrito del valenciano Jerónimo Muñoz «Introducción a la Astronomía y a la Geografía». Dicho manuscrito vio la luz muchísimos años antes de las actividades de Galileo y, sin duda, Galileo utilizó sus cálculos matemáticos para desarrollar su obra.
Jerónimo Muñoz era mucho más cauto que Galileo, y vuelvo a repetir que Galileo era el hombre más listo de su época, porque Muñoz guardó silencio acerca de la teoría de Copérnico de que la Tierra, que ya proponía debía ser redonda, se movía, lo cual entraba en contraposición directa con las creencias religiosas del momento. Desgraciadamente a Jerónimo Muñoz, que fue catedrático de la Universidad de Valencia, se lo llevaron a Salamanca pagándole más.
Galileo siempre tuvo mucho interés y se preocupó por el dinero y la fama. Hoy sería el famoso más conocido, incluso cuando hay muchos famosos en la ciencia y otros ámbitos considerados intelectuales.
Galileo Galilei nació en 1564 en Pisa en una familia que había sido otrora pudiente pero en esa época vivían dificultades económicas. El padre de Galileo le hizo estudiar Medicina en la Universidad de Pisa, donde inmediatamente atrajo la atención por sus acalorados argumentos con sus profesores. No le gustaba la Medicina y generalmente se le consideraba un estudiante problemático, sus compañeros le llamaban de mote «El vaquero». Por fin, su padre dejó de lado su idea de que terminase Medicina y le dejó que estudiase Matemáticas. Pronto consiguió una plaza en la Universidad, en la que permaneció sólo tres años por su arrogancia y por los problemas con sus colegas.
Poco después de demostrar la equivocación de Aristóteles en relación con la caída de los cuerpos en función de su peso, tirando desde lo alto de la torre de Pisa una bala de cañón y una pequeña bala, Galileo se marchó a la Universidad de Padua, donde ocupó la cátedra de Matemáticas unos 18 años. Durante ese tiempo desarrolló su más importante labor en Matemáticas, lo que no le impidió disfrutar de una amante y tres hijos, dos niñas y un niño.
En 1609, a los 45 años, seguía manteniendo una pobre reputación, debido a su carácter problemático, en los círculos científicos. Un año más tarde, su nombre lo era en toda Europa. Un amigo le habló de un nuevo juguete que había inventado un flamenco, Hans Lipperhey, que había descubierto que combinando lentes convexas y cóncavas podía ver los objetos más cerca y así construyó un telescopio primitivo que empezó a vender. Galileo, inmediatamente hizo un telescopio mucho mejor y con gran pomposidad invitó al Dux y al Consejo de la Ciudad de Venecia a acompañarlo a la terraza del edificio más alto, donde les mostró su invención. «Podemos descubrir los barcos del enemigo dos horas antes que ellos a nosotros», les dijo, y finalmente, con su característica elegancia, ofreció regalar a la ciudad el telescopio, que no admitieron, pero los padres de la ciudad le aumentaron su salario sustancialmente. Demostró la teoría de Copérnico con la ayuda del telescopio y sin duda alguna fue mucho más allá. En 1610, descubrió las lunas de Júpiter, el anillo de Saturno y las fases de Venus. Convencido de que el Sol era el centro del Universo, empezó a difundir excitadamente sus ideas novedosas, con la oposición de los tradicionalistas.
Esta cruzada iba a mostrar lo mejor y peor de él, su persistencia, fe en sus descubrimientos, valentía, curiosidad intelectual, pero también su talento, capaz de ridiculizar cualquier cosa y su falta de modestia. Marchó a Roma, donde el Papa Pablo V y el cardenal Barberini le trataron muy bien y le dijeron que sus teorías eran interesantes, incluso fascinantes. Pero la Iglesia empezó su oposición. Cuanto más se le oponían, más se empeñaba en tener la razón. Ignorando el peligro, Galileo siguió muchos años recorriendo las principales ciudades de Italia, ganando popularidad y, al mismo tiempo, enemigos. Finalmente, en 1616 la Iglesia manifestó que la doctrina de Copérnico de que la Tierra se mueve alrededor del Sol no podía defenderse. No se le prohibió creer y enseñar la teoría copernicana, pero sí se le prohibió presentarla como una verdad establecida y atacar a la Iglesia. Cuando nombraron a su viejo amigo el cardenal Barberini Papa Urbano VIII, Galileo creyó que sus problemas con la Iglesia se habían terminado y empezó a trabajar en el famoso libro Diálogo sobre los principales sistemas del mundo-Ptolemeico y Copernicano.
Ello supuso un desafío a la Iglesia. Encima, uno de sus personajes, Simplicio, encarnaba al Papa. Y para rematar Galileo le pidió a la Iglesia su sello oficial de aprobación. El Papa, indignado, ordenó a la Inquisición que le arrestase. Galileo pudo haber escapado a Suiza, pero era un hombre creyente y su orgullo no le permitía huir. Quiso defenderse ante la Inquisición, pero su salud empezó a decaer y a los 70 años se arrodilló ante dignatarios de la Iglesia, mintió y la Inquisición lo sabía, pero el haberse retractado públicamente era suficiente. Murió a los 78 años, ciego y cansado, pero autoafirmando sus descubrimientos y demostraciones, y diciendo: «He ampliado cien mil veces más lo que creían los sabios de épocas pasadas».
Hoy en día Galileo no sería rico, pero sí tan famoso como algunas personas muy inteligentes, innovadoras, de los sectores financieros, de la industria, del ladrillo, de la farándula, etcétera, que adquieren mucha fama y también grandes cantidades de dinero.
En este sentido recuerdo un chiste de mi admirado Mingote, que me dedicó amablemente, en el que un señor bastante mayor parece estar ocupado en una mesa con un microscopio y detrás una de esas chicas que dibuja Mingote le dice a otro: «Es candidato al Premio Nobel: convendría que tuviera un ligue con alguna famosa para que hablasen de él las revistas».

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Alfonso V. Carrascosa, El año de Mendel

jueves 18 de diciembre de 2008
CIENCIA Y FE
El año de Mendel
Por Alfonso V. Carrascosa
Un hecho providencial que parece especialmente diseñado como antídoto a la oleada de laicismo que impera en España –y, por qué no decirlo, en la incultura del católico medio español– es lo que ha organizado la Universidad Católica de Villanova, en Pensilvania, iniciado en el reciente otoño: el Año de Mendel.

Un hecho providencial que parece especialmente diseñado como antídoto a la oleada de laicismo que impera en España –y, por qué no decirlo, en la incultura del católico medio español– es lo que ha organizado la Universidad Católica de Villanova, en Pensilvania, iniciado en el reciente otoño: el Año de Mendel. El motivo, la celebración del 80 aniversario de la concesión de la Medalla de Mendel y el echo de ser el Año de Darwin, previendo la oleada atea y laicista que se cernía sobre el diálogo entre ciencia y fe. Dicha universidad concede la mencionada medalla desde 1928, habiéndosele dado en 2008 al Reverendo George Coney, S.J., doctor y astrónomo del Observatorio Vaticano, el más antiguo que existe en la actualidad, probablemente como antesala al Año de la Astronomía en 2009. Con el propósito de demostrar con hechos concretos que ciencia y fe son compatibles, al tiempo que se pone en evidencia que la Iglesia Católica ha promovido con intensidad el desarrollo científico, se pretende dar a conocer la figura del padre de la genética moderna, Gregorio Mendel (1822-1884) que, por si no se sabe, era un monje de la Orden de San Agustín, un agustino, como los del monasterio de El Escorial.
Abad del monasterio de Brno, en la República Checa, y con una buena preparación en ciencias naturales y físico-matemáticas, desveló las famosas leyes de herencia biológica que llevan su nombre, introdujo de forma magistral las matemáticas en la biología y se convirtió en el padre de la boestadística. Entre 1857 y 1868, en el jardín de su convento, hizo experimentos con las plantas de Pisum sativum, de guisante, publicando los resultados en 1866 y 1868, resultados que pasaron completamente desapercibidos, lo que demuestra que nunca persiguió la gloria, que le llegó cuando sus estudios fueron descubiertos.

Experimentos en hibridación de plantas, como se titula uno de sus trabajos, fue presentado en un encuentro de la Sociedad de Historia Natural de Brno en las sesiones de 8 de febrero y 8 de marzo de 1865. Mendel encargó copias de su estudio, que fue distribuido por Europa a expertos y librerías, pasando en principio bastante desapercibido.

Juan Ramón Lacadena, eminente genetista contemporáneo, comenta: "Sin duda alguna, el nombre de Mendel pertenece al patrimonio de la historia de la humanidad. El gran acierto de Mendel fue el de postular un modelo de herencia particulada, es decir, la existencia de unidades hereditarias. Algún biógrafo de Mendel ha calculado que entre 1856 y 1863 cultivó y analizó unas 13.000 plantas, lo cual implica haber observado unas 350.000 semillas". De sus observaciones dedujo la existencia de partículas materiales portadoras de los caracteres hereditarios, que precisamente se denominan en la actualidad genes. Unos quince años más tarde de sus conclusiones, se descubrían los cromosomas, que confirmaban lo que su intuición había postulado, dándose una vez más la circunstancia de que, tal y como dijo el premio Nobel Henry Bergson, la intuición es un modo de conocimiento superior a la razón.

Los botánicos Correns (Alemania) , Tchermak (Austria) y De Vries (Holanda) dieron en 1900 con los trabajos de Mendel y los presentaron como piedra angular en torno a la cual debería construirse la Genética como ciencia. Contemporáneo a otro famoso cristiano, Charles Darwin, es en la actualidad considerado como uno de los más brillantes científicos de todos los tiempos por el mismismo Mayr, experto en genética de poblaciones. Alguna vez se ha afirmado que su trabajo en biología tiene una trascendencia similar a la que tuvo en Física los estudios de otro también cristiano, por cierto, Isaac Newton.

Pero para que no quede la cosa en el pasado, como a muchos laicistas les gustaría, resulta que uno de los padres del genoma humano, Francis Collins, se convirtió en 1978 al cristianismo, leyendo el libro Mere Christianity (Mero cristianismo) de C. S. Lewis, que lo ayudó a convertirse. Collins explica que el argumento de Lewis, de que Dios es una posibilidad racional era algo "que no estaba preparado para oír. Estaba muy feliz con la idea de que Dios no existía y de que no tenía interés en mí. Y todavía al mismo tiempo, no podía alejarme".

Consejero del ex presidente Bill Clinton, trabaja 100 horas semanales (14 horas diarias, 7 días a la semana) y viaja en un mes lo que cualquier ciudadano medio de un país desarrollado viaja a lo largo de toda una vida. Francis Collins fue ateo hasta los 27 años, cuando siendo un joven médico le llamó la atención la fuerza de pacientes que en vez de quejarse a Dios, usaban su fe como fuente de fuerza y consuelo.

El científico considera que los milagros son una "posibilidad real" y descartó que la ciencia sirva para refutar la existencia de Dios debido a que está confinada al mundo "natural".

Director del Instituto Nacional Estadounidense de Investigación del Genoma Humano, reivindica que hay bases racionales para un Creador y que los descubrimientos científicos llevan al hombre "más cerca de Dios". Su libro, El lenguaje de Dios, presenta como superado y zanjado desde la fe el antiguo debate sobre la relación entre religión y ciencia. "Una de las grandes tragedias de nuestro tiempo es esta impresión que ha sido creada de que la Ciencia y la Religión tienen que estar en guerra". Para Collins, aclarar el genoma humano no creó un conflicto en su mente. En su lugar, le permitió "vislumbrar el trabajo de Dios". "Cuando das un gran paso adelante es un momento de regocijo científico porque tú has estado en esta búsqueda y parece que lo has encontrado", explica. "Pero es también un momento donde, al menos, siento cercanía con el Creador en el sentido de estar percibiendo algo que ningún humano sabía antes, pero que Dios sí sabía desde siempre". "Cuando has tenido por primera vez delante de ti estos 3,1 billones de letras del "libro de instrucciones" que transmite todo tipo de información y todo tipo de misterios acerca de la humanidad, eres incapaz de contemplarlo página tras página sin sentirte sobrecogido. No puedo ayudar, sino admirar estas páginas y tener una vaga sensación de que eso me está proporcionando una visión de la mente de Dios", ha reconocido.

Un simple "curita", además de monje, al frente de dos disciplinas científicas, la genética y la bioestadística. Un científico candidato al Premio Nobel que, en la cumbre de su carrera, confiesa sin pudor que Dios existe y que negarlo es pasarse tres pueblos. Ciencia y religión, razón y fe, conviviendo en personas concretas. ¿No será que interesa a alguien decir lo contrario y por eso se miente tan frecuentemente al respecto?

http://iglesia.libertaddigital.com/el-ano-de-mendel-1276235965.html

Carmen Planchuelo, Bailando, me paso el día bailando

jueves 18 de diciembre de 2008
Bailando, me paso el día bailando

Carmen Planchuelo

M E temo que yo no puedo decir lo mismo que la singular Alaska, qué mas quisiera yo que pasarme la vida bailando (o una buena parte de ella) pero sí que las artes de Terpsícore “deleite de la danza,” en este momento de mi vida me tienen totalmente seducida. Siempre me ha gustado bailar, desde que era muy chiquitina cantaba, bailaba y con mi amigas jugaba a los teatros. De jovenzuela me sabía todos los bailes modernos. En mi primera juventud me embarqué en la quimera de aprender ballet clásico, y como una es tozuda, pues durante tres años acudí a un estudio de danza donde disfruté muchísimo haciendo ejercicios en la barra, mirándome en el espejo y aprendiendo el vocabulario propio de la actividad. En mi afán llegué hasta la tortura de las zapatillas de puntas. Evidentemente la realidad se impuso y un tiempo después me pasé al jazz, al aeróbic y durante bastante tiempo seguí con estos bailes; con el resto de mis compañeras de clase participe en uno de esas funciones de fin de curso que organizan las academias para mostrar lo mucho que han progresado las alumnas. A ellos acuden los familiares extasiados y los novios y maridos obligados... pero hay que ir.

Desde hace ya unos cuantos años acudo a clases de baile de lo más variado, salón, oriental y sevillanas. Los momentos más agradables de la semana son esos que paso frente al espejo aprendiendo a mover acompasadamente mi cuerpo con disciplina. Bailar no es moverse alocadamente sin orden ni concierto, como todos los aficionados saben. El baile es una de esas actividades en las que hace más falta la perseverancia, mucha gente pasa por la academia a la que acudo y al ver que en un escaso mes no aprende lo esperado, lo deja. Sin embargo esta disciplina da sus frutos a poco constante que una sea y yo, como buena Tauro, lo soy mucho.

Me sería muy difícil decirles cual me gusta más de todos los bailes que me he propuesto aprender. Realmente todos son preciosos, con todos ellos me siento feliz y en todos encuentro algo de mis mi misma. He descubierto que para bailar hay que desinhibirse, olvidarse del sentido del ridículo, de lo piensen los demás y sobre todo dejar al lado eso de “ya es tarde para mi”, ¡ja! nunca es tarde para algo que nos hace felices. Los bailes caribeños y los de salón (mi ultima afición) me están resultando divertidos y perfectos para alegrarle a uno la tarde mas aciaga; el tango simplemente es arrebatador, espero con ilusión el día en que todos los pasos que integran este maravilloso baile me salgan de corrido limpia y perfectamente sin pisotones ni equivocaciones.

La danza oriental (que es mucho más que la del vientre), sin duda es la que entraña más dificultad en su aprendizaje pues supone un dominio del cuerpo muy difícil da alcanzar. En ella se mezcla lo sensual con lo sublime, la seducción del que la contempla con la intimidad de un placer personal difícil de definir. Lo que a mi me enseñaron poco tiene que ver con esos bailes un puntín vulgares que se venden en la pelis de videoclub, no dejan se ser una caricatura de la autentica danza oriental. El sonido de las monedas de mi pañuelo al ritmo de la música me hace sentirme a mil kilómetros de donde estoy y les aseguro que no me cuesta nada este vuelo en el espacio y en el tiempo. Es la magia del baile.

Sin embargo son las sevillanas las que me tienen absolutamente enamorada, llevo ya unas cuantas temporadas metida en faena y modestamente puedo decir que bailarlas en público no me de ninguna vergüenza. Posiblemente no tenga el salero de las mujeres del sur pero sí que he ido aprendiendo a expresar con mi baile lo que esta música popular me produce, dentro de los pasos marcados y de la técnica que sustenta esta danza.

“Al bailar por sevillanas, se me quitan los pesares”, esta letrilla define muy bien algo en lo que coincidimos los que practicamos este baile. Les adelanto que a mi esto me ocurre también con todos los demás. Bailar es una de mis fuentes de placer a la que renuncio por nada ni por nadie. A veces he llegado a clase con cierta dosis de cabreo y mala leche por las mezquindades del día, pero sin embargo cuando me despojo de mi ropa de “civil” para ponerme la de baile mi mal humor vuela para no volver. Es como si cambiara de piel. A los primeros compases, a las primeras vueltas me siento en un mundo totalmente distinto y todo lo mediocre de la jornada (por no decir otra cosa) pasa al cajón de los olvidos. A base de taconazos descargo la mala energía de la jornada.

Todo esto no es más que un preámbulo, quizás algo largo, para relatarles una pequeña anécdota que me ocurrió la pasada primavera en la Feria de Abril, no en la de Sevilla sino en la de Barcelona. Mi amiga Merche y yo ya hemos hecho nuestros pinitos en las ferias locales pero hasta la fecha no habíamos ido a una feria de categoría a bailar sevillanas. Nos comentaron que la de Barcelona no sólo era muy divertida, sino democrática, es decir que podías entrar en todas las casetas aunque no conocieras a nadie, tomarte unos finos, unas tapas y ser parte del entorno festivo. Ni cortas ni perezosas nos compramos unos preciosos vestidos de lunares (verdes ella, lila yo) y para la feria que nos fuimos. Una pequeña escapada de apenas dos días. A cierta edad una no deja para mañana lo que puede disfrutar hoy.

Lo Barcelona fue algo mágico. De esos momentos en que sientes que estas vivísima y la vida es bella. Pues verán:

El sábado noche fuimos al real de la Feria en un estupendo tranvía y ni que decir tengo que mi amiga y yo éramos como el reclamo del lugar, para nuestra desolación no se veía a nadie en bata de cola o similar lo que nos hacía suponer que el ambiente seria “soso” y de poco bailar. Al llegar nos encontramos ¡oh sorpresa! con todo iluminado, miles de bombillas recreando la feria del sur y mucha gente luciendo vestido. Durante mucho rato bailamos sevillanas y rumbas, nos tomamos unas copitas y fuimos de caseta en caseta. No todas eran de música andaluza, había representaciones de las diferentes comunidades asentadas en Barcelona. Una de las más grandes y espectaculares era la de Marruecos. De ella salía una música de esas entre estridente, armoniosa, vital que a una le hace pensar en desiertos, jaimas y todo lo oriental que el cine y los cuentos de las mil y una noches nos han metido en la cabeza. Nos abrimos paso hasta la primera fila del corro, había mucha gente y todos escuchaban al cantante, yo, en mi sitio empecé a seguir la música con el cuerpo y enseguida me di cuenta de que los de mi entorno me miraban con cierta curiosidad, supongo que una flamenca medio contoneándose al compás de la música árabe tiene "su punto", yo seguía muy consciente de las miradas de las mujeres, de los hombres. En el estrado un grupo tocaba música tradicional, en centro un hombre cantaba y cerca de el otro bailaba, era joven, alto y guapetón no me quitaba ojo y me sonreía, me hacia gestos de que me fuera al centro a bailar, que me uniera a la fiesta. Lo mismo me indicaban unas cuantas mujeres jóvenes de pañuelo a la cabeza, tapadísimas ellas que cuidaban a sus bebés, yo no me atrevía a salir a bailar, aunque ganas todas (para que les voy a mentir)... pero de repente el joven bailarín se acercó a mi muy decidido, me dio la mano, me arrastro al centro de “la pista” y casi sin darme cuenta me encontré bailando ante un montón de gente desconocida. Siempre he dicho que me encanta esta danza pero que notaba que no hacia progresos en clase, pero ¡milagro! De repente sentí que me salían con fluidez los pasos aprendidos, que me movía con cierta gracia, que estaba disfrutando y que el baile me salía bonito (o yo así me lo imaginaba, claro). El hombre con el que bailaba estaba la mar de contento, se le veía disfrutar tanto como yo. Confieso que bailar con un hombre en el que ves el deseo en los ojos, en la risa que te regala, en su forma de moverse motiva mucho, infinitamente mas que hacerlo con cualquiera de mis compas de clase, a las que quiero con todo mi corazón pero sólo eso. Y es que no es lo mismo, no nos engañemos. Sigo.

Yo me dejaba llevar por la música y lo que ella me inspiraba, era muy consciente de que era una danza de seducción (por otro lado muy inocente), yo le miraba, le sonreía, me acercaba a él, me alejaba, giraba, me daba la vuelta, como un juego... eso es bailar un juego en el que hablas con tu cuerpo y expresas lo que sientes. Imagino que formábamos una escena atractiva y la mar de sensual: una mujer felicísima, vestida de flamenca delante de dos jóvenes árabes y bailando para ellos, y ellos para mi. Cuando se terminó la pieza musical yo sonreí de nuevo, les di las gracias por su amabilidad y me marche deprisa con mis amigos que me miraban desde el “publico” con cierto asombro. Me sentía transida, extasiada y casi como si estuviera en la tienda de un jeque, en un harén o en cualquier lugar donde la atracción y la seducción se manifestaban por medio de un baile sencillo, y como digo la mar de seductor. Jamás he bailado así en clase, mas bien hay días que me desespero pues me veo torpe, pato, me confundo, se me cae el velo, me doy la vuelta por el lado equivocado.... pero delante de toda esa gente yo me sentí divina, poderosa y por encima de todos... ni la más mínima vergüenza. No me cabe la menor duda de que todo esto se lo debo al guapo mozo que me miraba, no dejaba de sonreírme y era el quien con su presencia, sus movimientos, sus ganas de no luciese él (que bien podía) sino yo, hacia que mi danza fuera eso; una danza, no un moverse en clase...

Es posible que alguno de ustedes haya tenido una experiencia similar, quizás bailando, o narrando algo para alguien que te contempla con autentico gusto pues yo creo que gustar (de la forma que sea, y por lo que sea) hace afluir en nosotros esa parte de lo divino de la que también estamos hechos, te sientes tocada por un don y tan feliz, que lo tienes que trasmitir.

Esa noche descubrí la bellaza del baile, el poder que tiene, la capacidad de comunicación y pensé que por algo gran parte de los ritos religiosos son danzas o bien contienen bailes rituales.

Estos días próximos a la Navidad mis compañeras y yo ensayamos la función que todos los años por estas fechas representamos para los ancianos de las Hermanitas de los Pobres. De la más pequeña a la mas mayor, cada una en el grupo que le toca y con la gracia (poca o mucha) que tiene procura sacar lo mejor de sí misma y hacer pasar un rato agradable a estas personas para las que la vida casi todos los días es igual.

Así que bailando, bailando no me paso la vida pero gracias a este arte voy conociendo gentes y situaciones que posiblemente de otra manera no sería posible. Les animo a que bailen todo lo que puedan, a que si no saben se matriculen en una academia y ya verán ustedes no sólo lo bien que lo pasan y lo seductores que resulta, también es una muy buena terapia para el olvido de las neuras del día.

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2009 mis queridos lectores.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4966

Jose Luis Restan, El atrevimiento de defender la vida más vulnerable

jueves 18 de diciembre de 2008
DIGNITAS PERSONAE
El atrevimiento de defender la vida más vulnerable
Por José Luis Restán
Vendaval y aguacero sobre la Ciudad Eterna el pasado sábado. Algunos temían que la esperada visita del Papa a la Embajada italiana ante la Santa Sede pudiera suspenderse, pero Benedicto XVI llegó puntual a la cita. El núcleo de su discurso ha sido de nuevo el trasfondo de la laicidad positiva (si bien esta vez no ha pronunciado esas palabras). La distinción y mutua autonomía entre Iglesia y Estado no es algo que la Iglesia simplemente acepte y respete, sino que lo considera "un gran progreso para la humanidad y una condición fundamental para su propia libertad y la realización de su misión".

A continuación, Benedicto XVI ha explicado que la Iglesia entiende como parte de su tarea contribuir a despertar en la sociedad las fuerzas morales y espirituales que contribuyan al bien común, partiendo de su propia experiencia y sabiduría. Por eso sus intervenciones públicas sobre cuestiones que afectan a la dignidad de la persona y al significado de su vida personal y social, no deben ser entendidas como una intromisión sino como una realización concreta de la deseable colaboración entre Iglesia y Estado. Las palabras del Papa se producían apenas veinticuatro horas después de la publicación de la Instrucción Dignitas personae, que afronta diversas cuestiones bioéticas como la producción y manipulación de embriones, la clonación, las terapias génicas, el uso de células madre o la hibridación. El problema no es que dicho documento provoque un intenso y saludable debate en una sociedad como la nuestra, el problema es el a priori que descalifica a la Iglesia para entrar en el debate público, o que banaliza una altísima reflexión antropológica y ética hasta convertirla en una caricatura grotesca.

Un texto como la Dignitas personae es todo menos una nostalgia eclesiástica del poder. Al contrario, expresa el atrevimiento ingenuo que siempre caracteriza la genuina experiencia cristiana. La Iglesia sabe que al comparecer en la plaza pública con este mensaje, que por otra parten constituye un ejercicio exhaustivo de racionalidad y de amor al hombre, se coloca hoy en el banquillo de los acusados de impiedad, oscurantismo y abstracción. Sabe perfectamente que apenas cosechará reconocimientos y que por el contrario, sufrirá el coste de una imagen maltratada a lo largo y a lo ancho de la galaxia mediática. Pero también en esto consiste la verdadera laicidad: en que existan sujetos sociales, comunidades vivas, capaces de narrar públicamente su propio conocimiento de la vida y de asumir el toma y daca de un debate que puede acarrear pérdidas en un balance puramente meramente político o de gestión de imagen.

El pluralismo y la libertad no se identifican con una zarabanda de opiniones blandas ni con una colección de mensajes de peso intercambiable, y menos aún con el pensamiento único dictado desde los nuevos centros de poder. El espacio de la laicidad sólo puede ser el de un diálogo vivo sobre las propias razones para vivir y no el de la imposición de lo políticamente correcto, porque en ese caso se alumbrará una forma de nuevo despotismo. Como ha dicho Benedicto XVI, la Iglesia siente como parte de su misión dar razón de su esperanza ante los hombres, contribuyendo así a ensanchar la razón y a despertar las mejores fuerzas espirituales y morales de la humanidad. La Iglesia ni puede ni quiere legislar, tampoco en el campo de las ciencias biomédicas, pero debe recordar, aunque duela, que el valor ético de la ciencia se mide siempre por el respeto incondicionado que merece todo ser humano, en cualquier momento de su existencia.

Una sociedad sana y consciente de los desafíos del futuro sólo puede agradecer la valentía y el rigor de un documento como éste, y lo mismo cabe decir de unas Estado democrático. Porque aunque Zapatero siga planteando su ecuación de "democracia igual a laicismo" (o sea, exclusión de la dimensión religiosa y de sus encarnaciones históricas), la democracia sólo estará viva en la medida en que albergue un verdadero diálogo sobre el significado de la vida, sobre las razones de su esperanza y sobre el modo más justo de ordenarla. Y en ese diálogo la Iglesia católica tiene un protagonismo que sólo mentes raquíticas o enfermizas pueden discutir.

Es muy posible, como sostiene el presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Mons. Rino Fisichella, que éste sea el momento para el esfuerzo común de cuantos, creyentes o no creyentes, siente la urgencia dramática de acoger y cuidar la vida humana en todas sus fases, conjurando los delirios de un utilitarismo y un cientificismo capaces de vaciar el núcleo de la civilización. Esperemos que tras la lluvia ácida de los panfletos aflore un coro de voces reunidas en torno a las preocupaciones de la Dignitas personae, pero aunque así no fuera, aunque este fuera el tiempo de clamar en el desierto, la Iglesia cumple con su misión al ofrecer este testimonio de amor a la vida, especialmente a la más débil y olvidada. Hace falta, eso sí, que este testimonio continúe en todas las direcciones, multiplicando la exposición de sus razones y acompañándola de un servicio infatigable y gratuito a los hombres y mujeres que sufren o se extravían de tantas formas.

http://iglesia.libertaddigital.com/el-atrevimiento-de-defender-la-vida-mas-vulnerable-1276235966.html

Pio Moa, El pensamiento simplón

El pensamiento simplón
17 de Diciembre de 2008 - 11:11:43 - Pío Moa
Hace días publiqué aquí un viejo artículo con ese título, en realidad el primero de tres escritos en LD hace varios años:

http://www.conoze.com/doc.php?doc=775
http://www.libertaddigital.com/index.php?action=desaopi&cpn=1931
http://www.libertaddigital.com/index.php?action=desaopi&cpn=2055

Puse el artículo como prólogo, digamos, a algunos comentarios sobre la película La ola, con la que, dicen, el cineasta alemán Dennis Gansel pretende explicar el totalitarismo, apoyándose en una experiencia en un colegio de California: un profesor que, para explicar el totalitarismo a sus alumnos, les inocula, por así decir, ideas de disciplina y pertenencia grupal, con lo que crea en su clase un movimiento neofascista. Gansel cree que los jóvenes "buscan nuevos contenidos", y que pueden encontrarlos en el liderazgo de individuos carismáticos, tipo Obama, aunque este no ofrece peligro porque no es "autoritario". Lo mismo podría decirse de los antiglobalización, ecologistas, etc. Significativamente, Gansel habla de un "peligro" nacionalsocialista inexistente, y no a uno comunista mucho más real, todavía impuesto sobre gran parte de Asia y Cuba, y diluido, pero muy reconocible, en una multitud de grupos "no autoritarios".

La película enfoca el asunto desde las carencias afectivas y familiares, la inseguridad en las relaciones interpersonales, etc. Algo no muy alejado venía a plantear Hanna Arendt cuando veía la atracción por el totalitarismo como un producto de la destrucción de las sociedades tradicionales por el liberalismo y el capitalismo, que dejaban al individuo, al ciudadano, con muchos derechos pero aislado, sin saber a qué atenerse, necesitado de una seguridad que le predispone a formar masa detrás de líderes inspirados. En El derrumbe de la República, observé que, de ser así, los países más proclives al totalitarismo serían los anglosajones, donde el liberalismo capitalista alcanzó su máxima expresión, y no una Alemania o una Italia con estructuras más tradicionales.

Por otra parte la atracción por la disciplina, el espíritu de cuerpo, los himnos y la acción de grupo son normales y connaturales al ser humano, especialmente a los varones: son la base de los ejércitos y de una multitud de asociaciones, desde los alpinistas a los forofos del fútbol. Son valores normales que, como todos, pueden ser explotados en sentido totalitario o no. Pero el totalitarismo consiste en la tendencia a la anulación de la sociedad por el estado, la creación de una policía política y el aplastamiento o la marginación de los disidentes, todo ello envuelto a menudo en pretensiones científicas. Y pretender que nace de la disciplina, el sentido jerárquico, los uniformes, etc., es solo una manifestación más del pensamiento simplón tan en boga: el fomento del deporte en tales regímenes, por ejemplo, no significa que el deporte sea malo.

El totalitarismo puede apoyarse también en lo contrario, en el cultivo de la corrupción y degradación social, un poco al estilo de lo que denunciaba Azúa en su artículo enlazado ayer, situación a la que él, sorprendentemente, llamaba "fascismo". Podríamos llamarle más bien "zapismo" o, para España, el "método Zapo", un totalitarismo sin exhibiciones de fuerza, pero asfixiante, que explota y desvirtúa valores como la compasión o la solidaridad, guardando incluso algunas apariencias de democracia, al modo del pronosticado por Tocqueville.

Dice Gansel: "Hay una corriente en Alemania, sobre todo de directores jóvenes, que quieren estudiar el fenómeno fascista. Yo tuve un abuelo que tuvo un papel enorme en la Segunda Guerra Mundial y tuvo tres hijos de izquierdas, de la generación del 68". Pues mal arreglo, porque el 68 fue un intento precisamente totalitario, bajo sus frasecillas. Véase, en estos días, la histeria juvenil que ha sacudido Grecia y empezó a propagarse a otros países; histeria mucho menos ocurrente que la del 68 pero básicamente igual. Y uno se pregunta si no podrían analizar los alemanes el fenómeno comunista, que tienen muchísimo más reciente. Hace poco vi la película Goodbye, Lenin, una tontería afectuosa y un tanto nostálgica hacia aquella sociedad socialista, tan solidaria y demás.

Vivimos, desde luego, una crisis de valores, pero ¿cuándo no? El pensamiento simplón, tipo Gansel, es una manifestación más de esa crisis permanente.

Llamamiento de la Comintern. A ver quién se resiste. Observarán que el video es trotskista, cuando Trotski tuvo poco que ver con la Comintern, que fue stalinista casi todo el tiempo.
http://www.youtube.com/watch?v=JJ48EEzORZ4

Véase también el himno nazi:

http://www.youtube.com/watch?v=hgOpORxaVnU
Tengo entendido que la música procede de una canción marinera de Hamburgo, que también adaptaron los comunistas.

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**** Rajoy a Zapatero: "Hemos asistido a una descomunal bajada de pantalones". Protagonizado, debió decir protagonizado. Rajoy, en concreto, desde el 11-m o incluso antes, no se los ha vuelto a subir, salvo momentos excepcionales.

**** Rajoy a Aguirre: "Sé lo que estoy haciendo". Pues claro. Quienes no lo saben son sus mansos y temblorosos adversarios en el PP.

**** La marca Pardon quemará las bolsas que vendía con la imagen de Carla Bruni desnuda

¡Pero bueno! Si esa imagen no es falsa, será porque Bruni posó para ella, ¿no? ¿Con qué derecho demanda a la marca? Y aquí, por qué no posan en acción los miembros del gobierno? Ah, Matías, Matías Crevillente, te adelantaste a tu tiempo:

"En el Ateneo hemos elaborado un proyecto que me atrevería a calificar de avanzado, de revolucionario incluso, un proyecto que pide apoyos, esponsoreo (...) Con todo respeto, excelentísimas señoras, excelentísimos señores, ustedes no se han percatado aún plenamente de que vivimos en la era de la imagen y, o nos adaptamos, o la ruina. (...) ¿Qué pasaría si los señores excelentísimos ministros, el Gejotaerre, dejándose de remilgos de señoritas beatas, salieran en la televisión a explicar sus experiencias sexuales, ¡con audacia, insisto! ¡Sin falsos pudores!. A explicar cómo gracias a la tecnología del condón, se han librado del sida, la blenorragia, los picores... ¡Fuera mojigaterías, excelentísimos señores, señoras, ministros, ministras! Y si ustedes entrasen en acción ante la cámara, lúdicamente, poniéndotelo-poniéndoselo, para que las gentes atrasadas ¡que quedan muchas, damas y caballeros, no hay que pecar de triunfalismo, que todo el país no es como la distinguida concurrencia aquí reunida!. Hay que explicar con detalle y ejemplo la puesta del condón... En fin, ¿se dan ustedes cuenta de lo que supondría su ejemplo vivo y actuante? ¿Lo que supondría para salvar vidas y emancipar a las masas? ¡Qué altura moral! ¡Qué consecuencia en la actitud! ¡Qué ética! ¡Qué donosura y despiporre y qué belleza de formas! ¿No superaríamos así, de una tacada, siglos de atraso? ¿No nos haríamos más europeos? Considérenlo, se lo ruego, porque lo avanzado siempre choca al principio, pero después se vuelve natural. ¡La Utopía debe guiarnos, como siempre! Además, el primer país cuyos dirigentes pusieran en práctica la idea que desde esta histórica tribuna, desde este foro del pensamiento brindo, ese país iba a ingresar unos royalties de órdago. Piensen en la venta de vídeos, de películas por todo el mundo ¡Quién iba a dejar de adquirir esos documentos únicos! Porque el primero en abrir brecha será el ganador. Otros gobiernos seguirían el ejemplo, pero las imitaciones tendrán después interés escaso. Un filón (...) En lo que respecta al conferenciante que nos va a deleitar e instruir a continuación, es un astro del pensamiento. Es asombrosa la cantidad de pensadores y pensadoras, de filósofos y filósofas que han surgido en los últimos años en el Estado español. ¡Y lo que piensan, madre mía! Dicen unas cosas que te dejan turulato, vamos, de alucine ¡El terreno que hemos recuperado en tan poco tiempo!".

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/

Miguel Martinez, Mas de la SGAE

jueves 18 de diciembre de 2008
Más de la SGAE

Miguel Martínez

E N ocasiones, especialmente cuando se escribe asiduamente en el mismo medio y para los mismos lectores durante un largo periodo de tiempo, resulta del todo inevitable repetirse. Unas veces, porque la memoria es frágil y uno no siempre es capaz de recordar sobre lo que escribió y lo que no hace casi un lustro, y otras, porque reaparecen noticias, temas y/o polémicas que intermitentemente nos pulsan ese resorte con el que venimos dotados casi todos los humanos y que hace que nos soliviantemos, nos sulfuremos, nos aceleremos y nos rebotemos.

Y es que lo de la SGAE, Sociedad General de Autores y Editores de la que ya les he hablado en varios artículos, no tiene nombre. Ese afán y ese celo de rapiñar hasta el último céntimo que les sea posible está llegando a unos límites que ultrapasan el esperpento, desbordan lo surrealista y rebosan el despropósito.

No les voy a insistir, o sí, ya puestos, en la incoherencia residente en los distintos cánones que los gobiernos de turno –éste y también los anteriores, por mucho que ahora desde el PP quieran desmarcarse - han instaurado a modo de dádiva a la citada sociedad, cánones que gravan, por poner un ejemplo, el ordenador que un servidor utiliza para soliviantar, sulfurar, acelerar y rebotar a sus queridos reincidentes semana a semana, de modo que cuando este columnista se vea en la necesidad de sustituirlo, parte de lo que le cobren por él, irá a las arcas de la SGAE, que percibirá unos cuantos euros porque se supone que este ordenador causará un grave perjuicio económico a los autores asociados; de la misma manera que pagaría por los discos compactos –si no los comprara en Andorra, como hago sólo para chincharles- en los que suelo guardar las copias de seguridad de los artículos con los que semanalmente les fastidio a ustedes, pues esos discos también son susceptibles de albergar archivos protegidos por los derechos de autor.

A buen árbol debieron arrimarse en su día los de la SGAE para conseguir que, por el hecho de tener un aparato de radio en un bar, el propietario del establecimiento tenga que pagar derecho de pernada a la SGAE, porque la música que suene, por mala que sea y por mucho que el del bar no la elija, no está exenta de cotizar a la sociedad. No me digan que no es un negocio redondo. SGAE cobra por el CD en blanco que compra la discográfica. SGAE cobra al asociado por defender sus intereses cuando por fin consigue que la discográfica le grabe el disco. SGAE cobra cuando usted va a la tienda de discos y compra ese CD. SGAE también cobra cuando la emisora de radio compra el compacto. SGAE vuelve a cobrar de la emisora de radio cada vez que pone ese CD. SGAE cobra al pobre del bar cuando compra ese CD para ponerlo en el local. SGAE cobra nuevamente al del bar por tener un chisme en su local capaz de reproducir música y cobra aún más si ese chisme, además, sirve para escuchar la radio. Una pregunta inocente: ¿Cuántos ingresos obtiene la SGAE? Otra menos inocente: ¿Qué porcentaje de esos ingresos regresa a los autores? Miseria y compañía aunque les pueda parecer lo contrario. A los autores los explotan, y encima les siguen el juego. País, que diría Forges.

Otro día, por no extenderme en exceso en este artículo, les hablaré de cuando intentaron cobrarles cánones a ciertas hermandades de la Semana Santa de cierta capital por la música que interpretaban sus bandas, pese a que éstas tocaban exclusivamente piezas donadas benéficamente por los propios autores a las hermandades, o de cómo algún equipo de fútbol ha retirado las bandas de música de su estadio porque la SGAE les pretendía cobrar casi trescientas mil pelas de las de antes por la música que tocaba la banda antes de los partidos.

Pues no contentos con esos suculentos ingresos, los de la SGAE se han metido también a detectives. Antaño uno, cuando se casaba, tenía que tener cuidado –al margen de con la suegra- con que no se le colaran en el banquete avispados transeúntes que se hacían pasar por familia del novio delante de los de la novia y viceversa. Ahora, además, debe andar ojo avizor a que no se le cuele un topo de la SGAE que, además de ponerse hasta las cejas a costa de los novios, filma con cámara oculta el bailoteo para pillar al de la sala de banquetes reproduciendo música sujeta a los derechos de autor. Parece mentira, pero es tan real como el bigote de la Pantoja, perdón, quise decir como el bigote del novio de la Pantoja, que ponerme a rajar de la SGAE y alterárseme la neurona, es todo uno.

Y es que de las BBC (antes llamadas bodas, bautizos y comuniones con total ausencia de glamour) en las que se pretenda poner música, la SGAE debe percibir 102,35 euros, siempre y cuando la cifra de asistentes no supere las 75 personas, pues de superarlas, se añadirían 41 céntimos más por cada convidado, y, ante algún local rebelde, que pretendía excusarse del canon alegando que sólo se consumía música de procedencia anónima – como aquella que reza “La cabra, la cabra, la pata de la cabra…” ¿o no era pata?- Bueno, da igual, que les decía que para verificar que la música que se ponía era como el Canal Plus, es decir, de pago, algunos detectives a sueldo de la SGAE disfrazados de invitado, se han dedicado a grabar con cámara oculta algún que otro bodorrio para luego probar que, efectivamente, en la celebración hubo música sujeta a derechos de autor.

En el caso que quería comentarles, sucedido en Sevilla, con la cinta de vídeo debajo del brazo, la SGAE acudió a los juzgados donde, pese no ser admitida la grabación como prueba al haber sido ésta obtenida de estrangis y sin autorización explícita de los novios ni de los organizadores, se condenó al local a pagar 43.179 euros a la SGAE por quererles escaquear lo que por ley –tela marinera, la ley- les correspondería.

Lo bueno de la historia es que, puesto el tema en manos de una asociación de consumidores, la Agencia de Protección de Datos ha impuesto una multa de 60.101 euros a la SGAE por haber incurrido en una infracción muy grave, al grabar sin ningún tipo de permiso un acto privado. Parece ser que existen varias denuncias más contra la SGAE en la Agencia de Protección de Datos por esa misma infracción, y que fuentes de la Agencia afirman que las sucesivas y más que previsibles sanciones a buen seguro serán mayores al concurrir reincidencia.

¿Les dan pena a mis queridos reincidentes los pobrecitos de la SGAE? ¿Verdad que no? Pues hala, que paguen, que se fastidien y que jueguen limpio. Es lo mínimo que debieran hacer después de lo muchísimo que los cuida el Gobierno.

http://www.miguelmartinezp.blogspot.com/

Moratinos destituye al cónsul de Sao Paulo por defender al dirigente del PP en Brasil

Moratinos destituye al cónsul de Sao Paulo por defender al dirigente del PP en Brasil

Jueves, 18-12-08

El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación anunció hoy que ha ordenado el cese del cónsul general de España en Sao Paulo (Brasil), Fernando Martínez Westerhanusen, tras conocerse un informe reservado sobre el incidente que se produjo el pasado día 10 de diciembre con el dirigente del PP Alfredo Prada en un aeropuerto de Brasil. El documento vincula estos hechos con el supuesto trato que se dispensa a los brasileños en el aeropuerto madrileño de Barajas.
El departamento que dirige Miguel Angel Moratinos informó en un comunicado de que la decisión del cese se produce una vez oída la Junta de la Carrera Diplomática y de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 6 del Real Decreto 674/1993 de Provisión de Puesto de Trabajo en el Extranjero para funcionarios de la Carrera Diplomática.
El citado artículo que esgrime Exteriores para el cese de Martínez Westerhanusen alude a la potestad del ministro de esta cartera para la "libre designación" de funcionarios, previa propuesta no vinculante de la Junta de la Carrera Diplomática. Los funcionarios nombrados por este procedimiento, prosigue el artículo, "podrán ser removidos discrecionalmente, independientemente del tiempo que hayan prestado sus servicios en el puesto de trabajo, oída la Junta de la Carrera Diplomática".
En el 'informe reservado', al que tuvo acceso Europa Press, Martínez Westerhanusen indicaba además que el incidente con Prada demuestra que el episodio de la inadmisión y, en su caso, de expulsión de brasileños de nuestro país "no ha sido aún satisfactoriamente resuelto y por ello aflora de vez en cuando".
En el citado documento, informa al Ministerio de Asuntos Exteriores, de manera detallada, de la "retención de Alfredo Prada", responsable de emigración del Partido Popular, el día 10 de diciembre en el aeropuerto de Guarulhos, en Sao Paulo. En este informe se expone que lo ocurrido tiene características de "retorsión" --la acción de devolver o inferir a alguien el mismo daño o agravio que ha recibido-- "aplicada por el trato que supuestamente se dispensa a los brasileños en el aeropuerto de Barajas". Además, explica también el comportamiento que le dispensó al propio cónsul el Comisario de Policía, que le mandó callar bajo la "amenaza" de acusarle de coacción a la Policía, la actitud "un poco humillante" que mantuvo el fiscal, que "fue complementada por la de la jueza", quien recurrentemente añadía la "coletilla" de que el señor Prada había recibido "mejor trato" que el "dispensado a los brasileños en Barajas". Además, explica también el comportamiento que le dispensó al propio cónsul el Comisario de Policía, que le mandó callar bajo la "amenaza" de acusarle de coacción El citado 'informe reservado', al que ha tenido acceso Europa Press, comienza describiendo la llamada telefónica que recibió el Cónsul de Alfredo Prada, explicándole que se encontraba "retenido" en el aeropuerto. "Según me dijo, había discutido con una de las funcionarias del escáner en torno a si podía llevar o no un frasco de colonia de 100 mililitros y untubo de crema de afeitar del mismo volumen", relata.
Añade que la discusión se encrespó y que un policía federal pidió al político del PP que le acompañase a la Comisaría y le retiró el pasaporte. "Según afirma el señor Prada, fue objeto de intimidaciones y malos tratos por parte de policías federales", explica el Cónsul, quien añade que a su llegada a la Comisaría, la Policía Federal "tuvo buen cuidado en comportarse correctamente".
Sin embargo, expone que "al intentar yo resolver por las buenas --y en tono de la mayor cordialidad-- el asunto para evitar que el problema subiera de nivel, el Comisario me amenazó con acusarme de coacción a la Policía si no me callaba". El documento recoge también que la Policía Federal acabó acusando a Alfredo Prada de "desacato" y que iniciaron el correspondiente expediente que les llevó al Juzgado de Primera Instancia de Guarulhos, donde se celebró una audiencia de "tentativa de transacción penal", que consiste, según se explica, en un acuerdo entre el presunto autor de los hechos y el fiscal con intermediación de un juez, con el fin de determinar una multa con la que concluye el procedimiento. Este es un paso previo a la acción penal, a la que se llegaría si no hay acuerdo.
Fue allí donde el Fiscal pidió un certificado de antecedentes penales y la vista tuvo que posponerse al día siguiente, hasta recibir por mail desde Madrid una copia de dicho certificado, ya que el fiscal no aceptó el ofrecimiento del Cónsul de extender uno en el que se afirmara que no tenía constancia de que el señor Prada tuviera antecedente penales. Tras el desarrollo de la audiencia, la conclusión del Cónsul es que el incidente tenía "algunas características de retorsión, aplicada por el trato que supuestamente se dispensa a los brasileños en el aeropuerto de Barajas".
El fiscal actuó de manera un poco humillante

Pone como ejemplo que el fiscal, en su exposición, señaló que algunos extranjeros "consideran a Brasil una república bananera" y añade que "de manera que podría parecer un poco humillante, hizo hincapié en el carácter 'pedagógico' de la medida que proponía, para que sirviera de lección al señor Prada".
En base a estos argumentos, el fiscal propuso una multa de 25. 000 reales, que equivalen a unos 8. 300 euros, cuando la multa por este tipo de casos suele ser de unos 300 euros, tal y como expuso el abogado durante la audiencia. "Afortunadamente y tras una hábil negociación del citado abogado, la multa quedó finalmente establecida en 6. 000 reales, equivalentes a unos 2. 000 euros, cantidad de todos modos muy superior a la habitual e inmediatamente satisfecha por el señor Prada", recalca el informe.
El Cónsul también hace constar la actitud que mantuvo la juez, de la que afirma que la "conducta" del fiscal fue "complementada" por esta --de quien señala que "por cierto, hizo gala de ser hija de aragoneses y tener pasaporte español--. Según el documento al que ha tenido acceso Europa Press, la juez, en la primera sesión de la audiencia --que se desarrolló en dos sesiones-- ya hizo una alusión a que "el trato recibido por el señor Prada era mejor que el dispensado a brasileños en Barajas, repitiendo en varias ocasiones el mismo latiguillo durante el desarrollo de la sesión del jueves 11". Incluso, señala el diplomático español, al final de la audiencia "se refirió a mi en tono de chaza, diciéndole a nuestro oficial administrativo Gilson Bonini algo así como: 'Ah, *ese es el Cónsul? , pues espero que no me impida el paso en Barajas".

El informe dice que la descrita conducta del fiscal y la juez "suscita interrogantes" sobre si ambos actuaban tras consultar a sus superiores y/o a la Policía Federal y "siguiendo sus indicaciones". El Cónsul señala que se inclina a creer que sí, "ya que --argumenta--, dada la potencial conflictividad del asunto, dudo que se hubieran atrevido a obrar por su cuenta con el talante que he relatado".
A su entender, este episodio "revela" que el tema de la inadmisión y, en su caso, expulsión de brasileños de España "no ha sido aún satisfactoriamente resuelto y por ello aflora de vez en cuando". "Tal vez --expone-- una de las dificultades radique en que esta opinión pública haya asumido la convicción de que no tratamos correctamente a los brasileños, siendo muy difícil erradicar ese sentimiento.
El documento también resalta que, en el incidente de Alfredo Prada, una vez conseguido el acuerdo, la "transacción penal" implica el archivo del caso "sin que quede registrado para nada en los antecedentes del autor del hecho".

http://www.abc.es/20081218/nacional-nacional/moratinos-cesa-consul-paulo-200812180001.html

Ladron de Guevara, La "Cosa Nostra"

jueves 18 de diciembre de 2008
La ‘Cosa Nostra’

Ernesto Ladrón de Guevara

I MAGÍNENSE que en Sicilia, donde se ha detenido a la cúpula de “La Cosa Nostra” se decidiera disolver los ayuntamientos controlados por la mafia de uno en uno, no fuera que el bisturí de Zapatero tocara algún órgano sensible de la “cosa democrática”. Imaginemos –cuestión que ya sucede de hecho- que en Nápoles, las autoridades constitucionales del Estado italiano, es decir de Italia, dejaran pasar de largo el hecho de que munícipes presuntamente elegidos en libertad por los napolitanos pertenecieran de una u otra forma a La Camorra; y que aunque las actividades mafiosas y sus organizaciones chantajistas pudieran aprovecharse del control institucional para preservar sus bien ahormados y nutridos beneficios al abrigo del poder político, éstas gozaran de impunidad. Imaginemos que los ciudadanos napolitanos no se atrevieran a levantar la voz contra un estatus consolidado de opresión política bajo la apariencia democrática, cuando los colegios electorales y los procesos de voto han estado de forma flagrante bajo la supervisión y control de la mafia. ¿Alguien podría dudar de la legitimad del poder político para suspender transitoriamente los procesos electorales, limpiar de mafiosos las instituciones y regenerar los procedimientos, para elegir democráticamente a personas honorables? ¿Alguien dudaría de los indudables beneficios para la convivencia ciudadana y para la legitimación del sistema político de abrir un proceso higienizante y esterilizante, aplicando medidas quirúrgicas que extirparan todo género de metástasis de la satánica perversión de la coacción sobre los ciudadanos que asfixia cualquier posibilidad de expresión libre y espontánea? Todos diríamos que sí, que ya es hora de que la legitimad del poder político nacido de la voluntad popular ejerciera su autoridad, que es un bien necesario.

Pues al Gobierno de Zapatero eso le parece negativo, y no apoya una moción de Rosa Díez donde se pide algo tan simple como la disolución de 52 ayuntamientos corrompidos por una organización que la Unión Europea ha incluido entre los grupos terroristas: ANV. La argumentación es que hay que cortar los tumores sin tocar órganos vitales, como si la elección de los representantes municipales en localidades vascas donde gobierna ANV hubiera sido democrática. Tanta pedagogía hecha desde las organizaciones cívicas no ha servido para nada, al parecer, pues personas tan distinguidas y supuestamente inteligentes como Zapatero no lo han entendido: en el País Vasco no han existido garantías constitucionales ni democracia en los procesos electorales. No se ha enterado.

Supongamos que muchos como yo estemos equivocados y que haya que demostrar municipio por municipio que los concejales de ANV auspician el terror ejerciendo la carga de la prueba. Entonces, ¿por qué han ilegalizado ANV? ¿Cuál es el motivo, en tal caso, de que no hayan disuelto aún los ayuntamientos de Mondragón y de Azpeitia? ¿No hay suficientes evidencias? ¿A qué estamos jugando? ¿No se presentaron los electos bajo las candidaturas de ANV?

Supuesto segundo: la legislación ampara a los individuos al margen de las organizaciones que les han auspiciado a las tareas representativas. Bien. Admitamos que esa sea una realidad: los representantes electos se configuran como delegados a título personal del electorado y tiene prioridad esa consideración a la de la organización o candidatura que ha dado cobertura a los candidatos. En ese caso es muy sencillo: establézcase de una vez la obligación de jurar la Constitución a todo cargo público, como se realiza en el resto del mundo civilizado. ¿O es que por el hecho de haber sido elegidos los representantes de la soberanía nacional son inmunes al cumplimiento del corpus jurídico que ampara el edificio institucional y su estructura, como de hecho lo estamos el resto de los ciudadanos y muy especialmente los funcionarios?

Yo realmente no entiendo nada, y mira que llevo años analizando el problema. ¿Estamos en un Estado democrático y de Derecho o no? ¿Qué es esto?

Eso no es óbice para reconocer que ETA está peor que hace unos años. Decir que ETA está ahora más fuerte es no haber sufrido directamente las consecuencias de la opresión terrorista. Algunos lo dicen desde Madrid. Otros, que comparamos situaciones que hemos vivido en tiempos no muy lejanos con las que tenemos en el momento presente, estamos en condiciones de valorar el cambio. Hoy no vivimos en el mismo clima asfixiante que hace tan sólo un lustro. Invito a quienes afirman lo contrario a que vengan a entrevistar a diferentes personas protegidas para que recaben su vivencia sobre si las realidades de sus vidas no han cambiado y se ha relajado la tensión.

El defender principios no impide reconocer realidades y defender verdades.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4963

El Gobierno tambien esta en crisis

18-XII-2008
El Gobierno también está en crisis
Zapatero no tiene planes de hacer cambios en el Gobierno por lo que entendemos que hace suyos los excesos e ineptitudes de su Gabinete.

Sólo nueve meses después del debate de investidura, el continuista gabinete que Zapatero presentó está completamente desgastado. La causa principal está siendo, como era de prever, la crisis económica; la misma que, en abril, era pura fabulación del PP y de ciertos medios de comunicación que, en palabras del presidente del Gobierno eran "antipatriotas". Al final ha resultado que la crisis iba en serio y las advertencias del primer semestre estaban más que justificadas.

No querer ver la realidad construyendo una realidad alternativa para terminar creyéndose la propaganda fabricada con objeto de ganar las lecciones ha abocado al Gobierno a permanecer a la defensiva. Los primeros en notarlo han sido sus ministros, especialmente el de Economía y Hacienda que es, de lejos, quien más y mejor se ha significado en la negación sistemática de algo que tenemos encima desde hace meses. A Pedro Solbes no sólo le pesa el pasado –no debe olvidarse que fue el ministro del ramo durante la última crisis– sino el presente. Y mucho.

El ministro no ha sabido o no ha querido ver las señales que, desde hace casi dos años, indicaban que se avecinaba una recesión económica de gran envergadura. Cuando, a principios de año, la inflación se disparó y el sector de la construcción estaba agotado, lejos de reconocer la situación y tomar medidas, articuló un discurso bobo, triunfalista y plagado de mentiras que, sólo unos meses después, le ha terminado por pasar factura. Su gestión de los primeros compases de la crisis no ha sido menos deficiente. A día de hoy el Gobierno no ha hecho más que dar palos de ciego y promesas vacías a cuenta del contribuyente, mientras la lista del INEM crece de manera descontrolada y la confianza de los españoles en el futuro se desploma a niveles históricos.

Pero Solbes no es el único. Celestino Corbacho, traído de la taifa catalana a modo de ministro catalán de cuota, está siendo el peor ministro de Trabajo en varias décadas. Las cifras de desempleo a finales de este año van a pulverizar todos los récords a pesar de las continuas triquiñuela con las que trata de adornarlas. Si la conflictividad social no ha ido a más se debe a que los sindicatos permanecen aún domesticados por el Gobierno, y queda aun dinero en la caja para ir tirando de subsidios unos meses más. A lo largo del año próximo estas dos "bendiciones" que no han aguado todavía la fiesta ministerial a Corbacho podrían acabarse y es muy dudoso que el ex alcalde de Hospitalet salga bien librado.

De Magdalena Álvarez o Miguel Ángel Moratinos podría decirse otro tanto. Fueron un desastre durante la anterior legislatura y en esta nos están ofreciendo una reedición corregida y aumentada de su incapacidad. La razón por la que Zapatero siguió confiando en ellos tras la victoria de marzo es un misterio, como lo es que a estas alturas mantengan el tipo y la cartera con la pésima gestión que han desempeñado en sus respectivos departamentos. Tanto Álvarez como Moratinos deberían salir del Ejecutivo lo antes posible, pues un lustro de desbarajuste en Fomento y Exteriores es más que suficiente.

La lista podría extenderse. El polémico Bernat Soria no pasa de inoportuno ariete ideológico en un ministerio vacío de competencias como el de Sanidad. Rubalcaba no debería seguir siendo ministro de Interior tras la absurda farsa de la negociación con la ETA cuyo fruto final han sido los cuatro muertos de este año. Las excentricidades y simplezas de Bibiana Aído no la justifican a ella ni a su ministerio que no es más que un terminal propagandístico que cuesta un dineral cada año.

Zapatero no tiene planes de hacer cambios en el Gobierno por lo que entendemos que hace suyos los excesos e ineptitudes de su Gabinete. Queda casi toda la legislatura por delante. Con estos mimbres no puede llegar muy lejos. Y no lo hará, porque, aunque él lo niegue, el Gobierno sí está en crisis.

http://www.libertaddigital.com/opinion/editorial/el-gobierno-si-esta-en-crisis-46933/

Desde GaliciaEl franquismo y el (los) gallego(s)

jueves 18 de diciembre de 2008
Desde GaliciaEl franquismo y el (los) gallego(s)

Cuando en mi última colaboración para este periódico hablaba de que Franco resucitó en el Parlamento de Galicia de la mano del portavoz del BNG, la semana pasada, desconocía por completo que el caudillo iba a quedarse instalado en la Cámara gallega hasta el punto de presidir el Debate sobre el Estado de la Autonomía, celebrado en esta que ahora acaba.

Entre el tedio servido por el largo y poco novedoso discurso del presidente Pérez Touriño, a quien alguno de sus numerosísimos asesores debiera haberle recordado que tiene unas elecciones en puertas y que algunas dosis de ilusión hubieran sido oportunas, y las palabras de Quintana, en su línea de aquí estoy yo y su estilo de yo a mí bola con lo del Estatuto de nación aunque no le importe a nadie, fueron dos personas, una muerta pese a los reiterados intentos por resucitarla, y otra que dio la imagen de estar más viva que nunca, las que destacaron y sobresalieron en las dos jornadas dedicadas, en principio, a analizar la situación de esta Comunidad: Franco y Alberto Núñez Feijóo.

La sombra de un PP que avanza con fuerza y ganas planeó desde la primera intervención de su líder en el debate, y amenazó como nunca en la segunda, aunque lleva ya tiempo oscureciendo las aspiraciones de PSOE y BNG. Fue por ello, seguramente, que ambos partidos quisieron hacer piña en el Parlamento, dar apariencia de unidad, alabar la gestión de la Xunta como si ésta fuera solo una construida mano a mano entre socialistas y nacionalistas y definir como única diana a los populares. Sin embargo, nada de eso logró despejar la sombra. Por lo que, una vez más, tuvieron que levantar la losa del Valle de los Caídos.

Entre las más de seiscientas propuestas de resolución, casi todas del PP, que se votaron -y rechazaron en su mayor parte-, en la segunda jornada del debate, dos se llevaron la gloria y, para asombro de muchos, lograron unir a los tres partidos con representación en el Parlamento gallego: la condena al franquismo y el Plan de Normalización Lingüística. En un momento de crisis económica en el que lo que quieren los gallegos es ver una luz de futuro, nuestros gobernantes desentierran el pasado. Lo hicieron, los del bigobierno, en un intento algo desesperado de vencer a su creciente adversario tendiéndole una trampa. Y, para que ésta fuera completa, la complementaron con lo de defender el gallego, convencidos de que así meterían en un brete a los de Alberto Núñez y le despojarían del protagonismo logrado a base de defender a los gallegos, en plural de ciudadanos.

La treta no les funcionó como querían y, al contrario, le dio una nueva oportunidad al presidente de los populares de demostrar que para derrotarle hará falta algo más que triquiñuelas propias de derrotados. No sólo apoyó la propuesta de condenar el franquismo, con lo que dejaba a socialistas y nacionalistas sin la opción de una de esas campañas de descalificación a base de argumentos rancios que tanto les gustan, sino que logró que se incluyese en la misma un reconocimiento a todas las víctimas de la Guerra Civil, sin esa distinción de bandos tan propia de los progres. Y apoyó también la defensa del gallego, a través de un Plan de Normalización que había sido aprobado ya en 2002, cuando gobernaban los suyos. Pero dejando claro, inmediatamente después, que cuando en Galicia haya un solo Gobierno, el que él presida, quedará derogado el decreto que impone ese idioma en la enseñanza. Porque una cosa es apoyar la lengua y otra imponerla discriminando. Algo que parecen no haber entendido los bigobernantes de la Xunta, esos que prefieren hablar del franquismo y del gallego en lugar de centrarse en los gallegos.

http://www.elimparcial.es/contenido/24794.html

martes, diciembre 16, 2008

Carlos Segade, La etica del hombre sin herederos

miercoles 17 de diciembre de 2008
CIVILIZACIÓN
La ética del hombre sin herederos
Por Carlos Segade
La sociedad relativista en la que nos movemos ha logrado que también se transformen los principios éticos que rigen la laboriosidad y el trabajo. Tal vez sea esta la primera vez en la historia en que los hombres solo trabajen para sí mismos de forma generalizada, sin pensar en las repercusiones que tiene su trabajo a un nivel colectivo.

En el devenir de la historia, los hombres han tenido dos necesidades que han sabido administrar: por un lado, el intercambio de bienes, gracias a un proceso de producción propia que daba lugar al trueque, transformado posteriormente en forma de cantidad dineraria y de mercado, y por otro lado la herencia. Parece claro que el primero de los principios le parece absolutamente normal y accesible a la sociedad occidental contemporánea. La gente trabaja, gana dinero, produce lo que sea y recibe su compensación en bienes dinerarios, que intercambia para su disfrute, permitiendo así que la máquina económica no deje de funcionar. Es más, la gente, mediante actividades dispares, gana también en formación y acumula un patrimonio cultural, intangible en la mayoría de los casos.

El trabajo, bajo el punto de vista ético, siempre ha estado enfocado al bien común, ya sea este entendido en clave socialista o liberal. Ambas interpretaciones necesitan del trabajo humano para explicarse, aunque por bien común entiendan cosas opuestas. A partir de la evolución del socialismo y del liberalismo hacia el relativismo, se entiende el bien común como un elemento ajeno al trabajo propio. Como mucho, ese bien común se entiende en clave empresarial: "Mientras mi empresa vaya bien, yo voy a ir bien".

El hombre actual trabaja básicamente para sí mismo. Es, si se me permite la expresión, una especie de autarquía antropológica. Se satisfacen no solo las necesidades y un ocio razonable, sino todos los gustos posibles, de manera que el productor y el fin del trabajo de ese productor se confunden en la misma persona.

Este fenómeno, ajeno totalmente a la concepción del trabajo de una sociedad rural como la europea hasta hace pocas generaciones, tampoco tiene que ver con la mentalidad protoindustrial, que incidía en el aumento de la producción y del consiguiente beneficio, asunto que el marxismo demoniza denominándolo capitalismo. La moral cristiana, tanto la católica como la protestante, reconoce que la acumulación de capital no es mala en sí misma, ya que está subordinada al bien común, pues en cierto modo el hombre gestiona los bienes que posee –habría que decir que posee de forma actual e inmediata–, pero que dejará de poseer tras la muerte, por lo que la natural propiedad cambiante de los bienes se da por supuesta. Dentro de esta concepción moral del trabajo, la labor del entrepeneur es fundamental, ya que arriesga su capital para ofrecer a la comunidad en la que se inserta un producto.

Hasta ahora, el esfuerzo de acumulación de intangibles en forma de know-how o de bienes, sean estos muchos o pocos al final de una vida, repercutía directamente en hijos y parientes, es decir, era éticamente justificable desde el mismo momento en que se dirigía al beneficio de los demás, o sea, era trascendente. El ordenamiento jurídico así lo reconoce, haciendo beneficiarios de los bienes a los parientes según una jerarquía cuyo último eslabón, a falta de más parientes, es el Estado. El conocimiento vital se ha transmitido inter vivos, no tanto el conocimiento académico, sino la experiencia de la que se han beneficiado cientos de generaciones y que ha hecho progresar a la humanidad. En la empresa actual la herencia de ese conocimiento acumulado tampoco se reconoce (en forma de antigüedad remunerada, por ejemplo), con lo que se transmite a la sociedad la idea de que la prosperidad no depende de la herencia del buen hacer del trabajador anterior, sobre la que el resto se aúpa para seguir avanzando, sino que, al medirse desde el punto de vista del corto plazo, solo se tiene en cuenta la rentabilidad (un cálculo de salario y producción) por trabajador actual, ejemplo de lo cual son las numerosas y cada vez más frecuentes prejubilaciones, saneamiento de balances aparte.

El problema del hombre moderno, con cada vez menos hijos o incluso carente de ellos, es que no percibe el sentido trascendente de su trabajo. El futuro heredero, si lo hay, no es uno de los fines de su trabajo, sino que compite con él: recibirá el equivalente de renta previamente calculado de forma que de ningún modo sustraiga la parte de la renta dirigida a satisfacer otros costes. El hecho de que la familia se planifique tiene como consecuencia que el producto de una actividad con una finalidad material, la renta, se ponga al mismo nivel que la dignidad de las personas; en otras palabras: el potencial padre y la potencial madre validan la existencia de la nueva persona en función del nivel de renta total que sustrae a la unidad familiar. Por eso el hijo, en vez de ser un valor por sí mismo, cotiza en función de ese nivel de renta. La mentalidad contemporánea, incapaz de subordinar lo material a la persona, prefiere incluso eliminarla antes que retroceder en sus niveles de capacidad adquisitiva y alterar lo que también en el marxismo se conoce como calidad de vida. En ese momento podemos afirmar que la persona pasa de ser sujeto a objeto, que es el mismo estatus que tradicionalmente han tenido las cosas y los esclavos.

Aparte del drama personal que supone la familia cerrada voluntariamente a la trascendencia de engendrar hijos, es cierto que el bien común se resiente. Que el trabajo y sus consecuencias (producción de un bien mercantil e incremento de renta) repercuten en el bien común es un hecho descubierto hace siglos que, como otras cosas evidentes, se está poniendo en cuestión. Solo se entrevé en situaciones de crisis, que ponen de manifiesto que las malas gestiones y las gestiones maliciosas, lógicamente cada vez más frecuentes, inciden claramente en el bien común. No obstante, durante las crisis se cuestiona el modelo financiero, la estructura económica, el modelo productivo y los controles estatales, pero no un modelo de homo oeconomicus que es incapaz de ver que un trabajo que comienza y termina en él trae como consecuencia una mayor dosis de infelicidad y menos prosperidad colectiva a largo plazo.


© Fundación Burke

http://revista.libertaddigital.com/la-etica-del-hombre-sin-herederos-1276235958.html

Felix Arbolí, Las letrinas del palacio presidencial

miercoles 17 de diciembre de 2008
Las letrinas del palacio presidencial

Félix Arbolí

H UBO un rey de España que no puedo precisar quien fue y si era de la dinastía de los Austrias o de los Borbones, aunque algunos autores indican que fue Carlos I, el famoso emperador, que tenía la desagradable costumbre de recibir a sus ministros mientras se hallaba ocupado en el retrete. En aquellos tiempos no se decía “water”, ni en plan más finolis “toilette”, sino retrete, urinario, “excusado” y otras formas más españolas y a veces grotescas y ordinarias, según épocas y niveles sociales. Entonces no estábamos tan influenciados por las normas, costumbres y maneras de hablar del más allá de nuestras fronteras, puesto que éramos la potencia dominante y suprema.

Me figuro el placer que deberían experimentar tan dignísimos y altísimos señores, (nada que ver con su estatura, sino con sus cargos), al tener que exponer sus asuntos y esperar la decisión de Su Majestad Imperial, mientras tenían que soportar estoicamente los nada gratos aromas, por muy imperiales o reales que fueran, que despediría el entorno del enrojecido monarca en sus apreturas y retortijones durante sus forzados intentos en desalojar de su cuerpo los indeseables elementos.

Se sabe que el rico Sultán de Bruney, dispone de un Airbus, que le costó cien millones de dólares y se gastó otros ciento veinte más en acondicionarlo debidamente para que estuviera a la altura de poder recibir en sus travesías a tan sibarita y opulento soberano. Unos nadando en la abundancia y otros nadando para salvar sus vidas y llegar a puerto buscando un mundo mejor y más justo, aunque ambos pertenezcan al mismo credo religioso. Entre las innovaciones que introdujo en su residencia aérea, figuraba un retrete y lavabo todo en oro macizo, pero como según la ley musulmana no se puede situar mirando a la Meca ni el trasero, ni el miembro delantero a la hora de hacer las obligadas necesidades fisiológicas, lo colocaron de forma que pueda girar a capricho del usuario y así a la hora de “descargar”, no tiene que torcer el rumbo de la aeronave como pasaba al principio, sino simplemente girar el mal llamado “inodoro” áureo, para que su real trasero y no menos egregio delantero no se orienten hacia la Meca, y así no infringir una de las más de setenta normas religiosas que debe observar el musulmán.

En Prusia, en sus tiempos de esplendor y grandeza era de buen detalle y exquisito gusto el disponer de retrete de oro en las grandas familias del reino y algunos con pedrería preciosa incluida. Hubo un noble de elevada fortuna que los coleccionaba como yo colecciono mis soldaditos de plomo y daba suntuosas fiestas exhibiendo su escatológica colección. ¿Curioso, verdad?. Yo más bien lo llamaría indignante y degradante.

Hoy el oro se ha convertido en “roca” en estas cuestiones sanitarias, aunque existan algunos casos de nuevos ricos y petulantes millonarios que disponen de la grifería y otros elementos de su cuarto de aseo a base de este codiciado metal. Existen gustos para todos y dinero en abundancia. Y es más rentable utilizarlo en comprar un “water” de oro, que invertirlo en Madoff y otras empresas fantasmas y ver como se lo traga el agujero sin necesidad de tirar de la cadena.

Esta fiebre por la suntuosidad a la hora de arreglar y evacuar nuestras necesidades parece que ha afectado también a nuestro gobierno. Un remedio más solucionar la crisis de este país de nuestros amores y desamores de otros. La noticia ha salido publicada días pasados en la prensa que parece se está convirtiendo en la sucursal de las televisiones basuras. Ya las noticias y columnas extravagantes han logrado superar los niveles de lectura que antes acaparaban las noticias deportivas. Aunque después de ver como va el Madrid, el equipo mimado por excelencia de otros tiempos, no es nada extraño que la afición a estos espacios haya descendido.

La noticia, origen y motivo de mi artículo habla de que el gobierno del señor Zapatero ha dispuesto una cantidad de 44.225 euros, (más de siete millones de las antiguas pesetas), por arrendar, no comprar, los equipos de tazas de WC y urinarios para las dependencias de la Presidencia del Gobierno y del Ministerio de la Presidencia. Pero según parece esta elevada cantidad supone sólo el arrendamiento, no la propiedad, de esos servicios y sólo por un periodo determinado, finalizado el cual deberá pagarse una nueva y casi con seguridad mayor cantidad. Por lo que expone el diario El Mundo, “las modernas letrinas dispensan automáticamente dosis de un producto desinfectante que garantiza la limpieza y la higiene, ahorrando tiempo al servicio de limpieza, e incluyen “fragancias” para mejorar la higiene ambiental.”. No dicen si mientras se utilizan estos cómodos y sorpresivos “asientos” le agasajan con los sones melodiosos de una orquesta, en la que posiblemente intervenga la privilegiada voz de la encantadora esposa del “Presi” y habrá angelitos voladores tocando el arpa. Los afortunados y extravagantes usuarios podrán decir que “pecunia nom olet”, (el dinero no huele), porque gracias a los euros del Estado, del Gobierno, de los impuestos de los españoles, él ha conseguido hacer desaparecer esos efluvios malolientes y nada gratos que al resto nos molesta y desagrada y él ha hecho desaparecer de su entorno íntimo y solitario en virtud de eso, de la “pecunia”, el jodido dinero de los demás.

De esto a trasladar el que existe en Aranjuez o El Escorial, no estoy muy seguro, que es de oro y lo usaba un rey un poco o bastante cabroncete, hay un solo paso. Porque España ha dejado de ser nación y ha pasado a convertirse en una especie de Cortijo del Tío Pepe y los suyos. ¡Y hablamos de Franco y su familia!. Aquí, como siempre, el tiempo no pasa, ni cambian las costumbres y el que venga tras que arree y utilice las letrinas del cuartel o los matorrales del campo para fertilizarlo.

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