Ladron de Guevara, El don de la ubicuidad

jueves 25 de febrero de 2010

El don de la ubicuidad

Ernesto Ladrón de Guevara

H ASTA ahora la propiedad de penetrar en la propia sustancia con la antimateria no estaba descubierta. Sin embargo el Partido Socialista, apoyatura natural del Sr. Zapatero, lo está consiguiendo. Se ha producido el milagro. Ha hecho posible ser parte y contraparte, ser fiscal y abogado defensor de sí mismo en un mismo acto. Ser forma y materia, potencia y acto. Ser gobierno y oposición de sí mismo sin solución de continuidad. Estar gobernando y manifestándose contra si mismo.

Es glorioso. Inconcebible hasta ahora. Pero lo ha logrado. Sorpréndanse y maravíllense, señores. No se lo pierdan. Todo un espectáculo.

Una señora diputada ha logrado una nueva definición de tan sublime transmutación en el mismo acto: el prefijo “di” significa dos, y el sufijo “putada”, ustedes mismos pueden averiguarlo mirando al diccionario. Es decir, dos personas distintas y un solo ser verdadero. Una de las personas, comparece en cuerpo presente en el Congreso de los Diputados, oseasé en la Comisión del Pacto de Toledo, la otra, ectoplasma de la primera, acude a la manifestación sindical contra el pensionazo de los 67 (años) convocada por los sindicatos que tradicionalmente apoyan al Gobierno y pulen las aristas de las políticas antiobreras que retrotraen los derechos de los trabajadores a hace más de treinta años. Esta di-putada, asemejaba hace unos cuantos días el retraso de la edad de jubilación a un cambio de marido. Oseasé a la posibilidad de mejorar la vida cambiando de pareja como quien se cambia de modelito, para rejuvenecerse a la carta.

La señora diputada habrá asistido con toda certeza a la manifa de este martes en Madrid, gritando contra el Gobierno con sus “compañeros” al tiempo que defiende la medida de envejecimiento de la población trabajadora mientras los jóvenes se pudren esperando un trabajo y se agarran como una lapa al cobijo hogareño de los papás ante la imposibilidad de formar una familia propia o de embargar toda un vida con la compra de un piso. Tales dotes de ubicuidad aconsejan la contratación de la señora en cuestión para un buen circo, a ser posible mundial, pues el espectáculo de prestidigitación o de magia potasa está asegurado:

Me imagino el número: “¡¡¡Señores y señoras!!! Les presentamos al mejor espectáculo circense hasta ahora conocido. ¡¡¡La materia y la antimateria juntas en un mismo fenómeno ectoplasmático!!! ¡¡¡El ser y el antiser!!! La tesis y la antítesis juntas en una misma forma y materia. La señora… es capaz de transmutarse al mismo tiempo en diputada postulante del Gobierno y en manifestante sindical contra el mismo. En un mismo ser dual y en una misma materia izquierdizante. Observen y asómbrense: El nuevo milagro de la física automutante.


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