miércoles, febrero 24, 2010

Alfonso Ussia, Patria y Estado

Alfonso USSÍA
Patria y Estado

24 Febrero de 2010

Los nacionalistas, da igual que sean catalanes, vascos o gallegos, no odian al Estado. El Estado es para ellos un chollo, un instrumento de mejor vida, la llave victimista que abre de par en par la puerta de sus despensas. Pero sí odian a España, la Patria común con un milenio de unidad a sus espaldas. El Estado es el administrador. El que recauda y distribuye, no siempre con justicia y responsabilidad, el dinero de los españoles. El que pacta canonjías territoriales y nunca desciende de sus alturas de poder para situarse al nivel de la ciudadanía. Y España es el sentimiento, la Historia, los hechos, los héroes y los villanos. El Estado es la subvención, la notificación, la multa, la sanción y el despilfarro. España es la pintura, la poesía, la arquitectura, la literatura, la historia, la geografía y la ciencia. Es también la guerra y la paz, la alegría y la tristeza, el gozo y la tragedia. El Estado es el papel, y España es el alma. El Rey es el Jefe del Estado, pero ante todo y sobre todo, es el Rey. El Rey de España. Representa lo que odian los nacionalistas e independentistas. Lo que lleva a éstos a exteriorizar su estúpida contradicción. Cuando un nacionalista catalán, o vasco, o gallego –ésos son menos–, abuchea y silba al Rey y al Himno, se está insultando y abucheando a sí mismo. Tiene plena libertad para hacerlo. No lo hizo cuando estaba prohibido. Cobardía se llama esa figura.
El Estado es el carísimo aparato del funcionariado ruinoso y excesivo. España es la calle. Y los paisajes. Ese milagro que se da en nuestra Patria de la diversidad de hombres y tierras. España es un paisaje que anda. El Estado es una máquina que todo lo vigila, lo analiza y que actúa a su antojo. España es la emoción y el Estado la presión. Y España es la unidad y el Estado la desunión, el egoísmo y la ventaja. De ahí que los pitos al Rey –Anson acierta en su brillante «Canela Fina»– se reunieron en su persona por cuanto a España representa. El Rey es un protagonista de la Historia de España, no un edificio recaudador de impuestos o un rótulo en catalán. Y además, un brillante protagonista de nuestra Historia, impulsor de la libertad y de la concordia. Al abuchear al Rey, abuchean al mapa. El que hemos estudiado y querido desde nuestra infancia.
A los jóvenes nacionalistas e independentistas de hoy se les ha envenenado desde la infancia con el odio a España. No al Estado. España da y el Estado recibe. Posteriormente, el Estado, la gran máquina, distribuye, y España, la gran emoción, no tiene derecho ni a abrir la boca. Los Reyes sabían que su presencia en Bilbao, con una mayoría de jóvenes nacionalistas vascos y catalanes en las gradas del pabellón de Baracaldo, no iba a ser bien recibida. Pero se presentaron a pesar del riesgo. Y su entrada en el recinto significó la presencia de España. Reyes e himno. No se presentó el Jefe del Estado acompañado de su mujer, sino el Rey y la Reina. Y no sonó la canción local, sino el Himno de España. Los pitos fueron para el concepto, la historia y lo que los Reyes representan. Ser objeto de groserías entra también en el sueldo. Se insulta al Rey porque se insulta a España.
Ésa es la diferencia. España y el Estado. La misma que se establece entre una madre y un hijoputa.

http://www.larazon.es/noticia/3698-patria-y-estado

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