miércoles, abril 26, 2006

Castro le echa una mano a ZpM

Con el lápiz afilado
Castro le echa un cable a Zapatero
Wenceslao Cruz Blanco


27 de abril de 2006. La prensa oficialista cubana exime de responsabilidad a la banda terrorista ETA de los últimos atentados y extorsiones y describe a la oposición (descontenta con el "proceso de paz" emprendido por el gobierno de Zapatero) como "los émulos de Hitler y Nerón que fabrican pretextos para hacer fracasar la tregua" (ver artículo). La "solidaridad" con los afectados expuesta por Joseba Permach, portavoz de la ilegalizada Batasuna, ha sido para el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, la prueba irrefutable de que el brazo político de los terroristas va por buen camino pese a que no ha habido condena explícita a estos actos violentos. Si a ello le sumamos las sospechas vertidas por la más alta dirección de ETA desde su "prensa oficial" en La Habana, de que los actos violentos han sido provocados por la oposición para acabar con el "proceso de paz", el cuadro se cierra, en apariencia, a favor de los propios terroristas y el Gobierno. Por una parte, los terroristas que negocian con el Gobierno se eximen de su responsabilidad por la incapacidad de controlar a sus comandos y simpatizantes; y por otra, el Gobierno, con un tuteo creciente con el brazo político de los etarras, arremete contra el principal partido de la oposición por tener un propósito "mezquino" de querer acabar con el diálogo "por la paz". Si el articulista de la oficialista prensa cubana, refiriéndose a los últimos actos de violencia en España, considera defendible una hipótesis acusando al Partido Popular (PP) como el autor material de un hecho, por ser los supuestos beneficiados políticamente de un fracaso del "proceso de paz", también consideraría una hipótesis más que creíble, sobre todo si estudiara todas las pruebas presentadas, la autoría de los anteriores líderes de la oposición, hoy en el gobierno, en el atentado del 11-M, por ser los indiscutibles beneficiados políticos de la muerte de 192 personas en marzo de 2004. Si para Zapatero es más difícil entenderse y buscar el apoyo del principal partido de la oposición que con los responsables de la violencia y del asesinato de cientos de conciudadanos, sería equivoco deducir con ello que es la oposición quien entorpece la cercanía, aunque así lo quiera intentar hacer ver por todos los medios el Gobierno. Y si el ejecutivo español persiste en creer que esta obteniendo réditos mediáticos con cada reacción del PP a sus incompetentes pasos en materia antiterrorista, provocará una espiral de insensateces de calado mucho mayor que las que ha hecho hasta el momento en estos dos años de legislatura. La sola idea de negar o de dudar que ETA o su entorno están detrás de los actos violentos o de extorsión que se han o se harán en el futuro, le deja un margen de acción al terrorismo, dentro del anonimato, que aterrorizará igualmente a la sociedad, pero que en la fabricación de hipótesis maquiavélicas apuntará a los "enemigos" políticos del gobierno. Ya, al menos, Fidel Castro le ha echado una ayudita a Zapatero en su prensa.

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