Cuatro millones de razones democráticas
Elsemanaldigital.com
Mariano Rajoy ha presentado una petición popular de que la reforma del Estatuto catalán, en la medida en que afecta a la convivencia nacional, sea sometida a referéndum.
26 de abril de 2006. Son 4.028.000 de firmas, 450.000 pliegos de papel, 876 cajas, diez furgonetas para moverlo todo: esos son los números con los que el Partido Popular pide en el Congreso de los Diputados que todos los españoles puedan expresar su opinión ante la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Un Estatut que define un nuevo modelo regional para España, y que por la misma razón –afecta a todos los españoles- es razonable que reciba el juicio más amplio posible.Nadie en democracia puede discutir la vigencia del eslógan de los populares en esta campaña: "Todos tenemos derecho a opinar". Y mucho menos un Gobierno que nació a la sombra inesperada de un "queremos saber". Puede discutirse la opinión que cada uno tenga sobre el Estatut, pero es difícil negar su importancia para la convivencia, y es razonable que los afectados por una Ley puedan dar su opinión.Mariano Rajoy, al completar la iniciativa –es la mayor recogida de firmas de la historia democrática española, en menos de tres meses- ha lanzado un órdago al presidente del Gobierno. En efecto, José Luis Rodríguez Zapatero no tiene ninguna obligación legal de atender la petición del PP de convocar un referéndum nacional. Pero tendrá en todo caso que explicar por qué la petición de cuatro millones de españoles –un votante de cada cinco, un español de cada diez- no merece su atención. En términos democráticos será difícil responder.Rajoy ha aprovechado la ocasión para subrayar tanto la importancia del asunto como su propio protagonismo, al ser él en persona quien asume la representación política de esa amplia voluntad popular. El país real, el de la gente de la calle, es consciente de que vivimos un proceso acelerado de cambios, y quiere participar activamente en esos cambios. No es bueno para la democracia que desde el país oficial, el de los partidos y las instituciones, se niegue la voz y el voto a los españoles en una cuestión que afecta a todos. El lugar del PP es el definido por Rajoy: en la calle, con la gente, por el futuro del país.La iniciativa ha puesto nervioso al Gobierno. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega ha descalificado desabridamente la iniciativa de los populares, cuando su partido nunca ha sido capaz de acercarse a esas cifras de adhesiones. El PSOE, sobre todo, no debe aferrarse a una supuesta inconstitucionalidad de la petición del PP, porque Zapatero puede en cualquier caso convocar un referéndum consultivo si lo estima oportuno. ¿Su talante democrático le llevará a hacerlo?
martes, abril 25, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario