jueves 12 de marzo de 2009
Feudalismo vasco
Juan Urrutia
L OS señores feudales del terruño están en un brete, pues, tras un largo y hegemónico dominio de la patria de Aitor, durante el cual la única duda post electoral se encontraba en saber en qué sidrería tendría lugar la celebración de la victoria del PNV, el poder nacionalista se tambalea.
Perdido el escaño de los comunistas, cuyos votos es de suponer sirvieron para aupar a Patxi López hasta la ventajosa situación de la que hoy disfruta, sólo queda ver qué pasa en los próximos días. El PNV rechazó, a Dios gracias, la mano primorosa tendida por los socialistas. Los populares comienzan a pedir condiciones para otorgar su apoyo, espero que no metan la pata, ni ellos ni los socialistas, ahora que están tan cerca. Como dije hace algún tiempo, ya les llegará el momento de pegarse libremente cuando le hayan dado una respetuosa y metafórica patada nalgar a aquellos que tantos años han transigido con ETA, no han movido un dedo por las víctimas de ésta, han posibilitado la permanencia de organismos manifiestamente ilegales a sueldo del contribuyente y muchas más cosas con las que ya les he aburrido otras veces. Incógnita gorda, si se van, ¿se podrá sonreír a troche y moche por las calles vascas sin riesgo? Seguro que a muchos les parecerá una obscenidad pero, si el PNV sale de Ajuria Enea, pienso pasear por mi Bilbao natal con una amplia sonrisa dibujada en la barba. Al menos hasta que me la estropeen los que vengan, que, por mal que lo hagan, al carecer de fanatismo eusquérico, algo habrá de notarse la diferencia, vamos, digo yo. Esperemos que no perdure el lucrativo negocio que el nacionalismo oculta tras sus exaltados ideales. Es tentador, gracias a ello los peneuvistas están forrados de tela cual cojín renacentista. Piensen en la cantidad de chanchullos bolsilloforristas relacionados con promover el euskera por el mundo conocido, es decir, Vizcaya, Álava y Guipúzcoa. Se invierte en esto semanalmente el equivalente al presupuesto anual de los Estados Unidos de América en armamento militar y patatas fritas, es un decir. La crisis hubiera sido más liviana en Vasconia de no ser porque el dinero que debiera destinarse a la Sanidad Pública, obras varias, fomentar el empleo y otras fruslerías, termina siendo usado en bilbainadas (obras pantagruélicas sin sentido) y en perpetuar el nacionalismo; echando a patada limpia a quien no comparta los pensamientos de don Sabino, pues ya ni siquiera puede educar uno a sus retoños en castellano, el eusquera es obligado. Si socialistas y populares cambian este punto, sólo éste, prometo votarles a los dos, por turnos, caramba. Y si cierran las herriko tabernas, de las cuales tantas veces he visto sacar cócteles molotov, cajas de pedruscos y otras armas destinadas a abollar cráneos policiales… Ah, deja de soñar Urrutia, veremos lo que está por llegar. Esa era mi voz interior, está demasiado acostumbrada a las decepciones. Me pregunto si todo el mundo tendrá vocecilla interior, a mí me pasa desde que me comí una manzana con bicho. A saber, esa es otra historia. Por otra parte, sin el nacionalismo en el poder, ¿de qué puñetas me voy a quejar yo? Bendita ingenuidad, siempre habrá algo que nos haga poner el grito en el cielo, y probablemente sea culpa de la política.
Voy a ponerme serio para hablar de un tema que no admite bromas: el terrorismo. Más de una persona me ha preguntado si pienso que, en caso de gobernar el constitucionalismo en Euskadi, ETA multiplicaría su actividad asesina. Está claro que sí, como cualquier bestia herida, sobre todo si le cortan las subvenciones gubernamentales vía euskaltegis etc. También estaríamos más cerca de su final. ¿Pero acaso es el temor a la banda justificación para eternizar el poder nacionalista, al margen incluso de las reglas democráticas que tan mal comprende? Eso sería equivalente a dejarnos regir por ETA y si llegásemos a ese extremo de cobardía, entonces nos mereceríamos lo que nos tocase. Pero no ha sido así, los ciudadanos vascos que hemos votado no nacionalista esperamos ver un resultado, un cambio. Parece que va a ser de esta forma. Hubo dudas, peleas de gallos y, finalmente, se aprecia un talante, una intención de abordar el Gobierno vasco por parte de socialistas y populares. No hay que vender la piel del oso antes de haberlo cazado, aún todo puede ser y muchas veces, en política, lo correcto se trueca por lo conveniente. ¿Qué será lo que convenga, veremos un Presidente constitucionalista en el terruño, podrán las viles amenazas del nacionalismo con el aparente ímpetu socialista? Lo sabremos en el próximo capítulo.
http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5103
jueves, marzo 12, 2009
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