viernes, octubre 21, 2011

Villacañas, Apuntaciones sobre el franquismo, el Rey, la transición y la monarquía constitucional

viernes 21 de octubre de 2011

Apuntaciones sobre el franquismo, el Rey, la transición y la monarquía constitucional

Antonio Castro Villacañas

C ON motivo de la celebración de la reciente Fiesta Nacional hemos podido asistir a diversos espectáculos políticos más o menos divertidos o indignantes según fuera la calidad de sus intérpretes y la de los textos que de mejor o peor manera recitaban o defendían... Uno de los que más he lamentado se dió a conocer a través de Intereconomía TV, emisora que destaca por su oposición al partido y el gobierno que en nombre del socialismo y por voluntad de una mayoría de votos llevan la dirección política, social y económica de España desde hace ocho años. El tema objeto de debates -dos o tres he presenciado yo desde el sofá de mi casa- ha sido la mayor o menor presencia del franquismo en el periodo político que la mayoría de sus beneficiados llaman "transición a la democracia", y en la España construida a partir de entonces y que estamos disfrutando. La práctica totalidad de los protagonistas de tales debates coincidían en defender la tesis de que el franquismo no tenía nada o casi nada que ver con dicha transición, pues tan venturosa etapa se produjo merced al consenso producido por la gran calidad política y extraordinaria generosidad cívica demostrada por las fuerzas políticas democristianas, socialdemócratas, socialistas y marxistas que entonces las vivieron y desde aquellos días nos han gobernado, nos siguen gobernando o van a volvernos a gobernar a partir del próximo día 20 de Noviembre. Como es natural y lógico, las personas que en tales debates se decían "de izquierda" o "de centro-izquierda" presumían de no tener nada que ver con el franquismo y sí de haberlo combatido antes incluso de su respectivo nacimiento, no digamos nada en los últimos años de vida del general que lo encarnaba. Lo curioso de los debates, lo que a mí me llamó más la atención y por eso lo resalto, es que quienes en ellos presumían de "derechistas" o "centroderechistas" también se esforzaban en haber mantenido y seguir manteniendo sustanciales y vitales distancias con el franquismo desde siempre y para siempre, hasta el punto de que alguno de ellos reprochaban a sus contrincantes el ser fieles servidores de calificados dirigentes -como Felipe González, Chaves, Bono y Rubalcaba, por ejemplo- hijos de claros franquistas, sin hacer mención alguna por supuesto de la filiación de sus propios padres...

Yo no quiero hacer ahora ningún análisis del franquismo. Quienes me conocen a través de mis escritos y quienes me conocen personalmente saben de sobra que yo he procurado siempre ser -como le dije a Franco el primer día en que hablé con él cara a cara- falangista y joseantoniano, lo que vital y políticamente hablando me ha dado profundas satisfacciones y disgustos. Pero esto es un tema diferente del que hoy quiero exponer en mis apuntaciones.

El caso es que derechistas e izquierdistas demostraban con sus palabras y sus recíprocos reproches que para ellos el franquismo fue, ha sido y seguirá siendo el peor de todos los sistemas políticos existentes en el mundo, el conjunto de todos los males sin presencia de bien alguno, no el infierno porque ninguno de ellos cree en su existencia, pero sí la laguna Estigia, el desierto del Sahara o el peor lugar del cosmos. Cualquier persona de mentalidad normal sabe, sin embargo, que en este mundo no existe el mal absoluto, por lo que parece claro ser del todo injusto que no se reconozca al franquismo algo bueno, por lo menos -a título de ejemplo- los embalses, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el tren Talgo, la RENFE o las pagas extraordinarias de verano e invierno...
La España actual, lo quieran reconocer o no las rencorosas y envidiosas izquierdas o las derechas cobardes, tiene mucho que ver con Franco y el sistema político que en su torno se creó durante cerca de 40 años. Veamos: la Constitución de 1978 está hecha en su mayor parte por gente hasta entonces franquista. Que no se alborote nadie: franquista fue hasta ese año el rey Juan Carlos. La transición no la hizo ningún acuerdo o pacto entre fuerzas políticas antifranquistas, sino que la hicieron posible y en gran parte la realizaron personas y grupos políticos surgidos y acrecentados durante y por el franquismo. Que yo sepa, Don Juan Carlos, Carlos Arias, Torcuato Fernández Miranda, Adolfo Suárez, Manuel Fraga, Areilza, Ruiz Giménez y Rodolfo Martín Villa, por ejemplo, personajes principales de la transición, fueron voluntariamente destacados franquistas mientras Franco vivió y el franquismo podía darles honra y provechos.

Todos los Borbones, sin excepción alguna, fueran isabelinos o carlistas, o alfonsinos más o menos reconocidos por Alfonso XIII, fueron franquistas desde que Francisco Franco se hizo cargo del ejército de Marruecos, incrementaron su franquismo tras la muerte del general Sanjurjo y lo acrecentaron desde que el 1 de octubre de 1936 comprobaron que el fervor popular y la adhesión de casi todas las fuerzas militares le hacían poseedor de un poder sin el cual era absolutamente imposible recuperar el Trono que la voluntad popular les había arrebatado en 1931. Por eso fueron franquistas Alfonso XIII y sus hijos Alfonso y Juan. Que éste y sus seguidores, los llamados "juanistas", dejaran de serlo al término de la II Guerra Mundial no se debió -me parece- tanto a un hasta entonces y después poco visible fervor por el poder popular como a la negativa de Franco por la restauración de una monarquía causante de casi todos los males de nuestro siglo XIX y rechazada por el pueblo español tras el fracaso de su implantación manu militari en 1876.

Franco no ocultó nunca su filiación monárquica -contraria a la de su padre y de sus dos hermanos varones- y la demostró recuperando en cuanto pudo los dos signos o símbolos más importantes de la España borbónica: la bandera que Carlos III se trajo desde Nápoles como herencia y variante de la que allí llevaron los catalano-aragoneses cuatro o cinco siglos antes, y el himno -marcha real- que hizo cantar a todos los niños españoles a diario desde las escuelas e institutos con el homenaje diario del izado de la bandera. Esa bandera y ese himno son los actualmente constitucionales excepto en dos "pequeños" detalles impuestos por el rencor y el odio de las izquierdas y la estulticia y la cobardía de las derechas: la supresión del escudo monárquico de los más importantes y mejores reyes que ha tenido España en toda su historia, sustituído por el escudo monárquico de la dinastía borbónica, y la privación al himno nacional de la letra que desde 20 años antes del franquismo hacía posible cantarlo y entenderlo. ¿Resultado de esas medidas rencorosas, cobardes y tontas? Que la patriótica letra de José María Pemán haya sido sustituída por el silencio o por la imbécil y vergonzosa cantata del chunda-chunda que con la mejor intención cantan algunos en los campos de fútbol; y que en la constitucional bandera nacional no haya ningún escudo y en cambio se puedan poner en ella otros diversos símbolos: el más oficial es el de la monarquía borbónica -que otorga preferencia al signo de una familia sobre los de los reinos que hicieron España y prescinde del compromiso y la obligación de que España sea una, grande y libre- pero hay otros más populares, entre ellos el del toro ibérico...

Sintetizo: Don Juan Carlos es rey porque desde que tuvo uso de razón política se hizo franquista y juró dos veces seguir siéndolo y perfeccionar el franquismo cuando llegara a ser rey como sucesor y heredero de Franco. Para perfeccionar el franquismo consiguió que el franquista Carlos Arias y el no menos franquista Torcuato Fernández Miranda organizaran la reforma del franquismo desde las Cortes y el Gobierno que ellos presidían. Conseguida la aprobación de la "ley de reforma política" por las Cortes franquistas, Don Juan Carlos consiguió apartar sucesivamente de esa reforma a Carlos Arias, a Torcuato y a Adolfo Suárez, sustituyéndoles en cada caso por personas algo menos franquistas que ellos, hasta que la llegada del socialismo al poder significó el fin de la transición y el que España avanzara por la senda de la monarquía constitucional y democrática que hoy disfrutamos. La inteligencia y la habilidad de nuestro actual rey está, pues, completamente demostrada.


http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=6266

No hay comentarios: