Ladron de Guevara, ¿La trama oculta? (II)

jueves 24 de abril de 2008
¿La trama oculta? (II)
Ernesto Ladrón de Guevara
E N mi anterior artículo abría una serie de interrogantes sobre las hipotéticas razones por las que se producen ciertas políticas estúpidas que ruborizarían a cualquier ciudadano con sentido del ridículo. Las cosas que se derivan de las actuaciones de Zapatero, contrarias a las reglas de la lógica y del sentido común, no encajan en el funcionamiento de cualquier persona sensata, en el prototipo de normalidad estadística. Por eso, en mi anterior artículo planteaba una duda razonable sobre si este tipo de cosas son fortuitas, o es producto de alguien sumido en la incapacidad para gobernar pese al apoyo de varios millones de votos; o se debe a algo oculto, conspirativo, de poderes no explícitos que han sido muy eficaces, con una hábil ingeniería social y cultural, en su propósito de aletargamiento de la capacidad de análisis crítico y de objetivación de la realidad de una masa desvertebrada. La pervivencia de un grupo como el de ETA, sobre la que en realidad sabemos mucho menos de lo que creemos, cuya realidad es un insulto a la inteligencia, en una era en la que se nos vigila a los ciudadanos con un eficaz entramado de alta tecnología de la información y de inteligencia de control de masas. El empeño de romper los vínculos que nos unen a los ciudadanos y de limitarnos la capacidad de comunicación con el intento de extirpación de una lengua de amplio espectro como es la lengua española. El desempeño efectivo para derrumbar las bases cristianas de nuestra civilización. El intento pertinaz de eliminar la base de nuestra organización social sostenida desde la familia, sus valores y estructura tradicional. La conspiración programada para eliminar la eficacia en la aplicación de las garantías constitucionales, para hurtar los derechos fundamentales que amparan las libertades de los ciudadanos. La degradación de nuestra imagen internacional y de la confianza en la solvencia de nuestro entramado económico. La obstinación en dar continuidad a un sistema educativo disfuncional y degenerativo. La ruptura de los mecanismos de pervivencia de nuestro Estado, de su integridad y capacidad para abordar como tal la defensa del bienestar de los ciudadanos. Etc, etc, nos impulsan a pensar en que hay razones más allá de la posible insolvencia de nuestros gobiernos. Vayamos a posibles hipótesis, ya esbozadas por alguno de mis lectores en el anterior artículo, alguno de ellos en mensajes que ha enviado a mi buzón particular: Por ejemplo: Son muchas las referencias que Antón Saavedra nos desvela en su libro Secuestro del socialismo, que, por ejemplo, en la página 61 hace una mención críptica al mandato que recibía Felipe González desde una computadora neoyorquina instalada en la planta 72 del rascacielos 666. Dejo a los lectores la indagación de lo que esta sugestiva afirmación representa. Por ejemplo, existe un interesante libro de la periodista Cristina Martín, El Club Bilderberg, que concluye sus páginas de esta manera: “Por ello, nos engañan tergiversando datos, contando mentiras, vendiendo ética como pastillas de jabón, con total impunidad. Nos mantienen entretenidos, absortos, embobados con banalidades insignificantes, pero decoradas con tanta pomposidad y oropel, que el que los homosexuales puedan o no casarse nos parece la cuestión capital de nuestra existencia. Pero los problemas son otros” [...] “ ‘Para tener contento a un esclavo es necesario que no piense. Es necesario oscurecer su visión moral y mental y, siempre que sea posible, aniquilar el poder de la razón’, escribió Frederick. Ese es el motivo por el que ‘el ojo’ tiene que verlo todo, saber en cada momento cómo piensan y actúan los ciudadanos para corregir de forma rápida y eficaz el camino de la oveja descarriada, al crítico subversivo que pueda poner en peligro su injusta construcción”. Esta autora, que suma su investigación a otros libros sobre la materia, hace una detallada exposición en la que se liga a determinados personajes de la vida pública española al citado Club Bilderberg. La conspiración articulada desde esa instancia privada donde se reúnen los poderosos del mundo vacía de contenido a las soberanías nacionales y a la libre decisión de los ciudadanos sobre sus destinos para convertirnos en engranajes de quienes rigen el mundo, para llenar sus bolsillos ejerciendo un poder totalizante. Así se materializa un control sobre la determinación de nuestro porvenir en una plasmación, de la que apenas nos damos cuenta, de “Un mundo feliz” de Houxley, o, si se prefiere, de “1984” de Orwell, sin que tomemos conciencia de que la democracia es una ficción. Es una hipótesis sobre la que se dispone de más de un dato.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4574