lunes, abril 21, 2008

Carrascal, Tres reformas, tres

lunes 21 de abril de 2008
Tres reformas, tres
JOSÉ MARÍA CARRASCAL
Sólo un cínico redomado o un idiota integral pueden negar que la justicia española necesita urgentemente una profunda reforma. Pero ¿es la reforma que están negociando PSOE y PP? No lo sé, por desconocer la «limpia, transparente» oferta del PSOE y las razones que han impulsado al PP a «acordar llegar a un acuerdo antes del verano». En espera de conocer los detalles -donde suele esconderse el diablo-, no está de más dejar claros unos cuantos puntos fundamentales. La justicia española necesita tres tipos de reforma si queremos que esté a la altura de lo que se supone en un país democrático y en una sociedad desarrollada.
Una reforma técnica, que modernice los juzgados, informatice las sentencias y establezca una red permanente entre tribunales, cuerpos de seguridad y establecimientos penitenciarios, de forma que con sólo tocar unas teclas, un juez, un fiscal, un policía, un director de prisiones sepan a qué atenerse ante un caso o individuo que llega a sus manos. Sin esto, nuestra justicia seguirá siendo una lotería, con las víctimas la mayoría de las veces las perjudicadas. Costará dinero, mucho dinero, pero más dinero, sufrimientos e incluso vidas costará no hacerlo.
Una reforma legal, que recupere el equilibrio ético que se supone en toda justicia que merezca tal nombre. Una perversa interpretación de la misma ha ido degenerando la nuestra a favor del delincuente, hasta el punto de que, hoy, España es uno de los países del primer mundo en el que delinquir resulta más barato. Más barato incluso que cumplir la ley en muchos casos. Esto tiene que acabarse pues si la «justicia diferida no es justicia», la justicia permisiva tampoco lo es. Y la nuestra es, más y más, un auténtico coladero en aras de una falsa progresía.
Por último y más importante, el verdadero problema de la justicia española, su pecado original, es su dependencia de la política. Un Consejo General del Poder Judicial convertido en miniparlamento y un Tribunal Constitucional donde se pelean magistrados «progresistas» y conservadores son una caricatura de la justicia y explican la situación de bloqueo en que se encuentran. El debate político tendrá que quedar al margen de la justicia si queremos que ésta sea independiente, es decir, que sea auténtica justicia.
Es sobre estos tres puntos sobre los que tienen que debatir y acordar PSOE y PP. Porque si todo se queda en «a ti te tocan tantos puestos en el CGPJ y a mi tantos en el Constitucional» no habremos adelantado nada por mucho acuerdo que haya. Ya sé que es mucho pedir a unos políticos que despolitifiquen la justicia. Unos y otros han tenido ocasión de hacerlo cuando tenían la mayoría absoluta, y no lo han hecho. Pero si el Gobierno Zapatero quiere demostrar que de verdad ha cambiado y el PP, que ha aprendido de sus derrotas, este es el único camino. Quiero creer que nos harán este regalo antes de irnos de vacaciones, pero hasta que no lo vea no lo creeré.

http://www.abc.es/historico-opinion/index.asp?ff=20080420&idn=1641808753974

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