Memoria al pil pil, Garzón en adobo
ANTONIO BURGOS
Miércoles , 17-02-10
EL gobierno autonómico de las Vascongadas tendría que poner en marcha de nuevo aquella vieja campaña turística del «Ven y cuéntalo» que tantos disgustos le costó por cierto al maestro Antonio Mingote cuando cogió ese lema y lo pegó en su viñeta, a modo de collage, junto al recorte de la foto del cadáver de una persona asesinada por la ETA, tirado en la calle y cubierto por una lorquiana blanca sábana. Tenía don Francisco (vulgo Pachi) López que renovar esa campaña, para que nos enterásemos de cuánto está cambiando hacia la libertad con su presidencia autonómica. Entre otras cosas, para que supiéramos que la muy deseada concordia entre PSOE y PP, que parece imposible en el resto del Reino, ya se ha producido en aquella parte de España. Y de qué manera. Con frutos impensables hace pocos años.
Por ejemplo, con la verdadera Memoria Histórica, cavando las fosas sobre las que otros, allí mismo, hace nada, se hartaron de echar tierra. Tierra vil sobre los asesinatos, los chantajes, los secuestros, la dictadura del miedo de la ETA. Con todos los respetos para los sentimientos de los vascos, diré que igual que hay una forma vasca de cocinar el bacalao, Lopez ha inventado la Memoria Histórica al pil pil. Sin necesidad de que los cocineros adictos al separatismo trinquen subvenciones de Madrid para el Basque Culinary Center, cuyo nombre ponen en inglés para no tener que escribirlo en castellano, los muy mamones. Sin necesidad de trincar de Madrid con el cuento del envergue, don Francisco (vulgo Pachi) López ha puesto en marcha la Memoria Histórica al pil pil, en los fogones de la libertad, la justicia, la democracia. La cartografía de la vergüenza ha empezado a levantar el que llaman Mapa de la Memoria. A saber: los lugares donde la ETA llevó a cabo sus fechorías de asesinatos. Ya han puesto una placa en Lasarte, y por eso me he enterado. En Lasarte ya corren los caballos de la libertad, a los que el gobierno autonómico de PSOE y PP les ha quitado el freno del miedo. Ya hay allí un recuerdo perenne de aquella niña de 22 meses, Begoña Urroz, la primera víctima asesinada por la ETA, achicharradita la pobre al estallar una bomba. En 1960, que se dice pronto. Hace ya medio siglo. Medio siglo de asesinatos de la ETA ante los que en aquella tierra se miraba para otro lado, por no decir en el resto de España. Y está bien que se haya recordado en ese Mapa de la Memoria que la primera «hazaña» de la ETA fue un ataúd blanco, no el asesinato del comisario Melitón Manzanas como han tratado de hacer creer, en esta reescritura de la Historia que cada cual hace a la carta, a su gusto y conveniencia. En plena dictadura de Franco, el asesinato de un policía fue vendido como una victoria de los postulados nacionalistas. ¿Una victoria de qué? ¿Puede haber victoria construida sobre la muerte? Por eso es de plena justicia que este Mapa de la Memoria haya puesto las cosas en claro, con ese ataúd blanco con el que empezó en Lasarte la negrísima cuenta de los asesinatos de esta banda.
Yo pondría también una placa del Mapa de la Memoria en cada pueblo andaluz donde una tarde, entre el silencio y el olvido, llegaban ataúdes cubiertos con la bandera de España, que traían de vuelta a su tierra a un guardia civil, un militar, un policía, asesinados por la ETA en los oscuros años del plomo, cuando de las víctimas, encima, decían el terrible: «Algo habrá hecho». Y, desde luego, pondría, y ya mismo, una placa recordatoria de ese Mapa de la Memoria en el bar Faisán, evocando el chivatazo, para que quede constancia de hasta dónde llegó la poca vergüenza de los que con tal de ponerse medallas llamaron Proceso de Paz a la ignominia del Estado. O sea, Memoria al Pil Pil y Garzón en Adobo, sin necesidad del Basque Culinary Center que nos va a costar 7 millones de euros a los españoles que sí queremos seguir siéndolo.
http://www.abc.es/20100217/opinion-firmas/memoria-garzon-adobo-20100217.html
miércoles, febrero 17, 2010
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