miércoles, noviembre 08, 2006

Sufridores

Con el lápiz afilado

Sufridores

Julia Navarro

9 de noviembre de 2006.

Verán, estos días es todo un espectáculo ver y hablar con dirigentes del PSOE. Andan como almas en pena y se lamentan de la decisión de José Montilla de reeditar el tripartito. Acusan a Montilla de haber hecho de su capa un sayo y no tener en cuenta los intereses generales, ni tampoco los del PSOE, y ya se están poniendo la venda antes de la herida porque prevén que tarde o temprano Carod-Rovira hará alguna de las suyas. También se quejan de la falta de solidaridad del PSC, y reprochan a los socialistas catalanes que vayan sólo a lo suyo y a lo de los demás. Y es que los socialistas catalanes se benefician del PSOE y participan en todas las decisiones que toma el PSOE, amén de tener una cuota de representación no sólo en los órganos del partido, sino en los del Estado (siempre hay un ministro del PSC y algún miembro de la Mesa del Congreso también del PSC, amén de subsecretarios, directores generales, presidentes de organismos estatales, etc.) y sin embargo el PSOE no tiene voz ni voto en nada de lo que hace el PSC; y no sólo eso, porque los dirigentes socialistas catalanes incluso advierten públicamente al PSOE de que no se le ocurra meterse en sus cosas. José Montilla lo acaba de decir: no va a tolerar tutelas de partido ni injerencias externas. Un aviso a los navegantes, que dicho sea de paso ni siquiera se atreven a navegar. Bueno, pues a mí me parece que todo lo que está pasando pasa porque en el PSOE quieren y porque Zapatero no ha hecho las cosas bien. El presidente se ha equivocado en todo en su política respecto a Cataluña. Metió la pata diciendo aquello de que aceptaría cualquier Estatuto que le enviara el Parlamento catalán, metió la pata no sentándose a hablar sinceramente con Maragall para decirle que el Estatuto que estaban elaborando era infumable y que el PSOE no lo iba a apoyar, metió la pata haciendo que todo su gobierno y todo el PSOE defendiera el Estatuto sin creer en él, metió la pata aprobándolo. Pero no sólo ha metido la pata en todo esto. Luego decidió acabar con Pasqual Maragall humillándole, reuniéndose con Artur Mas y pactando a espaldas del presidente de la Generalitat. Metió la pata comprometiéndose con Mas a apoyar que gobernara la lista más votada. Ahora lo que se dice es que este presidente no cumple, y no cumple porque no manda. Lo más que ha logrado es jubilar a Maragall, pero es evidente que para el viaje que se ha hecho no hacía falta jubilarle. Al final, Montilla va a ser más catalanista que Pasqual Maragall seguramente porque es de Córdoba y tiene complejo. O sea que para reeditar el tripartito y ver a Carod de vicepresidente no era necesario que se celebraran elecciones anticipadas en Cataluña. Ya digo que Rodríguez Zapatero se ha equivocado en su política catalana, y seguramente se le estarán bajando los humos, porque estos últimos meses presumía de ser el político favorito de los catalanes. Lo será, pero no le votan. Quizá ahora, en vez de quejarse tanto, lo que deberían de plantearse en el PSOE es si les interesa seguir haciendo el tonto con el PSC; quiero decir que a lo mejor tendrían que reeditar el PSOE en Cataluña, y que las urnas dijeran si les gusta ese proyecto catalanista del PSC o si prefieren el del PSOE. Sólo hay que mirar cómo han votado los catalanes para darse cuenta de que los cinturones rojos han dado la espalda al PSC. Por algo será. En definitiva al PSOE le está pasando lo que permite que le pase, y eso sí, un poco de autocrítica por los errores cometidos no les vendría mal

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