viernes 28 de octubre de 2011
La crueldad de los tolerantes
Honorio Feito
R ECIENTEMENTE hemos asistido a uno de los espectáculos más bochornosos y más crueles que se nos pueden mostrar: el asesinato de Gadafi; Los demócratas de pacotilla, estos que sacan pecho y llenan la boca cuando pronuncian la palabra democracia (con minúscula, por supuesto), han abierto la veda para la persecución y caza del “dictador”. No tengo más simpatías por la figura de Gadafi que la que pueda tener cualquier persona cuya vida se ha visto, en algún momento, amenazada por el peligro terrorista. Peligro nacido de los campos de entrenamiento libios de hace dos o tres décadas, que el mismo Gadafi protegía y alimentaba, donde han pasado sus reválidas algunas decenas de componentes de las bandas terroristas conocidas, incluidos los etarras. Por lo tanto, no me mueve, en este caso, ningún sentimiento de compasión hacia el otrora líder libio cuyas últimas semanas de vida han sido, supongo yo por las informaciones que nos han facilitado los medios destacados en la zona, un calvario convertido en huida permanente. Occidente abrió la veda y las fieras saltaron sobre la alimaña. Triste espectáculo.
Lo que me llama la atención, y me produce total animadversión es la manera en que se ha puesto fin al régimen político, personalista y déspota, de un sujeto que cambió, al menos en apariencia, desde que los cazas norteamericanos, en la época Reagan, sobrevolaron su palacio presidencial y le dejaron algún recadito que, por cercanía, pudo haberle costado la vida. Espectacular, amanerado más que afeminado, caprichoso, cruel en ocasiones, el ex líder libio ha sido perseguido y muerto, no aprehendido y entregado a la justicia, como una fiera para regodeo de sus perseguidores y autores materiales de su muerte. Y, lo que me sorprende y repugna, es que todo esto se ha cometido con la complacencia del llamado mundo civilizado, de los demócratas que cada día, al menos en España, nos dan lecciones de tolerancia y comportamiento. No ha habido ni un solo gesto, que yo recuerde, relacionado con el civilizado progresismo de los que dividen al mundo en dos mitades: la ocupada por la democracia, y la sujeta a las vacilaciones de los dictadores.
Aún están cercanos los tiempos en que el ex líder libio, Muamar Gadafi visitaba España de manera oficiosa, se alojaba en alguna quinta mallorquina privada (con el consabido desalojo de sus propietarios durante el tiempo que duraba la visita), e invadía el jardín de la mansión con una carpa y hacía colocar sus baúles llenos de afeites y pócimas como si se tratara de la propia Cleopatra, y aquí los dirigentes socialistas de entonces envainaban su ira y consentían…
Ahora, la familia de Gadafi quiere demandar a la Alianza Atlántica por “crimen de guerra”, ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Argumenta su acusación en el ataque de que fue objeto el convoy en el que se encontraba Gadafi, que no representaba amenaza alguna para la población y, en cambio, fue atacado por los helicópteros de la OTAN. Espero que no pasen factura a los antiguos amigos porque si lo hacen, algún rojo podría enrojecer de vergüenza.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=6274
viernes, octubre 28, 2011
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