miercoles 12 de julio de 2006
NUEVA CONDENA EUROPEA: EL SECTARISMO QUE NO CESA
Félix Arbolí
A NTES de iniciar el artículo he de aclarar, para alivio de caminantes y evitación de exaltados, que no soy franquista, ni antifranquista. No debo ningún tipo de beneficios o prebendas personales a ese Régimen, aunque tampoco he sido molestado en lo más mínimo durante su larga etapa. Asistí en Cádiz, mi residencia entonces, a la manifestación en contra de la condena de la ONU, que dejó al pueblo español en la más completa de la soledad, el hambre y la incomprensión, como si los españoles supervivientes de la hecatombe guerrera, favorables y desfavorables al Jefe del Estado y su política, tuviéramos que pagar castigo alguno por “crímenes” que ellos no habían cometido. El hambre y las calamidades, como siempre, las pasó el pueblo sencillo y llano y no sus políticos y gobernantes. ¿Es esa una manera eficaz de combatir a un régimen, matando de hambre y cubriendo de necesidades a sus ciudadanos?. Podían haberse metido ese voto contrario los ínclitos países que lo promovieron y aceptaron por donde amargan los pepinos, ya que muchos de ellos, por no decir casi su totalidad, tenían motivos más que suficientes para ser declarados criminales de guerra internacionalmente. Y, lo repito, asistí a esa manifestación promovida para protestar por el empeño del comunismo internacional en aniquilarnos a todos los supervivientes de la guerra, como si entre ellos no hubiera personas inocentes, ancianos, mujeres y niños limpios de culpa y responsabilidades, incluso adeptos de su doctrina. Querían ganar con el hambre, lo que no pudieron hacer en las trincheras. No puedo dar carta blanca al gobierno de Franco en todas sus decisiones, ya que algunas, muchas incluso, no estaban de acuerdo con mi manera de pensar y enfocar un futuro de reconciliación entre los españoles. Hubo sentencias de muerte, algunas no muy claras a mi modesto entender, otras que pudieran considerarse en cierto aspecto justificadas, si puede tener justificación quitar la vida a una persona, para evitar que el condenado siguiera matando y asesinando sin tregua ni control. Hubo abusos de autoridad por parte de esos que te amenazaban con cierta chulería “!No sabe usted con quién está hablando!” y tenías que tragarte tu orgullo porque ese energúmeno podía ser un jefazo, militarote de altura o cargo político, dueño absoluto de buscarte la ruina por menos que canta un gallo, afortunadamente, no lo experimenté personalmente, pero lo presencié en más de una ocasión, demasiadas. Pero junto a estas irregularidades y abusos, propios de toda Dictadura, hubo también logros que hay que ser muy insensato y recalcitrante para no valorarlos. Tuvimos la Seguridad Social que, los gobiernos anteriores con todo su amor por el pueblo no se preocuparon en implantar cuando tuvieron todo el poder en sus manos. La construcción de pantanos, gracias a los cuales hoy se asegura el abastecimiento de agua a muchos pueblos de España y por cuya meritoria gestión le llamaban “Paco el rana”. Ya hubiésemos querido que esa “rana” hubiera duplicado su gestión en este cometido para el bien de todos. La paga del “l8 de julio”, que hoy seguimos cobrando y celebrando jubilosamente, aunque la denominen de otra forma. La construcción de gran número de pabellones y universidades donde la juventud de toda clase social pudiera aspirar y obtener un futuro mejor. Los mismos que fueron sus más acérrimos enemigos y utilizaron esos edificios para sus batallas y provocaciones. El gran número de hospitales y residencias sanitarias que pudieran atender las necesidades y males del pueblo en general, sin tener que acudir para remediar sus dolencias y curar sus enfermedades a clínicas privadas y muy costosas. Etc. No quiero hacer un panegírico del franquismo, ya que como digo al principio nada le debo personalmente, ni me siento identificado con muchos prebostes de su política. Solo enumerar una serie de factores favorables y desfavorables, como debe hacerse en todo juicio a una persona, política o gobierno. Además, si los propios nietos de Franco, gozan de su vida privilegiada y no se mojan defendiendo al abuelo, no iba a ser yo el que rompiera lanzas en su favor. Sin beberlo, ni comerlo. Puestos los puntos sobre las íes, aclarada mi postura y dejada constancia de mi ausencia de militancia en la política de aquella época, simplemente exponiendo lo que está a la vista y disposición de todos, paso al siguiente punto, origen de este artículo. El Parlamento Europeo, ese Foro que nos ha traído el euro con las consiguientes subidas de precios en todos los artículos, el control y la limitación de nuestras producciones agrícolas, ganaderas e industriales y el tener que soportar en plano de igualdad a tanto indeseable que cruza nuestras fronteras, porque pertenecen a esa Comunidad, a través de su Presidente José Borrell, socialista español, acaba de proponer y defender ( lo conseguirá) , condenar a la España de Franco, como signo de todos los males e infortunios del mundo. El gran traidor de nuestra Historia, el verdugo de la Humanidad, el carnicero insaciable, según ellos y su tan traída “memoria histórica” que, ofrece más lagunas y malévolas omisiones que aciertos y rigores a la verdad. Según el vocero de tan tremenda iniquidad digna de la unánime condenación, aún tiene en su memoria las escenas de obispos y religiosos saludando al estilo fascista durante la Cruzada, (lo de Cruzada es expresión suya), los cementerios y tapias llenas de fusilados, etc, etc. Resulta curioso y sorprendente que un señor que nace a los ocho años de haber terminado la contienda, se acuerde de esas escenas. Aún no estaba ni en el pensamiento de sus padres traer al mundo a un “memorión” tan prodigioso, ya que lo más probable es que ni aun siquiera hubieran unido sus vidas. Hay que ser duro de mollera y tenaz en el rencor para traer a colación, a los setenta años, una condena contra un periodo de la historia de su patria, al objeto de que reciba el desprecio internacional. Pero en sus recuerdos aflorados ante esa dilecta reunión de prestigiosos políticos internacionales, se olvidó de mencionar un Paracuellos, las tapias de tantos cementerios donde finalizaba el famoso paseo y ejecución por los milicianos a los que no eran afines a sus ideas o simplemente no pertenecían a su clase social; el tiro en la nuca ante las fosas cavadas por la propia víctima; la tortura y afrentosa muerte de tantos obispos, sacerdotes y religiosos, por el solo hecho de profesar la fe cristiana, ni la quema de iglesias, conventos y fusilamientos de imágenes (como el famoso del Cerro de los Angeles). ¿Cómo les extraña que esos obispos y religiosos supervivientes al odio y el aniquilamiento del llamado Frente Popular ( que no era la meta de la República, sino el resultado de su desmadre), no saludaran a esos soldados y falangistas que les salvaban de una feroz tortura y muerte ominosa brazo en alto y hasta con bendiciones, incluso abrazarlos y besarlos diría yo, si me viera en esas circunstancias?. ¿Qué pretenden estos cegatos de la sin razón?. ¿Y ese es el crimen que hay que condenar, no el que los maten por ser adictos a sus creencias y representantes de la religión cristiana?. ¡Vaya juicio y paparruchada política internacional a la que nos tienen tan acostumbrados, los que ven como enemigos a todos aquellos que no son de su ideología farisáica y engañosa!. Y ¿acaso no son objeto de condena internacional en ese prestigioso y “neutral foro”, los que entregaron el oro del pueblo a la “solidaria” Unión Soviética, para que el “papaíto” Stalin, pudiera continuar sus anexiones de países vecinos por la fuerza y el exterminio, como en Polonia, que se libraron de los nazis y se encontraron con los no menos peligrosos y sádicos soviéticos, (las fosas de Catín), hasta el extremo de que, vistas las realidades tan trágicas que le ha tocado vivir, es la nación más conservadora y católica de Europa, pues está escarmentada de estos “salva patrias” que sólo intentan cargarse sus señas de identidad nacional y su fe religiosa. ¿Por qué no se condena el asesinato del diputado Calvo Sotelo, cuando la misma Pasionaria se lo predijo, al indicarle en el mismo hemiciclo que ése había sido su último discurso pronunciado. El crimen se produjo con nocturnidad y alevosía por guardias de asalto, siguiendo órdenes del gobierno de la República, a pesar de las promesas y garantías que hicieron al detenido y su familia de que no le pasaría nada, simple cuestión de trámites. Las arengas de una exaltada Pasionaria a los que se iban al frente, inculcándoles un odio insaciable y profundo hacia el adversario y animándoles a entrar en los conventos y violar a las monjas para hacerlas madres de verdad, etc. Sin olvidarnos que si los otros saludaban con el brazo en alto, ellos lo hacían con el puño cerrado. Unos con el fascista y los “buenos” con el comunista o soviético. ¿No vio en su portentosa clarividencia el señor Borrel esas encantadoras escenas también?. ¿Es que estos crímenes deben quedar impunes ante la Historia?. ¿No son incumbencia de ese magnánimo Foro internacional?. ¡Hay que tener muy mal yogur y muchas ganas de rizar el rizo, para llegar a tales extremos, cuando han pasado tantos años y los que han vivido esos tristes y duros episodios ya no están entre nosotros, salvo muy raras excepciones, entre las que me cuento e intentamos olvidar, al menos eso pretendemos, esos amargos y violentos episodios, que ustedes con su odio sectarista lo estáis renovando de continuo pero, como siempre, faltando a la verdad histórica en su provecho exclusivo!. ¿Con qué derechos se erigen esas naciones de ese Foro condenatorio a enjuiciar un periodo de nuestra Historia, que solo a nosotros incumbe?. Si se examina detenidamente, sin pasión ni sectarismos, como deben medirse las cosas, la historia de esos países, pocos se salvan de ser autores de traiciones, salvajadas y genocidios en su etapa aún más reciente que nuestra guerra. ¿Por qué no se les condena?. ¿Alemania, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, etc, etc, deben sentirse orgullosos de su trayectoria política, humana y social ¿. ¡Qué pongan en orden sus casas, limpien la basura de sus rincones ocultos y cuando la tengan tan limpia como una patena, qué hablen e intenten corregir a los demás, que no nos hemos metidos en sus asuntos. Y al señor Borrell, con todos mis respetos a su flamante y bien ganado cargo, que tome rabitos de pasas, pues dicen que aclara mucho la memoria y a él, por lo que veo le hace mucha falta. Además, de esa manera no hacemos patria, ni buscamos reconciliación y un futuro más relajante para los españoles que, por si lo ha olvidado, él también lo es.
martes, julio 11, 2006
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