martes 22 de abril de 2008
Sabio y mayor
José María Moncasi de Alvear
E S respetado. Vino a Zaragoza hace años. Un premio. “Profesor de honor”. Llegó rodeado de aureola. Él, tan vasco, tan sencillo, tan buena persona y muy educado. Al finalizar el acto, y después de tomarse un tentempié, charló con Belloch. El alcalde en plena campaña electoral quiso, por voluntad propia, acercarse. Se fundieron en un gran abrazo. Pensé que así son los políticos. Algunos trabajan para perpetuarse y aferrarse a su sillón. Otros, los menos, crecieron en vocación de servicio. Nuestro protagonista es así. Después de aquellos años o meses de incertidumbre por conocer al sucesor marchó a Europa. Mutis por el foro. A servir a su país desde Bruselas y Estrasburgo. Su punto de vista es interesante. Observa, analiza, siente y se pronuncia desde la distancia que tiene su mérito. Este tiempo, dice él, es el más difícil y crítico de su partido desde que arrancó su refundación. El debate se debe de centrar en lo que está sucediendo en España. Cómo debe de responder el proyecto político popular ante estos retos que no se conforma ni coincide con el que quiere Zapatero para nuestro país. En definitiva. El debate no está en las etiquetas ideológicas de la gente del Partido Popular. Asuntos internos. Sus dirigentes están ofreciendo un espectáculo bochornoso. Sus beneficiarios, claro, son identificados como los más astutos, prudentes y despiertos. Leonés y gallego. Zapatero y Blanco. La gran magia que necesitan para desplegar sus artes ya no les hará falta. Tampoco derrochar la cuenta corriente. Unidad de partido fue la clave del gallego Fraga y el madrileño Aznar. Este último, nieto e hijo de periodistas. Ya sabía la lección cuando llegó al poder. “Las elecciones las gané con un buen proyecto político y un excelente equipo”. Es verdad. Quizás se le olvidó pensar a su vez que en su viaje al centro político le ayudó no sólo la corrupción y las muchas legislaturas que gobernó el andaluz González sino los medios de comunicación. Ahora, los mismos altavoces reclaman su parcela de influencia y poder. Se sienten engañados. ¿Qué mal les ha hecho? El nacido en Galicia les ha dejado claro que va a ser que no. “La única solución para los males que padecemos es un servidor. Y los que piensan distinto a mí, que salgan por esa puerta de allí que anda abierta para el que se quiera ir”. La opositora, llamada la ‘lideresa’, quiere presentarse como alternativa. Le bastarían unos 600 votos para consolidar su candidatura. De momento, sólo ha recibido el respaldo de sus más fieles colaboradores. El de Santiago lo que busca es distanciarse de esos medios que no son sólo madrileños. Su influencia y tierras se extienden a todo el Reino de España. Tiene que reflexionar y pensar por el bien de los españoles. La Esperanza de hoy no sé si es pan para hoy y hambre para mañana. Sus políticas en Madrid son efectivas y certeras pero mi pregunto si son extrapolables al resto del país. Y es que es verdad. España no es sólo la Valencia de Camps o el Madrid de Esperanza. Es mucho más. Esta noche, por ayer cuando lea estas líneas, Aguirre quizás deshoje la flor en tan sólo cincuenta y nueve segundos. No creo. Acuñará el término ‘esperancistas’ frente al ‘marianismo’. Puestos a elegir, me quedo con el más sabio. Jaime Mayor Oreja. Es mi oráculo. ¿Quién resultará vencedor? Si, el debate es higiénico y necesario. Pero siempre que el medio elegido sea el apropiado.
http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp
lunes, abril 21, 2008
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