jueves, abril 24, 2008

Marcello, Los principes poliglotas

jueves 24 de abril de 2008
Los príncipes políglotas
El día que el Príncipe de Asturias se subió al Eurofighter nos dijimos: ahí va don Felipe de Borbón, en “la máquina perfecta” para la guerra, rumbo a Somalia para liberar a la tripulación española del Playa de Bakio, en una misión de alto riesgo de la que podría salir un guión para que Ridley Scott realice la segunda parte de Black Hawk derribado. Pero no, la cosa se nos quedó en un paseo sobre la bahía de Cádiz y ya está. No hubo ataque ni un vuelo rasante sobre las costas de Somalia, como lo hicieron los príncipes de Inglaterra Andrés y Harry en las guerras de Las Malvinas y Afganistán.
De manera que todo queda en manos de Dios (o de Alá), y de la ministra Chacón y del inefable Moratinos (tal para cual), a ver si salen con vida los marineros del pesquero español. Una situación dramática que al parecer preocupa bien poco al portavoz del PP de en la comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados, Gustavo Arístegui, quien, con la mayor de las inoportunidades y el peor acierto, dijo eso tan facilón de que “no se debe negociar con los piratas”, como, por ejemplo, lo hizo el presidente Sarkozy.
Pero claro, Soraya está jugando al mus con Aguirre, y en el Congreso los portavoces del PP bailan sueltos a su aire y se van de la lengua con una gran facilidad y don de la inoportunidad. Don que también parece adornar a los Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, los que, en pleno debate sobre la marginación del idioma español, están haciendo alarde de sus conocimientos lingüísticos del euskera y el catalán en el País Vasco y en Cataluña, las dos Comunidades donde se está marginando e impidiendo la enseñanza del idioma español o su utilización con plena libertad y en igualdad de condiciones.
Muy bonito, ¡qué detalle!, que doña Letizia haga sus pinitos en catalán y don Felipe en euskera, y callen allí y allá sobre lo que ocurre en ambos lugares con el idioma castellano, o español, que es como lo definía Camilo José Cela con razón y corazón.
A los hispanoparlantes —y constitucionalmente obviados y postergados— de ambas Comunidades Autónomas les habrá encantado la gracia con la que los Príncipes de Asturias hacen propaganda de la Corona, quizás pensando en una futura España al estilo de la Commonwealth, y en preservar su trono para cuando les toque. Semejantes gestos frente a las autoridades de dichos gobiernos autonómicos que persiguen al idioma español, y ante las familias que reivindican el derecho de sus hijos de estudiar en nuestro idioma, tiene muy poca gracia allí y en toda España, por muchas palmas y sonrisas que los Príncipes reciban en esos territorios. Porque lo primero es lo primero, y lo principal es España, y si no, pues ¡viva la República! Y que nos dejen en paz.
Y luego, eso sí, les bailan un aurresku con boina, o le ponen al Rey Juan Carlos una placa con su nombre en catalán, mientras que en Madrid, por lo que se ve, al loco de Carod-Rovira no se le puede llamar por el que es su nombre de pila, José Luis. Y cuando don Felipe y doña Letizia vayan a Asturias, a la entrega de los premios que llevan su título, los dos tendrán que cantar en bable el “Asturias, patria querida” y despedirse del personal con un “hasta luegu”, ¡faltaría más!

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=24/04/2008&name=marcello

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