Felipe Alfonso, Del 15J al 20N

miercoles 26 de octubre de 2011

Del 15J al 20N

Felipe Alfonso El Jaber (Elsemanaldigital.com)

S IEMPRE que se acercan unas elecciones se dicen que son las más importantes de nuestra democracia. Pero no tengo dudas, las más trascendentales fueron las de 1977, el 15 de junio.

En los comicios del 15J, tuvimos que elegir entre la reforma o la ruptura. Los españoles votamos por la reforma, como ya se había manifestado, apoyando, masivamente, la Ley de Reforma Política, en referéndum, el 15 de diciembre de 1976, algo que el PSOE en su momento apoyó a regañadientes, ante la evidencia de la opinión mayoritaria de los españoles.

Hasta ahora los siguientes comicios en importancia han sido el 28O y el 3M.

El 28 de octubre 1982 significó la llegada de la izquierda al poder 46 años después, sin duda otra izquierda, integrada en la Europa Occidental.

La llegada del PP al poder el 3 de Marzo de 1996, supuso el éxito de la evolución del centro derecha iniciada por Fraga, continuada por Hernández Mancha e impulsada definitivamente, en la Refundación de Sevilla, bajo el liderazgo de Aznar.

La actual situación, tras los últimos dos mandatos socialistas, convierten, en cambio, los comicios del 20N, en los más importantes desde el 77. La política del buenismo, promovida por Zapatero y Rubalcaba, ha agravado la crisis económica a unos niveles inauditos. Las familias, empresas y administraciones públicas han visto mermada su capacidad económica y su actividad con una brusquedad sin parangón en Europa. Cinco millones de parados y cientos de miles de ejecuciones hipotecarias lo dicen todo.

Esta política de diseño a gusto de los interlocutores, pero a costa del interés del conjunto, nos ha llevado a otras crisis, algunas promovidas a conciencia desde el Gobierno. Cada una daría para al menos un artículo, pero, en resumen, serían las siguientes:

La crisis de la idea de España. Al renegar de La Transición de La Concordia, se ha roto los consensos básicos sobre los que se asientan nuestra Constitución, especialmente, en el fundamento del Estado de las Autonomías, un estado descentralizado dentro de la Nación Española y apoyado en la idea de la soberanía común.

Por otro lado, se reniegan de los elementos más cohesionadores de una Nación, nuestra historia común, nuestra cultura, especialmente, la lengua de Cervantes, a la que se quiere asfixiar artificialmente, e incluso, coactivamente, en varias comunidades.

La crisis del sector público. Las administraciones han llegado a un punto cercano al colapso, producto en parte de la crisis, pero también de las duplicidades y los michelines de las ineficiencias y el buenismo de yo gasto más, sin importar si gasto mejor.

La crisis de la negación del origen de los valores de nuestra civilización, el humanismo cristiano, y de nuestra propia ética colectiva.

Otros elementos que deben ser reformados para modernizar el país, son la educación, la justicia y hasta las previsiones de la pirámide poblacional, entre otros.

En definitiva, muchas reformas por desarrollar y para fortalecer la sociedad que somos, frente a su progresivo debilitamiento. Nos jugamos mucho el 20N

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