lunes, abril 21, 2008

Ferrand, Cascos contra Rajoy

lunes 21 de abril de 2008
Cascos contra rajoy
M. MARTÍN FERRAND.
CONVIENE aclarar, para que no cunda el desánimo, que en el PP no todo es como parece. Arrumbados en los trasteros de Génova, 13 y en los cuartelillos regionales del partido, hay docenas de personas curtidas en la experiencia, sobradas de talento y devotas del rigor que, con su mera existencia, desautorizan al grupito de jóvenes (!) valores (?) con los que, según parece, Mariano Rajoy quiere perder, en 2012, otras elecciones generales. Tal y como decía Gregorio Marañón en su Antonio Pérez, «un sentimiento surge siempre en la conciencia de los vencidos: el de que todo gran fracaso es en el fondo merecido». Fue merecida la derrota popular en 2004 y ha vuelto a serlo en 2008.
La cúpula del PP anda ahora enviciada con las escaramuzas de su XVI Congreso. Tan escandaloso y chocante es el caso, en tiempos de crisis y en el arranque de una nueva legislatura, que un veterano del partido, Francisco Álvarez Cascos, se ha visto obligado a salir de su prudente mutismo para advertir del peligro que puede acabar con la más importante formación de la derecha en toda la historia, presente y lejana, de las democracias españolas.
En el semanario La Clave, donde José Luis Balbín defiende un bastión de independencia y libertad, ha dicho Álvarez Cascos que «el fin del PP es ganar elecciones, no congresos». Tan oportuno grito tiene el valor de la síntesis; pero, cabe objetar, ¿Mariano Rajoy y sus enanitos de compañía quieren, verdaderamente, ganar elecciones? Tengo la creciente sensación de que Rajoy, lo que queda de Ángel Acebes, Soraya Sáez de Santamaría, Javier Arenas y todos cuantos -tan mínimos, tan desorientados- integran el primer plano del partido están encantados de haberse conocido, felices con el cupo de púrpura que les confiere ser monopolistas de la oposición y prestos a perpetuarse en un fracaso que les da de comer y, de paso, alimenta también su vanidad.
Cascos, en la entrevista a la que me refiero, no señala -supongo que por lealtad- la responsabilidad de José María Aznar en la lamentable situación del PP; pero pone el dardo en la diana cuando apunta la bisoña escasez de los nuevos nombres del partido y centra su mayor problema en Cataluña, País Vasco, Andalucía, Aragón y Asturias. El despilfarro que Rajoy viene haciendo del talento circundante para reconfortar su ego en la adoración de los próximos, tampoco se le escapa al ex secretario general que aconseja a sus viejos compañeros «fácil sintonía con los ciudadanos, sin complejos ante la izquierda, sin hipotecas ante los grupos económicos o mediáticos de presión» y el liderazgo de «un equipo sólido de personas prestigiosas, serias y eficaces». La prédica de Cascos, emitida desde el desinterés de su prematuro retiro político, es el compendio de lo que sienten y piensan diez millones de votantes. Mucha gente para un desaire.


http://www.abc.es/historico-opinion/index.asp?ff=20080420&idn=1641808761440

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