martes, julio 18, 2006

Demasiadas patadas al diccionario

miercoles 19 de julio de 2006
DEMASIADAS PATADAS AL DICCIONARIO.
Félix Arbolí

V IVIMOS tiempos de alteraciones, tergiversaciones y errores sin límites, que nos acompañan a diario en nuestro normal discurrir, lecturas de prensa, visiones televisivas y audiciones radiofónicas. He podido comprobar, con auténtico asombro y perplejidad, como firmas muy conocidas y seguidas por una amplia masa de lectores, exhibían con la mayor naturalidad faltas de ortografía del más grueso calibre (uso el término militar por su tremendo efecto impactante sobre el desprevenido lector), sin que se emitiera una simple rectificación ni por parte del desafortunado autor, ni del obligado corrector que debe existir en todo medio de comunicación y escritura. Pero esas barrabasadas que dañan la vista y mortifican el oído, (si se les lee), a cualquier persona que haya llegado al nivel de la Educación Secundaria, se dan y abundantes en nuestros días, sin que la autorizada voz de un académico de la Real, esa que “fija, pule y da esplendor”, haga nada por impedirlo. Increíble, pero cierto, desgraciadamente. No me considero un estilista, ni presumo de no caer en errores cuando escribo, pero mido mucho y consulto con el diccionario continuamente, hasta aquellos términos que siendo muy habituales, no se solemos usar en su correcto significado. Es muy fácil caer en ese enojoso error, lo he podido comprobar demasiadas veces, con excesiva facilidad, por no detenernos un instante a comprobar si el término utilizado es el adecuado y está correctamente escrito. La riqueza de nuestro idioma y su extensa variedad en palabras para expresar lo mismo o las numerosas acepciones que pueden entrar en una sola palabra, nos hace muchas veces bajar la guardia y empujado por el ritmo vertiginoso en el que la vida moderna nos hace trabajar, son los causantes de estos males o más bien de estos despistes, aunque muchas veces excedan de los límites normales y tolerados. Pero no son sólo las faltas de ortografía, los detalles negativos a los que yo me quiero referir. También debo hacerlo del mal uso y deformación que muchos locutores, presentadores y participantes de la televisión hacen de nuestro vocabulario y a la debida significación que deben dar a sus palabras, habida cuenta de la influencia que sus maneras de conversar y expresarse tienen para los miles de televidentes que les siguen. ¿ Son defectos del guionista o mal uso de lo que han escrito para que lo repita el que aparece en la pantalla?. De una u otra forma, debe haber alguien que pueda poner remedio a tanto desmadre y despiste, corrigiéndolo o ensayándolo, antes de que el rostro popular se coloque ante las cámaras. Claro que a lo niveles que ha caído nuestra televisión, en todos sus canales, no es nada extraño confundir colores, aptitudes y conceptos, llamando fiero león al que no pasa de simple chucho callejero. Días pasados, anunciaban un nuevo programa (¡Dios no asista!). Me da la impresión que será uno más de los que están tan de moda, donde se encierran una serie de extraños personajes y ocurren las más insólitas situaciones y más “recomendables” diálogos. También pudiera tratarse algo similar a ese que se trasladaban a una lejana isla caribeña, (que a lo mejor puede andar cerca de Móstoles), en donde ocurren toda clase de aventuras, desventuras, amoríos, ataques de cuernos y todo lo demás que puedan imaginarse. Incluso como el de esos concursos donde hay que comer y tocar los más repugnantes representantes del mundo bichero (no los puedo considerar simplemente animales), encerrarse entre ellos o someterse a una serie de pruebas que hacen a uno revolverse inquieto y desagradablemente en el sillón de casa. No me enteré muy bien de la naturaleza y contenido del mismo, ya que me hallaba leyendo en ese momento, aunque sí me sorprendí, cuando oí a la feliz presentadora anunciar a bombo y platillo que figurarían en el mismo, como miembros del jurado me parece recordar, las más destacadas personalidades, entre las que citó a dos o tres habituales de este tipo de eventos, sin otro mérito en cuestión que el de prestarse a todo para “trincar”y entre los que figuraba, ¡nada menos!, que el extravagante “Neg”, ese híbrido entre marciano, mantis religiosa y bufón moderno, que hasta se permite el lujo de anunciarse para que lo coloques en tu movil y oiga su gritito en cada llamada. ¡Y llaman a estos señores de la bufonada y la vulgaridad dominante en nuestros medios, “destacadas personalidades”!. ¿Cómo llamará esta popular señorita pantallera a un Premio Nobel, a un científico e investigador, destacado pintor o escritor , excelente cantante o diva de la opera y a tantos otros genios que pasan por este mundo de locos e insensatos con más penas que glorias, ya que hasta omiten su simple mención en las notas de sociedad?. Pero lo más chocante es que lo anunciaba con el mismo énfasis que pondría Rodrigo de Triana al anunciar “!Tierra a la vista!”, en el primer y famoso viaje colombino que descubrió al Nuevo Mundo. ¿Nadie se percató en programación o en la asesoría correspondiente del ridículo que en esos instantes se estaba cometiendo al llamar “personalidades” y para mayor abundamiento del error, hasta con el calificativo de “destacadas”, a esos señores que simplemente pueden encajar en el ámbito del oportunismo y la populachería?.

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