sábado, noviembre 18, 2006

El primer pinchazo en el Parlament

domingo 19 de noviembre de 2006
El primer pinchazo en el Parlament
Wifredo Espina
Y A se ha producido el primer pinchazo. Por obra y desgracia de su reelegido president Ernest Benach y nada menos que en el Parlament de Cataluña, al inaugurarse su VIII legislatura. Esto no lo justifica que coincidiera con el dia del terremoto, ni lo arregla que este tuviera su epicentro en Lourdes, ciudad de los milagros. Su discurso de apertura, hábil y constructivo en términos generales, tiene una gran contradicción. Benach ha confundido –ha querido confundir- unas palabras de carácter institucional con un meeting partidista. Benach puede ser –como su partido ERC- todo lo separatista que quiera y está en su derecho, pero una vez ha sido investido como President de la Cámara representativa, y que acoge a todos los diputados elegidos por los seis partidos políticos que lo integran, no tiene derecho a “manipular” su cargo ni a hacer “demagogia” desde el mismo, y utilizo sus mismas palabras (“manipulación” y “demagogia”) con las que atinadamente ha advertido a los diputados a no caer en estos peligros. Pero resulta que es él quien ha empezado a caer en este desatino. Ernest Benach puede gritar “Visca Catalunya lliure!” a título personal donde le venga en gana y cuantas veces se le antoje, pero no está legitimado a hacerlo –aún que haya precedentes, que mal acabaron- como President del Parlament y en esta Cámara legislativa que representa a todos unos diputados y a toda una ciudadanía que no tienen porque compartir sus opiniones personales o de partido. En el mismo Tripartito, dos de los socios (PCS y ICV) no están en esta línea, y mucho menos quien presidirá el Govern, Pepe Montilla. Y fuera del Tripartito, ni CiU ni PPC ni Ciutadans, comparten mayoritaria y oficialmente el independentismo de ERC. El Muy Honorable President Benach -¿en nombre de quien hablaba?- se ha quedado sólo. Mal empezamos. Mal se empieza cuando el presidente del Parlament, mientras por una parte y con toda la razón, apela al “diálogo”, a respetar el “pluralismo”, a “ser representantes del pueblo catalán, de sus personas”, a “la participación de la ciudadanía” y a “una buena calidad de la democracia”, y, por otra parte, reclama “sentido de Estado” (catalán) y proclama en plena sesión parlamentaria el slogan de su partido y de un sector, muy respetable, de la sociedad su¡”Visca Catalunya lliure!” como si fuera el de todos los parlamentarios y el de toda la sociedad catalana. ¿No habría estado más acertado pidiendo libertad e igualdad para todos los ciudadanos de Cataluña? Porque lo otro, con todos los respetos –por ahora, al menos- es sectarismo.

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