martes 1 de abril de 2008
Serio, honesto, aburrido
POR JOSÉ MARÍA CARRASCAL
Tenemos la mala costumbre los periodistas españoles de liarnos a golpes con los políticos que no hacen lo que nosotros creemos conveniente. Una víctima ha sido Rajoy, a quien se le ha criticado tanto su pasividad actual como su hiperactividad anterior, cosa hasta cierto punto lógica, pues dar leña al mono entra en la factura del perdedor. Sospecho que ocurrirá lo mismo con el equipo «ya suyo» que ha elegido para esta segunda travesía del desierto, en el que trata de unir experiencia, García Escudero, con juventud, Soraya Sáenz de Santamaría, la mayor novedad. Pero la clave de todo está, como siempre, en la personalidad del jefe. Rajoy es un tipo serio, trabajador, honesto, un poco aburrido, que aborda las cuestiones con paciencia no exenta del humor de su tierra. Pero esos tipos tranquilos, cuando les engañan, y él lo ha sido unas cuantas veces, o ante las iniquidades, explotan, mostrando sin rodeos su indignación. Mientras el inmoral suele ser suave, pulido; a fin de cuentas, mentiras e iniquidades forman parte de su modo de ser y actuar.
Ha sido la gran desventaja de Rajoy durante la pasada legislatura. Explotó ante las mentiras y desafueros del Gobierno -las concesiones a los nacionalistas, las negociaciones con ETA más allá de los límites establecidos por el Congreso, las humillaciones ante De Juana y Otegui- mientras la calma de Zapatero daba la impresión de que todo eso era normal. Y la gente, que no quiere problemas, bastante tiene con los suyos, se lo recompensó dándole como ganador de cada debate y de las elecciones.
Lo malo es cuando todos esos problemas -nuevos estatutos, terrorismo, economía, agua, justicia- se presentan juntos e inaplazables. Hay que resolverlos porque en otro caso la justicia deja de funcionar -en cierto modo, ya ha dejado-, Cataluña se muere de sed, los terroristas siguen asesinando y los nacionalistas piden más competencias. Zapatero lo ha visto, como ha visto que con sus socios anteriores no puede solucionarlos. Al revés, sus viejos socios sólo agrandan los problemas. Necesita el apoyo del PP. Y ahí es donde surge Rajoy. ¿Qué va a hacer? Tanto el nombramiento de sus asesores como su anuncio -demasiado largo, este hombre tiene que darnos siempre una conferencia- indican que seguirá defendiendo lo que ha defendido hasta ahora: los intereses generales de España y de los españoles, frente a quienes buscan sólo sus intereses particulares. Si se recaba su ayuda para ello, la prestará desinteresadamente. Pero si se le pide que traicione esos principios, se negará con igual rotundidad. Puede que haya aprendido la lección y ya no alce tanto la voz. Tampoco va a hacerle falta, pues la realidad hablará por él. Bastará la escueta exposición de unos hechos que están dejando a España enfrentada, sus juzgados paralizados, sus comarcas secas o inundadas, los españoles, a dos velas y Zapatero en La Moncloa, que puede ser lo más preocupante de todo.
http://www.abc.es/20080401/opinion-firmas/serio-honesto-aburrido_200804010257.html
martes, abril 01, 2008
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