miercoles 26 de abril de 2006
¡AVISO PARA INCAUTOS Y POSIBLES ESTAFADOS!
Félix Arbolí
A la cuarta o quinta tentativa, tras una espera lenta y prolongada, el teléfono deja de comunicar y se oyen al fin las ansiadas señales de que la línea está libre. Bueno, no tanto, ya que al otro extremo del aparato una voz femenina, previamente grabada, interrumpe el agradable fondo musical, y advierte cada dos o tres segundos… - Ha llamado usted a la agencia “Busque un futuro digno”.En este momento nuestras líneas están ocupadas y no podemos atenderle con la rapidez y eficacia que son normas en nuestra empresa. Le rogamos que permanezca a la espera ya que será atendida su llamada en breves instantes. Al otro lado, el paciente solicitante permanece con el aparato pegado a la oreja oyendo “La mañana” de la obra Peer Gynt, de Grieg. Aunque se trata de una de sus favoritas, le fastidia tener que oírla a tan alto precio y con tan numerosas y monótonas interrupciones. El mensaje, se repite una y otra vez. Cuando su paciencia está a punto de agotarse y siente impulsos de colgar y mandar a hacer gárgaras al ya odioso soniquete, se oyen señales de una llamada. - Buenos días, me llamo Esperanza Hernández. Perdone la demora en atenderle y gracias por su paciencia y comprensión. ¿ En qué puedo servirle?. El desesperado cliente siente enormes ganas de protestar por esta dilatada espera, pero se limita a contarle el asunto que ha motivado su llamada. - - -He leído el anuncio de su agencia en la prensa y estoy interesado en sus ofertas de trabajo. - - Ha sido muy acertada su decisión, ya que como indica el nombre de nuestra empresa, podemos proporcionarle un futuro digno, de acuerdo, por supuesto, con sus posibilidades y pretensiones. - - Bueno, busco un empleo que me ofrezca seguridad y una remuneración adecuada. No pretendo, lógicamente, saltarme los límites y condiciones habituales, ni exijo un sueldo que supere al adecuado y normal según el trabajo que deba realizar. - - Me parece correcto. ¿ Tiene algún título, estudios o experiencia en alguna profesión determinada?. - - Pues, título, lo que podemos considerar acreditación oficial, no. He estudiado algo de informática, tengo conocimientos de contabilidad y he desempeñado en etapas alternativas las funciones de vigilante de seguridad, vendedor comercial y hasta portero en una discoteca. Soy muy apañado y me adapto con facilidad a cualquier tipo de trabajo. Lo mismo empapelo un piso, que realizo el balance de una empresa. - - Por lo que me dice, es usted una especie de puzzle laboral. Eso está bien y facilita nuestra labor, pero intentaré concretar. ¿Tiene el bachiller?. - - Afirmativo, diría yo, pues lo dejé en primero de la ESO. Pienso que aunque no lo acabara, los conocimientos que he ido adquiriendo a lo largo de mi vida son más que suficientes para compensar los cursos que me faltan. - - Otro detalle importante, ¿qué edad tiene?. - - Treinta y cuatro años. Como ve, en lo mejor de la vida. El período en que uno intenta forjarse un futuro de forma definitiva, tras las indecisiones y errores de la juventud. - - Ya, ya... ¿Reside en Madrid?. - - ¡Naturalmente!. Aunque nací en Murcia y mi familia está allí, yo he venido dispuesto a abrirme camino en la vida y no tener que marcharme. - - Dijo que tiene estudios de informática y contabilidad, ¿no?. - - Si señorita, he seguido unos cursos por correspondencia en ambas materias y aunque pueda pecar de inmodesto, me defiendo bastante bien. - Mientras el aspirante contesta a las preguntas que sin prisa alguna le formula la empleada, su jefe le indica que continúe dándole carrete y le señala el reloj para que se percate de la importancia que tiene prolongar la charla el mayor tiempo posible. - - - Dice que ha desempeñado trabajos muy diversos, ¿puede ser más preciso sobre ellos?. - - He sustituido en los permisos veraniegos y algunas fiestas a un amigo que trabaja como conserje en unos apartamentos de lujo, tipo rascacielos, con circuito cerrado de televisión, alarmas muy sofisticadas y toda clase de adelantos técnicos en este terreno. También he trabajado como portero en una discoteca y he pintado y apañado un piso, con reparación de las grietas, conexiones eléctricas y recubrimiento total del suelo con parquet. Lo hice tan bien que aparte de lo presupuestado me dieron una buena gratificación. - - ¡Vamos que es usted un auténtico manitas!. Un comodín para cualquier empresa. - - Eso mismo pienso yo. Pero llevo mucho tiempo buscando trabajo y contestando a todos los anuncios y no he conseguido nada. - - ¿Tiene algún otro conocimiento o experiencia que quiera añadir?. - - Bueno, depende del cometido o la empresa donde me pueda encajar... - - Nosotros no contratamos directamente. Ya se lo habrá imaginado. Nos limitamos a recoger las distintas ofertas de trabajo que nos formulan las empresas y los datos personales y profesionales de los que solicitan un trabajo. Luego, según las características de éstos y las exigidas por aquellas, hacemos una selección y remitimos el dossier de los aspirantes más idóneos. Ahí termina nuestra misión. Ellos son los que se encargan de ponerse en contacto con el candidato, si lo consideran oportuno y tras la entrevista personal deciden o no su contratación. - - Ya entiendo... - - Somos como una especie de trampolín que, en gran número de ocasiones, ha servido para que nuestro cliente alcance la meta deseada. - - ¿Suelen pagar bien?. - - Me figuro que eso dependerá del trabajo a realizar. Cada empresa tiene sus normativas en el caso de llegarse a la firma del contrato. Dependiendo, por supuesto, de la categoría y aptitudes profesionales del aspirante. El jefe asiste admirado y complacido a la pericia y elocuencia de su empleada que está realizando un excelente trabajo. - - - Bueno, pues ya sólo me queda esperar. Procure tomarlo con interés. - - Descuide. Verá como todo se arregla. - - Eso deseo y gracias por su amabilidad. - - Es nuestra norma. Gracias a usted y buena suerte. - Cuando ambos cuelgan, la empleada se da cuenta… - - ¡Ahí va!. No he tomado nota de su nombre, dirección o forma de contactar...Un detalle importante para dar seriedad y credibilidad a nuestra entrevista. . El jefe la tranquiliza - - - ¡Que crea lo que quiera.!. Usted ha hecho un buen trabajo batiendo su propio record en alargar una llamada telefónica. - - Es que se prestaba a ello. Se enrollaba muy bien y me ayudaba a poder prolongar nuestra conversación. - - Si se da cuenta del despiste, llamará otra vez para facilitarnos esos datos y de esa manera conseguiremos un nuevo ingreso. Se le dan excusas y asunto concluido. - - Eso espero... - - De todas formas, no debe ser muy ducho en la materia para tratar de hallar trabajo a través de un número de alto coste en las llamadas. Le va a resultar muy difícil y tendrá que precisar una cartera ministerial para abonar las facturas telefónicas. - - Recordando nuestra charla, debe ser un sujeto bastante especial. ¡Pobre hombre, me da lástima haber tenido que engañarle!. - - Son muchos los que están como éste, e incluso con carreras terminadas. Alégrese de no tener que ser usted la que está al otro lado del aparato… - La lucecita roja se enciende de forma intermitente en el cuadro telefónico... - - - Una nueva llamada. A lo mejor es el de antes. - - Pues, ponga a funcionar la grabación y a por otros veinte minutos de charla. Vigile para no pasar de la media hora, que es el tiempo máximo permitido... - - ¿ Y todas las agencias funcionan así?. - - No, las hay serias y legales. Si no es por ellas, no podríamos funcionar nosotros, ni encontrar clientela. La eficacia y responsabilidad de unas, sirven de tapadera a los engaños de las otras. La empleada coge de nuevo el auricular y empieza su perorata... - - - Ha llamado usted a la agencia “Busque un futuro digno”. Me llamo Esperanza Hernández. Perdone la demora en atenderle y gracias por su paciencia y comprensión.¿En qué puedo servirle?. - - Aunque se trate de una ficción, es una denuncia que quiero sirva de advertencia a todos aquellos que, a través de estos anuncios y la recepción de extrañas llamadas telefónicas, de dulces e insinuantes voces, en su mayoría con acento argentino, le ofrecen trabajos inimaginables, regalos fabulosos y hasta cheques millonarios, siempre que uno marque un número de los excesivamente elevados en su costo, donde será “informado” sobre el asunto, sin pausas, ni prisas. La sorpresa la tendrán más tarde cuando reciban la factura de la telefónica y queden esperando inútilmente tan fabulosa oferta. He sido testigo directo de estas estafas encubiertas, aunque no he caído en la trampa. Si mi historia ha servido para evitar algún fraude de los muchos que se cometen a diario por éste sistema, me daré por satisfecho. ¡Ojo, no todo el monte es orégano, pero huye como del diablo de los que te indican que marque un número de los considerados abusivos, si se trata de una empresa desconocida o no muy fiable!. Pienso que estos números que actualmente tanto proliferan en medios y entidades públicas y privadas, (ofreciéndote “paraísos inimaginables y cantidades fabulosas”, por someterte a la prueba más inocente y sencilla), deberían estar más controlados y restringidos. Es una simple opinión muy particular.
martes, abril 25, 2006
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