No es para tanto

viernes 3 de noviembre de 2006
No es para tanto
Juan Urrutia
E L otro día siguiendo la insana costumbre de ver la tele en horario infantil me encontré, durante los interminables anuncios, los cuales suelo aprovechar para releer el primer tomo del Quijote, con uno particularmente insultante. Publicitaba un programa de la recientemente creada Cuatro. Lo que me ofendió fue el hecho de que, tras anunciar que en dicho programa hablarían de los vestidos de tal artista y del noviazgo de no se quién, con la misma voz alegre y pizpireta añadieron a la lista de temas el asesinato de una mujer a manos de su pareja. ¿Qué mensaje procura de forma velada, e imagino inconsciente, tal publicidad? Personalmente me dio la impresión de que otorgaban al asesinato la condición de acto banal. No es la primera vez que veo tratar el tema en cuestión en programas de temática superficial, vamos, prensa rosa. La intención es ganar audiencia o lo que es lo mismo, dinero. Por tanto es un propósito inmundo al conseguirse gracias a la exposición de los detalles más truculentos de un asesinato. Además esta frivolización del daño infringido por un ser humano a otro transmite a los esponjosos cerebros efervescentes de los tiernos prepúberes que matar no es para tanto. La violencia prolifera en las aulas de los colegios e institutos, día sí y día también una mujer perece a manos de su pareja, jóvenes que “se aburren” terminan con el tedio quemando vivos a quienes viven en la calle… y qué mensaje les hemos legado desde niños: que matar, agredir o vejar a una persona no es para tanto.