Elecciones catalanas

viernes 3 de noviembre de 2006
Elecciones catalanas
Ernesto Ladrón de Guevara
L AS elecciones en Cataluña nos dan una nueva radiografía política cuya lectura, por mi parte, tiene ingredientes positivos. En primer lugar se ha manifestado en toda su crudeza la distancia entre la clase política catalana y los ciudadanos. Una abstención tan abultada, cercana a la mitad del electorado de derecho, refleja una profunda sima entre la indecencia de los políticos en Cataluña y los ciudadanos, ya hartos del tremebundo y vomitivo espectáculo que les ofrecen. Son muy graves los hechos sucedidos en los últimos tiempos en esas tierras, con una degradación de la democracia que embarga el ánimo a cualquier persona con valores liberales y un Estatuto ilegitimado por la abstención de la mayoría de los electores que rompe el Estado y atenta a la Constitución. Por tanto, quien no lea esa abstención en clave política se estará, de nuevo, equivocando. En segundo lugar, hay un elemento muy interesante al margen de los ingredientes ideológicos con los que podamos estar más o menos identificados. Es la irrupción en el arco parlamentario de una nueva opción política, el Partido de los Ciudadanos. El Partido de Boadella, Arcadis y otros intelectuales, ha sido inclementemente boicoteado. Indecentemente ninguneado por la mayoría de los medios de comunicación, intentando hacerlo invisible. Pero los ciudadanos han captado el mensaje renovador y regenerador de este grupo político, y una parte muy importante del electorado socialista y algo del popular ha emigrado a esta nueva opción que nos trae aire fresco. Esto es muy importante como castigo a los socialistas que han frustrado y traicionado a los que depositaron sus expectativas para que defendieran los derechos ciudadanos, no los intereses bastardos de clanes de poder. En tercer lugar otra cuestión digna de analizar es la bajada en apoyo electoral del Partido Socialista, nada menos que en cinco escaños. Es un varapalo impresionante y un castigo por la deriva hacia el absurdo del Sr Maragall. Que tome nota Zapatero porque después viene él. Ha habido un trasvase importante de votos al Partido de los Ciudadanos. Pero el Partido Popular de Piqué también ha tenido un relativo descenso, cuando lo lógico hubiera sido un ascenso electoral ante el desierto de valores del resto de los partidos y la hecatombe de sus actuaciones políticas. No ha sido así por la indefinición, miedos, indecisión política, mimetización con el entorno e incapacidad de liderazgo del cabeza de lista del Partido Popular en Cataluña. Aunque también se puede decir en justicia que el Partido Popular ha tenido un acoso y un bloqueo profundamente antidemocrático y no ha hecho una campaña cómoda, en un contexto antidemocrático. Otro de los damnificados de estas elecciones es ERC, con la bajada de dos escaños. Omito todo comentario, puesto que este descenso describe la defección de los actos antidemocráticos del Partido de Rovira. ¿Y cuál es el escenario que se presenta? La única combinación posible para alcanzar la mayoría absoluta del Parlamento es la suma de los escaños de CIU y los del PSC, lo que rompe los esquemas sobre los que se basaba el tripartito que ahora es inviable pues no llega con la suma de sus diputados a la mayoría del arco parlamentario. En este sentido, posiblemente, Zapatero se encuentre muy satisfecho, pues preveo que aspiraba a atraer a CIU a los intereses de la Moncloa para configurar las mayorías en esta legislatura y la próxima, cuestión preocupante a todas luces. Por tanto la flagrante derrota del tripartito autodenominado de “izquierdas” entre PSC, ERC e IC, es una noticia muy importante y una censura a la política realizada en la legislatura ya culminada. El lado negativo es el panorama de colaboración entre el PSOE y los nacionalistas de Mas que nos retrotrae a situaciones de las que bebemos las aguas turbias del desmenuzamiento de España, heredadas de los tiempos de Felipe González. En todo caso, las lecturas positivas del escenario postelectoral superan ampliamente a las negativas. Mi enhorabuena a Albert Rivera. Ha conseguido una proeza junto a sus compañeros de ese Partido.