domingo, abril 20, 2008

Pedro Vicente, Zapatero, en riesgo de morir de exito

lunes 21 de abril de 2008
Zapatero, en riesgo de morir de éxito
Pedro Vicente (Elsemanaldigital.com)

S ALVO el detalle -a estas alturas ya completamente irrelevante- de haber sido investido en segunda votación, Zapatero ha afrontado su segundo mandato exactamente igual que si hubiera ganado las pasadas elecciones generales por mayoría absoluta. A diferencia de 2004, ninguna otra fuerza política ha condicionado esta vez su programa de gobierno y, menos aún, la agenda política con la que se ha iniciado la nueva Legislatura. Y si se exceptúa la presión ejercida por Manuel Chaves para mantener a Magdalena Álvarez, todo indica que el presidente del Gobierno ha tenido las manos completamente libres para separar y nombrar ministros como ha tenido por conveniente. Para algunos analistas ni siquiera el Felipe González de las mayorías absolutas ejerció el poder personal de forma tan presidencialista en un partido, no se olvide, de estructura y cultura federal. El poder interno que en tiempos del felipismo ejercían los barones territoriales -además del citado Chaves, principalmente Bono, Rodríguez Ibarra y Maragall- ha pasado a la historia. Unicamente lo conserva el incombustible presidente andaluz. Ninguno de los dos ministros catalanes debe su nombramiento a Montilla; lo son por voluntad exclusiva de Zapatero, quién, de paso, ha obligado a sus correligionarios del PSC a pasar por las horcas caudinas de tener que elevar a Bono a la presidencia del Congreso. Vista la nueva "troupe" gubernamental, es evidente la caída en saco roto del reproche realizado por Rodríguez Ibarra acerca de la falta de carnet socialista de los dos vicepresidentes del Gobierno y del nuevo portavoz del grupo parlamentario. Si al antiguo barón extremeño no le gustaba ese caldo, el nuevo Consejo de Ministros le ha suministrado unas cuantas tazas más, al punto de que el número de independientes supera ya al de militantes. También se ha visto como Zapatero ha ido rompiendo amarras con no pocos compañeros de viaje de "Nueva Vía", de cuya mano conquistó la secretaria general del PSOE en aquel agitado congreso del año 2.000. Salvando las distancias, la foto de ese grupo podría compararse a la del famoso "clan de la tortilla" encabezado por Felipe González y Alfonso Guerra. Por mucho que se haya disfrazar con el invento de la macrofundación socailsita, la salida de Jesús Caldera supone la ruptura con el que pasó por ser "primus inter pares" (y como tal aspirante a la vicepresidencia) de aquel grupo. Caldera ha pasado a engrosar una lista que abrió Jordi Sevilla y de la que forma parte el no repescado Juan Fernando López Aguilar y, en cierto modo, Trinidad Jiménez, una eterna aspirante a ministra a la que parece que se le ha pasado definitivamente ese arroz. “PELIGRO DE SÍNDROME DE LA MONCLOA” DEJANDO a un lado el problema puntual del trasvase del Ebro -en estos momentos sin mayor coste electoral- la Legislatura no ha podido comenzar de forma mas plácida para Zapatero. Sin la onerosa hipoteca que supuso durante su anterior mandato Esquerra Republicana, sin necesidad de realizar concesiones a Izquierda Unida, sin hostilidad por parte de los nacionalistas vascos y catalanes y con un Partido Popular convaleciente de la derrota electoral, neutralizado por la negociación de los pactos propuestos por el Gobierno y, por si fuera poco, enzarzado en disputas internas. Con semejante panorama, si no fuera por los nubarrones de la crisis económica, en estos momentos Zapatero correría serio riesgo de morir de éxito. De hecho, puede que el verdadero riesgo para él y para su partido consista en el llamado "síndrome de La Moncloa", esa especie de ensimismamiento que suele aquejar a los inquilinos del palacio presidencial una vez que renuevan su primer mandato y empiezan a situarse por encima del bien del mal, comportándose como seres iluminados que han dejado de pertenecer a este mundo. No existe completa seguridad de que aquel virus que prendió en Felipe González y José María Aznar no puede volver a reproducirse.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp

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