El Tripartito es una mezcla antinatural que sólo justifica el poder
Aniano Gago
7 de noviembre de 2006. El Tripartito va camino de convertirse en la Santísima Trinidad, con la diferencia de que la santidad la cambian por la catalanidad y que siendo tres personas distintas nunca serán una sola persona verdadera. Porque el Tripartito no deja de ser una mezcla imposible y antinatural. Veamos: ICV son comunistas en gran medida, y el comunismo es una ideología universalista, obrera y de clase, algo semejante, con muchos matices, a la ideología que representa el PSC-PSOE, que también tiene (o debería tener) como valor esencial el defender a la clase trabajadora, sea de donde sea, sin fronteras. Luego entonces ¿adónde van ICV y PSC-PSOE con Esquerra Republicana de Catalunya, cuyo fundamento único es la catalanidad y la independencia, que es un concepto contrario, y más en estos tiempos, a los principios de universalidad y solidaridad comunistas y socialistas?. Pero ya sabemos que la política hace extraños compañeros de cama y Montilla, Carod-Rovira y Saura ya empiezan a ser un trío de hecho. Para disgusto de Artur Mas, que aunque ganara las elecciones volverá a la oposición, que es un lugar, como decía Andreotti, que desgasta mucho más que el poder. Los de CiU se han cabreado y dicen que Rodríguez Zapatero no cuente con ellos en Madrid. Y ¿qué más le da al leonés del Barça si en el Congreso ICV y ERC tienen incluso más diputados que CiU? El beneficiado con el enfado de CiU, miren por dónde, puede ser el PP de Mariano Rajoy, que si gana en 2008 podría contar con los votos de Artur Mas, siempre y cuando éste haga de Penélope y vuelva al notario para desmadejar el laberinto anti-PP. Aunque la promesa era para Cataluña no deja de ser una incongruencia, porque el PP es el mismo en todas partes. El problema de CiU y sus dirigentes es que siendo más de derechas y más burgueses que los del PP (en asuntos de intereses económicos se entienden a la perfección) no los quieren ni ver por el asunto del catalanismo. Para Artur Mas, Josep Piqué no es un "patriota catalán", y eso, para su mentalidad pacata, es suficiente motivo para rechazarlo en Cataluña, aunque podría "perdonarle" en el resto de España, tal y como hizo Jordi Pujol con José María Aznar, a quien apoyó en su Gobierno del 96. Por cierto, que no le fue nada mal: le sacó más dinero y prebendas que a Suárez, Calvo-Sotelo y González juntos. Un nuevo Tripartito será el resultado final del desaguisado de la política catalana. Y con Carod-Rovira dentro, más. Se tuvo que ir por meticón en los asuntos de ETA durante la presidencia de Maragall y vuelve ahora con más fuerza, a pesar de tener menos diputados. Pero como quiera que Montilla también llega en inferioridad de condiciones respecto a Maragall, pues a tragar, que no queda otra. El Tripartito, unido por amor al poder y sólo al poder, es antinatural ideológicamente, además de contar en su debe con la gran abstención electoral y los sesenta mil votos en blanco, una cifra a la que no se le ha dado toda la importancia que tiene. Que sesenta mil personas se molesten en ir a votar sólo para mostrarles a esos políticos su desacuerdo, es para reflexionar muy en serio qué pasa en Cataluña. Los catalanes, catalanistas y no catalanistas, ya están viendo que por este camino Cataluña va hacia atrás. Las políticas independentistas y antiespañolas lo único que están consiguiendo es hacer una Cataluña alicorta y provinciana. Y eso ahora que el Barça está en lo alto. Que el día que pillen la pájara los de Laporta y al Camp Nou acudan la mitad de los espectadores, habrá lloros colectivos. Entonces le echarán la culpa a España y al Sursum Corda, que es lo más socorrido. Llega la Navidad: los bodegueros de cava, que le cosan a Carod-Rovira la boca antes de que sea tarde. A lo mejor se pone de moda el Montilla-Moriles. No hay mal que por bien no venga.
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