Los crímenes terroristas no deben prescribir
16.02.2010
CUANTO ANTES se acometa la reforma del Código Penal que se discute desde hace tres meses en el Congreso de los Diputados menos veces tendremos que asistir a escenas tan dolorosas como la que se produjo el jueves pasado en la Audiencia Nacional: la de unas víctimas protestando porque el terrorista que comparece ante el tribunal va a ser juzgado por varias causas, pero no por el asesinato de su familiar, puesto que, incomprensiblemente, ese delito ha prescrito.
Puesto que una de las funciones fundamentales para restañar el daño moral que sufren las víctimas es precisamente la sentencia que confirma que se ha hecho justicia, resulta frustrante que ese derecho se les haya privado en alguna ocasión por la redacción del Código Penal vigente.
Pero no es ésta la única barrera con la que han chocado las víctimas en su reclamación de reparación y justicia. La Ley de Amnistía contra la que estos días arremeten los corifeos de Baltasar Garzón para justificar su causa general contra el franquismo es la misma que permitió que hayan quedado impunes los asesinatos de servidores de aquel régimen -como Carrero Blanco-, y también el de simples servidores públicos -como el del chófer y el escolta del entonces presidente del Gobierno- y el de civiles inocentes -como la decena de ciudadanos asesinados en la cafetería Rolando de Madrid con una atentado con bomba-. Esa realidad que obvian quienes tienen una visión sesgada de la memoria histórica, encierra además una asimetría evidente: mientras los crímenes del franquismo acabaron con la muerte del dictador, se amnistió a miembros de una banda que sigue matando 35 años después.
Aquella experiencia debería servir de enseñanza para todos los políticos de cara al futuro, porque algunos de los criminales a los que se les concedió el perdón y otros a los que se benefició bloqueando directamente la investigación de sus atentados con la idea de favorecer la disolución de los grupos terroristas en los que militaban -caso de ETA pm y de los Comandos Autónomos Anticapitalistas- acabaron a la postre en las filas de ETA.
Aunque tanto el PSOE como el PP están de acuerdo en que el nuevo Código Penal incluya la imprescriptibilidad de los delitos terroristas con resultado de muerte, los desencuentros en otros puntos de la reforma hacen complicado que la reforma de la ley pueda ser una realidad a corto plazo. Esa disputa pone en riesgo que puedan llegar a juicio algunos crímenes cometidos a principios de los 90, en una etapa particularmente sangrienta de ETA. El propio atentado que en 1991 marcó para siempre la vida de la entonces niña Irene Villa sigue sin estar resuelto y muy cercano a la prescripción. Y en esa misma situación están también otros cuya autoría no corresponde a ETA, como el primer atentado islamista cometido en España, que dejó 18 muertos y más de 80 heridos en el ataque al restaurante madrileño El Descanso.
A ese respecto hay que recordar que, como denuncia la Fundación de Víctimas del Terrorismo, quedan todavía sin resolver medio centenar de asesinatos terroristas cometidos hace más de dos décadas. Dado que a algunos de ellos les amenaza la sombra de la prescripción, convendría que los grupos parlamentarios acelerasen en la medida de lo posible los trámites para aprobar lo más pronto posible el nuevo Código Penal.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/02/15/opinion/22625640.html
martes, febrero 16, 2010
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