viernes, marzo 13, 2009

Pio Moa, Hubo o no hubo Reconquista

Hubo o no hubo Reconquista
13 de Marzo de 2009 - 07:25:10 - Pío Moa
Con cierta frivolidad, Ortega y Gasset negó que un proceso tan largo pudiera llamarse reconquista, pero no justificó su aserto. El hecho es que el objetivo de la empresa, marcado desde el principio y contra toda probabilidad, se cumplió: devolver la península al cristianismo y, con la excepción portuguesa, a la unidad política bajo la inspiración del reino de Toledo. Cuestión relacionada es la de la continuidad hispanogoda, pues a menudo se alude al "neogoticismo" de la Reconquista como una invención sin relación real con la España preislámica. Pero la continuidad, aunque complicada con nuevos fenómenos sociales y culturales, nunca se rompió, permaneció en la religión y mentalidad mozárabe, y los pocos años intermedios entre la invasión musulmana y la primera resistencia asturiana no suponen una ruptura. Desde muy pronto, quizá desde el primer momento, los resistentes de Asturias se sintieron continuadores de Toledo. En cuanto a la Marca Hispánica se llamó así por algo, y sus pobladores no se sintieron francos, sino hispani o gothi, que venía a ser lo mismo, y nunca vieron con gusto la subordinación a Francia. La legislación romanogótica (Liber iudiciorum) perduró en todos los reinos, incluso entre los mozárabes, así como la lengua latina, cuya descomposición originó lenguas romances mucho más próximas entre sí que con las derivaciones italiana o francesa. Y está, por supuesto, el catolicismo.

Por tanto, bajo las obvias modificaciones y cambios históricos encontramos una continuidad esencial, y por ello una reconquista, hablando estrictamente. La lentitud de su proceso se explica por sus orígenes dispersos, por la necesidad de repoblar territorios y por la enorme inferioridad material y demográfica de los españoles frente a los andalusíes durante siglos. También se contrasta con frecuencia el esplendor andalusí con la pobreza o tosquedad española, pintando la Reconquista como una empresa bárbara. Pero, como quedó explicado, no solo cuentan la riqueza y los logros intelectuales de Al Ándalus, sino el mucho menor despotismo y mucha mayor libertad personal en los reinos hispanos, la consideración de la mujer, la extensión de la esclavitud, etc. Por otra parte, en España se observa una progresión intelectual constante, manifiesta en los siglos XIII- XIV en las catedrales góticas, las universidades, la literatura...mientras que Al Ándalus y el islam en conjunto entran en un estancamiento cultural del que no se han repuesto hasta hoy.

La lentitud dio mayor consistencia al proceso. Curiosamente, su culminación disparó hacia el exterior unas energías acumuladas en la larga lucha. Aragón –sobre todo Cataluña– se proyectó hacia el Mediterráneo imponiéndose en Córcega, Cerdeña y reino de Sicilia, incluso en regiones griegas, contra las poderosas ciudades italianas y la gran potencia francesa apoyada por el Papado; y Barcelona rivalizó con Pisa, Génova o Venecia. Seguiría Portugal con su período de descubrimientos y expansión ultramarina; y finalmente Castilla, ya unida a Aragón, creó el primer imperio mundial.

No obstante, tras la batalla del Salado parece consolidarse una España de cuatro reinos: Aragón vive el apogeo de su expansión mediterránea; Navarra cae en la órbita de Francia aun manteniendo características propias; Castilla se confirma como el reino más extenso, poblado y poderoso de España, pero iba a verse envuelta en guerras civiles; y Portugal se fortaleció con las reformas económicas de Dionisio I, que también fundó la universidad en Coimbra y una potente flota. La Reconquista parecía culminar así en la dispersión política. El ideal reunificador persistía, expuesto en la común autoconsideración como españoles, o en las políticas matrimoniales, pero parecía debilitarse conforme se afianzaban unos reinos fuertes, con intereses particulares, rivalidades entre ellos y a menudo alianzas internacionales opuestas. Así como lo más probable, aun siglos después de la invasión islámica, había sido el fracaso de la Reconquista, ahora lo más probable resultaba la configuración de la península de modo similar a como ocurriría mucho más tarde en los Balcanes. De hecho, el predominio castellano fue retado pronto por Portugal y Aragón. Portugal invadió Castilla en 1335, y mantuvo la guerra durante cuatro años, hasta volver a la alianza frente a la invasión benimerín; y posteriormente se concertó con Aragón para nuevos ataques a Castilla, enfrentamiento que duraría trece años por parte aragonesa, a partir de 1356. Pero al final predominaría, aun si no por completo, la tendencia unitaria.

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**** Es obvio que los mayores criminales del siglo XX han sido los comunistas, más aún que los nazis, unos y otros enemigos de la Iglesia Católica. Los comunistas, muy bien "comprendidos", disculpados o encubiertos por los socialdemócratas. La cifra de sus víctimas en solo un siglo supera muy ampliamente, desde luego, la causada por motivos religiosos a lo largo de la historia. Sin embargo una especialidad de esa gente es la constante acusación a la Iglesia por sus "horrendos crímenes" del pasado. La policía política de cualquier régimen "progresista" del siglo XX ha sido capaz de hacer en cuestión de semanas más víctimas que todas las de la Inquisición, que oscilan en torno al millar (con posibilidad de algunos cientos más no documentados) en tres siglos.

**** Lassalle lamenta que el cine español esté en crisis "pese a su calidad"

Calidad Lassalle.

**** Blog: "La democracia moderna es obra de la masonería". Si así fuera, habría que aplaudir a la masonería... sociedad secreta-discreta y por tanto no democrática. Aunque ya sabemos que la masonería no solo creó la democracia, sino también el comunismo, el nazismo, el estado de Israel y todo lo que a ustedes se les ocurra.

Algunos creen tener un derecho privilegiado al poder, derivado de su privilegiado acceso a los designios de Dios; y siendo así, para qué la democracia.

http://revista.libertaddigital.com/dos-criticas-a-la-democracia-1276236357.html

**** La excusa del PSOE: "Estuvimos en todos los actos de la asociación de Pilar Manjón"

Por supuesto. Manjón es comunista (nada mejor que nazi). Cada oveja con su pareja.

**** "Lo que le faltó fue grandeza". El PP tacha de "mezquina" la actitud del PSOE en el homenaje del 11-M". La grandeza que le sobra a los señoritos futuristas: grandes hipócritas. Grandes farsantes. Grandes colaboradores de los "mezquinos". ¿Qué defienden los futuristas? Sus grandes poltronas. Estos pendejos creen que lo del 11-m no les da muchos votos, por lo que se contentan con un poco de paripé. Sus grandezas.

**** Dicho de otro modo: la caída del Frente Popular en marzo de 1939 no se produjo porque no tuviera medios de resistir, que los tenía, por supuesto, sino porque una parte de él no aceptaba ya la hegemonía de Negrín y el PCE, y prefería rendirse a Franco, y eso fue precisamente lo que hizo imposible la resistencia. Por supuesto, en estos casos siempre se invoca la "imposibilidad material" y razones legales como el ambiguo golpe de estado de Negrín. Recuerdo haber leído la anécdota de un general useño que explicaba con pelos y señales por qué no había realizado una operación determinada. Después de oírle atentamente, otro general le observó: "No ha dicho usted una razón muy importante". "¿Cuál?". "Que usted no se sintió capaz de intentarlo". Si todo se redujese a una relación material de potencia, nunca habría ganado una batalla un ejército peor dotado de trropas y material, pero tal cosa ha ocurrido innumerables veces; la Reconquista habría sido aplastada en embrión; el Alcázar de Toledo, el cuartel de Simancas o Teruel se habrían rendido el primer día. Una de las cosas más estúpidas que se han escrito, y que refleja muy bien ese realismo pedestre tan difundido hoy en España es aquello de "Vinieron los sarracenos y nos molieron a palos..." Cuando vinieron, los sarracenos eran muy pocos, y terminaron vencidos a pesar de haber logrado una superioridad numérica y material apabullante.

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Hoy, en Época:

EL FINAL DE LA GUERRA CIVIL

Las discusiones sobre la guerra civil podrían centrarse, por economía de esfuerzo, en su etapa final después de que el Frente Popular perdiera Cataluña, pues en esa etapa afloran con plena fuerza lo que los comunistas solían llamar "contradicciones internas". Los detalles han sido perfectamente estudiados por Ricardo de la Cierva, y ahora salen estudios de Ángel Viñas y otros historiadores empeñados en negar evidencias bien documentadas.

Todas las tesis de Viñas y tantos otros dependen de una: la pretensión de que el Frente Popular y, dentro de él, Negrín, los comunistas y los socialistas más extremistas, representaban la democracia bajo la protección de Stalin. La idea ya resulta bastante grotesca para cualquiera con un conocimiento básico de la doctrina, la estrategia y las tácticas marxistas, pero también lo es en relación con los elementos no marxistas del Frente, tipo Azaña, Companys, Aguirre y demás a quienes algunos persisten en llamar demócratas. Muy al contrario, Aguirre dirigía un partido extremadamente racista, no muy alejado en ello de los nazis; Companys había participado en la corta guerra civil desatada en 1934 por los socialistas; y Azaña se había revelado como un perfecto golpista cuando perdió las elecciones de 1933, y luego, después de las elecciones de 1936, al destituir ilegalmente a Alcalá-Zamora y amparar un sangriento proceso revolucionario que provocaría en julio de ese año la reanudación de la guerra civil, solo aplazada en 1934 por la rápida derrota del PSOE y la Esquerra. Con tales totalitarios, golpistas y racistas, se formó aquella alianza que llevó el país al despeñadero.

Pues bien, hace setenta años por esta fechas el Frente Popular se hallaba en las últimas. No porque le faltaran medios para resistir, pues contaba con una gran extensión territorial, más de medio millón de hombres sobre las armas, gran parte de la costa mediterránea, con buenos puertos y una escuadra potente. No bastaban para ganar la guerra, desde luego, pero sí para resistir aún largos meses, dando tiempo a que comenzase la guerra europea que ya había estado a punto de estallar cinco meses antes y que lo haría efectivamente solo cinco después del fin de la guerra española. En esta expectativa basaban Negrín, los comunistas y otros su decisión de seguir luchando.

Pero otros sectores del Frente Popular, encabezados por el coronel Casado, por el socialista Besteiro y el anarquista Mera, querían acabar de una vez. Y no era solo por no aumentar los sufrimientos de la población, que se multiplicarían si la guerra civil enlazaba con la mundial, sino, sobre todo, porque no soportaban más el yugo comunista-negrinista. Desde que el PCE se había hecho hegemónico y el régimen había pasado a depender en tan gran medida de Stalin, estos sectores habían aceptado mil abusos y no pocos episodios de terror comunista, por la esperanza de ganar la contienda y por temor a Franco. Pero cuando la esperanza de vencer se evaporó y la perspectiva de la guerra europea parecía incierta, resolvieron rebelarse. La elección era, en definitiva, entre la opresión comunista y la rendición incondicional a un Franco que prometía muy poca clemencia. Cómo estarían de hartos, que prefirieron a Franco. El desenlace incluyó una breve pero sangrienta guerra civil entre las propias izquierdas (ya habían tenido otra en mayo del 37).

Se ha acusado a Franco de falta de piedad con los vencidos, pero lo cierto es que ocupó la zona enemiga con bastante parsimonia, dando tiempo sobrado a que las personas más comprometidas en el terror rojo y otras actividades huyesen del país. Sin embargo muy pocos pudieron hacerlo: los jefes se preocuparon de su propia salvación, llevándose cuantiosos tesoros expoliados al país, pero dejaron a merced de Franco a sus propios seguidores, a menudo sicarios. Un retrato perfecto de lo que fue el Frente Popular.

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/hubo-o-no-hubo-reconquista-4579/

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