Una realidad insoportable
Miércoles, 04-02-09
LAS cifras reflejan un escenario de emergencia nacional: 3.327. 801 desempleados en España, una cantidad nunca vista, tras engrosar otras 198.839 personas las listas del paro en enero, el peor mes de la historia. 349.569 cotizantes a la Seguridad Social dejaron de serlo el mes pasado, lo que sitúa el número de afiliados en 18.181.743. En sólo un año, la destrucción de empleo neto fue de 979.055, un 5,1 por ciento. Nunca un país desarrollado había sufrido una destrucción tan honda y tan rápida del mercado laboral como la registrada en España, una nación que, según José Luis Rodríguez Zapatero, estaba en mejor disposición que ninguna otra para hacer frente a la crisis.
Naturalmente, las previsiones del Gobierno han vuelto a saltar por los aires. No ha hecho falta más que un mes para que los objetivos del Ejecutivo se hayan hecho añicos, en una nueva demostración de que las cuentas del Ministerio de Economía no son más que una ensalada de cifras voluntaristas, colocadas en fila para que la realidad las derribe a las primeras de cambio. En enero, el paro alcanzó ya un tercio del previsto por el Gobierno para todo el ejercicio. El negacionismo absurdo en el que viven instalados Rodríguez Zapatero y sus ministros es ya un ejercicio de insensibilidad hacia los millones de españoles golpeados crudamente por una crisis negada primero y ahora utilizada con descaro por un Ejecutivo que se mueve entre la incapacidad y la ocultación, en una estrategia que bordea la negligencia.
Nunca un Gobierno se equivocó tanto y nunca un Gobierno negó tanto su equivocación. Ahora, cuando la crisis exhibe su rostro más amargo, el gabinete socialista trata de eludir su responsabilidad apuntando a la banca, a la que, como ayer hizo el ministro de Industria, Miguel Sebastián, pretende endosar la culpabilidad de la situación. Patética huida hacia adelante de quien se ve obligado a recurrir al marketing y a la propaganda como único recurso para capear el temporal. Los datos no engañan y confirman matemáticamente que ninguno de los diagnósticos, escenarios y objetivos del Gobierno fueron cabales, pues obedecieron a un plan de simulación por etapas. De la negación al maquillaje, todavía no hemos visto el momento en el que José Luis Rodríguez Zapatero diga abiertamente «me equivoqué».
La destrucción laboral de un país que en esta legislatura iba a conocer el pleno empleo se mueve ahora entre el drama personal de 3.327.801 parados -muchos de los cuales confiaron en su presidente- y el sarcasmo que supone comprobar cómo, hace menos de un año, el jefe del Ejecutivo prometía una España de cuento que hoy se enfrenta al derrumbe mayúsculo de un mercado de trabajo en el que todos los sectores se hunden con estrépito. Lo peor de todo no es la crisis económica, sino que el encargado de pilotar la situación sea un hombre que amontona planes como quien colecciona objetos inservibles. No hay retórica capaz de retorcer los números, ni palabrería que obre el milagro de convertir las cifras en humo, porque detrás de esos 3.327.801 desempleados hay personas arrastrando el peso de una realidad insoportable.
http://www.abc.es/20090204/opinion-editorial/realidad-insoportable-20090204.html
miércoles, febrero 04, 2009
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