miercoles 26 de abril d e2006
ESTADOS UNIDOS
La Constitución más exitosa
Por Manuel F. Ayau Cordón
Sin duda, Estados Unidos es la nación más exitosa. Su nivel de vida es envidiable. Sus universidades son las más apetecidas. Ganan más medallas de oro que nadie. Son los que más patentes y premios Nobel generan. Es el país que más emigrantes y capital extranjero atrae Y sus ciudadanos son, sin duda, los más generosos.
¿Qué explica su éxito? Mucho se ha escrito: unos sostienen que se debe a su cultura; otros, a sus instituciones; otros, a su Constitución; otros, a su fundamento religioso protestante y capitalista, aunque los cuáqueros y los puritanos eran colectivistas; otros, a la calidad de sus políticos. Pero esto último no lo cree nadie que lea la prensa.
Los próceres fundadores tienen el mérito, y EEUU tiene la suerte de haber heredado el federalismo de ese pequeño grupo de hombres ilustrados y patriotas. La Constitución, que fue precedida por las constituciones de los trece estados originales, fue hecha en secreto, y ha servido de modelo a casi todas las constituciones modernas, incluyendo la francesa, la de Cádiz y las del continente americano. Sin embargo, en ningún país, exceptuando Suiza, ha tenido igual duración y éxito. ¿Por qué?
Sugiero que la razón es que la Constitución, al contrario que en las de los estados, no fue concebida para regir la relación entre el Gobierno y los ciudadanos, sino entre el Gobierno federal y los gobiernos estatales, lo mismo que en Suiza con respecto a los cantones. En los otros países que ostentan lo de "federal", como Argentina, Brasil y México, dicho nombre es meramente cosmético. Y los derechos individuales se enunciaron en enmiendas posteriores; las diez primeras se denominaron la "Carta de Derechos".
Los celosos estados jamás hubieran ratificado una Constitución que no respetara su soberanía. Por eso quedó claramente estipulado que al Gobierno federal sólo le corresponden las contadas atribuciones enumeradas explícitamente. La Constitución protege los derechos individuales, pero no fija limitaciones a los estados más allá de las enumeradas. Una de ellas es que ningún estado puede interferir en la movilidad de personas, bienes y capitales, integrándose así un mercado común. Las personas pueden votar con los pies.
Así, resultó que la mayor parte de la legislación en EEUU es de carácter estatal, aunque en las últimas seis décadas se ha ido centralizando, y seguramente, si la tendencia sigue, en el futuro será un país como cualquier otro. Cuando el Gobierno es uno centralizado se requieren otros mecanismos para lograr el recato, porque aunque las constituciones garanticen los derechos individuales, los políticos los van a violar si no hay un factor poderoso que lo impida.
Una estructura gubernamental soberana y descentralizada da lugar a competencia legislativa, y ello impone un efectivo recato al legislador, porque cuando un estado desatina las consecuencias son detectables al comparar los resultados de otros estados. Esto permite corregir errores, so pena de que la gente y las industrias emigren hacia estados vecinos. Eso ocurrió con muchas industrias, que se trasladaron del Norte al Sur motivadas por la legislación laboral, o como ocurre ahora con el éxodo de médicos del estado de Virginia Occidental, donde la legislación permite demandas exageradas.
Esa descentralización legislativa localiza y minimiza los daños de las malas leyes, mientras que las buenas prácticas y sus beneficios son copiados y se generalizan. Cuando la legislación es centralizada no hay comparaciones posibles ni se puede votar con los pies. El recato impide a los estados imponer impuestos o salarios mínimos exagerados.
Ese recato inducido por la descentralización federal explica el éxito de la Constitución y de la nación.
© AIPE
Manuel F. Ayau Cordón, ingeniero y empresario guatemalteco. Fundador de la Universidad Francisco Marroquín, fue presidente de la Sociedad Mont Pelerin.
Gentileza de LD
martes, abril 25, 2006
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