viernes, octubre 21, 2011

Felix Arbolí, Ocho medidas que nadie ofrece para salir de la crisis

viernes 21 de octubre de 2011

Ocho medidas que nadie ofrece para salir de la crisis

Félix Arbolí

P ARECE que hay un afán general en vaticinar y hasta, si me lo permiten, asegurar, que el Partido Popular va a ganar estas próximas elecciones de calle. Arrasando al tan gastado Partido Socialista, sin más. Lo de Obrero, lo omito ya que resulta incongruente ver cómo viven sus dirigentes y amigos y la “miseria” que cobran, mientras el auténtico obrero lo pasa canutas. Un partido que permite que haya cerca de cinco millones de parados, sin que ninguno de sus altos cargos se apriete el cinturón y renuncie a algunos de sus muchos privilegios, dietas, tarjetas y demás, no merece llamarse obrero, mientras los auténticos, los que sí lo son, carecen de todo. Y aún les quieran exigir más, aunque se hallen en la más completa y azarosa miseria, cargados de deudas, asfixiados por hipotecas que no le garantizan la propiedad de sus casas y formando diarias colas en las oficinas del INEM en un intento inútil y sin esperanzas de conseguir ese trabajo que tanto necesitan y que según la Constitución, se le debe garantizar. Un derecho constitucional que se está vulnerando de forma generalizada, sin que ninguno de nuestros gobernantes tenga la dignidad y responsabilidad de corregirlo. Ahora dice su candidato y ex vicepresidente primero, portavoz y ministro del Interior, que va a impedir estos errores gestados en los siete años que lleva en el gobierno. ¿Remordimientos?.¿ Complejo de culpabilidad?. ¿Propósito de enmienda?. Más sencillo, engañiflas electorales que, conseguido el objetivo, se olvidarán. Respecto a lo del término ” español”, si me apuran, en algunas ocasiones, tampoco convence, ya que algunos de sus dirigentes en ciertas comunidades, rechazan esta nacionalidad. .

A pesar de lo desastroso que han gobernado en estos siete años aún se empeñan en querer seguir ofreciéndonos el oso del que ya no les queda ni la piel. Nos presentan un modelo que sabemos por experiencia que ya está demasiado desprestigiado y aborrecido y con los mismos protagonistas de tan continuos descalabros. Creen que el pueblo español, puede fiarse una vez más de sus promesas engañosas. ¿A quién esperan convencer aparte de esa cohorte de amigos y palmeros interesados en seguir medrando a su sombra de ese abanico de bicocas y oportunidades que les ofrecen estos señores del “capullo”, ya que la rosa hace tiempo que se marchitó?. Sean conscientes y sinceros y dejen la utopía para su autor, Tomás Moro, y los milagros para la Iglesia. Pero, ¡ojo!, hay que tener cuidado para evitar que se produzcan esas sorpresivas y extrañas circunstancias a las que ya estamos acostumbrados en fechas próximas a las elecciones. No hay que dormirse en los laureles con un adversario tan avezado y recurrente. .

Los males de España en la actualidad son cada vez más numerosos y dan la impresión que insalvables. No porque nada en este mundo pueda tener remedio más o menos tarde, sino porque no existe voluntad de solucionarlos en la clase dirigente. Nuestros políticos no pretenden ser útiles, sino importantes y éste es su principal error. El ejemplo de Grecia nos debería servir de inspiración para evitar esa terrible hecatombe que tiene al pueblo asustado y empobrecido en sus más elevados límites históricos. Me parece improcedente e injusto que el asunto griego lo quieran resolver bajando los salarios a la masa laboral en un elevado tanto por ciento, subiendo los precios de los artículos de primera necesidad, suprimiéndose las pagas extras y apretando las tuercas a extremos inconcebibles a una ciudadanía que ya no tiene ni ilusión en el presente y mucho menos en el futuro. Es el sistema habitual de todos los gobiernos mediocres e ineptos, explotar más al oprimido haciéndole padecer lo insoportable, mientras la Banca, las grandes fortunas y los políticos continúan su vida de lujos y caprichos ajenos al drama que viven los demás. Ellos no tienen problemas, saben que en el peor de los casos poseen los medios suficientes para buscar aires más propicios y escenarios cómodos donde puedan seguir gozando su privilegiada vida. La Historia está llena de ejemplos. Saben que al terminar la tragedia y volver las aguas del maremoto económico a sus cauces, regresarán reclamando todo lo que dejaron cobardemente y en el estado en que las abandonaron porque dicen les pertenecen. Pero el que ha perdido hasta la vida en esa lucha, el que ha tenido que hacer frente a ese duro periodo de carencias y odios y se han quedado sin sus pequeñas y humildes propiedades, esos no tienen derecho a nada. Sólo tienen cierta importancia como votantes.

Según el Fondo Monetario Internacional, España debe bajar su déficit en 9,4 puntos porcentuales en la próxima década. Una de las reducciones más drásticas del mundo. Pide además recortes en las prestaciones sanitarias de nuestro país para reducir la deuda. Y no nos piden la Luna porque, de momento, sólo está al alcance de los americanos.

Opino que existen mejores propuestas para atajar esta crisis y aliviar el déficit, pero nuestros políticos no se atreven a acometerlas por puro egoísmo e intereses partidistas. Cito a algunas:

l.- Eliminar el Senado, una cámara inútil que no existe en Noruega, Suecia y Dinamarca y no la echan de menos; en Alemania sólo tienen cien senadores y en USA uno por cada Estado. Los grandes teóricos del Derecho Internacional Constitucional opinan que es una Cámara innecesaria, prescindible y en extinción. Nosotros la mantenemos a base de 260 senadores inútiles. Su eliminación nos supondría 3.500 millones de euros anuales.

2.- Suprimir las pensiones vitalicias de diputados, senadores y otros “próceres” que ya han mangoneado bastante.


3.- Revisar los sueldos de Alcaldes que cobran cantidades exorbitantes nada de acuerdo con su misión y la categoría de su municipio.

4.- Obligar a los políticos y a sus adjuntos que han robado y han sido condenados, no solamente que cumplan su periodo de cárcel, sino que devuelvan el dinero que se han llevado de las arcas públicas, aunque tengan que embargarles hasta las cejas. .

5.- Suprimir los coches oficiales, según se acordó hace cuarenta años en los Pactos de la Moncloa. No es admisible y asumible que tengamos un parque automovilístico oficial superior al de los Estados Unidos.

6.- Anular todas las tarjetas VISA oficiales y poner en la calle a todos esos “asesores” y “cargos de confianza”, ya que existen funcionarios de sobra para desempeñar esos destinos.

7.- Un embajador y un solo cónsul para cada país. Gastamos más en representaciones diplomáticas que USA e Inglaterra.

8.- Eliminar o bajarlas como mínimo en un 30 por ciento las partidas 4,6 y 7 de los Presupuestos Generales del Estado, relativas las transferencias a Sindicatos, partidos políticos y fundaciones extrañas y opacas.

De esta manera se ahorraría 45.000 millones de euros al año y no haría falta tocar sueldos, pensiones, etc y hasta se podrían invertir unos seis mil millones de euros en crear nuevos puestos de trabajo, bajando las cifras de paro. Y todo cuanto se haya suprimido no entorpecería para nada la marcha del país, todo lo contrario, haría justicia a favor de los que nada tienen y tanto soportan y nos sacaría del agujero negro donde nos hallamos. ¿Por qué no van ninguna de estas medidas en las propuestas electorales de nuestros candidatos y futuros gobernantes?.

No me gusta ser demagogo, pero opino que ninguna de las medidas propuestas nos servirá para salir del atolladero. Huyo, no obstante, de la lucha de clases, rencores y enfrentamientos, pues considero tremendamente peligroso llegar a ese extremo y sé, no lo puedo negar, que siempre ha de haber pobres y ricos, “currantes” y beneficiarios del “curro” ajeno. Aunque no sea ley de vida, sino norma sostenida por una clase privilegiada que aún piensa que los títulos nobiliarios, castillos y posesiones que hace ya muchos siglos recibieron algunos de sus antecesores, debe ser una prerrogativa permanente e inmutable, aunque ellos no lo hayan merecido, ni hagan nada por merecerlo. Creo que todo ha de tener un límite, como la vida misma y que pasado cierto tiempo esas propiedades han de regresar al Estado en representación de la ciudadanía. Como máximo, en recuerdo a las hazañas de esos antepasados, podrían conservar los títulos nobiliarios, si hablamos de nobleza. Y esas tierras, que a veces ocupan todo un pueblo donde sus habitantes viven asfixiados cultivándolas con sueldos de hambre, a pesar de que a sus propietarios les subvencionen con ayudas oficiales de la UE, sean devueltas al pueblo donde se encuentran y ofrecer a sus antiguos propietarios una renta como compensación, pero no la propiedad. En este tiempo de crisis y dificultades cuesta trabajo ver a tantos paniaguados viviendo en la opulencia, sin el menor problema, ofendiendo al ciudadano con su cómoda clase de vida, sin que políticos o gobierno pongan freno a esta injusta manera de distribuir las riquezas. Y todo por un hecho, batalla o golpe de suerte de un antepasado que ya ha recibido con creces lo mucho o poco que pudo hacer en su día. Es una simple opinión.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp

No hay comentarios: