martes 18 de julio de 2006
Del 18 de julio de 1936 y su larga herencia
El 18 de julio de 1936, hace hoy setenta años, la derecha española se sublevaba en armas contra la legalidad republicana, provocando una guerra de tres años de duración y una terrible dictadura que se prolongó durante décadas. En estos días, con enorme justicia, se viene reivindicando desde distintos ámbitos, tanto institucionales como de los más directos afectados, la recuperación de la memoria histórica sobre lo ocurrido bajo la bota de Francisco Franco y quienes le ayudaron, primero, a conquistar el poder de manera ilegítima y, después, a mantenerse en él hasta que muriera en la cama el 20 de noviembre de 1975. Y si necesario es recuperar y difundir la verdad sobre lo ocurrido en esos decenios negros, no lo es menos reconocer también la herencia que se permitió transmitir a aquella dictadura, cuya sombra llega hasta nuestros días.
El golpe de estado de la derecha española acabó con un modelo político y social avanzado que habría resultado interesante saber hasta dónde hubiera evolucionado si no hubiera sido arrancado de cuajo de manera violenta y, posteriormente, sepultado con saña. Pero a la muerte de Franco, en lugar de romper con su legado y desmontar su estructura dictatorial, la clase política y económica española optó por una reforma del régimen, que partió de las bases de que algunos de los principios impuestos como la unidad de España eran intocables, y así se recoge en al Constitución de 1978, y de que a las personas que ostentaban el poder fuera éste político, económico, judicial o militar no se les pedirían cuentas por su pasado de apoyo a la dictadura criminal, pudiendo, si lo deseaban, seguir manteniendo su posición privilegiada. Y, todavía hoy, en las élites de poder siguen siendo abundantes los apellidos que entroncan directamente con la sublevación del 36 y con el mantenimiento de la dictadura. Sin olvidar, por ejemplo, que algunos de los medios que hoy tienen una posición dominante en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, consolidaron sus empresas desde el apoyo al régimen franquista y se han valido después del capital acumulado gracias a su lealtad a Franco.
En Euskal Herria, cuando se habla de recuperar la memoria del franquismo, no se puede pretender hacerlo por contraposición al marco actual. Algunos modos de aquel tiempo no han sido superados. Los GAL actuaron en los ochenta. Gurutze Iantzi murió torturada en 1993. “Egin” se cerró en 1998 y “Euskaldunon Egunkaria” en 2003. Sigue habiendo partidos ilegales y todavía se impone la soberanía española... Muchas cosas han cambiado, pero otras no tanto. -
lunes, julio 17, 2006
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