viernes 18 de abril de 2008
Las cartas ocultas del PP
Pablo Sebastián
Como no podía ser de otra manera, los tiempos largos de Rajoy que dejan que todo se pudra a su alrededor, y la permanente amenaza de Aguirre, no dejan de deteriorar la imagen y la unidad en el seno del Partido Popular, como lo prueba la última declaración de la presidenta madrileña cuando dice comprender que los socialdemócratas estén más a gusto con Rajoy que con ella, lo que incluye la malévola acusación de debilidad al líder del PP que fue inmediatamente respondida por el portavoz de su partido en el Senado, Pío García Escudero, pidiéndole explicaciones a la presunta candidata a la presidencia del PP.
Un espectáculo lamentable que se completa con la dramática situación del actual secretario general del PP, Ángel Acebes, que debió haber dimitido al mismo tiempo que Zaplana y que deambula como un “zombi” a la espera de ser relevado en el próximo congreso del partido, y la franca debilidad de la nueva portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Soraya Sáenz de Santamaría, cuyo nombramiento y equipo de colaboradores en la Cámara Baja no deja de provocar malestar en las filas del PP y del propio grupo parlamentario.
De manera que, en la actualidad, en el PP existen tres distintos niveles de contestación: el del presidente del partido, Rajoy, sobre quien pende una permanente crítica y amenaza de Aguirre que provoca división e inquietud en todo el partido; la secretaría general, con un Acebes en despedida sin que, por el momento, Rajoy se atreva a dar el nombre de Gallardón, que parece ser su candidato en la sombra, por miedo a que esa noticia excite los ánimos de Aguirre más de lo que ya están, lo que parece difícil; y, como guinda de semejante situación, la contestación a Sáenz de Santamaría como la número tres del PP y portavoz parlamentaria.
Si a todo esto añadimos el espectáculo mediático que, sobre esta crisis, no paran de animar los medios del PSOE para devaluar la acción opositora de este partido, y el ruido pro Aguirre y contra Rajoy y Gallardón de la COPE y El Mundo, veremos que, por mucho que se empeñe el líder del PP, está crisis está sobre la mesa y va de mal en peor, y puede que en su contra.
Lo normal sería que todas las partes implicadas destaparan, de una vez por todas, sus cartas y abrieran el debate democrático de este partido, dando a los candidatos notorios —Aguirre lo es— todas las facilidades para presentar su candidatura en el Congreso. Y lo deben hacer tanto Rajoy diciendo cuál es su equipo y descubriendo el nombre de Gallardón, como Aguirre, que si no lo ha hecho, hasta el momento, es porque querría presentarse ante todo el PP con el aval de pesos pesados como Álvarez-Cascos y Rodrigo Rato, pero da la impresión de que este último está jugando con la presidenta, porque por una parte no le aconseja que dé la batalla para perderla, mientras que Aguirre sospecha que Rato está ganando tiempo para presentarse él, bien ahora o bien más adelante si Rajoy sufre otras derrotas electorales.
Pero, sobre todo, quien debería enseñar sus cartas es Aguirre, porque, al menos, Rajoy ya ha dicho que quiere ser candidato, mientras que todos los movimientos de la madrileña y sus insinuaciones sólo dañan y debilitan al PP, como ya ocurrió durante la sesión de investidura de Zapatero, y como sigue ocurriendo con sus continuas apariciones y públicas indecisiones. Mientras que si fuera candidata ya estaría en su derecho de discrepar y el resto del partido podría hacer lo mismo con ella, pero respetando su opción y decisión de pelear por el liderazgo del PP. De manera que ¡cartas boca arriba!, o lenta autodestrucción de un ya bastante dañado PP.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=18/04/2008&name=manantial
viernes, abril 18, 2008
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